Yuma
1.373
Western
Ha terminado la Guerra de Secesión (1861-1865), pero el soldado sureño O'Meara se niega a aceptar la derrota y decide huir hacia el Oeste para unirse a los indios Sioux e integrarse en su modo de vida. Sin embargo, para disgusto de O'Meara, el gran jefe Nube Roja ha decidido firmar un tratado de paz con el hombre blanco. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2007
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insólito y atípico western de Sam Fuller que narra la historia de la última bala de una guerra. Algo original y complicado a la vez. Y más cuando en 80 minutos es capaz de tocar tantos temas y tan densos como la dignidad de la persona, el respeto a las creencias ajenas o las relaciones humanas, etc, lo cual desmonta ese mito de director reaccionario y militarista que le ha perseguido siempre. Basta ver esta película para darse cuenta de que Fuller está del lado de los indios, de los sioux, pues nos cuenta todas sus razones y nosotros las compartimos.
Se respira, además, un aire fordiano a lo largo de todo el film (el tipo que va cantando una canción folclórica sureña con un banjo, el origen irlandés del personaje de Rod Steiger, ciertos personajes, la aparición inesperada de la religión), lo cual no es casual, pues Ford y Fuller eran grandes amigos. De hecho, los especialistas de "Yuma" y algunos actores son de John Ford, el cual asistía a casi todos los rodajes de Fuller.
El protagonista, Rod Steiger, es un héroe antipático, justo la antítesis del héroe que estamos acostumbrados a ver en los westerns. Esa cualidad era la que perseguía Fuller cuando escogió a Steiger para hacer la película, algo que le valió un enfrentamiento con la RKO que quería imponer a Gary Cooper, que tiene poco de antipático.
En definitiva, un western recomendable para los amantes del género y para los no tan incondicionales. Sólo por ver la secuencia de la carrera de la flecha, magníficamente bien filmada, merece la pena echarle un vistazo a "Yuma".
Se respira, además, un aire fordiano a lo largo de todo el film (el tipo que va cantando una canción folclórica sureña con un banjo, el origen irlandés del personaje de Rod Steiger, ciertos personajes, la aparición inesperada de la religión), lo cual no es casual, pues Ford y Fuller eran grandes amigos. De hecho, los especialistas de "Yuma" y algunos actores son de John Ford, el cual asistía a casi todos los rodajes de Fuller.
El protagonista, Rod Steiger, es un héroe antipático, justo la antítesis del héroe que estamos acostumbrados a ver en los westerns. Esa cualidad era la que perseguía Fuller cuando escogió a Steiger para hacer la película, algo que le valió un enfrentamiento con la RKO que quería imponer a Gary Cooper, que tiene poco de antipático.
En definitiva, un western recomendable para los amantes del género y para los no tan incondicionales. Sólo por ver la secuencia de la carrera de la flecha, magníficamente bien filmada, merece la pena echarle un vistazo a "Yuma".
31 de julio de 2008
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Western psicológico y polémico en su tiempo. Ese conflicto personal de los perdedores de la guerra civil americana producía ciertos escozores. Por otro lado, el retrato de los soldados de Grant como los malos de la película en contraposición a los “salvajes” indios tampoco se acepta de buen grado. Y si a eso le unimos la elección de Steiger como actor principal (cabezonería de Fuller) pues, que quieren que les diga...
Pero Samuel Fuller tenía razón y hay que dársela. Rod Steiger está fenomenal y absolutamente creíble en su papel de “perdedor” en busca de independencia y sentidos a la vida. Por otro lado, los espectadores menos “chauvinistas” agradecemos que los malos no sean los de siempre. Y además habrá quien satisfaga su orgullo patrio e hispano con la presencia de nuestra Saritísima, en un papel de cierta entidad pero tirando a breve. Lo resuelve con dignidad. Cumple. Sin exageraciones.
A Samuel Fuller se le tachó de director militarista. Tal vez su participación en el conflicto bélico europeo marcó en él ciertas tendencias. Sin embargo esta no es una película “militar” en el sentido estricto del término, y aunque existe violencia, sangre y algún que otro despellejamiento, exigencias del guión, el film explora más las profundidades personales que los conflictos colectivos y se interesa más por el respeto o no de los compromisos adquiridos que por las medallas o trofeos conseguidos a golpe de pistola ó de flecha.
