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Angustia Quotes

Quotes tagged as "angustia" Showing 1-30 of 31
Emiliano González
“El dolor (aquello contra lo cual escribo) y la angustia (durante la cual escribo)... ¿son acaso la Musa?”
Emiliano González, Los sueños de la bella durmiente

“Atravesar la angustia es reencontrar el lugar de nacimiento de aquel que nunca dejé de ser.”
Juan-David Nasio, El dolor de la histeria

“Algunas cicatrices nunca dejan de sangrar.”
Erin Doom, Fabbricante di lacrime

Carlos Ruiz Zafón
“Lo que mata es la soledad, los recuerdos son peores que las balas”
Carlos Ruiz Zafón, Tetralogía El Cementerio de los Libros Olvidados (pack)

Isabel Allende
“En una sesión, el terapeuta del té verde trató de hipnotizarme. No lo logró, pero al menos me relajé y pude ver dentro de mi corazón un trozo enorme de granito negro. Supe entonces que mi tarea sería librarme de eso; tendría que picarlo en pedacitos, poco a poco. Para deshacerme de aquella oscura roca, además de la terapia y las caminatas en el bosque diáfano de tus cenizas, tomé clases de yoga y multipliqué las tranquilas sesiones de acupuntura con el doctor Shima, tanto por el beneficio de su ciencia, como por el de su presencia. Reposando en su camilla con agujas por todas partes, meditaba y me evadía a otras dimensiones. Te buscaba, hija. Pensaba en tu alma, atrapada en un cuerpo inmóvil durante aquel largo año de 1992. A veces sentía una garra en la garganta y apenas podía aspirar aire, o me agobiaba el peso de un saco de arena en el pecho y me sentía enterrada en un hoyo, pero pronto me acordaba de dirigir la respiración al sitio del dolor, con calma, como se supone que se debe hacer durante el parto, y de inmediato disminuía la angustia. Entonces visualizaba una escalera que me permitía salir del hoyo y subir a la claridad del día, al cielo abierto. El miedo es inevitable, debo aceptarlo, pero no puedo permitir que me paralice. Una vez dije -o escribí en alguna parte- que después de tu muerte ya no tengo miedo de nada, pero eso no es verdad, Paula. Temo perder o ver sufrir a las personas que amo, temo el deterioro de la vejez, temo la creciente pobreza, violencia y corrupción en el mundo. En estos años sin ti he aprendido a manejar la tristeza, a hacerla mi aliada. Poco a poco tu ausencia y otras pérdidas de mi vida sevan convirtiendo en una dulce nostalgia. Eso es lo que pretendo en mi tambaleante práctica espiritual: deshacerme de los sentimientos negativos que impiden caminar con soltura. Quiero transformar la rabia en energía creativa y la culpa en una burlona aceptación de mis fallas; quiero barrer hacia fuera la arrogancia y la vanidad. No me hago ilusiones, nunca alcanzaré el desprendimiento absoluto, la auténtica compasión o el estado de éxtasis de los iluminados, parece que no tengo huesos de santa, pero puedo aspirar a las migas: menos ataduras, algo de cariño hacia los demás, la alegría de una conciencia limpia.”
Isabel Allende, La suma de los días

Erich Fromm
“Cabe ser sensible con respecto a uno mismo. Tener conciencia, por ejemplo, de una sensación de cansancio o depresión, y en lugar de entregarse a ella y aumentarla por medio de pensamientos deprimentes que siempre están a mano, preguntarse «¿qué ocurre?» «¿Por qué estoy deprimido?» Lo mismo sucede al observar que uno está irritado o enojado, o con tendencia a los ensueños u otras actividades escapistas. En cada uno de esos casos, lo que importa es tener conciencia de ellos y no racionalizarlos en las mil formas en que es factible hacerlo; además estar atentos a nuestra voz interior, que nos dice —por lo general inmediatamente—por qué estamos angustiados, deprimidos, irritados.”
Erich Fromm, The Art of Loving

Jordan B. Peterson
“El destino obliga a todos los miembros de la raza humana a comprender su aislamiento, su individualidad, su sometimiento abyecto a las duras condiciones de la existencia mortal.”
Jordan B. Peterson, Maps of Meaning: The Architecture of Belief

Pascal Quignard
“La angustia es una compañera tan antigua. Quizá no sea la compañera más agradable del mundo, pero es una buena consejera.”
Pascal Quignard, Las solidaridades misteriosas

Pascal Quignard
“¡Y qué felicidad que no te aplaste la angustia pánica frente al día que llega con cada amanecer!”
Pascal Quignard, Las solidaridades misteriosas

