Como postrado ante un dios es la segunda parte de las Misiones de Arconte del Capítulo III: Acto V, Pulso de Akasha, fuego que arrasa.
Detalles[]
- Reúnete con Dehya en el Caravasar Ribat
- Encuentra a Tignari en el Jardín Dhyai
- Habla con Dehya después de salir del Jardín Dhyai
- Sigue junto a Dehya el rastro de Dottore
- Habla con Dehya
- Dirígete a Puerto Ormos
- Sigue a los soldados Fatui
- Escóndete en la Posada Wikala
- Habla con Dehya
- Regresa al Jardín Dhyai lo antes posible
- Derrota a los Fatui
- Oleada 1:
- Oleada 2:
- Oleada 3:
- Habla con Tignari
- Ve a ver cómo están Tignari y Dehya
- Ve donde se encuentra Haypasia
- Espera hasta la hora acordada (19-21 h)
- Dirígete al Gran Bazar
Recompensas[]
- EXP de Aventura
- Protogemas
- Mora
- Experiencia del aventurero
- Mineral de refinamiento místico
Notas[]
- Al completar la misión recibirás el logro "La ecuación de la victoria" del conjunto de logros Maravillas del mundo.
Diálogos[]
- (Reúnete con Dehya en el Caravasar Ribat)
- Paimon: ¡Dehya! ¡Hemos llegado!
- Dehya: ¡Ya era hora! ¿No dijeron que nuestra parte del plan era la más importante? *Tch*, y sin embargo llegan tarde.
- Dehya: Ya di cinco vueltas alrededor, me tomé siete tragos e incluso compré algo de ropa.
- Paimon: Ay, Paimon lo siente. No quisimos hacerte esperar.
- Dehya: ¡Hum! Solo se los quería echar en cara para que les sirva de lección. En fin, para tratarse de un asunto tan importante, sí que se tomaron su tiempo.
- Lo siento, nos entretuvimos con un asunto peliagudo.
- Dehya: ¡Jaja! Deberías verte la cara. Está bien, basta de bromas.
- Dehya: ¡Los he esperado tanto que se me entumecieron los brazos! Así que andando. Acabemos pronto con esto.
- Paimon: Humm, ¿pero por dónde empezamos?
- Dehya: Nuestra misión es confirmar el paradero del miembro de Los Once conocido como "Dottore", y asegurarnos de que no se interponga en nuestro camino cuando rescatemos a la Reina Menor Kusanali.
- Dehya: Lidiar con una institución que controla toda Sumeru de por sí ya es bastante complicado... Si Dottore aparece, será prácticamente imposible cumplir nuestro objetivo.
- Paimon: Sí, no queremos que aparezca... ¡Ay, a Paimon le da escalofríos!
- Dehya: Es cierto. Su nombre me recuerda a esos viejos sabelotodos de la Academia. Prefiero no tener que tratar con gente así.
- Bueno, ¿entonces qué hacemos?
- Dehya: Según el plan, primero debemos ir al Jardín Dhyai y buscar al guardia forestal, Tignari.
- Dehya: Si las fuentes de Alhacén y Cyno están en lo cierto, la Academia todavía confía en él.
- Dehya: Así que vamos a buscarlo y convencerlo de que nos facilite la información más actualizada que tenga sobre Dottore. Dependiendo de lo que averigüemos, haremos las modificaciones pertinentes al plan.
- Dehya: Los sabios han colocado espías por todas partes al otro lado del Muro. Yo seré su guardaespaldas.
- No esperaba que me cubrieras las espaldas.
- Dehya: Jaja, considérenlo un honor. No le ofrezco mis servicios a cualquiera.
- Paimon: ¡Paimon pensaba que los mercenarios harían lo que fuera por Moras!
- Dehya: Eso es verdad. Pero cuando son muchas las personas que desean tus servicios, siempre debes escoger al mejor postor. Si tuviera que cobrarles... les haría un descuento.
- Paimon: ¿C-cuántos Moras quieres? Paimon no cree que tengamos suficientes para pagar tus servicios.
- Dehya: Humm, ¿cuánto estaría bien? Hagamos esto, ¿qué tal si me pagan con una sonrisa?
- ¿Eh?
- Dehya: Hace tiempo que no te veo sonreír. Seguro que tienes una sonrisa encantadora.
- Dehya: Vamos, muéstrame una sonrisa para aliviar tensiones.
- Gracias, Dehya.
- Dehya: ¡Qué bien te ves! ¡Espero que esa sonrisa tan linda nos traiga buena suerte!
- Dehya: Hay muchos tipos de sonrisas, pero solo una realmente alegre puede ser una bendición para los demás. Seguro que la tuya es un anticipo de la futura victoria.
