Firefox, zorro de fuego
6.361
Acción
Los soviéticos han desarrollado un prototipo de avión de combate muy sofisticado. Cuando los sistemas de espionaje de la OTAN lo descubren, deciden enviar al piloto de elite Mitchell Gant (Clint Eastwood) para que lo robe de la base de alta seguridad en la que se encuentra y lo traiga a occidente. El ingenio, cuyo nombre en clave es "Firefox", está capacitado para alcanzar velocidades increíbles; ofrece una maniobrabilidad jamás soñada ... [+]
5 de julio de 2009
44 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Firefox” es una de las películas más extrañas en la filmografía de ese gran cineasta que es Clint Eastwood. En realidad consta de dos películas, la primera sería toda la trama de espionaje que ya adelanto que se encuentra entre las mejores que recuerdo y que hubiese firmado el mejor Le Carré.
La segunda arrancaría desde el momento del robo del avión, y sus posteriores hazañas bélicas. Este capítulo suspende sin ningún género de dudas. ¿Por qué se produce un giro cualitativo tan enorme? Lo desconozco, lo que sí es cierto es que es lamentablemente que todo el verismo y tensión que logra durante las idas y venidas en las calles y en el metro de Moscú, con un realismo sorprendente, se pierde por completo en una parte final más cercana a la acción chabacana y efectista de una película de Chuck Norris.
Los espías son juguetes en manos de los gobiernos, y hacen su trabajo hasta cuando interesan, llegado a un punto, y más en la Guerra Fría, tienen que parar. Un espía interviene hasta que se le descubre, una vez sucede esto no fuerza la máquina como hace Eastwood. No te pones a destruir aviones o helicópteros enemigos, porque eso sería un casus belli.
Si los hechos se hubieran producido tal y como los cuentan, los soviéticos hubieran mandado al infierno en menos de dos horas a un buque, varios aviones u otra unidad de las Fuerzas Americanas. Por eso se paran estas cosas cuando se descubren por parte de un oponente que puede hacerte igual de daño, no se continúa y se huye como si eso fuera el final de la misión. El conflicto entre superpotencias no es una película de aventuras.
Por eso me sorprende que se tomasen tan en serio la primera parte, donde Eastwood está asustado, muy alejado de un James Bond, y termine siendo poco menos que protagonista de un videojuego.
A la hora y veinte minutos puede darle al stop, se quedará con mejor sabor de boca.
La segunda arrancaría desde el momento del robo del avión, y sus posteriores hazañas bélicas. Este capítulo suspende sin ningún género de dudas. ¿Por qué se produce un giro cualitativo tan enorme? Lo desconozco, lo que sí es cierto es que es lamentablemente que todo el verismo y tensión que logra durante las idas y venidas en las calles y en el metro de Moscú, con un realismo sorprendente, se pierde por completo en una parte final más cercana a la acción chabacana y efectista de una película de Chuck Norris.
Los espías son juguetes en manos de los gobiernos, y hacen su trabajo hasta cuando interesan, llegado a un punto, y más en la Guerra Fría, tienen que parar. Un espía interviene hasta que se le descubre, una vez sucede esto no fuerza la máquina como hace Eastwood. No te pones a destruir aviones o helicópteros enemigos, porque eso sería un casus belli.
Si los hechos se hubieran producido tal y como los cuentan, los soviéticos hubieran mandado al infierno en menos de dos horas a un buque, varios aviones u otra unidad de las Fuerzas Americanas. Por eso se paran estas cosas cuando se descubren por parte de un oponente que puede hacerte igual de daño, no se continúa y se huye como si eso fuera el final de la misión. El conflicto entre superpotencias no es una película de aventuras.
Por eso me sorprende que se tomasen tan en serio la primera parte, donde Eastwood está asustado, muy alejado de un James Bond, y termine siendo poco menos que protagonista de un videojuego.
A la hora y veinte minutos puede darle al stop, se quedará con mejor sabor de boca.
