Franco Santos's Reviews > Frankenstein

Mucho se ha hablado de Frankenstein. Se interpreta como una crítica al desarrollo científico, cuando este sobrepasa el curso natural de las cosas; se interpreta como una crítica a la religión y nuestra relación con Dios; hasta se ha dicho que es una alegoría a los miedos que surgen durante un embarazo. Todas estas lecturas probablemente sean correctas, pero omiten lo más básico. Lo que hace a Frankenstein una obra atiborrada de humanidad, con interpolaciones que abordan la desventura a través de la complejidad de tres voces que derraman soledad y melancolía.

Si intentara tratar a Frankenstein desde lo más superficial, acabaría hablando sobre la profundidad del espíritu humano y los peligros que conlleva un uso desmedido de sus facultades cognitivas o la influencia del sentimiento en sus actos. No se puede discutir este título sin penetrar en lo más reflexivo de nuestra naturaleza. Frankenstein, en su perfil más somero, abarca temas que atraviesan la columna vertebral de lo que nos hace seres en constante conflicto de moralidades y en una interminable búsqueda por pertenecer y ser reconocidos, como asimismo incluye el derecho a ser amados por al menos alguien en la vida.

A partir de un análisis ligero, Frankenstein trata la venganza y el abandono. Son las dos cuestiones principales que hacen esta historia una historia con movimiento. La venganza desde el arrebato y la venganza desde el rechazo. También cabe destacar que es admirable la caracterización del Creador y su Criatura, y sus interminables pugnas por quién posee la más dañina amenaza; ya que, si lo vemos de esa forma, y teniendo en cuenta la completa implicación de las circunstancias en la novela, ¿qué es más nocivo, el rechazo injustificado o el asesinato como consecuencia de una iniquidad anterior?

La denominada Criatura, Demonio, Engendro o Monstruo es de los personajes más humanos con los que me he topado. Es suntuosa la carga emotiva, el abigarramiento en el interior de un ser que fue engendrado por ciencia mal utilizada. Un vínculo irónico entre un hombre que quería ser dios y un ser que siempre quiso ser hombre. Para mí esta es la crítica más punzante de Mary Shelley. Repudia que nos dejemos llevar por las apariencias en vez de detenernos a pensar en lo que estamos haciendo. La egolatría, la soberbia y el prejuicio son lo más lamentable de nuestra conducta como humanidad, y esas condiciones danzaron alrededor del llamado Monstruo y acabaron destruyendo la bondad más pura, que, prácticamente, ni había llegado a florecer.

No voy a omitir la prosa, que acompaña a la perfección la calidad de este libro. No hay mejor pluma que la que te abraza y te lleva consigo en un viaje por el tiempo y el espacio hacia su historia. Mientras leía Frankenstein, me sentía allí, junto a Víctor y a su Criatura, percibía la realidad que me rodeaba como falsa, como un pobre bosquejo de lo que estaba leyendo, y creía que mi pertenencia radicaba en el siglo XVII. La ambientación de Shelley es tan estupenda que fue capaz de sobrepasar los límites de la narrativa e invadir el mundo real. Excelente trabajo de la autora. Su estilo de escritura es de los puntos más fuertes del texto.

Frankenstein se ha transformado en una de mis obras favoritas. Su retrato de la soledad, el aislamiento forzado, la pérdida y la derrota es sublime. Un relato que se construye sobre lo emocional y que tiene sus raíces en lo más hondo del alma humana.