- Dehya: ¡En marcha! Es hora de visitar el Jardín Dhyai.
- (Encuentra a Tignari en el Jardín Dhyai)
- Paimon: ¡Ahí está! Vayamos rápido.
- Paimon: ¡Tignari!
- Tignari: ¿Viajero? ¿Paimon? ¿Y tú eres...?
- ¡Cuánto tiempo sin verte!
- Dehya: ¿Qué tal?
- Paimon: Esta es Dehya, nuestra amiga. ¡Es una mercenaria Eremita!
- Tignari: Una mercenaria... Humm, debe tratarse de algo importante.
- Tignari, queremos hacerte una pregunta.
- Paimon: ¡Es algo superimportante! ¡Por favor, ayúdanos!
- Tignari: Muy bien, síganme.
- Tignari: Aquí está mejor. Nadie va a interrumpirnos.
- Tignari: Bien, ¿qué es eso tan importante que querían preguntarme?
- ¿Conoces a Dottore?
- Queremos saber dónde se encuentra.
- Tignari: Dottore...
- Paimon: ¡Es uno de esos raritos de Los Once de los Fatui que lleva una máscara! Paimon cree recordar que tiene el cabello azul.
- Tignari: Sí, lo conozco.
- Tignari: De hecho, acaba de marcharse del Jardín Dhyai hace un momento.
- Dehya: ¡Qué coincidencia!
- Tignari: Sí, vino a buscarme.
- Dehya: ¿Qué quería?
- Dehya: Perdón por preguntarlo de esta manera cuando nos acabamos de conocer, pero tu respuesta es muy importante para nosotros.
- Dehya: Por ahora, todo lo que podemos decirte es que... tu amigo Cyno también está colaborando con nosotros.
- Tignari: ¿Cyno?
- Tignari: ...
- Tignari: ... Ya veo, así que es por eso que no ha estado en la Academia.
- Tignari: De acuerdo. Trataré de responder a sus preguntas y ayudarles en la medida de lo posible. No hacen falta más explicaciones.
- Dehya: Jajaja, el nombre de Cyno realmente funciona de maravilla. ¿No te preocupa que nos lo hayamos inventado?
- Tignari: Bromas aparte, no creo que ni tú, ni Viajero ni Cyno se atrevan a engañarme.
- Tignari: No tenemos que entrar en detalles si no quieren. Vayamos al grano.
- Tignari: El Fatui que mencionan vino porque quería llevarse a una erudita llamada Haypasia.
- Paimon: ¡¿Haypasia?! ¿Por qué querría llevársela?
- ¿Cuáles son sus intenciones?
- Dehya: ¿Y qué quieres decir con "llevársela"? ¿Planea salir de Sumeru?
- Tignari: Sí, me dijo que pronto volverá a Snezhnaya.
- Tignari rememora su encuentro con Dottore.
- Tignari: Entonces, ¿eso significa que te marchas ya?
- Dottore: En efecto. De lo contrario, hubiéramos podido charlar un poco más.
- Dottore: Estaba a punto de partir cuando recordé algo importante y tuve que venir por última vez al Jardín Dhyai.
- Dottore: Permíteme preguntar... ¿Has estado cuidando de una erudita llamada Haypasia?
- Tignari: Veo que los Fatui ya están al corriente. No me sorprende, dada su vasta red de informantes. Y sí, tienes razón, he estado cuidando de ella.
- Dottore: Perdona mi indiscreción, ¿pero cómo va su tratamiento?
- Tignari: Por tu tono de voz, supongo que tienes algo que decirme.
- Dottore: Pues ya que lo mencionas, seré sincero contigo. Me gustaría llevarme a Haypasia a Snezhnaya.
- Tignari: ...
- Tignari: Tú también eres un erudito. Deberías saber perfectamente lo difícil que es trasladar a un paciente.
- Dottore: ¿Eh? ¿Acaso no confías en mí? Me ofende que pongas mi conocimiento en tela de juicio.
- Tignari: Después de todo, eres la única persona que ha hecho una petición semejante.
- Dottore: Tengo una forma de garantizar su seguridad durante el viaje. Además, prometo que, bajo mi cuidado, Haypasia recibirá el tratamiento más avanzado y efectivo.
- Dottore: Yo mismo supervisaré su tratamiento y velaré por su recuperación. ¿Te parece aceptable?
- Tignari: Haypasia nació en Sumeru y sigue siendo una erudita de la Academia. Por el momento, su condición no ha empeorado, así que no hay motivo para justificar su traslado a otra nación.
- Tignari: Transportarla a Snezhnaya sería muy arriesgado, y los beneficios potenciales son inciertos. Como responsable de su cuidado, no puedo aceptarlo.