16 de septiembre de 2007
37 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 6 de Septiembre de 1976 el Teniente Viktor Ivanovich Belenko, piloto de un MiG-25 Foxbat del 513 Regimiento de Caza del Comando de Defensa Aérea Soviética, emplazado en la base de Sakharovka en Siberia, desertó con su avión hasta el aeropuerto de Hakodate al norte de Japón. Para entonces fue la primera vez que occidente podía ver de cerca al caza del cual temieron durante mucho y consideraban el mejor interceptor en el mundo. El avión fue cuidadosamente desarmado y detalladamente inspeccionado por autoridades estadounidenses y niponas. Al Teniente Belenko se le dio asilo en los EEUU y tuvo que soportar 5 meses de preguntas e interrogatorios. El caza fue analizado por la División de Tecnología Extranjera de la USAF en Dayton, Ohio y los resultados obtenidos tras el exaustivo analisis al que fué sometido fueron realmente sorprendentes.
Este ejemplar fue fabricado en Febrero de 1976, por lo cual occidente contaba con un modelo actualizado para entonces. Este estaba construido a base de aleaciones de acero y se hizo poco uso del titanio, siendo este mayor en las áreas de más calor. El avión fue soldado a mano y las cabezas de los remaches no eran expuestos en las áreas de mayor arrastre aerodinámico. Con respecto a la cabina, se determinó que la visión delantera del piloto era muy deficiente. Todo esto, más los sistemas internos, daban al avión un peso total de 29181Kg (64200lbs), por lo que los diseñadores soviéticos se vieron obligados a eliminar un sistema de eyección del piloto.
Sobre la amenaza que suponía el Foxbat para el Blackbird, el Teniente Belenko calmó a los estadounidenses alegando que el MiG-25 no podían interceptar a los SR-71 por varias razones: Este vuela demasiado alto y demasiado rápido y el MIG-25 no puede alcanzarlo o interceptarlo. A los misiles les falta velocidad para alcanzar a los SR-71 y en caso de un misil guiado por calor, el sistema de guía no puede ajustarse a la alta velocidad de los
SR-71.
El 12 de Noviembre de 1976, 67 días después de la deserción del Teniente Viktor Belenko en su MiG-25 a Japón, éste fue devuelto a Rusia en partes desarmadas.
A pesar que sus victorias fueron pocas y realmente entró en combate en contadas ocasiones, representó una gran amenaza para occidente, especialmente para la fuerza de bombarderos de la USAF, los cuales vieron en éste al mejor interceptor creado para entonces. De igual forma fue el empuje definitivo para el desarrollo de los cazas de 3ra generación de la USAF y la US Navy, como lo fue el F-15 Eagle y el F-14 Tomcat, los cuales nacieron como respuesta al Foxbat.
Este ejemplar fue fabricado en Febrero de 1976, por lo cual occidente contaba con un modelo actualizado para entonces. Este estaba construido a base de aleaciones de acero y se hizo poco uso del titanio, siendo este mayor en las áreas de más calor. El avión fue soldado a mano y las cabezas de los remaches no eran expuestos en las áreas de mayor arrastre aerodinámico. Con respecto a la cabina, se determinó que la visión delantera del piloto era muy deficiente. Todo esto, más los sistemas internos, daban al avión un peso total de 29181Kg (64200lbs), por lo que los diseñadores soviéticos se vieron obligados a eliminar un sistema de eyección del piloto.
Sobre la amenaza que suponía el Foxbat para el Blackbird, el Teniente Belenko calmó a los estadounidenses alegando que el MiG-25 no podían interceptar a los SR-71 por varias razones: Este vuela demasiado alto y demasiado rápido y el MIG-25 no puede alcanzarlo o interceptarlo. A los misiles les falta velocidad para alcanzar a los SR-71 y en caso de un misil guiado por calor, el sistema de guía no puede ajustarse a la alta velocidad de los
SR-71.
El 12 de Noviembre de 1976, 67 días después de la deserción del Teniente Viktor Belenko en su MiG-25 a Japón, éste fue devuelto a Rusia en partes desarmadas.
A pesar que sus victorias fueron pocas y realmente entró en combate en contadas ocasiones, representó una gran amenaza para occidente, especialmente para la fuerza de bombarderos de la USAF, los cuales vieron en éste al mejor interceptor creado para entonces. De igual forma fue el empuje definitivo para el desarrollo de los cazas de 3ra generación de la USAF y la US Navy, como lo fue el F-15 Eagle y el F-14 Tomcat, los cuales nacieron como respuesta al Foxbat.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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20 de febrero de 2007
29 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida, protagonizada y dirigida por Clint Eastwood, se basa en una excelente novela, "Firefox" (1977), de Craig Thomas, especialista en thrillers que tratan del uso de alta tecnología. Se rodó en diferentes localizaciones de California, Montana, Groenlandia y Austria, con un presupuesto estimado de 21 M dólares. Se estrenó el 18-VI-1982 (EEUU).
