Axl Oswaldo's Reviews > El vientre de París
El vientre de París (Les Rougon-Macquart, #3)
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Best book I read in November 2021
Si tuviera que empezar definiendo esta novela con una sola palabra, lo primero que viene a mi mente sería deleite, seguido por una recomendación a cualquier lector que se anime a leerla: NO hacerlo con el estómago vacío, ya que de lo contrario sería el equivalente a sufrir una tortura perpetua.
En El vientre de París, Zola nos transporta de principio a fin a un escenario del que quiere que seamos parte profunda y detalladamente: El mercado Central de París, conocido como Les Hayes y construido a mediados del siglo XIX (hoy inexistente). A través de descripciones como solo Zola las sabe hacer, somos testigos de todo lo que sucede en dicho mercado, desde las personas que trabajan en él hasta los productos que se comercializan: es aquí donde toma sentido mi consejo del principio, ya que al autor no le basta con que uno sepa que hay un puesto de verduras, otro de pollo, otro de pescado, etcétera, lo que a él le interesa es que tú como lector puedes sentir qué es lo que tienes delante, un cúmulo de texturas, olores y en ocasiones, sabores. Para conocimiento de todos, apenas terminé de leer la novela y ya me puse a investigar una receta para hacer la famosa sopa de col que aparece en alguna parte de esta historia.
Por supuesto que las descripciones de la carne no se quedan atrás, y no lo digo porque haya sido mi parte favorita —diría que todo lo contrario siendo vegetariano—, pero es importante en nuestra historia ya que Quenu y su esposa Lisa (miembro de la familia Macquart) se dedican a la venta de salchichas y embutidos en su modesto puesto en dicho mercado. ¿Y quiénes son Quenu y Lisa? Nada más y nada menos que el hermano y la cuñada de nuestro protagonista, Florent.
Florent llega a París, después de haber vivido un pasado lamentable, en busca de su hermano, de quien guarda buenos recuerdos y con quien planea empezar lo que se diría, un nuevo comienzo. Es justo decir, y aquí es donde quiero hablar de mis dos lecturas previas del autor, Germinal y La taberna, que hay una gran diferencia entre estas dos y El vientre de París: mientras que en las primeras dos lo que más importa es la historia de los personajes, su desarrollo a lo largo de la novela, así como la problemática que trata y su final, en El vientre de París nos encontramos con una historia donde lo que más importa es el escenario, el lugar donde se desarrollan los hechos, más allá del hecho en cuestión. Básicamente, esta obra es una pintura, un retrato social de lo que se vivía en el Mercado de París durante el Segundo Imperio.
Somos espectadores de la calidad de vida, de las relaciones que se forman en dicho entorno, así como de enemistades, hipocresía, envidia, y demás detalles que hacen del día a día, ya de por sí difícil, una situación cada vez más insoportable. Así, a partir de que Florent inicia a laborar en dicho mercado, nuestra historia comienza a cobrar forma en un completo y verdadero Zola. Aunado a esto, tenemos personajes que, como es una constante en los libros del autor, están hartos de las condiciones en las que viven y deciden reunirse para discutir el asunto, ¿de qué tanto hablarán?
Si bien, al lado de mis dos experiencias previas, yo definiría El vientre de París como una novela optimista, tampoco me animaría a tanto, ya que dependerá de la lente con la que se le mire. Lo que sí puedo asegurar, y aunque me animé a ponerle 5 estrellas por las espectaculares y sublimes descripciones tanto del sitio como de los personajes, esta novela se siente una obra menor si la comparo con Germinal o La taberna. Ojo, no es mala y no me atrevería a decir algo como tal, pero si has leído las dos anteriores y después lees El vientre de París, es difícil no tener esa sensación de que le faltó algo aunque sabes que está completa. Espero haberme explicado en este detalle lo mejor posible.