- Tignari: Tu propuesta es desconsiderada y ofensiva. Me temo que tendré que rechazarla.
- El recuerdo llega a su fin.
- Tignari: No conozco muy bien a Dottore, pero después de esa conversación, me di cuenta de que, como muchos eruditos, tiene esos aires de grandeza que tanto detesto.
- Tignari: No es que menosprecie a los demás, sino que tiene mucha confianza en sí mismo y su capacidad, hasta un punto que casi roza la locura.
- Tignari: Nunca dejaría a un paciente en manos de alguien así.
- ¿Y se dio por vencido así sin más?
- Tignari: Yo estaba preparado para una discusión acalorada pero, sorprendentemente, cedió sin oponer resistencia. Sin embargo, su reacción fue preocupante...
- Tignari rememora las palabras que Dottore dijo aquel entonces.
- Dottore: ... Jeje.
- Dottore: Ya veo. Claro, tu opinión tiene sentido.
- Dottore: Jeje... Eres joven, pero obstinado. No eres como yo pensaba...
- Tignari: ...
- Dottore: En circunstancias normales, no pasaría por alto algo así, pero hoy tengo prisa. Su Majestad, la Zarina, solicita nuestro regreso.
- Dottore: Por suerte, tengo un poco de tiempo de sobra para ocuparme de todos mis asuntos antes de marcharme.
- Dottore: Es tal y como dijeron los de la Academia, eres un erudito responsable y talentoso. Es una pena que te falte una pizca de perspicacia.
- Dottore: La gente como tú nunca comprenderá que tarde o temprano todos han de pagar el precio del conocimiento.
- El recuerdo llega a su fin.
- Paimon: ¡Puaj! Paimon tiene un mal presentimiento...
- Tignari: Vino a hacerme una pregunta, pero hizo caso omiso de mi respuesta. Tal vez me considere solo una Hongo parlanchín.
- Tignari: No había malas intenciones en sus palabras, pero noté indiferencia en su forma de hablar. Está claro que siempre ha mirado a otros por encima del hombro.
- Dehya: ...
- No puedo creer que se vaya de Sumeru.
- Dehya: Yo tampoco puedo creerlo. Pero, de ser cierto, la suerte está de nuestro lado.
- Tignari: Eso es todo lo que sé. Francamente, espero que no corran ningún peligro. Ahora que saben un poco más, estarán más seguros.
- Gracias por contárnoslo, Tignari.
- Dehya: Siento que no podamos darte más detalles, y gracias por ayudarnos. No olvidaré tu amabilidad.
- Tignari: No fue nada, solo cumplo con mi deber. Si les soy sincero, quizás todo esto sea culpa mía.
- Tignari rememora el primer incidente.
- Tignari: He recibido varias cartas recientemente de mi maestro en las que me pedía que volviera a la Academia para ayudarle en su investigación.
- Cyno: No es la primera vez que te lo pide, ¿verdad?
- Tignari: Así es. Pero hay algo extraño en sus últimas cartas. Su caligrafía y su forma de hablar son la misma, pero algunos detalles no concuerdan...
- Tignari: Mi maestro siempre escribe unos puntos en el dorso de la carta. Un punto significa que la escribió en un día soleado. Tres puntos significan que la escribió en un día lluvioso.
- Tignari: Tiene ese hábito desde hace años. Pero en las últimas cartas no hay ningún punto. Me temo... que haya ocurrido algo.
- Cyno: Entiendo. Puesto que tú debes quedarte en la Villa Gandharva, quieres que yo, que estoy dentro de la Academia, averigüe lo que pasó, ¿cierto?
- Tignari: Te lo agradecería, siempre y cuando estés a salvo. Retírate de inmediato al primer indicio de peligro.
- Cyno: Lo haré, pero algo me dice que no será tan sencillo.
- Cyno: La Academia está trabajando en un proyecto a gran escala. No sé de qué se trata, pero quizás tu maestro esté involucrado.
- Tignari: ...
- Cyno: Si las altas esferas esconden algo, una vez que comience la investigación será difícil dar marcha atrás.
- Cyno: Si la situación lo requiere, dejaré la Academia. Si me ausento por un periodo largo, tómalo como una señal.
- Tignari: Bien, así lo haré. Yo me quedaré en la Villa Gandharva para apoyarte.
- Cyno: Si se diera el caso, debes ser precavido con cualquier información u orden directa de la Academia.
- Tignari: No esperaba una advertencia así de parte del Gran Juez.
- Cyno: Ser leal a la Academia no significa seguir a ciegas lo que dicten los sabios. Sé lo que estoy haciendo.
- Cyno: ¿Qué hay de ti? Como egresado de la Academia, ¿desconfías de tu alma máter?
