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Boccaccio '70

Comedia Comedia satírica en la que cuatro grandes directores italianos hacen una adaptación cinematográfica de algunos cuentos de Boccaccio. En "Renzo y Luciana", Monicelli narra la historia de un hombre y una mujer que se ven obligados a casarse en secreto para no perder su trabajo. En "Le tentazioni del dottor Antonio", dirigida por Fellini, un hombre se siente muy escandalizado por un cartel publicitario. En "Il lavoro" Visconti cuenta la ... [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
19 de abril de 2009
42 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro grandes nos brindan sus relatos en esta entretenida obra, revisando la sociedad italiana de la época con empeño y clase.

Monicelli avanza este film con un descarnado retrato de la clase obrera italiana. La falta de espacios (casa, piscina, cine) unido a la obsesiva dependencia del trabajo y el dinero para obtener bienes materiales necesarios es resaltado por Monicelli de manera notable, si bien tiende un poco al pecado más generalizado de los italianos: la exageración. A pesar de ello, la lucha por sobrevivir y conseguir llevar una vida digna trabajando de sol a sol nos evoca a tiempos pasados mucho más difíciles que los actuales de manera detallada y concisa.

Fellini dirige con nervio y a pesar de algunas lagunas de ritmo exhibe una ácida crítica contra el puritanismo y la hipocresía de los estamentos más conservadores de una Italia que luchaba para hacerse un hueco entre la moderna Europa. Divertido pasatiempo (efectos especiales) para el director italiano antes de embarcarse en la que sería su obra maestra: Fellini 8 1/2.

Visconti rueda la que más me ha gustado de las tres. Una enorme Romy Schneider da cuerpo a una aristócrata desengañada del amor que planta cara a su consorte como consecuencia de sus devaneos por los distintos burdeles de Roma. Los matrimonios de conveniencia y la clase alta son mostrados con crudeza por el director, que dirige el climax de su mediometraje justo al punto exacto dónde debía, convirtiendo una obra sencilla en algo más que decente.

Vittorio de Sica emplea el voluptuoso cuerpo de la Loren en una rifa para catetos. La actriz se basta ella sola para mantener a raya a todo un pueblo de salidorros aldeanos. En pocas mujeres se ha visto tanto poderío en el Cine como del que siempre ha presumido la diva. De Sica se sirve del embrutecido campesinado italiano para realizar su particular visión de la parte de Italia menos cultivada y estancada ante los nuevos tiempos que corrían.

En definitiva, cuatro historias que tratan el amor y que denuncian las costumbres fascistas italianas todavía en uso en la década de los sesenta y que sirve para pasar un rato agradable entre tanta señora favorecida.
Txarly
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10 de febrero de 2008
29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran Visconti ya la había dirigido en teatro, pero me parece que en cine se estrenan en este breve episodio que siempre que lo veo me deja grogui: y es que está vivamente representada la propia vida de Romy sin ella saberlo aún en aquellos años 60 de un despertar creativo y sentimental muy fuerte...

En esta situación donde se juega, fundamentalmente, con los intentos por atraer a quien más amas pero no solo no te hace caso sino que te intercambia con otros u otras, la emoción del riesgo sentimental de darlo todo con suicida afán, tiene una carga dramática de enorme valor.

Mi querida Romy Schneider tuvo una vida sentimental ajetreada y bastante terrible. Al parecer sólo amó a Alain Delon quien la dejó repentinamente y con quien, en definitiva, creó una gran amistad que no pudo impedir el suicidio de la actriz, suicidio después de la muerte por accidente de su hijo, del suicidio de un ex marido y de un devenir de situaciones dramáticas de distinto tipo.

Dramas tremendos tras la serena belleza que portaba, belleza misteriosa y envolvente que Visconti volvería a retratar en "Ludwig", una colaboración tan solo pero que deja una impresión también muy poderosa.

Bocaccio 70 reunió a cuatro directores estupendos por primera y única vez. Además del corto de Visconti me gusta mucho el de Fellini, y los demás sobre todo por los actorazos que intervienen. En general se acusa el paso del tiempo, excepto en el ya mencionado de Romy Schneider, trabajado por Visconti como si de una obra de teatro se tratara, pero no lo digo en el mal sentido, por lo estático que esto pueda parecer a algunos, sino por el dominio de los detalles, la expresividad, los gestos y los sentimientos desarrollados en un espacio reducido a través de una cámara ágil, expresiva.

