Lynette es un personaje jugable en Genshin Impact.
Tranquila y reservada, Lynette actúa como asistente de mago de su hermano Lyney. Después de la muerte de sus padres y de haber sido salvada de un noble abusivo gracias a su "Padre", Lynette también ha servido como "ojos" y "oídos" para la Casa de la Hoguera.
Perfil[]
Primera versión[]
En contraste total con su hermano mayor, que se hace llamar "el mejor mago de todo Teyvat", Lynette podría considerarse la ayudante de mago de perfil más discreto de todo Teyvat.
No busca ni flores ni aplausos, evita las entrevistas y, en general, trata de pasar desapercibida.
Ya sea cuando la gente siente curiosidad por ella o intenta llamar su atención, ella siempre los rechaza con respuestas extrañas como "estoy en modo espera" o "necesito desconectarme".
Aun cuando los peces gordos del público les hacen una visita privada, Lynette siempre pasa a un segundo plano y deja que Lyney hable. Prefiere ocuparse de preparar el té y sentarse en un rincón donde se queda sorbiendo disimuladamente, sin levantar la mirada, y aparentemente desinteresada en la conversación.
Solo algunos de ellos, en brevísimos intervalos, perciben durante un milisegundo que están siendo observados furtivamente. Pero cuando intentan localizar de dónde viene la mirada, esta ya ha desaparecido sin dejar rastro.
Las únicas personas presentes en la sala son Lyney, tan amable y hospitalario como siempre, y Lynette, cuya atención se centra en una taza de té.
... Tal vez era solo su imaginación.
... Pero aunque no lo fuera, ¿por qué les iba a importar una simple mirada? Tampoco es que haya nada importante que ver... ¿verdad?
Segunda versión[]
De entre el trío del Hotel Bouffes d'Été, Lynette es la pieza clave para garantizar el funcionamiento del grupo. Cuando el arrogante Lyney y el prudente Fréminet discuten sobre sus estrategias de acción, Lynette no se pone de parte de nadie. En su lugar, recopila información con una postura calmada, analiza la situación, los argumentos de ambos y proporciona una conclusión.
Con su silencio habitual, Lynette siempre mira por su familia. Cuando Lyney se fracturó los huesos de los dedos durante una actuación, o los ojos de Fréminet se inundaron de melancolía, Lynette lo recordó sin decir palabra y escogió el momento adecuado para vendar a Lyney y llevarle un té caliente a Fréminet.
Ella, que ama a su familia, también es amada por su familia. Tras despertarse en la calidez de la chimenea, vio a Lyney practicando trucos de magia con cartas junto a la mesa, mientras Fréminet limpiaba la alfombra en la sala de estar. De repente, se dio cuenta de que los días en los que no durmió por la noche debido al peligro fueron como el carbón ardiendo entre las llamas: hacía mucho tiempo que no lo recordaba.
Apariencia[]
Lynette es una joven de ojos violetas, piel pálida, pelo castaño grisáceo claro recogido en una fina coleta baja que se extiende hasta el final de su espalda y atado con un gran lazo de diseño a cuadros verde azulado oscuro, también tiene dos mechones de pelo prominentes junto a su flequillo que le llegan hasta la barbilla, con el flequillo despuntado peinado hacia la derecha. Además, tiene orejas de gato y cola. Lynette tiene una pequeña marca marrón oscura en forma de estrella en la mejilla izquierda.
Lynette lleva una capa oscura corta sujeta a la ropa con un lazo. Lleva mangas blancas sobre un leotardo negro de encaje y una falda corta con volantes. También lleva guantes, medias y botas.
Personalidad[]
En comparación con sus hermanos Lyney y Fréminet, Lynette es la más reservada de los tres. Rara vez habla con los demás por su propia voluntad, dejando que Lyney hable por ella, y disuade esencialmente cualquier intento de hablar con ella diciendo respuestas extrañas. Cuando necesita hablar, lo hace de forma breve y franca.
Debido a tener sangre felina, Lynette tiene muchos rasgos similares a los de un gato, como disfrutar del pescado. También tiene la costumbre de romper o estropear las máquinas, por lo que no las utiliza con frecuencia. A Lynette le gusta preparar y beber té.
Como resultado de su traumático pasado con Lyney, Lynette no confía en la mayoría de la gente para que no se aprovechen de ella, viendo a su hermano como una verdad en un mundo lleno de mentiras y falsedades. Al igual que Lyney, mantiene sus vínculos con los Fatui con discreción.
Historia[]
Detalles del personaje
Pero si uno pregunta por el ayudante de magia más famoso, lo más probable es que nadie sepa decir un nombre.
Después de todo, los aplausos no van dirigidos a ella, ni es su figura la que causa esas estruendosas ovaciones. Como ayudante que es, Lynette tiene el deber de llamar la atención del público en los momentos fundamentales y devolverle el protagonismo a la estrella del espectáculo inmediatamente después.
Ya sea en un escenario o fuera de él, Lynette está acostumbrada a permanecer agazapada allá donde los focos no alumbran; a la sombra de su hermano.
Para una ayudante como ella, la discreción es fundamental.
Aunque, para el resto de sus hermanos, se trata más bien de una técnica de supervivencia.Historia del personaje 1
Cuando se topa con algún asunto complicado, si Lynette dijera que está descansando, lo más probable es que la gente lo entendiera como que tiene tiempo libre y que siguieran atosigándola para que hiciera lo que quieren.
Pero si dice con total franqueza que está en modo espera o que necesita recargar energía y utiliza su característico semblante impasible, la gente suele quedarse mirándola con cara de pasmados.
Ese momento de estupefacción es la oportunidad perfecta para que Lynette se escabulla de la escena con calma.
Aunque este truco ya no le funciona con sus conocidos, estos saben mejor que nadie que Lynette simplemente detesta los asuntos engorrosos. Además, todos están al tanto de las consecuencias que tendría obligarla a hacer algo que no quiere...
Estas robóticas excusas que Lynette suele repetir abarcan prácticamente todo su conocimiento sobre mecánica.
Tanto es así, que en casa, todos saben que no deben dejar a Lynette a solas con la lavadora, la aspiradora o cualquier otra máquina.
Si alguien llegara a dejarla sola con un mecanismo, para cuando llegue un tercero a salvar la situación (ese tercero suele ser Fréminet) la situación puede haberse desarrollado de dos formas.
1.Lynette estará de pie en medio de un completo desastre con cara de no saber qué ha ocurrido, y la lavadora estará echando burbujas a borbotones o la aspiradora estará retorciéndose por toda la habitación.