- Tignari: Mi maestro es una persona íntegra. Incluso cuando era su estudiante, me preocupaba que fuera a meterse en problemas por apegarse a sus principios.
- Tignari: La suerte le ha acompañado durante mucho tiempo, pero estaba claro que el destino acabaría por alcanzarle.
- El recuerdo llega a su fin.
- Dehya: Ya veo. Entonces sabían desde un principio que había algo raro en la Academia.
- Tignari: Esa es quizás la razón por la que Cyno terminó involucrado en todo esto. En ese caso, debo cumplir con mi promesa y ayudarles en todo lo que pueda.
- Tignari: Si se topan con Cyno, envíenle el siguiente mensaje de mi parte: "Confía en tus sentidos y en tu experiencia".
- Tignari: Creo que le hace falta escuchar estas palabras en estos momentos.
- Paimon: ¡De acuerdo, se lo diremos cuando podamos!
- Tignari: Gracias.
- Dehya: Ahora solo tenemos que encontrarlo...
- Dehya: Por cierto, ¿en qué dirección se fue Dottore al dejar el Jardín Dhyai?
- Tignari: Por allá.
- Dehya: Bien, gracias. Entonces nos vamos ya.
- ¡Nos vemos!
- (Habla con Dehya después de salir del Jardín Dhyai)
- Dehya: De acuerdo a Tignari, Dottore dejará Sumeru pronto. Quiero comprobar que lo que dijo es cierto.
- Dehya: También dijo que "se ocuparía de todos sus asuntos" antes de irse. ¿Qué quiso decir? Debemos tener mucho cuidado con sujetos así.
- Dehya: Solo por precaución, busquémoslo. A ver si descubrimos algo.
- Paimon: Pero no tenemos idea de a dónde fue. ¿Cómo vamos a seguirle la pista?
- Dehya: Lo haremos tal y como lo haría un mercenario. Buscaré pistas por el camino. Ustedes solo síganme.
- (Sigue junto a Dehya el rastro de Dottore)
- Dehya: ¡Hum! Puede que sea precavido, pero aun así dejó un rastro tras de sí.
- Dehya: O quizás nunca tuvo la intención de ocultar sus huellas. ¿Tan arrogante es?
- Dehya: Sí, es la dirección correcta.
- Dehya: El rastro aún está fresco, pero no hay signos de él en los alrededores. Seguramente tiene prisa.
- Dehya: Tal y como imaginé.
- (Habla con Dehya)
- Dehya: Aquí está bien. Tengo una idea de a dónde se dirige Dottore.
- Dehya: Al sur se encuentra Puerto Ormos. Seguro que ese es su destino.
- Paimon: Al puerto... ¿Planea irse en barco?
- Dehya: Exacto. Vayamos para allá.
- (Dirígete a Puerto Ormos)
- Paimon: ¡Miren, soldados Fatui!
- Paimon: Gracias a la habilidad de rastreo de Dehya, parece que hemos dado con el sitio correcto.
- Dehya: ¡Shh! No hay que llamar su atención.
- Dehya: El puerto está repleto de soldados Fatui...
- Paimon: ¡Sigamos avanzando a ver qué encontramos!
- (Sigue a los soldados Fatui)
- Oficial Fatui: ¡Esta es una despedida de la talla de uno de Los Once!
- Soldado Fatui: Y ahí va... *Suspira*, solo pude verlo un par de veces.
- Oficial Fatui: Antes, cuando yo tenía un puesto en Snezhnaya, la forma de hablar de Dottore era muy distinta a la de ahora. ¿Tal vez se le haya pegado el estilo de Sumeru?
- Oficial Fatui: Siempre pasa cuando estás lejos de casa por mucho tiempo. Tal vez le tome un tiempo acostumbrarse a su vida en Snezhnaya cuando esté de regreso.
- Soldado Fatui: ¿Eh? ¿Está seguro, señor?
- Oficial Fatui: ¡Lo recuerdo como si fuera ayer! Su porte y su forma de hablar son totalmente diferentes.
- Oficial Fatui: Y por alguna razón, parece que está de muy buen humor.
- Soldado Fatui: Debe ser tu imaginación. Nadie está feliz cuando lo envían de viaje de negocios.
- (Escóndete en la Posada Wikala)
- Dehya: Dottore está en ese barco.
- Dehya: ¡Hum! Así que dijo la verdad. Realmente se va de Sumeru.
- Dehya: Acerquémonos y busquemos un escondite para observarlo.
- (Habla con Dehya)
- Dehya: Aquí está bien. Podemos escondernos aquí y vigilar el barco.
- (Así que Dottore decía la verdad sobre salir de Sumeru... ¿pero es tan simple?)
- ¿De verdad no está planeando nada?