Excelente la secuencia de la carrera “run the arrow” (que por cierto me recordó The naked prey de Cornel Wilde) como de excelente puede calificarse la fotografía y la labor de los actores, Brian Keith, Charles Bronson, Ralph Meeker y en especial, el antidivo Rod Steiger.
Pero Samuel Fuller tenía razón y hay que dársela. Rod Steiger está fenomenal y absolutamente creíble en su papel de “perdedor” en busca de independencia y sentidos a la vida. Por otro lado, los espectadores menos “chauvinistas” agradecemos que los malos no sean los de siempre. Y además habrá quien satisfaga su orgullo patrio e hispano con la presencia de nuestra Saritísima, en un papel de cierta entidad pero tirando a breve. Lo resuelve con dignidad. Cumple. Sin exageraciones.
A Samuel Fuller se le tachó de director militarista. Tal vez su participación en el conflicto bélico europeo marcó en él ciertas tendencias. Sin embargo esta no es una película “militar” en el sentido estricto del término, y aunque existe violencia, sangre y algún que otro despellejamiento, exigencias del guión, el film explora más las profundidades personales que los conflictos colectivos y se interesa más por el respeto o no de los compromisos adquiridos que por las medallas o trofeos conseguidos a golpe de pistola ó de flecha.
Excelente la secuencia de la carrera “run the arrow” (que por cierto me recordó The naked prey de Cornel Wilde) como de excelente puede calificarse la fotografía y la labor de los actores, Brian Keith, Charles Bronson, Ralph Meeker y en especial, el antidivo Rod Steiger.
14 de diciembre de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminada la Guerra de Secesión, un soldado sudista moralmente destrozado por la derrota del sur y desoyendo los consejos de su madre, no acepta la rendición y se convierte en un rebelde, uniéndose con los indios para continuar su particular lucha contra los yankees.
Yuma es un solidó y artesano western con algunas lagunas y incongruencias infantiles, como por ejemplo el aprender la lengua Sioux en 3 días, con un Rod Steiger encarnando el papel de un atormentado y solitario soldado rebelde que busca su propia identidad. Sara Montiel tiene un pequeño e intranscendente papel, salvando de la muerte al protagonista de manera ilógica.
Conclusión: Película de buen ver si perdonamos los fallos garrafales del guión.
Yuma es un solidó y artesano western con algunas lagunas y incongruencias infantiles, como por ejemplo el aprender la lengua Sioux en 3 días, con un Rod Steiger encarnando el papel de un atormentado y solitario soldado rebelde que busca su propia identidad. Sara Montiel tiene un pequeño e intranscendente papel, salvando de la muerte al protagonista de manera ilógica.
Conclusión: Película de buen ver si perdonamos los fallos garrafales del guión.
24 de junio de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam Fuller es de esos pocos directores que constituyen un género en sí mismos. Y esta película abarca todos los elementos del Western. Se trata de un film de una densidad enorme, que en tan sólo 85 minutos trata de multitud de asuntos que de manera aislada cada uno de ellos daría para hacer otra película. Los temas cardinales son el Odio y la Reconciliación (ésta última, lograda en virtud de no haber maltratado a los perdedores de la Guerra de Secesión una vez finalizada la misma), pero también están presentes el individualismo tan característico de los Estados Unidos, -que aquí no se conforma con ser la lucha de uno contra todos, sino que va más allá aún, enfrentando a nuestro protagonista incluso contra sí mismo-, el respeto a las creencias ajenas, el patriotismo -con un formidable juego con la bandera en la batalla final-, la Nación como realidad objetiva y hecho de existencia no dependiente de la voluntad humana -que acaba imponiéndose-, la dignidad del pueblo Indio, etc. Y debido a toda esta profusión temática, la película avanza a modo de cortes brutales, por lo que el trabajo de Fuller se parece al de un escultor cincelando una roca.
La elección de Rod Steiger como actor principal fue una apuesta personal de Samuel Fuller, en contra del criterio de la RKO que querían a Gary Cooper, habiendo supuesto todo un acierto a la hora de transmitir ese grado de antipatía que se requería de su interpretación , -su fisonomía juega a su favor en este sentido-, que por otra parte hubiera sido muy difícil de conseguirse con una estrella consagrada.