2.El aparato en cuestión seguirá en perfecto estado, Lynette estará echa un ovillo durmiendo plácidamente en algún rincón de la habitación y las tareas que tenía pendientes seguirán como estaban, sin hacer.
Es curioso que hasta los más sencillos mecanismos escapen a su comprensión. De hecho, basta con que los toque para que se estropeen sin remedio.
La única excepción es probablemente cuando Lynette trastea con los mecanismos mágicos. En ese caso, no solo se muestra confiada, sino que también los maneja con mayor concentración y esmero incluso que Lyney y jamás comete errores.Historia del personaje 2
Las grandes ovaciones siempre están dirigidas al mago principal y las flores y la fama no van más allá de la cara del espectáculo.
Y, aun así, no habría ovaciones ni flores ni fama si no fuera por la actuación de los asistentes de magia.
Al ser la persona más cercana al mago, un asistente conoce todos sus secretos. En las situaciones más difíciles, la actuación del asistente es decisiva para garantizar que cada espectáculo tenga un final feliz.
Mago y asistente son como las dos caras de un espejo. Una de las caras es resplandeciente y atrae el interés del público. La otra cara, sin embargo, se mueve en las sombras, asegurándose de que todo ocurra según lo previsto. Ambos se intercambian los papeles en una continua e inopinada suplencia.
Pero para que esto sea posible, las habilidades del asistente tienen que estar al mismo nivel que las del mago.
Pero si se es tan diestro como el mago principal, ¿por qué iba nadie a sumir un papel de segundón? Por esa misma razón, muchos asistentes de magia acaban por ocupar el puesto de mago principal en el escenario.
Cuando Lyney se hizo famoso, muchos se fijaron también en la destreza de Lynette. Pensaban que, si decidía actuar por cuenta propia, se convertiría en una verdadera estrella, incluso más famosa de lo que era su hermano. Incluso hubo un director que la invitó a actuar como protagonista en una de sus kinografías.
Sus rasgos felinos, su belleza y su juventud y el hecho de que era una diestra maga eran rasgos suficientes para llamar la atención de cualquiera que yaciera sus ojos en ella.
Sin embargo, toda aquella atención resultaba fastidiosa para Lynette que se limitaba a rechazar a cuantos cazatalentos se acercaban a ella. Llegó un punto en el que hasta sentía pereza para seguir inventando excusas con las que rechazarlos y le encomendó a su hermano la tarea de redactar aquellas cartas llenas de justificaciones.
La actitud de su hermana le producía a Lyney cierta ansiedad. Entre el público suelen sentarse distinguidas figuras, y Padre ya les había advertido que no debían contrariarlas.
Si llegaran a descubrir que era el propio Lyney el que denegaba su petición de promocionar a su propia asistente de magia, lo más probable es que la situación se volviera peliaguda.
Por eso, Lyney ponía todo su esfuerzo en imitar la forma de hablar de su hermana para redactar incontables cartas de rechazo de la manera más políticamente correcta posible.
Sin embargo, para el locuaz hermano mayor, emular el conciso y escueto modo de hablar de su hermana resultaba una ardua tarea.
Cada vez que terminaba exhausto de escribir una de aquellas farragosas cartas y echaba un vistazo a su hermana, que descansaba tendida en el sofá, Lyney sentía la tentación de darle una oportunidad. Al fin y al cabo, no tenía nada de malo dar un paso atrás y dejar que su hermana ocupara los focos. Él era totalmente capaz de hacer de asistente.
“Ni lo pienses”, decía Lynette, quien se había percatado del hilo de pensamientos que cruzaba por la mente de su hermano. “A mí me gusta ser tu asistente de magia”.Historia del personaje 3
Le gusta observar los remolinos de vapor que se forman en la tapa de la tetera y disfrutar del ligero aroma de la mezcla. Estos pequeños placeres le permiten recuperarse después de un duro día de trabajo.
Cuando reciben a algún visitante especial, Lyney suele ser la cara visible que lleva la conversación, mientras que Lynette se encarga de recibirlos con un delicioso té. Lo mismo ocurre cuando tienen una reunión en casa. Ella siempre es la encargada de preparar el té, mientras los demás se encargan de dialogar.
No importa si se trata de un acalorado debate o una tranquila conversación de sobremesa, Lynette siempre se sienta a un lado, sosteniendo su taza entre las manos mientras sopla delicadamente sobre ella antes de dar un pequeño sorbo.
Lynette tiene una sensibilidad especial en la lengua, por lo que no puede beber nada demasiado caliente.
Además, se niega a añadir agua fría a la tetera, mezclar el té ya preparado o utilizar dos tazas distintas para enfriarlo. Lo considera casi un pecado mortal y un auténtico desperdicio.
Añadir agua de cualquiera de las maneras estropea la concentración de la infusión y su textura al servirla. Por eso, la única solución posible es armarse de paciencia y soplar hasta conseguir la temperatura perfecta para no quemarse y asegurar al mismo tiempo que el té conserva todo su sabor.
Sin embargo, una vez conseguida la temperatura perfecta, uno no debe apresurarse en ingerir el contenido de la taza. Cuanto más tiempo permanezca en el recipiente, más intenso será su sabor.
Una vez tomado el primer sorbo, uno debe dejarlo reposar unos minutos antes de proseguir. Por eso, Lynette siempre disfruta de su té con toda la calma del mundo.
Para cuando la tetera se vacía por completo, la conversación prácticamente ha acabado también.
En cuanto al juego de té usado... Lo mejor será que otros se encarguen de recogerlo, vaya a ser que Lynette rompa el lavavajillas otra vez.Historia del personaje 4
Sin embargo, cuando dicho funcionario presentó la propuesta, esta fue rechazada de manera tajante por su superior.
No entendía por qué su superior se mostraba tan en contra de dicha investigación. El motivo era sencillo. Su superior había recibido una carta en la que se adjuntaba una imagen de él junto a una joven dama.
Lo que aquel hombre no llegó a comprender nunca es que lo que le había delatado era un mero pañuelo que no le había regalado su esposa.
Lo había sacado durante una de las actuaciones como reacción natural a un espectáculo realmente conmovedor. Sin embargo, aquel inocente gesto no había pasado desapercibido a cierto par de ojos que escudriñaban la escena desde la oscuridad.
Lynette había aprovechado aquel descuido momentáneo para reunir toda la información que requería sin que el afectado se diera cuenta.
Cada día, la gente expone de manera inconsciente sus secretos. La ropa, una mirada, un movimiento e incluso la forma de hablar son capaces de decir mucho de una persona.