- Dehya: ¡¿Eh?!
- Paimon: ¡Oh, oh!
- ¿Ocurre algo?
- Paimon: Nos... ¡Nos vio!
- ¡...!
- Dottore les saluda.
- Dehya: ¿Nos está saludando?
- Dottore: Es hora de decir adiós.
- Dehya: Un momento, es la única persona en el barco, ¿cierto?
- Paimon: ¿Eh? ¿Nadie más lo acompaña?
- Dehya: ¿Y en dónde están todos esos soldados que vimos en el puerto?
- Paimon: Estaban aquí hace un instante, pero han desaparecido por completo...
- Dehya: Así que todo esto fue una trampa...
- Pero no hay nadie a nuestro alrededor.
- Dehya: ¿Acaso...?
- Dottore: "Por suerte, tengo un poco de tiempo de sobra para ocuparme de todos mis asuntos antes de marcharme".
- El barco donde Dottore va a bordo se aleja lentamente del puerto...
- Dehya: ¡Oh, no!
- ¡Oh, no!
- Dehya: Tal vez vaya detrás de Haypasia. Rápido, ¡tenemos que volver al Jardín Dhyai!
- Paimon: ¿Eh? ¿Por qué lo dices?
- Acabo de recordarlo...
- Haypasia conectó su consciencia con Scaramuccia...
- Dehya: Me temo que vio algo que no debió haber visto. Si yo fuera un Fatui, buscaría la forma de llevarla conmigo. Y si no la hubiera...
- Paimon: ¡Oh, no! ¡¿Piensan deshacerse de ella?!
- Dehya: ¡Vamos, rápido!
- (Regresa al Jardín Dhyai lo antes posible)
- Tignari: El Jardín Dhyai no es un lugar al que los Fatui puedan entrar a sus anchas.
- Oficial Fatui: Creo que hemos sido muy claros. Nuestro jefe nos ha dado permiso para buscar y recolectar hierbas medicinales en el Jardín Dhyai con fines académicos.
- Tignari: Pero hace tiempo que están aquí en Sumeru. Es una gran coincidencia que, de todos los días, hayan venido hoy, ¿no creen?
- Oficial Fatui: Ni siquiera el Gran Sabio tiene derecho a cuestionar nuestra investigación, y mucho menos un simple erudito como tú.
- Oficial Fatui: Solo cumplo con mi obligación de informarte. No nos lo pongas más difícil.
- Tignari: Conque no piensan escucharme...
- Tignari: Pueden negarlo todo lo que quieran, pero no han venido al Jardín Dhyai justamente hoy para recolectar plantas medicinales.
- Oficial Fatui: Con el debido respeto, sus acusaciones infundadas solo le traerán problemas.
- Tignari: Culpen a su jefe por no mantener un perfil bajo.
- Tignari: Vine al Jardín Dhyai en calidad de erudito, pero no por ello he dejado de ser un guarda forestal.
- Tignari: Es mi responsabilidad garantizar la paz y seguridad de los eruditos que han hecho grandes contribuciones a Sumeru.
- Oficial Fatui: Entonces, me temo que el diálogo ha dejado de ser una opción.
- Tignari: ¡Nadie te pondrá las manos encima, Haypasia!
- (Derrota a los Fatui)
- (Habla con Tignari)
- Tignari: Así no vamos a ninguna parte... Viajero, Paimon, vayan por Haypasia. Tenemos que evitar que la ataquen a nuestras espaldas.
- Paimon: ¡Entendido!
- Paimon: Haypasia sigue aquí. Al parecer, nadie ha entrado.
- ...
- (Luce ilesa, pero... ¿Por qué está tan quieta?)
- (*Fiu*, solo está durmiendo.)
- Paimon: ¿Y bien? ¿Cómo se encuentra?
- Está bien. Duerme como un bebé.
- Paimon: Oh, Paimon se alegra.
- ¿?: ¿Creíste que había acabado?
- (¡Esa voz...!)
- ¡¿Scaramuccia?!
- Paimon: ¡¿Qué?! ¿Scaramuccia está aquí?
- Scaramuccia aparece frente a ti como si fuera una ilusión.
- ¿?: Jajaja, extrañaba esa mirada de terror. Siempre que nos vemos tienes la misma expresión en el rostro.
- Paimon: ¿Dónde está?
- (¿Paimon no puede verlo? ¿Es un espíritu? ¿Un fantasma? No, no es eso.)
- (Debe de ser porque toqué a Haypasia. ¿Scaramuccia se encuentra dentro de su consciencia?)
- Scaramuccia: Puedo escuchar tus pensamientos.
- Scaramuccia: ¿Lo olvidaste? Nos vimos antes, cuando tocaste a Haypasia en tu última visita al Jardín Dhyai.