La acción tiene lugar en los primeros años 80, cuando el mando norteamericano tiene constancia de la fabricación por la URSS de un avión de prestaciones portentosas, inalcanzables por la tecnología occidental del momento. Narra la historia de Mitchell Grant, antiguo piloto de guerra del Vietnam, no recuperado del todo de los traumas bélicos. Recibe el encargo de infliltrarse en la URSS para sustraer el prototipo, con riesgo de la propia vida y de la paz mundial.
La narración se enmarca en la última fase de la Guerra Fría que enfrentó a los EEUU y la antigua URSS entre 1945 y 1990. El equilibrio del terror que presidió las relaciones entre las dos superpotencias dio pie a numerosas películas de acción en los años 50 y 60. El pretexto del film se basa en el hecho de que los soviéticos han constrído un prototipo de avión, el MIG-31, de tecnología muy superior a la americana. Este hecho se considera grave porque viene a alterar el equilibrio entre las dos potencias. Dos son las características diferenciales del nuevo modelo soviético: alcanza velocidades de crucero seis veces superiores a las del sonido (duplican las de los modelos más avanzados de los EEUU) y el piloto puede accionar los mandos del aparato con la mente. La trama del film, vista con ojos del XXI, presenta una elevada dosis de simplismo e ingenuidad. Por lo demás, son significativas las similitudes, no casuales, que mantiene con la serie de "Star Wars".
La música, compuesta y dirigida por Maurice Jarre ("Doctor Zhivago", 1965), se basa en una partitura original brillante, grandilocuente y efectista. La fotografía se recrea en paisajes árticos y aéreos, de gran belleza y notable grandiosidad, enriquecidos con efectos especiales de John Dykstra, ganador de un Oscar por los efectos especiales de "Star Wars". Se hace un uso acertado del claroscuro y de los contrastes de color. El guión pretende sumergir al espectador en un clima de incertidumbre, suspense y tensión, que culminaría en la secuencia de la persecución aérea. La interpretación de Eastwood ofrece la rigidez, estatismo e inexpresividad habituales en sus actuaciones de los 80. La dirección pone la narración al servicio de la espectacularidad y el patriotismo americano. La estética de la obra se presenta cuidada con atención y esmero.
Película de buena música y fotografía brillante. La historia peca de exageración, inverosimilitud y pretenciosidad, por lo que resulta artificiosa y poco convincente.
La acción tiene lugar en los primeros años 80, cuando el mando norteamericano tiene constancia de la fabricación por la URSS de un avión de prestaciones portentosas, inalcanzables por la tecnología occidental del momento. Narra la historia de Mitchell Grant, antiguo piloto de guerra del Vietnam, no recuperado del todo de los traumas bélicos. Recibe el encargo de infliltrarse en la URSS para sustraer el prototipo, con riesgo de la propia vida y de la paz mundial.
La narración se enmarca en la última fase de la Guerra Fría que enfrentó a los EEUU y la antigua URSS entre 1945 y 1990. El equilibrio del terror que presidió las relaciones entre las dos superpotencias dio pie a numerosas películas de acción en los años 50 y 60. El pretexto del film se basa en el hecho de que los soviéticos han constrído un prototipo de avión, el MIG-31, de tecnología muy superior a la americana. Este hecho se considera grave porque viene a alterar el equilibrio entre las dos potencias. Dos son las características diferenciales del nuevo modelo soviético: alcanza velocidades de crucero seis veces superiores a las del sonido (duplican las de los modelos más avanzados de los EEUU) y el piloto puede accionar los mandos del aparato con la mente. La trama del film, vista con ojos del XXI, presenta una elevada dosis de simplismo e ingenuidad. Por lo demás, son significativas las similitudes, no casuales, que mantiene con la serie de "Star Wars".