Como soy un gran amante del teatro, siempre que señalo estos aspectos lo hago de forma elogiosa. Así que para mí, tras la secuencia final, los últimos gestos de Romy, se apagan lentamente las luces o lento cae el telón... pero de un cine imaginario, porque es algo tan sutil e intimista que en teatro se perdería. No sé explicarme muy bien: pero es emocionante, más aún conociendo el trágico final de la actriz alrededor de veinte años después de esta película, muerta en la plenitud de sus facultades actorales, en bellísima madurez pero fatalmente desolada en la vida sentimental.
horacio
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9 de septiembre de 2011
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acto I: “RENZO Y LUCIANA”. Una pareja de jóvenes obreros decide casarse con la esperanza de que saldrán adelante, pese a las pocas comodidades de que disfrutan ahora. Deben vivir con la numerosa familia de ella, ver hondamente limitada su privacidad, esperar ¡quién sabe cuánto tiempo! a que puedan hacerse a su propio espacio, y de ñapa, aguantar el acoso del contable de la empresa quien pretende ligar con la chica. Otro sentido retrato que logra Mario Monicelli, sobre la vida de los explotados, donde la mujer demuestra el carácter y la dignidad que deben imponerse por encima de las mayores necesidades o deseos personales. * * * * * * *

Acto II: “LAS TENTACIONES DEL DR. ANTONIO”. Con este título, inspirado en el famoso cuadro surrealista de Max Ernst, Federico Fellini vuelve a una de las cosas que más le agradaba: Poner en su sitio la falsa moral y la hipocresía que, cual río eterno, ronda por los alrededores de su linda casa en Roma. Con una perfecta actuación de Peppino de Filippo como el nuevo Tartufo, el filme se regodea castigando a este pobre moralista a quien, como siempre ocurre, la negación diaria y extrema de cualquier deseo pecaminoso, se le convierte en una obsesión irreprimible cuando, una gran valla invitando a tomar más leche, es instalada frente a su ventana con la voluptuosa imagen, plagada de apetitosas carnes de Anita Ekberg, mirándolo fijamente. Con efectivos y divertidos efectos surreales, Fellini deja a Nazzarello como Moliére a su Tartufo: Deseando como nadie lo que tanto ha negado, porque las leyes de la vida funcionan indefectiblemente. Y una de ellas dice: Aquello de lo que tanto repugnas lo atraerás irremisiblemente. * * * * * * * *

Acto III: “EL TRABAJO”. Escándalo, prostitución, matrimonio en crisis y esposa que decide cobrarse con creces los devaneos de su marido, es lo que utiliza Luchino Visconti para acercarnos, una vez más, a las inmensas y frías mansiones de la aristocracía y dejar plasmada su decadencia. Romy Schneider acierta en su papel como la condesa que “no va más”… a menos que le permitan hacer el trabajo con el que podrá resarcirse. * * * * * *

Acto IV: “LA RIFA”. Con un nuevo guión del notable Cesare Zavattini, el director Vittorio de Sica, realiza una divertida comedia de costumbres ambientada en la Nápoles pueblerina donde alguien comienza a vender boletos para una rifa muy especial: Acostarse con la más despampanante chica del pueblo, representada nada menos que por Sophia Loren en plena madurez de sus mórbidas carnes. Cálida, conmovedora y con ese encanto natural que solía relucir en el cine del que fuera uno de los grandes del neorrealismo. * * * * * * *
Luis Guillermo Cardona
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29 de mayo de 2014
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería interesante conocer en qué condiciones ven las películas los votantes o si ni eso se considera por algunos un detalle importante: que si en cutre copias grabadas con poca calidad, remasterizadas, en V. O, o en canales que emiten en abierto troceados con publicidad y que incluso algunas ocasiones ni respetan los formatos originales… Es más, hasta podría preguntarse qué versión es la que se conoce, porque hay casos, desde doblajes, incluso con Franco ya fallecido, que se seguían alterando, a cortes en films de, entre muchos, Bergman, a otros clásicos como “El gatopardo” (que hasta dos décadas después de haberse estrenado no se recupera en cine su versión íntegra), “La puerta del cielo”, o “Andrei Rublev”, de las que a fecha de hoy en España aún no se han editado sus versiones completas y que en todos estos casos mínimo duran las tres horas y media. “Boccaccio ´70” tanto por circunstancias como por longitud de metraje podría sumarse a esta desdichada lista, ya que en España se estrena pasada más de una década y con un metraje recortado. Al fin, al ser rescatada en DVD, es una gran oportunidad el poder revisarla y apreciarla en su totalidad.
De entrada creo que es, salvo error, uno de los films que están divididos en “sketchs” (o varias historias) más largos rodados para el cine, que también de los que mejor resultado han obtenido y han sido más significativos, ya que ha influido en multitud de directores, desde el contenido o la crítica de sus historias al “look” empleado. Quizás le falte cierto equilibrio en su conjunto y ninguna de sus historias es la mejor creación de sus directores, pero tiene la habilidad de tener en sus cuatro historias el sello personal de cada uno de ellos y con momentos espléndidamente logrados. En mi opinión no hay tampoco un “sketch” que no merezca ser recomendado: el primero es el de Monicelli, que hace años se podría ver como un “documento antropológico” y que con la crisis reinante, le ha devuelto a la actualidad, protagonizada por Marisa Solinas, que le da la ductilidad necesaria. Continúa Fellini que crea, o se recrea fiel a sí mismo, en una fantasía- homenaje al morbo y a la represión encarnados en la exuberante Anita Ekberg. La tercera historia, dirigida por Visconti, es la más refinada y quizás la más políticamente incorrecta de todas, con una bellísima Romy Schneider, que se alejaba de su imagen edulcorada de mano de Visconti, el cual le confió este papel tras dirigirla en teatro en Francia en la polémica obra “Tis a Pity, She´s a Whore (Lástima que sea una puta)”. La complicidad entre ambos es notoria. Cierra el film Sophia Loren en su cuarta historia, curvilínea y con flamante Oscar un año antes por “Dos mujeres”, se aleja de esa imagen trágica y zarrapastrosa e interpreta uno de los personajes que más sexualidad y animalidad ha emanado de ella, y que con el tiempo y sin tanta inteligencia, fue germen de la comedia italiana más casposa una década posterior. Por cierto, la imagen de Loren inspiró a Almodóvar para el personaje de Cruz en “Volver”. Debo decir que aunque el protagonismo sea principalmente femenino hay que mencionar la buena labor del resto de actores, sobre todo la parte masculina.
Y todo lo comentado dentro de un empaque fastuoso, como buena producción de Carlo Ponti que es, y desde sus decorados o vestuario a su estupenda banda sonora que están absolutamente cuidados, dentro del universo de cada director. Y en sus guiones espléndidos colaboradores, algunos de gran renombre literario como Italo Calvino, compenetrados con sus directores, que sabían perfectamente lo que estaban haciendo. Es un estilo de cine que, en la actualidad, es muy difícil ver, ya que es esencial la figura de un productor que controle económicamente y que no se entrometa (demasiado) artísticamente, además de tener talento creativo. Creo por todo esto “Boccaccio ´70” es un film muy recomendable, que no ha perdido con el paso de los años y ha sabido ganar sobre todo en encanto.
Maggie Smee
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1 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido experimento italiano de llevar a la pantalla, a cuatro manos, diferentes historias escritas por Boccaccio, con el "amor" y las relaciones de pareja como nexo común.