Esta cinta tiene una clara inspiración fordiana, -John Ford era muy amigo de Fuller y solía asistir a todos sus rodajes-, que aquí queda patente por el origen irlandés del personaje de Rod Steiger, por el cantante del banjo, -el propio director fue al Sur a contratarlo, con la dificultad de convencerlo para que cantase una canción folclórica (con profundo mensaje) subido en un carro, en lugar de encima de un escenario-, por varios actores habituales de John Ford como Olive Carey -la viuda de Harry Carey, que aquí hace de madre de O´Meara-, Carleton Young -en la piel de un cirujano- o todos los especialistas, la música de Victor Young, -que hizo con Ford "Río Grande" y "El Hombre Tranquilo"-, y por la inesperada e insólita aparición de la Religión en la trama.
Aunque quizás sea con Raoul Walsh con quien más se asemeje Fuller, por la fisicidad de sus filmes y por el gusto de ambos por la violencia, -dicen que éste último en vez de decir "acción" durante los rodajes, disparaba un revólver.
El título en español resulta un despropósito. De hecho, Yuma es una localidad situada en el suroeste del Estado de Arizona, famosa por su prisión, y el territorio donde habitaban las tribus indias de esta película pertenece a los norteños Estados de Minnesota, las dos Dakotas, Montana y Nebraska.
La película tiene una estructura en espiral, con recursos que se repiten cual boomerang, como esos títulos de crédito de color rojo intenso insertados en la frente de O´Meara, -en ese arranque "fantastique" en medio de un paisaje completamente mineral, prefigurando lo que será el spaguetti western-, que tiene su correspondencia con la sangre en la frente del único personaje cargado de más odio que él (un tanto más en el debe del cásting, debido al elevadísimo grado de repulsión que también suscita este otro artista), provocada por uno de los mejores balazos de la historia del cine, en la primera vez que se usaron petardos con sangre falsa para simular impactos reales. Asimismo tenemos los dos vuelos de la flecha, ambos interrumpidos por diferentes motivos, -magnífica la primera carrera invocada por "Coyote andante" para evitar su muerte de una forma con la cual no alcanzaría el Paraíso y para darle una oportunidad a su amigo O´Meara (es estupenda la manera en que se plasma la camaradería forjada entre estos dos inadaptados, a base de elipsis temporales), rodada en su mayor parte enfocando a ambos actores de cintura para abajo, debido a la lesión de tobillo que sufría por entonces Rod Steiger y que le impedía correr-; la bala con la que yerra el tiro O´Meara frente a Driscoll y con la cual acabará matando su odio y expulsando todos sus demonios interiores en el epílogo; la dicotomía dentro del Ejército entre la poco valorada Infantería -"sólo las mujeres caminan"...(risas)- y la apreciada Caballería, que tendrá gran importancia simbólica en la confrontación entre los Sioux (a caballo) y los soldados americanos (de a pie), así como la aparición de la armónica -integrada como elemento importante en la excelsa banda sonora-, que acabará siendo clave para el devenir del niño "Lengua Silenciosa" (no es casual la elección de este instrumento, ya que es por su vibración del único modo en que un sordomudo puede saber, por experiencia previa, que está sonando al soplar).
Es interesante también la distinción que se hace en la Institución castrense entre su parte constructiva (encabezada por Brian Keith como el Jefe de Ingenieros) y la destructiva o militar propiamente dicha.
La película cuenta con gran cantidad de primeros planos coincidiendo con momentos de diálogos de gran riqueza (Fuller era además un fenomenal guionista y escritor), que sirven para enfatizar la ideología de los personajes. A este director se le acusó de reaccionario, y es con el paso de los años cómo se le ha ido reconociendo de verdad, siendo esta "Run of the Arrow" el ejemplo perfecto de un título que no ha parado crecer con el paso del tiempo -al ir convergiendo el fondo y la forma-, como los buenos vinos.
Continúa en spoiler por falta de espacio.
La elección de Rod Steiger como actor principal fue una apuesta personal de Samuel Fuller, en contra del criterio de la RKO que querían a Gary Cooper, habiendo supuesto todo un acierto a la hora de transmitir ese grado de antipatía que se requería de su interpretación , -su fisonomía juega a su favor en este sentido-, que por otra parte hubiera sido muy difícil de conseguirse con una estrella consagrada.