- ¿Qué le has hecho?
- Scaramuccia: No he hecho nada. Es un honor para ella poder conectar su consciencia conmigo.
- Paimon: ¿Eh? ¿Con quién hablas? No le digas a Paimon que es Scaramuccia... Jaja, eso es imposible...
- Scaramuccia: Seguro que sientes curiosidad, así que te diré que decidí entrar en la consciencia de Haypasia cuando sentí tu contacto.
- ¿Por qué?
- Scaramuccia: Solo quería ver que todos tus esfuerzos fueron en vano.
- Paimon: Oye, Viajero, ¿qué estás haciendo?
- Ahora no, Paimon.
- Scaramuccia: Mi deificación está a punto de concluir. Solo queda un toque final.
- Scaramuccia: ¿Entiendes lo que eso significa? Incluso si logras rescatar a la Reina Menor Kusanali, la diferencia entre su poder y el mío será abismal.
- Scaramuccia: ¿Crees que es sensato hacer que una Arconte infantil pelee contra un dios como yo?
- (Parece que la Academia se nos adelantó...)
- Scaramuccia: Los eruditos creen en la Diosa de la Sabiduría, y es por eso que pueden adorarla al mismo tiempo que construyen a un dios.
- Scaramuccia: Es una clara muestra de que los humanos mezclan blasfemia y exaltación al adorar a sus dioses. Es ridículo.
- (Si puedes escuchar mis pensamientos, tengo una pregunta para ti.)
- Scaramuccia: ¿De qué se trata?
- (¿Soy yo, o estás siendo más amigable que de costumbre?)
- Scaramuccia: ¿Eso piensas? Será porque estoy de buen humor.
- (¿Realmente estás de acuerdo con todo esto?)
- Scaramuccia: ¿De qué estás hablando?
- (La Academia quiere infundir tu consciencia con cápsulas de conocimiento divino... Es muy arriesgado.)
- (Incluso si la hipótesis de la Academia es correcta y logras adquirir la sabiduría de un dios...)
- (... Dejarás de ser tú mismo. Te convertirás en el nuevo "Rey Mayor Rukkhadevata" de la Academia.)
- (¿Estás dispuesto a convertirte en un dios, incluso si te pierdes a ti mismo?)
- Scaramuccia: ¡Hum! Hablas como si fueras un amigo al que de verdad le importo.
- Scaramuccia: Pero te equivocas. Soy distinto a ti y al resto del mundo.
- Scaramuccia: Nací para convertirme en un dios. Hasta ahora, mi vida entera ha carecido de sentido.
- Scaramuccia: Piensa en una hoja de papel. Por sí sola, no tiene significado alguno. Es en su contenido donde reside su valor.
- Scaramuccia: Todo lo que he registrado son recuerdos dolorosos y sentimientos humanos aburridos. Hace mucho tiempo que debí haber borrado todas esas tonterías.
- Scaramuccia: Pero me divierte ver sus torpes esfuerzos inútiles. Dime, ¿qué ha hecho este mundo por ti para que lo defiendas con tanta pasión?
- No lo entenderías.
- Scaramuccia: Estoy conectado a tu consciencia, así que puedo escuchar tus pensamientos. Puedo percibir tu determinación.
- Scaramuccia: He disfrutado mucho de nuestra charla, así que te daré un consejo: deja tu absurdo papel de protector. No sabes sabes cuál es la verdad.
- Scaramuccia: Es por tu bien y el de todos. Los humanos solo son felices en la ignorancia.
- (Si de verdad piensas eso, ¿por qué mantuviste tu conexión con la consciencia de Haypasia? Con tu poder actual, podrías cortar la conexión fácilmente.)
- Scaramuccia: Ah, es que tengo cierto afecto por ella. Si estuvieras en mi lugar, tú también lo harías.
- Scaramuccia: Ella vio a través de mi consciencia y comprendió mi pasado. Alguien así merece ser mi primera seguidora.
- Scaramuccia: Todos los dioses necesitan seguidores, y Haypasia tiene el honor de ser la elegida. Su aparición es una señal de mi inminente ascenso a la divinidad. Su adoración dará paso a mi gloria.
- (¿Eso crees?)
- Scaramuccia: ¿Dudas otra vez de mí? Bueno, no importa. Pronto serás testigo del poder que tanto te empeñas en desafiar.
- (Si de verdad aprecias a tu seguidora, deberías protegerla de cualquier daño.)
- Scaramuccia: ¿Quién piensa hacerle daño a mi fiel devota?
- (Dottore no quiere que se quede a continuar su tratamiento en Sumeru. ¿No te parece sospechoso?)
- Scaramuccia: ¿Dottore quiere hacerle daño a mi primera seguidora?