El problema está en que estas pequeñas pistas se camuflan entre un mar de detalles, de forma que suelen pasarles desapercibidos a la mayor parte de la gente. Pero Lynette no es como los demás. Nada pasa desapercibido a su atenta mirada.
Le bastó observar a aquel hombre para conectar entre sí pequeños detalles y obtener toda la información que necesitaba.
El par de ojos que frecuenta el Hotel Bouffes d'Été, uno en la oscuridad, otro a plena vista, han sido capaces de obtener información clave de buena parte de los altos cargos de Fontaine. Sin embargo, los afectados se muestran perplejos y siguen creyendo que se trata de algún truco de magia.
Mantener la concentración necesaria para captar todos estos detalles es una tarea agotadora, por lo que, cuando Lynette está trabajando, siempre se muestra taciturna y callada, en un intento de ahorrar energía.
Después de tanto tiempo, Lynette ya ha adquirido el hábito de filtrar información de poca utilidad hasta en su día a día.
El problema está en que, en su tiempo libre, es ella misma la que decide qué es relevante y qué no.
Por ejemplo, Lynette ha llegado a la conclusión de que el conocimiento de mecanismos y tareas del hogar le es totalmente irrelevante si no piensa dedicar ni un minuto de su tiempo a estas tareas.
Otro ejemplo de ello son las tediosas conversaciones a la hora del té. Lynette ha aprendido que unos simples “No me digas”, “Ya veo...” o “¿Y qué pasó entonces?” son más que suficientes para cumplir con su requerida participación en el asunto.
Sin duda, ahorrar energía es su “modo” preferido.Historia del personaje 5
Sin embargo, las orejas y la cola de Lynette son tan reales como ella misma, no son de quita y pon.
Al parecer, este tipo de manifestaciones de rasgos felinos se debe a una herencia biológica. Aunque la carga hereditaria tiende a disminuir de generación en generación, es frecuente que se produzca un efecto de atavismo.
De pequeña, Lynette no estaba precisamente conforme con su condición biológica.
Siempre había un niño “bien intencionado” que a propósito o no, señalaba sus orejas o su cola y le preguntaba: “¿Por qué tú eres distinta al resto? ¿Acaso Lyney y tú no son hermanos?”. Lynette siempre ha sido muy tímida y Lyney no podía acompañarla a todas partes, así que cuando alguien le hacía esas preguntas, Lynette nunca sabía que contestar. Se limitaba a cubrirse las orejas y enroscar la cola y esconderse en algún rincón a solas.
Solo los gatos callejeros le hacían compañía en ocasiones así. Se enroscaban en sus pies y se restregaban contra ella.
Lynette sabía que no podía permitir que su hermano la viera así. Su hermano ya tenía suficientes preocupaciones con las que lidiar. No podía permitirse que ese tipo de comentarios infantiles la afectaran tanto.
Pero tampoco podía fingir que no había pasado nada. Sin duda, su hermano se daría cuenta. Para engañar a un mago, primero hay que engañarse a uno mismo.
Lynette solía coger en brazos a aquellos gatitos y acariciarles el pelo. Solo así, comenzaba por fin a calmarse.
Para cuando los gatos decidían saltar de su regazo, el rostro de la pequeña Lynette volvía a mostrar el semblante apacible de siempre.
Entre las clases pudientes de Fontaine, también había todo tipo de degenerados que disfrutaban con aquello que consideraban exótico. Así, durante un banquete, una de aquellas prestigiosas figuras se fijó en los distinguidos rasgos de Lynette.
Su Padre adoptivo por la época no dudó ni un instante antes de lanzarla de cabeza dentro del coche de aquel prestigioso ciudadano. No importó cuánto se resistiera o cuánto se opusiera Lynette. Al fin y al cabo, Lynette era como un pequeño gato al que uno echa del sofá.
“¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que tener estas orejas?”.
Después de tantos años de soledad, Lynette no fue capaz de contener todas sus frustraciones y se cubrió las orejas con tanta fuerza que se hizo daño.
“Deja de esconderte, no servirá de nada”. Finalmente, Lynette escuchó una voz y una figura apareció frente a ella, como la luna cuando irrumpe en el oscuro manto de la noche. “Sal. Aquellos que querían hacerte daño ya están muertos”.
Aquella voz, aunque lúgubre y fría, hizo que Lynette se sintiera por fin a salvo. Lynette levantó el rostro y contempló a Padre.
“Esas orejas son muy útiles para escuchar todo tipo de información. A partir de hoy, aprenderás a usarlas como es debido”.
Padre le acarició las orejas. No fue un gesto cariñoso y sus palabras tampoco eran delicadas. Era tan distantes como la luna.
Pero, al igual que la luna, también desprendían un rayo de luz en mitad de la oscuridad. ...
“Si un gato tuerce las orejas hacia atrás, es porque tiene miedo o se siente amenazado. Si las levanta o extiende por completo es que está feliz”.
Al escuchar la explicación de la nueva miembro del Hotel Bouffes d'Été, Lyney no pudo evitar dirigir una mirada hacia las orejas de su hermana.
Estaban completamente rectas, incluso ligeramente ladeadas hacia fuera.
A partir de aquel día, Lynette rara vez volvió a torcer las orejas hacia atrás.Alimentadora “no tan automática”
Un día, al acabar un espectáculo, Lynette se percató de que había una caja desatendida en la puerta de la Ópera.
Al abrirla, un grupo de gatitos que no habrían cumplido ni un mes levantó la cabeza hacia ella. Estaban tan desnutridos que no pudieron ni intentar escapar. Se quedaron allí, contemplándola atentamente.
Lynette no medió palabra, y tampoco extendió la mano para no agitarlos más. Simplemente les devolvió la mirada.
Finalmente, cuando comprendieron que Lynette no escondía malvadas intenciones, los gatitos bajaron la cabeza y se calmaron.
Fue entonces cuando Lynette tomó la caja entre sus brazos. Las crías no hicieron el menor ruido, se limitaron a tumbarse en la caja mientras la señorita que los cargaba los llevaba a su nuevo hogar.
Cuando llegó a casa, dio lugar un intenso debate entre todos los residentes acerca de si debían o no adoptar a aquellos gatitos. Lynette, que normalmente se mostraba tan taciturna, insistía vehementemente esta vez en que debían cuidar de ellos.
Finalmente el debate llegó a oídos de Padre, quien puso punto y final a aquella infantil disputa.