C.S. Lewis
“En la noche de insomnio de tu paciente, has probado ese vino que es la recompensa de todos nuestros esfuerzos —la angustia y el desconcierto de un alma humana. ¿Respondió el paciente a alguna de tus terroríficas visiones del futuro? ¿Le hiciste echar unas cuantas miradas autocompasivas al feliz pasado? Que ninguna excitación temporal te distraiga del verdadero asunto de minar la fe e impedir la formación de virtudes.”
C.S. Lewis, The Screwtape Letters

Yōko Ogawa
“La expresión de sus rostros, sin embargo no reflejaba angustia. Sus miradas se alzaban hasta algún punto del horizonte y sus ojos se mostraban tan serenos como la lisa superficie de una laguna perdida en el corazón del bosque, bajo la cual se oculta una multitud de recuerdos secretos.”
Yōko Ogawa, The Memory Police

Emily Dickinson
“Hay algo que me gusta en la agonía,
y es que sé que es verdad; los hombres no simulan convulsiones,
no imitan el dolor.

Unos ojos se vidrian, y es la muerte.
Imposible de fingir
las gotas de sudor sobre la frente
que la inhábil angustia va ensartando.”
Emily Dickinson

Abhijit Naskar
“Las heridas del amor son el adorno de un amante.”
Abhijit Naskar, Woman Over World: The Novel

Natasha Keen
“El ciclo de la vida acaba convirtiendo a todos en presas de algo tarde o temprano, y ella era presa del dolor”
Natasha Keen, ¿Quién tiró la primera piedra?

Ilse Losa
“Não havia mais distância entre o relâmpago e a trovoada. Um horrível estrondo fazia estremecer a terra. E a voz, numa angústia mortal exclamou: «Agora está mesma por cima de nós!».”
Ilse Losa

Pope Benedict XVI
“Cristo es también y sobre todo el Revelador, cuya decisión es la única que hace posible la opción humana por Dios en una hora como la muerte» (p. 328). La angustia de Jesús en Getsemaní es algo mucho más radical que la angustia que asalta a cada hombre ante la muerte: es el choque frontal entre la luz y las tinieblas, entre la vida y la muerte, el verdadero drama de la decisión que caracteriza a la historia humana. En este sentido podemos aplicarnos a nosotros mismos, como hace Pascal, de manera totalmente personal, el acontecimiento del Monte de los Olivos: también mi pecado estaba en aquel cáliz pavoroso. Pascal oye al Señor en agonía en el Monte de los Olivos que le dice: «Aquellas gotas de sangre, las he derramado por ti» (cf. Pensées, VII, 553)”
Benedict XVI, Jesus of Nazareth, Part Two: Holy Week: From the Entrance into Jerusalem to the Resurrection

“Da gracias a Dios, querido hermano, por haber despertado en ti el deseo irresistible por conocer la incesante oración interior. No te inquietes, tranquilízate. Debes reconocer en ese deseo una llamada de Dios. Tu angustia no significa otra cosa sino el prevalecer de la voluntad divina sobre tu propia voluntad. ¿Has caído en la cuenta de que la luz de la oración interior no puede provenir de la sabiduría de este mundo, ni del deseo de saber, sino que ella nos viene revelada en la pobreza de espíritu, la sencillez de corazón y la experiencia activa?”
Anonymous, The Way of a Pilgrim

Louis-Vincent Thomas
“Toda calamidad grave, epidemia, hambre, guerra, disturbios cósmicos (vulcanismo, terremotos), provocan psicosis colectivas. Entonces las poblaciones oscilan entre la angustia y la agresión descontrolada, y suele tener lugar una evasión hacia una dimensión imaginaria: el establecimiento en la tierra del reino de Dios: -La destrucción de Babilonia, se ha dicho, es Jerusalem reencontrada.-”
Louis-Vincent Thomas, Antropologia de la muerte

Jordan B. Peterson
“Es la aprehensión clara del peligro mortal y la posibilidad infinita que acecha por todas partes la que ha potenciado la consciencia humana mucho más allá de su pariente más cercano, en un proceso que se ha prolongado durante eras. Somos capaces de ver lo desconocido en todo, como consecuencia de nuestros sistemas cognitivos elaborados: peor aún (mejor): somos capaces de ver el peligro mortal en todo lo desconocido. Ellos nos hace sin duda angustiados, pero también (si no salimos corriendo) despiertos.”
Jordan B. Peterson, Maps of Meaning: The Architecture of Belief

Jordan B. Peterson
“El reconocimiento del yo desnudo, expuesto de manera indigna a los estragos del tiempo y el mundo, insoportable y altamente motivador, condena al hombre y a la mujer a llevar una carga y a sufrir por la vida y la muerte.”
Jordan B. Peterson, Maps of Meaning: The Architecture of Belief