- (¿No estás enojado?)
- Scaramuccia: Jeje...
- Scaramuccia: Jajaja, es gracioso. ¿Te han dicho que sembrar discordia no es lo tuyo?
- Scaramuccia: Dottore no sabe cuál es su lugar. ¡Ese humano insignificante todavía se atreve a interferir en los asuntos de un dios!
- Scaramuccia: Eres muy ingenuo si piensas que con solo unas palabras podrás manipularme para que me deshaga de Dottore. Pero estoy dispuesto a darte un obsequio, igual que he hecho con Haypasia.
- Scaramuccia: Es un honor para ti poder estar aquí hablando conmigo. Así que, como mi devoto, mereces tu justa recompensa.
- (Esa expresión... ¿Qué estás tramando?)
- Scaramuccia: Un don puede usarse tanto para el bien como para el mal. Después de todo, los dioses no tienen por qué ser razonables.
- Rayos descienden del cielo y caen alrededor de ti.
- Paimon: ¡Aaah! ¡¿Una tormenta?!
- ¿Rayos? Tal vez sea obra de Scaramuccia...
- Paimon: ¿Ese tipo que Paimon no podía ver era Scaramuccia? ¡Pues sí que se tomó su tiempo charlando contigo!
- Yo tampoco me lo esperaba...
- Se ha vuelto más... tranquilo. Pero sigue faltándole un tornillo.
- Rayos descienden del cielo y caen alrededor de ti.
- Paimon: ¿Eh? ¿A dónde se dirige la tormenta?
- Imposible... ¿Scaramuccia está usando la Gnosis para alterar el clima?
- Paimon: ¡Todos los que están afuera corren peligro! ¡Andando, Tignari y Dehya todavía deben estar peleando!
- (Ve a ver cómo están Tignari y Dehya)
- ¡Ahí están Tignari y Dehya!
- Tu herida...
- ... Lo siento.
- Tal vez yo haya provocado los rayos.
- Está bien por ahora, pero tengo algo que contarte.
- Dehya: ¡Oye! ¡Nada de moverse!
- (Ve donde se encuentra Haypasia)
- Les cuentas todo, desde tu encuentro con Dottore en el puerto hasta la conversación que tuviste con Scaramuccia al conectar con su consciencia mientras vigilabas a Haypasia...
- Tengo un presentimiento.
- La razón por la que va detrás de Haypasia tiene que ver con Scaramuccia.
- Su consciencia está conectada a Scaramuccia, y ha visto su pasado.
- No estoy seguro.
- Paimon: ¡Yuju! ¡Lo logramos!
- Tignari: Auch... Me alegro por ustedes.
- Dehya: Gracias por ayudarnos, Tignari. Ahora, procura descansar.
- Sí, cuídate mucho.
- Tignari: Jaja, está bien.
- Dehya: Bueno, pues hemos terminado nuestros asuntos en el Jardín Dhyai. Viajero, es hora de reunirnos con los demás en el Gran Bazar.
- Dehya: Intentemos no llamar la atención. Nos vemos allí cuando estés listo.
- (Espera hasta la hora acordada (19-21 h))
- (Dirígete al Gran Bazar)
- Alhacén: Bien, ya están todos aquí.
- Dehya: ¿Qué tal? ¿Tuvieron suerte en su misión?
- Alhacén: Compartamos la información en orden. Empezaré yo.
- Alhacén: Hice las modificaciones necesarias en el conmutador Akasha. El equipo está listo también.
- Dehya: Mi turno. Viajero y yo fuimos al Jardín Dhyai. Las cosas se pusieron difíciles, pero encontramos a Tignari. El único problema es que... resultó herido.
- Cyno: ¿Quién lo hirió?
- Dehya: Eh, sobre eso... Viajero, ¿fueron los Fatui o Scaramuccia?
- Digamos que Scaramuccia.
- Cyno: ...
- Dehya: En fin, después de tanto ajetreo, descubrimos que Dottore ha dejado Sumeru en barco. Tenía un asunto urgente en Snezhnaya.
- Dehya: Ya nos quitamos a Dottore de encima y Tignari se está recuperando. Estará bien.
- Alhacén: Bien.
- Paimon: Por cierto, Tignari nos pidió que te diéramos este mensaje, Cyno: "Confía en tus sentidos y en tu experiencia".
- Cyno: Bien, lo tendré en cuenta.
- Cyno: Por mi parte, todo fue como la seda. Los Eremitas deben estar llegando a su destino en este instante.
- Cyno: Se quedarán ahí por el momento para no alarmar al enemigo.
- Dehya: ¡No puedo creer que hayas conseguido que tantos Eremitas entren en la Ciudad de Sumeru!