“Si quieres adoptarlos, hazlo. Pero tendrás que cuidar de ellos tú misma, no le causes problemas a los demás”.
Después de unos segundos de silencio, Padre añadió unas palabras: “Si para cuando acabe el invierno no les has enseñado a respetar las reglas, tendrás que deshacerte de ellos tú misma”.
Las palabras de Padre habían sonado tan tajantes, que ninguno de los allí presentes se atrevió a decir nada más. Y así fue como Lynette asumió la responsabilidad de criar a aquellas pequeñas criaturas.
Fréminet, conocedor de lo mucho que detestaba su hermana los problemas, decidió encargar una alimentadora automática. Se trataba de una máquina equipada con un temporizador y un peso internos. También disponía de un recipiente antihumedad que garantizaba la conservación del pienso. Así, la máquina depositaba en el plato cada cierto tiempo la cantidad justa de alimento para los gatos.
Contra todo pronóstico, la máquina sobrevivió a los torpes cuidados de Lynette y se convirtió en un fiel aliado. Tras muchos años de servicio, tanto los mecanismos internos como el exterior se conservaban en perfecto estado. Tan solo el cuenco donde depositaba la comida mostraba señales de frecuente uso.
El problema estaba en que Lynette debía buscar el pienso adecuado, calcular los tiempos que introduciría en el temporizador y las cantidades que debía disponer la alimentadora. Al final, resultaba más fácil hacerlo a mano.
Además, si Lynette se malacostumbraba a usar la alimentadora...
La joven solía agacharse junto a los gatos mientras comían y les cepillaba el pelo pensando en cómo haría para educarlos correctamente...Visión
En aquellas historias, no había nada que los portadores no pudieran hacer. Eran capaces de invocar una tormenta con un simple movimiento de la mano y disipar la niebla con un soplido.
No se trataba de un truco, aquello eran verdaderos milagros.
“Ojalá tuviéramos Visiones”, solía pensar Lynette en aquella época.
“Así podríamos hacer que nuestros trucos se convirtieran en verdadera magia. Podríamos sacar comida suficiente de la chistera para llenarnos los estómagos y podríamos crear un fuego para calentarnos. Así, Lyney no tendría que preocuparse por mantenernos vivos”.
Pero los dioses nunca escucharon sus plegarias. En los años venideros, los hermanos continuaron vagando por las calles, entre las mansiones de las clases más pudientes de la ciudad.
Finalmente, ambos encontraron refugio bajo el amparo de Padre.
Eran conscientes de lo difícil que era conseguir una oportunidad así, por lo que siguieron un duro entrenamiento y cumplieron con incontables misiones.
Pronto dejaron atrás su infancia y aquellas fantasías sobre Visiones cayeron en el olvido.
En una de sus operaciones, fueron enviados a la mansión de cierto noble para llevar a cabo un número de magia. El objetivo real de aquella misión era encontrar la oportunidad para colarse en el estudio de dicho noble y obtener pruebas de los crímenes que había cometido.
Era un encargo de lo más común. Con el número de magia como espectáculo, los hermanos trucaron una de las ventanas para poder colarse de nuevo en la mansión una vez acabada la función y se hicieron con la información que buscaban sin aparente dificultad.
Pero justo cuando se disponían a llevar a cabo la operación, tres fogonazos alumbraron el bosque a sus espaldas. Aquella era la señal que usaban en su familia para alertar del peligro.
Los hermanos sabían muy bien lo que significaba aquello. La Oficina Judicial también estaba llevando a cabo una investigación sobre aquel particular objetivo y habían decidido mover ficha.
Si seguían el plan y huían por donde habían acordado, había una buena probabilidad de que se toparan de bruces con la Oficina Judicial. Si descubrían que utilizaban su fachada de magos para llevar a cabo actividades secretas, no solo sería su fin, sino que también podrían acabar atrapando al resto de miembros de la familia.
Si querían salir de allí sin que nadie los viera, solo había una pequeña y peligrosa solución.
La mansión estaba situada en lo alto de un precipicio, por lo que algunas de las ventanas daban directamente al acantilado. A los pies de la montaña, discurría un bravo río.
Los hermanos intercambiaron una única mirada y, sin decir palabra alguna, se tomaron de las manos con fuerza y saltaron por la ventana.
Antes de impactar contra el agua, Lyney cubrió como pudo con su cuerpo a su hermana y se preparó para el impacto. ¡*Pum*! Con un sordo sonido, Lyney cayó con fuerza de espaldas contra la superficie del agua. La brutalidad del impacto fue tal que Lyney perdió el conocimiento casi de inmediato.
Lynette, presa del pánico, se agarró a un pequeño tronco que flotaba en el agua y, asiendo a su hermano, intentaba llegar a la orilla. La corriente era tan fuerte que no dejaba de tragar agua.
Una horrible quemazón empezó a extenderse por sus pulmones mientras se llenaban de agua helada. Cuando dirigió la vista hacia su hermano, vio que estaba demasiado pálido. Lyney mantenía los ojos cerrados con fuerza y su rostro había perdido cualquier rastro del vigor que solía radiar.
Lynette se aferró a él con fuerza para evitar que su temperatura se desplomara aún más. Al mismo tiempo, dirigió furtivas miradas al bosque que los rodeaba. En la penumbra de la noche, las grotescas siluetas de los árboles resultaban aún más amenazadores.
Lynette llamó el nombre de su hermano entre susurros, esperando que este se levantara como solía hacer con una sonrisa en la cara, pero solo la lamentosa respiración del joven le respondió.
Los recuerdos de aquella terrible noche de su pasado la asaltaron de nuevo.
Había pasado tanto tiempo, habían vivido tanto desde entonces, había aprendido tanto...
¿Por qué entonces aquellas horribles imágenes la atormentaban una vez más? ¿Por qué, al igual que entonces, solo podía limitarse a dejar que otros la protegieran? ¿Por qué se encontraba de nuevo atemorizada, temblando en la oscuridad?
No debería ser así...
Habían llevado a cabo tantos pequeños milagros, habían superado tantas dificultades juntos...
Lynette había rezado una y otra vez por poder estar al lado de su hermano, por poder cubrirle las espaldas como él hacía, por poder trabajar codo con codo...
Pero estaba sola de nuevo. No podía arriesgarse a llamar a sus otros hermanos y alertar a la Oficina Legislativa.
Así que Lynette siguió adelante, cargando con su hermano sobre sus hombros. No veía claramente lo que tenía delante, así que estiró las orejas con fuerza y analizó cada sonido a su alrededor.