Quisiera añadir dos puntos más: el primero es respecto a un personaje, Claude Lantier, quien hace ciertas apariciones a lo largo de la novela. Si les suena el apellido Lantier, no es sorpresa, ya que Claude es hijo de nuestra protagonista de La taberna, Gervaise Lantier, novela que sería publicada cuatro años después de El vientre de París. Aquí es donde quiero llegar al siguiente aspecto, y no es más que el asombro que se experimenta al ver cómo Zola es tan consistente y preciso con su saga de Les Rougon-Macquart, ya que si revisamos los datos que nos aporta en cada historia, no se le escapa ningún detalle y todo guarda cierta conexión entre personajes y novelas.
Por este año he tenido suficiente con esta saga, será la primera saga que planeo leer completa en mi vida, veinte novelas, todas ambientadas en el Segundo Imperio. Pienso que será una ardua empresa, pero con constancia y dedicación se podrá lograr.
Por ahora me despido y me voy satisfecho con mis tres lecturas del año, acompañando en sus desdichas a Les Rougon-Macquart y aprendiendo mucho de ellos, tanto en las buenas como en las malas.
Finalmente, no puedo terminar esta reseña sin antes recomendarles que lean a Émile Zola; les prometo que no se van a arrepentir. Si quieren leer algo que los destruya, La taberna es su mejor opción (y si sufren mucho no digan después que no se los advertí); si lo suyo es ver el hastío y puesta en escena ante un problema social que ha estado presente en nuestras sociedades por siempre, lean Germinal , la que para mí y para muchos es considerada como la obra maestra del autor. Y si quieren sentir que están viviendo en el Mercado Central de París, dos siglos atrás, y no sólo siendo testigos, sino también experimentado muy de cerca la vida de los comerciantes de dicho mercado, no dejen de leer El vientre de París, una buena opción para adentrarse en el imponente mundo de este prolífico autor.
—Nosotros somos Flacos, ¿comprende?… Dígame si, con vientres planos como los nuestros, se ocupa mucho lugar al sol.
Si tuviera que empezar definiendo esta novela con una sola palabra, lo primero que viene a mi mente sería deleite, seguido por una recomendación a cualquier lector que se anime a leerla: NO hacerlo con el estómago vacío, ya que de lo contrario sería el equivalente a sufrir una tortura perpetua.
En El vientre de París, Zola nos transporta de principio a fin a un escenario del que quiere que seamos parte profunda y detalladamente: El mercado Central de París, conocido como Les Hayes y construido a mediados del siglo XIX (hoy inexistente). A través de descripciones como solo Zola las sabe hacer, somos testigos de todo lo que sucede en dicho mercado, desde las personas que trabajan en él hasta los productos que se comercializan: es aquí donde toma sentido mi consejo del principio, ya que al autor no le basta con que uno sepa que hay un puesto de verduras, otro de pollo, otro de pescado, etcétera, lo que a él le interesa es que tú como lector puedes sentir qué es lo que tienes delante, un cúmulo de texturas, olores y en ocasiones, sabores. Para conocimiento de todos, apenas terminé de leer la novela y ya me puse a investigar una receta para hacer la famosa sopa de col que aparece en alguna parte de esta historia.
Por supuesto que las descripciones de la carne no se quedan atrás, y no lo digo porque haya sido mi parte favorita —diría que todo lo contrario siendo vegetariano—, pero es importante en nuestra historia ya que Quenu y su esposa Lisa (miembro de la familia Macquart) se dedican a la venta de salchichas y embutidos en su modesto puesto en dicho mercado. ¿Y quiénes son Quenu y Lisa? Nada más y nada menos que el hermano y la cuñada de nuestro protagonista, Florent.
Florent llega a París, después de haber vivido un pasado lamentable, en busca de su hermano, de quien guarda buenos recuerdos y con quien planea empezar lo que se diría, un nuevo comienzo. Es justo decir, y aquí es donde quiero hablar de mis dos lecturas previas del autor, Germinal y La taberna, que hay una gran diferencia entre estas dos y El vientre de París: mientras que en las primeras dos lo que más importa es la historia de los personajes, su desarrollo a lo largo de la novela, así como la problemática que trata y su final, en El vientre de París nos encontramos con una historia donde lo que más importa es el escenario, el lugar donde se desarrollan los hechos, más allá del hecho en cuestión. Básicamente, esta obra es una pintura, un retrato social de lo que se vivía en el Mercado de París durante el Segundo Imperio.