- Cyno: Todo gracias a Rahman y sus valientes hombres, así como su plan osado.
- Alhacén: Parece que surtió efecto. Me alegro.
- Alhacén: Si ya acabaron, doy por concluida la reunión.
- Dehya: ¿Eh? ¿Eso es todo?
- Alhacén: ¿Hay algo más que discutir?
- Dehya: ¿No deberías terminar con algunas palabras de aliento? ¿Para motivarnos y eso?
- Alhacén: Si me lo preguntas, preferiría ir a casa a descansar.
- Cyno: ...
- Dehya: *Suspira*... En serio, Alhacén...
- Alhacén: Ah, si lo que quieren es un líder alentador, les recuerdo que estoy a cargo de formular el plan, no de liderarlos.
- Alhacén: Deberías buscar un mejor candidato para eso.
- Dehya: ¡Y yo que pensaba que todos los eruditos de la Academia eran grandes oradores!
- Alhacén: De nuevo, te recuerdo que yo soy el escriba.
- Dehya: ¿Y qué tendrá eso que ver?
- Alhacén: El escriba es responsable de redactar la minuta, no de hablar.
- Dehya: Sí, sí, como tú digas...
- Dehya: Cyno también es de pocas palabras, así que solo queda mi empleador.
- Cyno: ¿Tu empleador?
- Dehya: Así es, Viajero me contrató.
- Sip, le pagué con una sonrisa.
- Dehya: Jajaja, bien, jefe, ¿tienes algunas palabras para el equipo?
- Paimon: ¡Sí! ¡Di algo para motivarnos!
- Déjame pensar...
- ¿?: ¿Eh? ¿Qué hacen todos aquí?
- Paimon: ¡Ah, es Nilou!
- Nilou: ¡Hola! Espero no haber interrumpido.
- Dehya: ¡Para nada! De hecho, estaba a punto de ir a buscarte.
- Nilou: Jeje, a juzgar por su expresión y que todos están en círculo, imagino que estaban discutiendo asuntos importantes.
- Nilou: Supongo que tienen algo entre manos. ¡Qué grupo tan interesante, jaja!
- Alhacén: Bienvenida, Nilou. ¿Te gustaría unirte a nosotros?
- Nilou: ¿Eh? ¿Unirme... a ustedes?
- Nilou: ¿Quieren... discutir algún asunto importante conmigo?
- Alhacén: Sí, es extremadamente importante.
- Alhacén: Nilou, ¿tienes algún descanso en tu agenda de actuaciones estos días?
- Nilou: ¿Eh? ¿En serio me están invitando a unirme?
- Alhacén le cuenta a Nilou su plan para el Día del Jñagarbha.
- Nilou se muestra sorprendida, pero pronto la embarga la emoción y el entusiasmo.
- Nilou: ¡No puedo creer lo que escucho! ¡Son las personas más valientes e intrépidas de toda Sumeru!
- Paimon: *Ejem*...
- Nilou: Oh, es verdad. Viajero y tú no son de Sumeru. ¡Pero de todos modos son geniales!
- Paimon: Jeje, así le gusta a Paimon.
- Nilou: Aunque... debo admitir que estoy un poco nerviosa.
- Nilou: Pero estoy dispuesta a dar lo mejor de mí por la Reina Menor Kusanali. Si puedo ser de ayuda, cuenten conmigo.
- Cyno: Confía en ti misma.
- Nilou: ¡Está bien! ¡Le diré a mis amigos del Gran Bazar que nos ayuden mañana!
- Dehya: ¡Recuerda no dar muchos detalles!
- Nilou: ¡Entendido!
- Alhacén: Bueno, ya están todos los preparativos. ¿Ahora sí podemos terminar la reunión?
- Bien. Mañana salvaremos a una diosa.
- Dehya: ¿Y bien? ¿Ya sabes lo que vas a decir, jefe?
- Es difícil creer todo lo que ha ocurrido.
- Mañana cambiaremos el rumbo de la situación.
- Paimon: ¡Sí, es un gran plan y somos supergeniales!
- Así es. Entonces...
- ¡Duerman bien!
- Dehya: ¡Jajaja!
- Cyno: Bien dicho. Un buen descanso es importante antes del gran día.
- Alhacén: Por suerte, estos días estoy solo en casa, así que he estado muy tranquilo.
- Dehya: ¿Eh?
- Alhacén: No, nada.
- Paimon: Bien, ¡volvamos todos a casa a dormir para levantarnos mañana temprano!
- Nilou: Entonces, les deseo buenas noches a todos.
- Paimon: ¡Sip! ¡Buenas noches!
Historial de cambios[]
- Versión 3.2
- Como postrado ante un dios se añadió al juego.