Podía escuchar el viento entre las ramas de los árboles, acariciando a su paso los arbustos, soplando helado contra sus mejillas... Entonces, poco a poco, la joven empezó a distinguir una escena frente a ella.
Lynette continuó avanzando en la oscuridad, paso a paso, mientras las ramas y las zarzas le arañaban la piel y su sangre empapaba sus ropajes.
Poco a poco, todo a su alrededor se volvió más nítido. Tal vez fuera que sus orejas se habían acostumbrado al sonido del viento, o que sus ojos se habían adaptado a la oscuridad, pero de pronto sintió que su paso era más seguro y estable.
Por fin, en aquel escenario sin público ni ovaciones, Lynette era la estrella principal del número.
Cuando los primeros rayos del sol alumbraron el bosque, Lynette alcanzó por fin, con su hermano a la espalda, el campamento que había construido con sus hermanos. Sin embargo, una figura que no esperaba aguardaba su llegada. Padre había ido expresamente a buscarlos.
Haciendo acopio de las fuerzas que le quedaban, Lynette sacó de entre sus ropas los documentos empapados que les habían pedido obtener. Sin embargo, tan débil como estaba, se precipitó contra el suelo aún con Lyney a cuestas.
Padre los sostuvo a ambos antes de que chocaran contra el suelo, permitiendo que los documentos cayeran al barro.
“Descansa. Esta noche habéis traído de vuelta algo mucho más valioso que unos documentos”.
La pequeña Visión que colgaba de la cintura de Lynette reflejaba los rayos del sol sobre los rostros durmientes de los dos hermanos.Información de combate[]
Talentos[]
- Estocada veloz Ataque normal
Ataque Normal: Realiza hasta 4 ataques consecutivos con espada.
Ataque Cargado: Consume cierta cantidad de Aguante para desatar un doble golpe de espada.
Ataque Descendente: Se lanza desde el aire para golpear el suelo, dañando a los enemigos cercanos e infligiendo Daño en el AdE en el momento del impacto.
- Ahora me ves... Habilidad elemental
Se cubre con una capa y ejecuta una acometida enigmática que inflige Daño Anemo.
Cuando el daño de la acometida enigmática golpee a un enemigo, Lynette recupera Vida en función de su Vida Max. y, en los 4s siguientes, perderá cierta cantidad de Vida por segundo.
La acometida enigmática producirá un efecto distinto dependiendo de si tocas una vez o mantienes pulsada la habilidad.
Un toque
Ejecuta una acometida enigmática de manera inmediata.
Mantener pulsado
Lynette entra en el estado de "sombra enigmática", durante el cual se mueve a toda velocidad y aplica una "marca de este toque sombrío" a un enemigo cercano. Mientras se mueve, puede controlar la dirección en la que esprinta y, al volver a tocar una vez la habilidad terminará de correr.
Cuando dicho estado termina. Lynette ejecuta una acometida enigmática. Si hay algún enemigo cercano con una marca de estoque sombrío, Lynette se acercará a el en un instante antes de ejecutar la acometida enigmática.
Como máximo, Lynette solo puede aplicar una marca de estoque sombrío a un enemigo, y si dicho enemigo se encuentra demasiado lejos de ella, la marca desaparecerá. - Truco: Desvío de atención Habilidad definitiva
Lynette alza su capa para infligir Daño Anemo en el AdE y, con un hábil juego de manos, ¡hace aparecer una michicaja sorpresa gigante!
Michicaja sorpresa[]
- Provoca a los enemigos cercanos para que la ataquen.
- Inflige Daño Anemo periódicamente a los enemigos cercanos.
- Cuando la michicaja sorpresa entra en contacto con Hydro/Pyro/Cryo/Electro, cambiará al elemento correspondiente y cada cierto tiempo disparará contra un enemigo un proyectil michicromático que inflige daño de dicho elemento. Este tipo de cambio elemental solo puede ocurrir una vez mientras dura la habilidad.
- Sinergia oportuna Pasivo 1
En los 10 s siguientes tras utilizar Truco: Desvio de atención, si en el equipo hay 1/2/3/4 personajes de tipos elementales distintos, el ATQ de todos los miembros del equipo aumenta en un 8/12/16/20%.
- Atrezo preparado Pasivo 2
Cuando la michicaja sorpresa de Truco: Desvio de atención sufre un cambio elemental, el daño de la Habilidad Definitiva de Lynette aumenta en un 15% hasta que termine la duración de la michicaja.
- Hidrolocalización Pasivo 3
Muestra la ubicación de los bancos de peces revitalizantes cercanos en el minimapa y aumenta en un 25% la Resistencia Acuática y la Vida recuperados al tocar uno.
1 → 10 para un talento
Constelación[]
- Cada activación de constelación necesita un Stella Fortuna.
- Constelación Niv. 1
Cuando la acometida enigmática de Ahora me ves... golpea a un enemigo con una marca de estoque sombrío, crea un vórtice en la ubicación del enemigo que atrae a los enemigos cercanos.
Filo revelasombras
- Constelación Niv. 2
Cuando la michicaja sorpresa de Truco: Desvío de atención dispara un proyectil michicromático, saldrá disparado un proyectil adicional.
Enigmas sin fin
- Constelación Niv. 3
Aumenta el nivel de habilidad de Truco: Desvío de atención +3.
Puede ser aumentado hasta Niv. 15. Cognición ilusoria
- Constelación Niv. 4
Aumenta en 1 las cargas de Ahora me ves...
Sincronía perfecta
- Constelación Niv. 5
Aumenta el nivel de habilidad de Ahora me ves... +3.
Puede ser aumentado hasta Niv. 15. Oscuridad obstaculizadora
- Constelación Niv. 6
Cuando Lynette libera la acometida enigmática de Ahora me ves..., se imbuye del elemento Anemo y obtiene un 20% de Bono de Daño Anemo durante 6s.