Somos espectadores de la calidad de vida, de las relaciones que se forman en dicho entorno, así como de enemistades, hipocresía, envidia, y demás detalles que hacen del día a día, ya de por sí difícil, una situación cada vez más insoportable. Así, a partir de que Florent inicia a laborar en dicho mercado, nuestra historia comienza a cobrar forma en un completo y verdadero Zola. Aunado a esto, tenemos personajes que, como es una constante en los libros del autor, están hartos de las condiciones en las que viven y deciden reunirse para discutir el asunto, ¿de qué tanto hablarán?
Si bien, al lado de mis dos experiencias previas, yo definiría El vientre de París como una novela optimista, tampoco me animaría a tanto, ya que dependerá de la lente con la que se le mire. Lo que sí puedo asegurar, y aunque me animé a ponerle 5 estrellas por las espectaculares y sublimes descripciones tanto del sitio como de los personajes, esta novela se siente una obra menor si la comparo con Germinal o La taberna. Ojo, no es mala y no me atrevería a decir algo como tal, pero si has leído las dos anteriores y después lees El vientre de París, es difícil no tener esa sensación de que le faltó algo aunque sabes que está completa. Espero haberme explicado en este detalle lo mejor posible.
Quisiera añadir dos puntos más: el primero es respecto a un personaje, Claude Lantier, quien hace ciertas apariciones a lo largo de la novela. Si les suena el apellido Lantier, no es sorpresa, ya que Claude es hijo de nuestra protagonista de La taberna, Gervaise Lantier, novela que sería publicada cuatro años después de El vientre de París. Aquí es donde quiero llegar al siguiente aspecto, y no es más que el asombro que se experimenta al ver cómo Zola es tan consistente y preciso con su saga de Les Rougon-Macquart, ya que si revisamos los datos que nos aporta en cada historia, no se le escapa ningún detalle y todo guarda cierta conexión entre personajes y novelas.
Por este año he tenido suficiente con esta saga, será la primera saga que planeo leer completa en mi vida, veinte novelas, todas ambientadas en el Segundo Imperio. Pienso que será una ardua empresa, pero con constancia y dedicación se podrá lograr.
Por ahora me despido y me voy satisfecho con mis tres lecturas del año, acompañando en sus desdichas a Les Rougon-Macquart y aprendiendo mucho de ellos, tanto en las buenas como en las malas.
Finalmente, no puedo terminar esta reseña sin antes recomendarles que lean a Émile Zola; les prometo que no se van a arrepentir. Si quieren leer algo que los destruya, La taberna es su mejor opción (y si sufren mucho no digan después que no se los advertí); si lo suyo es ver el hastío y puesta en escena ante un problema social que ha estado presente en nuestras sociedades por siempre, lean Germinal , la que para mí y para muchos es considerada como la obra maestra del autor. Y si quieren sentir que están viviendo en el Mercado Central de París, dos siglos atrás, y no sólo siendo testigos, sino también experimentado muy de cerca la vida de los comerciantes de dicho mercado, no dejen de leer El vientre de París, una buena opción para adentrarse en el imponente mundo de este prolífico autor.
—Nosotros somos Flacos, ¿comprende?… Dígame si, con vientres planos como los nuestros, se ocupa mucho lugar al sol.
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El vientre de París.
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Reading Progress
November 8, 2021
–
Started Reading
November 8, 2021
– Shelved
November 8, 2021
–
13.0%
"Empiezo el último Zola del año, y el tercero (de veinte) de Les Rougon-Macquart. Planeo tener leídos los veinte de aquí a cinco años, así que veremos qué tal va. ☺️"
November 10, 2021
–
31.0%
"Gracias Zola, por ser de los mejores autores que he leído que saben cómo presentar a sus personajes, ponerlos en escena y darles una personalidad tan detallada y completa a cada uno.
Ahora viene la parte del desarrollo y posterior caída (pienso), pero esta vez, Zola, voy preparado para no sufrir tanto (ingenuo de mí)."