Esta cinta tiene una clara inspiración fordiana, -John Ford era muy amigo de Fuller y solía asistir a todos sus rodajes-, que aquí queda patente por el origen irlandés del personaje de Rod Steiger, por el cantante del banjo, -el propio director fue al Sur a contratarlo, con la dificultad de convencerlo para que cantase una canción folclórica (con profundo mensaje) subido en un carro, en lugar de encima de un escenario-, por varios actores habituales de John Ford como Olive Carey -la viuda de Harry Carey, que aquí hace de madre de O´Meara-, Carleton Young -en la piel de un cirujano- o todos los especialistas, la música de Victor Young, -que hizo con Ford "Río Grande" y "El Hombre Tranquilo"-, y por la inesperada e insólita aparición de la Religión en la trama.
Aunque quizás sea con Raoul Walsh con quien más se asemeje Fuller, por la fisicidad de sus filmes y por el gusto de ambos por la violencia, -dicen que éste último en vez de decir "acción" durante los rodajes, disparaba un revólver.
El título en español resulta un despropósito. De hecho, Yuma es una localidad situada en el suroeste del Estado de Arizona, famosa por su prisión, y el territorio donde habitaban las tribus indias de esta película pertenece a los norteños Estados de Minnesota, las dos Dakotas, Montana y Nebraska.
La película tiene una estructura en espiral, con recursos que se repiten cual boomerang, como esos títulos de crédito de color rojo intenso insertados en la frente de O´Meara, -en ese arranque "fantastique" en medio de un paisaje completamente mineral, prefigurando lo que será el spaguetti western-, que tiene su correspondencia con la sangre en la frente del único personaje cargado de más odio que él (un tanto más en el debe del cásting, debido al elevadísimo grado de repulsión que también suscita este otro artista), provocada por uno de los mejores balazos de la historia del cine, en la primera vez que se usaron petardos con sangre falsa para simular impactos reales. Asimismo tenemos los dos vuelos de la flecha, ambos interrumpidos por diferentes motivos, -magnífica la primera carrera invocada por "Coyote andante" para evitar su muerte de una forma con la cual no alcanzaría el Paraíso y para darle una oportunidad a su amigo O´Meara (es estupenda la manera en que se plasma la camaradería forjada entre estos dos inadaptados, a base de elipsis temporales), rodada en su mayor parte enfocando a ambos actores de cintura para abajo, debido a la lesión de tobillo que sufría por entonces Rod Steiger y que le impedía correr-; la bala con la que yerra el tiro O´Meara frente a Driscoll y con la cual acabará matando su odio y expulsando todos sus demonios interiores en el epílogo; la dicotomía dentro del Ejército entre la poco valorada Infantería -"sólo las mujeres caminan"...(risas)- y la apreciada Caballería, que tendrá gran importancia simbólica en la confrontación entre los Sioux (a caballo) y los soldados americanos (de a pie), así como la aparición de la armónica -integrada como elemento importante en la excelsa banda sonora-, que acabará siendo clave para el devenir del niño "Lengua Silenciosa" (no es casual la elección de este instrumento, ya que es por su vibración del único modo en que un sordomudo puede saber, por experiencia previa, que está sonando al soplar).
Es interesante también la distinción que se hace en la Institución castrense entre su parte constructiva (encabezada por Brian Keith como el Jefe de Ingenieros) y la destructiva o militar propiamente dicha.
La película cuenta con gran cantidad de primeros planos coincidiendo con momentos de diálogos de gran riqueza (Fuller era además un fenomenal guionista y escritor), que sirven para enfatizar la ideología de los personajes. A este director se le acusó de reaccionario, y es con el paso de los años cómo se le ha ido reconociendo de verdad, siendo esta "Run of the Arrow" el ejemplo perfecto de un título que no ha parado crecer con el paso del tiempo -al ir convergiendo el fondo y la forma-, como los buenos vinos.
Continúa en spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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28 de septiembre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Finalizada la guerra de secesión norteamericana, con la inapelable victoria del Norte, es decir, de La Unión, un soldado sudista que ha tenido ¿el honor? de disparar la última bala de este conflicto, se niega en su fuero interno a aceptar la derrota, reniega de los hombres blancos y decide trasladarse al Oeste, contactar con los nativos americanos (leasé , los "indios"), unirse a ellos e integrarse plenamente en la tribu. Vivir como ellos, luchar con ellos,etc., aunque esto le suponga tener que enfrentarse a los hombres de su raza.
Continuo en la Zona spoiler.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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