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236 pages, ebook
First published June 5, 2018
“She was a tiny, sinewy woman with a childlike body and a large, bony, sagacious face in which the big, heavy-lidded eyes had an almost reptilian patience, occasionally slowly blinking.”I had to read that description several times before I could put together all the seemingly-disparate features. Which is how one feels when one enters a big city: it is confusing and unfamiliar and how does it manage to work?
“No puedes contar tu historia a todo el mundo dije. Quizá solo puedas contársela a una persona.”La misma idea de novela, la misma forma indirecta, fría, distante, irónica, mordaz, despiadada e incisiva, que sus dos predecesoras, “A contraluz” y “Tránsito”; los mismos temas —relaciones de pareja, ma/paternidad, literatura, identidad— tratados a través del testimonio de personas que en confianza le relatan su vida a Faye, una mujer con indudables dotes de confesora, a la que en esta ocasión le abren su alma autores, editores, periodistas que, como ella, asisten a un festival literario al que ha sido invitada para presentar su libro. Como ya habrán intuido, en esta tercera entrega la balanza se inclina claramente hacia el mundo del libro.
“Había contratado una socia para escribirlo, una exalumna suya, casualmente, y decidieron hacer un anagrama con los nombres de los dos, pero como él era el líder, por así decir, parecía lógico que este autor ficticio fuese un hombre… Sara, su socia, se alegró de que fuera él quien hiciera el viaje (al festival), porque tenía que cuidar a sus hijos… El origen del libro era la tesis doctoral de Sara, y él, como supervisor de su trabajo, se sorprendió dándole excelentes consejos comerciales… Por eso le parecía de justicia convertirse finalmente en coautor del proyecto.”Pero no solo de libros, escritores y lectores vive la novela de Cusk. Tampoco faltan los episodios humorísticos con su buena dosis de mala leche, ni esas historias dramáticas y conmovedoras que, a modo de cuentos relatados por sus protagonistas nos hablan del mundo en el que vivimos. Todo ello con el brexit como telón de fondo.
“En el caso de los ingleses, su poder era un simple recuerdo, y sus intentos de seguir ejerciéndolo, un espectáculo tan ridículo como el del perro que sueña que está cazando un conejo.”En cuanto a esas historias, me gustaría destacar dos, que en realidad son cuatro: la de una familia en torno a su enorme perro, que páginas más tarde tendrá su correlato humorístico con un pequeñito hámster; y la de un matrimonio que resiste gracias a la necesidad que ambos tienen de mostrar a los demás su idílica relación, que también tiene su historia paralela al final de la novela con otra familia que necesita al hijo de Faye como testigo de su felicidad.
“… tardaba muchísimo en decidirse a hacer una pregunta y, cuando por fin la hacía, llegaba a la conclusión de que la mejor respuesta era la suya… En familia es muy educado y muy simpático (…) y también el único dispuesto a hablar con las abuelas, que lo escuchan durante horas y horas.”Me hubiera gustado terminar la trilogía dándole cinco estrellas, tipo el Oscar con el que premiaron a la última película de la trilogía de El Señor de los anillos, pero tendrá que conformarse nuevamente con cuatro: aunque la primera mitad me ha parecido de lo mejor de la serie, tiene un par de bajones que desmerecen, algo que, por otra parte, es normal en cualquier libro de relatos, como en el fondo es cada una de estas tres novelas.
“Cuestiona todo, aprende algo, pero no esperes ninguna respuesta.” Eurípides. (cita con la que la editorial cierra su edición del libro y que, como a ellos, me parece muy bien traída)
It had not occurred to me while reading the first book, but all these one-sided conversations reflect on Faye as more than a passive listener (and subsequent editor). I get the sense here that she is actively shaping the dialogue in much the way a good interviewer does, though removing herself from the conversation before it goes to press. Cusk even has fun with this idea, by turning the interview mode on its head. On at least three occasions, Faye meets reporters from the local media. In the first, the interviewer is a woman she has already met, who immediately launches into a story about the marriage of a third person. She eventually leaves without asking Faye anything at all, saying that she has already found all she needs on the internet! Similarly, we do not hear anything about the last of these interviews, which is for television, but the interviewer fills many pages with conversation about herself while the technicians adjust sound and light levels.