El ojo de la verdad
Ascensión[]
Ascensión | Nvl. Máx. | Costo | Material Elemental 1 | Material Elemental 2 | Especialidad Local | Material Común |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 20 | 20,000 | Ninguno | |||
2 | 40 | 40,000 | ||||
3 | 50 | 60,000 | ||||
4 | 60 | 80,000 | ||||
5 | 70 | 100,000 | ||||
6 | 80 | 120,000 | ||||
Máx | 90 | Nivel máximo |
Estadísticas[]
Nivel | Vida | Ataque | Defensa | Bono de Daño Anemo | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | |
1 | 1039 | 19 | 59 | — | ||||
20 | 2696 | 3472 | 50 | 64 | 50 | 64 | — | — |
40 | 5253 | 5805 | 98 | 108 | 98 | 108 | — | 6% |
50 | 6708 | 7444 | 125 | 139 | 125 | 139 | 6% | 12% |
60 | 8356 | 8908 | 156 | 166 | 156 | 166 | 12% | 12% |
70 | 9829 | 10381 | 183 | 193 | 183 | 193 | 12% | 18% |
80 | 11312 | 11864 | 211 | 221 | 211 | 221 | 18% | 24% |
90 | 12802 | 239 | 735 | 24% |
Gachapón[]
La siguiente lista muestra los 4 banners en los que Lynette ha aparecido como personaje promocional, en orden del más reciente al más antiguo.
Vestuarios[]
Galería[]
Arte de cumpleaños[]
Dias festivos[]
Diseños de Paimon - Emoticonos[]
Menciones de personajes[]
Historias de personajes[]
Todo continuó así hasta que el año pasado, una lagartija que cayó del techo le dio un susto de muerte a Fréminet. Lynette, siempre tan ágil, atrapó a la pequeña intrusa y la acorraló tapándola con un cuenco sobre la mesa.
Cuando Arlecchino llegó a casa, pensó que el cuenco y la lagartija eran su regalo de ese año.
Al día siguiente, cuando Lyney llevó un informe de trabajo a la oficina de madre, vio que sobre la mesa había un terrario con un animalito que le resultaba familiar.
La temperatura y la humedad del terrario eran perfectas, así que la lagartija estaba muy a gusto en él.
Además, daba la sensación de que madre ya había tenido reptiles anteriormente.
Cuando La Sota alzó su taza de té, Lyney desvió la mirada de la lagartija, pero grabó bien ese momento en su mente.
Después de eso, Lyney, Lynette y Fréminet recabaron mucha información sobre cómo criar lagartijas para compartirla con madre la próxima vez que la vieran.
Este lugar ha acogido a un buen número de jóvenes huérfanos que, al igual que Lyney y Lynette, han pasado más penurias de las que nadie debería nunca llegar a conocer. Se ayudan entre ellos como si fueran una familia, e intentan hacer frente a las devastadoras secuelas de los traumáticos eventos que vivieron en su infancia.
Pero no siempre fue así. A pesar de que Lyney y Lynette contaban con la recomendación del director del hotel, no les resultó fácil integrarse en su nuevo hogar. Tampoco fue fácil para el resto de los jóvenes aceptar la llegada de aquellos “extraños”.
En aquel ambiente, ya de por sí tenso, Lynette rompió el sistema de bombeo de agua ante la atenta mirada de todos los demás niños. Aquello no hizo sino acrecentar aún más la sensación de desconfianza ya imperante.
A Lyney no le quedó más remedio que dar un paso al frente, asumir la culpa de lo sucedido y prometer ante todos que arreglaría personalmente el mecanismo para que aquello no afectara la vida de sus nuevos hermanos.
No es que Lyney posea ningún talento en lo que a las reparaciones se trata, pero su hermana era tan propensa a destruir accidentalmente todo tipo de máquinas y mecanismos, que ya tenía cierta experiencia en el tema.
Por desgracia, Lyney había subestimado la complejidad del sistema. Aunque logró reparar el mecanismo, no tenía forma de saber si realmente había solucionado el problema.
Fue entonces cuando un joven retraído decidió prestarse a ayudar. No solo evaluó y reparó el mecanismo, sino que incluso se disculpó con ellos.
Al parecer, era el encargado de mantener todos los mecanismos del Hotel Bouffes d'Été, por lo que el joven estaba convencido de que el sistema de bombeo se había roto por su culpa, pues no había sido capaz de percatarse a tiempo del deterioro de los componentes.
Lyney estaba impresionado con las dotes de aquel taciturno joven y le pidió que compartiera con él su conocimiento. Así, podría solucionar los pequeños desperfectos que causara su hermana.
El callado joven por su parte, no acostumbrado a negarse a nada, acabó aceptando. Así, aprendiendo el uno del otro, ambos niños acabaron haciéndose amigos.
Por otra parte, Lyney nunca escatimó en la cantidad de tiempo que dedicaba a cuidar del resto de niños, no solo de Fréminet. Nunca les obligó a contarle sus historias, simplemente les hacía compañía en silencio.
Era una técnica que había aprendido del conciso consejo de su hermana en una ocasión: “Nadie necesita cuidados egoístas o ególatras”.
Pasado un tiempo, los huérfanos del hotel fueron abriéndose poco a poco con Lyney. Algunos incluso acabaron por contarle sus vivencias, lo que permitió que el joven los comprendiera y pudiera ayudarlos mejor.
Fréminet no terminaba de entender aquel comportamiento. Era consciente de que todo respecto al hotel había comenzado a girar en torno a aquel recién llegado y no dudó en manifestar su opinión de que no había necesidad de que Lyney se esforzara tanto.
Este le explicó que, al principio, había estado dispuesto a ayudar en los pequeños asuntos del hogar porque sabía que su hermana acabaría causando más problemas en lo que a mecanismos se refiere y no se sentía cómodo causándole problemas a los demás.
Pero aquella excusa no engañó a Fréminet, que se limitó a mirarle fijamente. Al final, Lyney acabó por confesar.
“Lynette siempre ha sido mi única familia. De ella he aprendido cómo ha de comportarse un buen hermano”.
El día que el Hotel Bouffes d'Été abrió sus puertas, todos los chicos colaboraron en la decoración del edificio.
Los niños pensaban que el hotel tenía un aspecto frío y que aquello no encajaba con sus vidas actuales y que así no sería capaz de transmitir ninguna calidez.
Por eso, Lyney organizó a todos los presentes para que se pusieran manos a la obra. Lynette compró una ingente cantidad de decoraciones y el resto de los chicos las colgaron por todos los salientes del hotel. Incluso escribieron sus propias bendiciones y las colocaron entre los adornos.
Fréminet, por su parte, estaba a cargo de asegurarse que todos los artefactos mágicos funcionaran correctamente. Lyney confiaba plenamente en sus capacidades, así que estaba claro que el instrumental de un día tan importante como aquel debía serle confiado a Fréminet.
Pero el más ocupado aquel día fue sin duda Lyney. No solo asumió la responsabilidad de coordinar a todo el equipo, sino que también debía idear un truco de magia que estuviera a la altura de las circunstancias.