En el primer acto, "Renzo y Luciana", Mario Monicelli retrata las vicisitudes de una joven pareja que trata de tirar adelante su vida y construir una familia juntos, enfrentándose a unas severas constricciones sociales. Con un inicio algo exagerado, poco a poco, la narración construye una realidad plausible en la que nos podemos ver reflejados. A pesar de los cambios acaecidos en la Europa de las últimas décadas, el esfuerzo y sacrificio de dos jóvenes enamorados con trabajos precarios por lograr su independencia, sigue de plena actualidad. A destacar el maravilloso plano final.

Federico Fellini dirige "La Tentación del Doctor Antonio", con una fuerza visual enorme que se ve plasmada ya desde los primeros segundos. Aunque en algún momento el hilo conductor parece desdibujarse, mantiene siempre un equilibrio entre lo desmesurado de los personajes y lo que representan. Magistral la forma en que retrata una fobia sexual escudada en la rectitud moral, como ocultación de una filia reprimida. Sus juegos simbólicos se insertan perfectamente en el tránsito entre sus primeras películas más crudas o la desenfadada "La Dolce Vita", sirviendo de antesala a las visiones oníricas de "8½".

Lento y artificial, a pesar de la sensibilidad que trasmite la gran actuación de Romy Schneider, me resulta el tercer acto "El Trabajo". En él Luchino Visconti retrata los interiores de la vida de un excéntrico conde muy aficionado al sexo que se acaba de ver envuelto en un escándalo. La historia sirve de perfecto contrapunto a "Renzo y Luciana"; mientras que aquellos tratan de esconder su relación para conservar su trabajo, estos trataran de esconder su infidelidad para conservar sus riquezas. A pesar de su retrato crudo de la aristocracia y sus valores (o mejor, su falta de ellos), el resultado queda demasiado cargante disminuyendo el ritmo del conjunto.

Cierra la cinta De Sica con "La Rifa", donde trata de recuperar el ritmo perdido. Aunque con momentos inspirados y una Sofía Loren que se basta y se sobra para llenar la pantalla, la narración flojea en su intento de ser graciosa, pecando de demasiado histriónica y predecible. La idea del tonto del pueblo elevado a la categoría de héroe, mintiendo para que esto sea posible, tiene fuerza, pero no logra mantener la tensión necesaria a lo largo del relato.

Al final, un experimento interesante que vale la pena ver, con una primera mitad muy prometedora que si bien no llega a hacer aguas, encalla en su segunda parte. Hay que reconocer que los intentos de rodar a cuatro manos son arriesgados y es justo decir que este, a pesar de todo, sale airoso de la empresa. También que los cuatro relatos se complementan perfectamente ofreciendo puntos de vista distintos sobre una misma cuestión.
Vertex
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