La música, compuesta y dirigida por Maurice Jarre ("Doctor Zhivago", 1965), se basa en una partitura original brillante, grandilocuente y efectista. La fotografía se recrea en paisajes árticos y aéreos, de gran belleza y notable grandiosidad, enriquecidos con efectos especiales de John Dykstra, ganador de un Oscar por los efectos especiales de "Star Wars". Se hace un uso acertado del claroscuro y de los contrastes de color. El guión pretende sumergir al espectador en un clima de incertidumbre, suspense y tensión, que culminaría en la secuencia de la persecución aérea. La interpretación de Eastwood ofrece la rigidez, estatismo e inexpresividad habituales en sus actuaciones de los 80. La dirección pone la narración al servicio de la espectacularidad y el patriotismo americano. La estética de la obra se presenta cuidada con atención y esmero.
Película de buena música y fotografía brillante. La historia peca de exageración, inverosimilitud y pretenciosidad, por lo que resulta artificiosa y poco convincente.
23 de noviembre de 2005
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera hora es muy buena, sobre todo si, como a mí, te encantan los thrillers políticos de espionaje.
El resto se sustenta simplemente en unos efectos especiales muy buenos para la época, aunque los había mejores. Los cuarenta minutos de vuelo en el Firefox me parecen muchos para lo poco que sucede.
En ningún momento me creí lo del avión. No sé si la historia está basada en hechos reales, pero me pareció inverosímil el objetivo de la misión.
También hay algunos fallos molestos como el ver poquísimos diálogos en ruso. Uno no sabe cuándo están hablando en ruso o en inglés; lo digo porque, de estar hablando siempre en inglés, resultaría increíble el dominio que tienen de ese idioma todos los oficiales rusos que aparecen. También podría ser problema del doblaje español, no lo sé, pues no la he visto en versión original.
El resto se sustenta simplemente en unos efectos especiales muy buenos para la época, aunque los había mejores. Los cuarenta minutos de vuelo en el Firefox me parecen muchos para lo poco que sucede.
En ningún momento me creí lo del avión. No sé si la historia está basada en hechos reales, pero me pareció inverosímil el objetivo de la misión.
También hay algunos fallos molestos como el ver poquísimos diálogos en ruso. Uno no sabe cuándo están hablando en ruso o en inglés; lo digo porque, de estar hablando siempre en inglés, resultaría increíble el dominio que tienen de ese idioma todos los oficiales rusos que aparecen. También podría ser problema del doblaje español, no lo sé, pues no la he visto en versión original.
2 de enero de 2010
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película menor del gran (sobre todo apartir de los 90) Clint, el cual ya tuvo un pequeño papelillo como piloto en cierta película de los 50 sore arañas gigantes.
Pero vayamos al grano:
El film es disfrutable, pero algo tópico. El protagonista está poco explotado, los personajes rusos son de charanga y pandereta, la mayor parte de la historia ha quedado desfasada debido a la desaparición de la CCCP y los efectos de Dykstra no han envejecido tan bien como los de otros films de la época (verbigracia: "Blade runner").
Por otra parte, el largometraje queda dividido en dos partes muy diferentes: una de puros espionaje (más interesante) y otra más jerrybruckheimeriana (no es "Top gun", pero ahí le ronda...) que resulta de menor interés (al menos hoy en día).
Tal vez sea porque Eastwood no es cineasta que guste de usar efectos visuales.
Lo mejor: La idea del cazabombardero controlado por la mente (hola, "Macross Plus"), Eastwood y toda la parte de espionaje.
Lo peor: Rollo ruso desfasado, efectos envejecidos, banda sonora mejorable, desarrollo irregular.
Pero vayamos al grano:
El film es disfrutable, pero algo tópico. El protagonista está poco explotado, los personajes rusos son de charanga y pandereta, la mayor parte de la historia ha quedado desfasada debido a la desaparición de la CCCP y los efectos de Dykstra no han envejecido tan bien como los de otros films de la época (verbigracia: "Blade runner").
Por otra parte, el largometraje queda dividido en dos partes muy diferentes: una de puros espionaje (más interesante) y otra más jerrybruckheimeriana (no es "Top gun", pero ahí le ronda...) que resulta de menor interés (al menos hoy en día).
Tal vez sea porque Eastwood no es cineasta que guste de usar efectos visuales.
Lo mejor: La idea del cazabombardero controlado por la mente (hola, "Macross Plus"), Eastwood y toda la parte de espionaje.
Lo peor: Rollo ruso desfasado, efectos envejecidos, banda sonora mejorable, desarrollo irregular.
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