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380 pages, Hardcover
First published January 31, 1863
- ‘’Era el perfecto viajero, cuyo estómago se reduce o dilata a voluntad, cuyas piernas se estiran o se encogen según la improvisada cama, y que se duerme a cualquier hora del día y se despierta a cualquier hora de la noche’’.
- ‘’Los obstáculos, se han inventado para ser vencidos’’.
- ‘’¡Porque lo que no se puede hacer de una manera, debe intentarse de otra! ¡En fin, porque cuando no se puede pasar por en medio, se pasa por un lado o por encima!’’
- ‘’¡El país más cultivado y fértil del mundo, en lugar de un desierto! ¡Como para creer a los geógrafos!’’
- ‘’No será la primera vez que la ciencia haya tenido que empuñar las armas’’.
- ‘’Sin lugar a dudas, la poesía saldrá perdiendo, pues gustaba atribuirle a este rey de los ríos un origen celestial. Los antiguos lo llamaron océano, y algunos creyeron que procedía directamente del sol. Pero es preciso ceder y aceptar de vez en cuando lo que la ciencia nos enseña. Quizá no haya sabios siempre; pero siempre habrá poetas’’.
- ‘’¡Menuda pandilla! Y sin embargo, si llevaran uniforme serían como todos los guerreros del mundo’’.
- ‘’El hombre es más digno de lástima cuando no puede apartar sus pensamientos por medio de un trabajo u ocupación material’’.
- ‘’No tuvo motivos para avergonzarse de la ligereza de su traje, ya que se hallaba ''desnudo'' a la última moda del país’’.
- [...] ‘’le aseguro que un cazador no sabe lo que es una cacería hasta que ha sido cazado él mismo’’.
La sed, así como la contemplación incesante del desierto, fatiga la mente. No había ni un accidente del terreno, ni un montículo de arena, ni un guijarro donde descansar la mirada. Aquella llanura descorazonadora causaba esa desazón conocida como enfermedad del desierto. La impasibilidad de aquel árido azul del cielo y aquel amarillo inmenso de la arena acababan por asustar. En aquella atmósfera incendiada, el calor parecía vibrar, como encima de una fragua incandescente; el corazón se desesperaba ante aquella calma inmensa, y no se entreveía ninguna razón para que cesase aquel estado de cosas, pues la inmensidad es una especie de eternidad (p.185)