Gracias al esfuerzo de todos, la velada resultó tal y como habían planeado. El gran gramófono reproducía alegres tonadas en el vestíbulo, donde los niños saltaban, bailaban y disfrutaban de la deliciosa comida. Aquel día no se celebraba el cumpleaños de nadie y, aun así, todos sentían como si fuera el día en que por fin habían renacido en sus nuevas vidas.
Y como cierre de aquella hermosa velada, Lyney, Lynette y Fréminet habían preparado un increíble truco de magia. En el centro de la estancia yacía un baúl y todos los niños lo contemplaban en completo silencio.
Pero siempre habrá una mano dispuesta a sostenerle si algún día se precipita al vacío, una gentil mano que le transmite la calidez de antaño. Esa corriente de bondad es lo que le insufla la fuerza suficiente para seguir adelante.
“Gracias, Lynette...”
Hay una criatura muy especial entre los gatos que Lyney y Lynette han adoptado llamada Rosalinde.
Cada uno de los gatos tiene su propio territorio, pero Rosalinde siente especial predilección por el sombrero de Lyney.
El sombrero de un mago es un artilugio de gran importancia, por lo que, antes de poder usarlo en cada actuación, Lyney debe asegurarse de sacar a Rosalinde de su interior. Una tarea que no siempre le resulta sencilla. Los maullidos lastimosos de la gata le resultan especialmente desgarradores a los dos hermanos, que entienden perfectamente lo que se siente cuando te arrebatan tu hogar.
Por eso, Lyney y Lynette decidieron buscar un reemplazo que la gatita pudiera usar. Sin embargo, sin importar lo bonito que fuera el nuevo hogar que le ofrecían, Rosalinde los rechazaba todos. De hecho, no les dirigía sino apenas una mirada antes de darse media vuelta y marcharse.
Finalmente, Lyney decidió hacer por encargo un sombrero exactamente igual al suyo. Y, al fin, la gata lo marcó como suyo, aunque no por eso desistió en su empeño de ocupar también el sombrero original. Tal era su cariño hacia ambos hogares que lanzaba miradas airadas cuando alguien intentaba arrebatarle cualquiera de los dos.
Al fin y al cabo, las demandas de aquella testaruda gata no eran tan alocadas. Por eso, Lyney decidió que la única solución posible era incorporarla a sus espectáculos.
Tras ganarse el favor de los dioses, las misiones de Lynette se volvieron considerablemente más arduas y peligrosas.
Solo aquellos con una Visión eran capaces de cumplir con los encargos más difíciles y mantener al mismo tiempo el secreto en torno a dichas operaciones. Como consecuencia, ambos hermanos empezaron a llevar a cabo misiones en solitario con mayor frecuencia.
Lyney nunca terminó de aceptar aquel cambio, no solo por el hecho de que habían estado muy unidos desde que vinieron al mundo, sino también porque la causa de este inevitable distanciamiento le causaba gran pesar.
Lo que más deseaba Lyney era volver junto a su hermana y prestarle el apoyo que necesitara.
Aquel deseo turbado de obtener más poder le hizo creer que ya no era merecedor de la protección de los dioses. Mas, a pesar de todo, no podía sino continuar deseando con todas sus fuerzas volver al lado de su hermana.
Por eso, Lyney decidió buscar a Padre y le expresó su necesidad de poseer un Engaño que le permitiera volver a actuar junto a su hermana.
Madre permaneció en silencio por tanto tiempo que al joven le pareció una eternidad. Finalmente, el peso de dos cruces clavó al joven al suelo y una mirada airada y furibunda a la que Padre no tenía acostumbrados a los huérfanos del hotel pareció atravesarle el alma.
“Dime, ¿crees que eso es lo que desea Lynette?”.
Aquella respuesta tan simple como breve le atravesó el corazón, haciendo que el eco sordo de las palabras de su hermana resonara incesantemente en su cabeza.
“Nadie necesita cuidados egoístas o ególatras”.
Lyney no necesitaba preguntarle a su hermana al respecto para saber que estaría en contra de semejante propuesta. Fue entonces cuando finalmente comprendió lo absurda que había sido su propuesta.
Madre se levantó y abandonó la estancia, recordándole al salir que aquella no era la primera vez que Lyney no había estado a la altura de la fuerza que se esperaba de él y de que ya había encontrado la respuesta a sus problemas tiempo atrás.
Lyney se encerró entonces en su habitación en un intento de comprender lo que Padre quería decir con aquellas palabras. Tiempo atrás, cuando Lynette y él vagaban por las calles hambrientos, Lyney había recurrido a la magia, así que se preguntó si no sería la respuesta en aquella ocasión también.
Lyney fue en busca entonces de los informes de las misiones que había llevado a cabo Lynette hasta el momento y analizó la información y todos los movimientos de su hermana al detalle.
¿De verdad era necesario atravesar este valle tan peligroso para acercarse al objetivo?
¿Realmente era necesario lanzarse de cabeza a unas aguas turbulentas para poder abandonar la escena?
No. Simplemente, el brillo de la Visión impedía ver la sombra de su hermana.
Y así, Lyney comenzó a redactar elaborados planes para las misiones de su hermana, aprovechando las cualidades que mejor conocía de ella, haciendo pleno uso de las mejores rutas de escape y de las herramientas más aptas a su disposición, escogiendo los mejores puntos de encuentro.
Así fue como volvió a resurgir la confianza entre los hermanos. Aquella mirada de pavor desapareció de los ojos de su hermana y ambos volvieron a abrazarse felices cuando se encontraban en algún punto de reunión.
El favor de los dioses no era excusa para no proteger como era debido a su familia.
Pero ya lo dice el dicho, los hombres proponen y los dioses disponen.
Tras completar un considerable número de misiones, los niños del hotel se vieron acorralados por una traición y las operaciones de Lynette quedaron al descubierto a causa de ello.
Los chicos se vieron acorralados en un alto precipicio, tal y como había ocurrido el día en que Lynette había obtenido su Visión. La diferencia estaba en que en aquella ocasión la responsabilidad recaía sobre los hombros de Lyney.