Ahora viene la parte del desarrollo y posterior caída (pienso), pero esta vez, Zola, voy preparado para no sufrir tanto (ingenuo de mí)."
November 17, 2021
–
47.0%
"Tercera parte lista, muero por ver qué me deparará en la segunda mitad del libro. 😬"
November 20, 2021
–
68.0%
"Zola decidió introducir dos nuevos personajes, ¿qué estará tramando? 😱
Hasta ahora todo pinta hacia algo, esperemos que no sea tan demoledor como mis anteriores experiencias. 😢"
Hasta ahora todo pinta hacia algo, esperemos que no sea tan demoledor como mis anteriores experiencias. 😢"
November 22, 2021
– Shelved as:
november-2021
November 22, 2021
– Shelved as:
5-star-books
November 22, 2021
– Shelved as:
les-rougon-macquart
November 22, 2021
–
Finished Reading
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message 1:
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Dani (IG: danilector)
(new)
Nov 22, 2021 12:57AM
Zola ha sido uno de mis descubrimientos recientes y menuda maravilla. Tienes que probar con Therese Raquin.
reply
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¡Émile Zola escribe muy bien !Este autor yo le tengo un amor-odio por la universidad pero por ello no se menosprecia como escribe. Espero la reseña. ¡Un saludo!
Estoy de acuerdo contigo Dani, para mí también lo fue este año y yo creo de los mejores descubrimientos que tuve. Gracias por la recomendación, espero que caiga pronto ya que igual lo tengo en lista. Mi recomendación para ti es La taberna, espero te animes con ese. ☺️
Entiendo Elena, algunas veces pasa que debido a las lecturas obligatorias de la universidad uno le termina teniendo “rencor” a algunos autores. En mi caso yo solo tuve una materia llamada Literatura hispanoamericana en la carrera de ingeniería, y mi profesora era ingeniera civil, no de letras, así que casi nunca leímos nada. 🤷♂️
Gracias, ya pronto estará lista. Te mando un saludo. 👋
Gracias, ya pronto estará lista. Te mando un saludo. 👋
Uf, que reseña te has marcado aquí, Axl. Muchas gracias por hacerla tan clara y profunda. Se agradece bastante. Zola es un autor que tengo muy pendiente, entre ceja y ceja. Creo que Germinal tiene pinta y podría ser una gran opción al igual que Therese Raquin.
Un saludo, y espero el resto de lecturas sean igual de gratas.
Un saludo, y espero el resto de lecturas sean igual de gratas.
Me dejaste impresionado con tu reseña, muy buena, en serio. Felicitaciones Axl, sigue así. Saludos 🙂😃.
Muchísimas gracias Gabriel, tus palabras siempre se agradecen. ☺️
Sí, yo personalmente te recomiendo empezar pisando fuerte, jaja, tal cual hice yo con La taberna o Germinal, cualquiera de los dos está muy bien.
Lo importante es animarse y saber que con Zola van más las descripciones externas que internas, lo cual lo hace una buenísima opción.
Saludos. 👋
Sí, yo personalmente te recomiendo empezar pisando fuerte, jaja, tal cual hice yo con La taberna o Germinal, cualquiera de los dos está muy bien.
Lo importante es animarse y saber que con Zola van más las descripciones externas que internas, lo cual lo hace una buenísima opción.
Saludos. 👋
Gracias Steven. ☺️
Espero pronto te animes a leer a Zola y pueda leer tus impresiones, me encantaría mucho. Un saludo. 👋
Espero pronto te animes a leer a Zola y pueda leer tus impresiones, me encantaría mucho. Un saludo. 👋
Muchísimas gracias Elena. Me alegra que te haya gustado, y sí, Zola está en el podio de mis autores favoritos. ☺️
Saludos!
Saludos!
La novela "La obra" cuenta parte d ela historia de Claude Lantier. La recomiendo mucho. No sólo por el desarrollo y trama del personaje que es excelente (la suya y de sus amigos artistas) sino también por la postura de Zola sobre el arte impresionista y el querer captar en sus descripciones, la ciencia del color.