Walter J. Ciszek
“La fe es el punto de apoyo de nuestro equilibrio moral y espiritual. Los problemas del mal o del pecado, de la injusticia, del dolor e incluso el de la muerte no pueden angustiar al hombre que cree ni hacer que se tambaleen su fe y su confianza en Dios. Su impotencia para solucionarlos no será para él motivo de desesperación o abatimiento, por intensas que sean la preocupación o la angustia que sienta por él mismo o por quienes lo rodean. En el fondo de su ser existe una confianza inquebrantable en que Dios proveerá a través de los misteriosos caminos de su divina providencia. Pero la fe enseña también que no puede permanecer indiferente, que no puede limitarse a encogerse de hombros y a suspirar: «¡Dios proveerá!». Como dice la máxima espiritual, sabe que debe «trabajar como si todo dependiera de él y rezar como si todo dependiera de Dios».”
Walter J. Ciszek, He Leadeth Me

Becca Fitzpatrick
“El dolor nunca desaparece, pero con el tiempo acaba siendo soportable. Y, de un modo u otro, la vida sigue adelante.”
Becca Fitzpatrick, Finale

Abhijit Naskar
“Esgrime tus heridas como corona,
Saborea tus cicatrices como el chocolate.
Heridas pueden amargar a los animales,
Hacen a los humanos más amable.”
Abhijit Naskar, Yarasistan: My Wounds, My Crown

Juan Tranche
“La peor de las angustias, la más dolorosa, es echar de menos un amor que nunca sucedió.”
Juan Tranche, Gladiadoras

Abhijit Naskar
“Buscando amor,
Encontré dolor.
Evitando dolor,
Perdí el amor.

Buscando dolor,
Encontre amor.
Aceptando dolor,
Me levanté amador.”
Abhijit Naskar, Insan Himalayanoğlu: It's Time to Defect

Rosa Montero
“Y se llega a sufrir tanto que en algunos momentos hasta preferirías estar muerto, un perfecto ejemplo de razonamiento cortocircuitado: te espanta la muerte y para no sufrir ese espanto escogerías morir.”
rosa montero, El peligro de estar cuerda

Idea Vilariño
“La angustia ha devenido apenas un sabor, el dolor ya no cabe, la tristeza no alcanza.”
Idea Vilariño, Ya no será

Antonio Escohotado
“La revolución farmacológica de los años cincuenta se basa sobre todo en sustancias soporíferas, pero empleadas como relajantes y sedantes. Son drogas que se venden -para el stress y la angustia de la vida moderna-. No crean una corriente de ensoñación como los opiáceos, ni fomentan atención o reflexión como los estimulantes anfetamínicos o análogos, sino que más bien se emplean para acomodar al sujeto en una adormilada indiferencia hacia lo interior y lo exterior.”
Antonio Escohotado, Historia general de las drogas

Almudena Grandes
“Aquella fue la primera vez en su vida que Raquel Fernández Perea vio llorar a su abuelo, la primera y la última, la única, pero nunca se sintió privilegiada ni orgullosa por haber sido testigo de su llanto, como había sido tantas veces espectadora de su alegría, porque su abuelo lloraba como un niño pequeño, sin freno, sin pausa, sin consuelo, olvidado de su nieta y de sí mismo, del hombre que había sido y del que seguía siendo, un hombre que había podido morir muchas veces y había salvado la vida para celebrar la muerte de su enemigo bailando un pasodoble con su mujer en una plaza del Barrio Latino de París, muy poco, poquísimo, casi nada, con un frío que pelaba y delante de una pandilla de inocentes, Ignacio Fernández Muñoz, alias el Abogado, defensor de Madrid, capitán del Ejército Popular de la República, combatiente antifascista en la segunda guerra mundial, condecorado dos veces por liberar Francia, rojo, español, y propietario de una pena negra, honda y sonriente que su nieta no olvidaría jamás, como no olvidaría la tarde en que le vio llorar, más solo, más angustiado, más derrotado que nunca, incapaz de seguir reteniendo por más tiempo todas las lágrimas que no había dejado ir mientras toreaba a la muerte por su cuenta, mientras se fugaba de las cárceles, de los campos, de los trenes, de los que le querían matar sólo porque era él, y que eran todos, mientras se acostumbraba al fracaso perpetuo de una vida próspera en un país ajeno, y al sueño imposible de la ciudad propia que volvía a perder cada mañana, porque somos de un país de hijos de puta, vamos a brindar, porque somos de un país de mierda, brindemos, él había levantado la copa, todas sus copas, pero había retenido también todas sus lágrimas para dejarlas ir ahora, sin freno, sin pausa, sin consuelo, para llorar el llanto de una vida entera [...]”
Almudena Grandes, El corazón helado

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