Diálogos de personajes[]
Personaje | Diálogos |
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Arlecchino |
Sobre Lynette... : La personalidad singularmente tranquila de Lynette es también su punto fuerte, y creo que es lo suficientemente inteligente como para comprenderlo. Es una parte insustituible de ese pequeño equipo de tres, lo cual a su vez le produce mucha alegría. Como su madre, mi deber es simplemente darle el espacio necesario para que pueda hacer un buen uso de esos talentos. |
Charlotte |
Sobre Lynette... : Da igual lo que le pregunte, Lynette siempre cierra los ojos con serenidad y sin poner ninguna cara. Es como si... como si fuera una marioneta mecánica. Me encantaría escribir un reportaje sobre ella llamado “El gran secreto de la magia: la asistente-marioneta de un gran mago”. Aunque creo que, si lo escribiera, tampoco reaccionaría de ningún modo... |
Chiori |
Sobre Lynette... : Aunque esa ayudante de magia no habla mucho, confía plenamente en mí. Parece que le gusto mucho a los gatos... |
Fréminet |
Sobre Lynette... : Si le das la misma misión a Lyney y a Lynette, seguro que lo hacen perfectamente, no como yo... Lynette siempre intenta consolarme. Me dice que todos tenemos nuestras puntos fuertes y que por eso siempre me pide que arregle las cosas de la casa, pero... ojalá se me diera bien hacer otras cosas. |
Furina |
Sobre Sobre Lyney y Lynette ... : Claro que conozco a Lyney y Lynette. En el pasado, he agraciado sus espectáculos con mi presencia. No obstante, la gran popularidad de la que gozan no es nada comparada con la mía, que lleno todas las gradas hasta el punto de que se llegan a agotar incluso las entradas para ver de pie mis espectáculos. Ahora... bueno... estoy manteniendo un perfil bajo, ¡así que es normal que haya disminuido mi popularidad! |
Lyney |
Charla - Hermana : ¿Qué estará haciendo Lynette? Seguro que ya me está echando de menos, jaja.
Sobre Cuando nieva... : ¡*Achís*! He oído que cuando estornudas es porque alguien está pensando en ti. Tal vez sea Lynette... ¿O acaso eres tú? Sobre Lyney - Inseparables : *Suspira*, cuando Lynette no está a mi lado, siento que entro en modo espera. Sí, podría encargarme yo solo de todo, pero no es lo mismo, ¿sabes? Tú me entiendes, ¿verdad? Porque tú también... Bueno, tú tienes a Paimon. Sobre Lynette - Modos : ¿Que Lynette es muy callada? Nah, probablemente solo esté en el modo equivocado. La próxima vez que quieras hablar con ella, prueba a decir “Activar modo conversadora”. Si tienes suerte, te echará una buena perorata. ¿Que qué pasa si no tienes suerte? Pues que se quedará ahí plantada mirándote fijamente y luego... ¡tendrás la oportunidad de ver otro modo completamente distinto! Sobre Lynette - Gemelos : Mi hermana y yo siempre hemos sido inseparables. No hay nada que no podamos superar si estamos juntos, y siempre compartimos nuestras alegrías el uno con la otra. No hay nada en este mundo que valore más que la familia, así que, créeme, sé lo duro que debe ser para ti... Si me entero de algo que te pueda ser de ayuda, te lo diré inmediatamente. Sobre Neuvillette... : Su señoría Neuvillette no suele hacer apariciones públicas. Casi da la impresión de que intenta mantener las distancias con la gente. Al principio pensé que eran paranoias mías, pero Lynette es más avispada para este tipo de cosas y dice que, efectivamente, es así. Sobre Navia... : Nunca pensé que estaría dispuesta a ayudar a un desconocido. Si no fuera por ustedes, Lynette y yo habríamos estado en un buen aprieto... Así que gracias, de verdad. Espera a que vuelva a lucir el sol e invitaré a todos a degustar una deliciosa hora del té en el Café Lutecia. Sobre Émilie.... : ¿Has tenido la oportunidad de probar sus perfumes? A mí me gustan mucho, así que me compré un frasquito. Sin embargo, la cola de Lynette no parecía estar muy de acuerdo con el tema, así que no pude disfrutar ni de una gotita. Más sobre Lyney (III) : Al no contar con el amor y el amparo de unos padres, Lynette y yo pasamos mucho tiempo vagando por las calles, así que hemos pasado por muchas penurias. Pero es precisamente por esas vivencias que hemos podido convertirnos en lo que somos ahora. Además, ahora no nos va nada mal. Mi familia, el público... ¡Cargo con sus expectativas dentro de mi sombrero! Comida que menos le gusta... : Para algunos de nuestros espectáculos es imprescindible que Lynette y yo tengamos una forma física parecida, así que solemos evitar consumir alimentos grasientos. Normalmente no es un problema, pero... el fish and chips que preparan en los puestos callejeros hace que Lynette se ponga a ronronear de la emoción... |
Navia |
Sobre Lyney y Lynette... : Soy consciente de que los magos tienden a exagerar en todo lo que dicen, pero siento que Lyney se muestra totalmente sincero con los suyos. Además, es mucho más responsable que las demás personas de su edad. Oh, por cierto, ¡hubo una vez en la que dio un espectáculo de magia gratuito para los niños de Poisson! Algún día debería invitarlo a él y a su hermana Lynette a comer unos macarons. A Lynette le encanta sacar tazas de té de la nada, ¡así que no creo que le disgusten los dulces de una hora del té! |
Neuvillette |
Sobre Lyney y Lynette... : Su espectáculo fue muy interesante, ¿no crees? En el mundo mágico de Lyney y Lynette, todo es falsamente extraordinario, pero si crees en ello, acabará siendo verdad. |
Sigewinne |
Sobre Lynette... : ¡La Srta. Lynette posee la adorabilidad de una humana y una gatita juntas! He estado observándola y, cuando bebe té y come pasteles, sus orejitas se mueven hacia delante. Jeje, qué ganas de acariciar su cabecita... ¿Tú también sientes lo mismo? La próxima vez que la veamos, podemos pedirle permiso. |
Curiosidades[]
- Es la hermana mediana del trío, más joven que Lyney pero mayor que Freminet.
- La fuente de luz y el sombreado del diseño de personaje de Lynette difieren de los de su carta.
- Además, su diseño de personaje en su entrada de la HoYoWiki tiene ojos de color gris azulado similares a los de Lyney, mientras que todas sus otras representaciones, incluido su diseño de personaje en el juego, le dan ojos morados.
- La marca en forma de estrella en su rostro puede ser una mouche, un lunar artificial que estuvo de moda en la Francia del siglo XVI (y más tarde, en toda Europa).
Etimología[]
- El nombre Lynette se deriva del francés Lunete, que a su vez proviene del galés Eluned, que significa "imagen" o "ídolo".
Historial de cambios[]
- Versión 4.0
- Lynette se añadió al juego.
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Notas[]
- ↑ A pesar de sus rasgos Felinos, Lynette todavía sigue siendo considerada una humana con Atavismo