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Críticas ordenadas por utilidad
19 de enero de 2019
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix tiene que hacérselo mirar. Y mira que adoro a la plataforma, pero tiene un problema con los largometrajes originales. Vale, están ‘El Rey proscrito’; ’22 de Julio’ y ‘Roma’, pero conociendo el alto nivel de calidad que puede alcanzar, resulta aun más extraño el hecho de que ‘IO’ termine llevando su sello. Pero, argumentemos este párrafo: En ‘IO’ nos presenta un futuro postapocalíptico en el que la necesidad de salir del planeta Tierra es latente; una necesidad llamada Éxodo que una joven pretende esquivar es pos de la búsqueda de poder llamar hogar de nuevo a su planeta natal, el único lugar que ha conocido. Sin embargo, todo da un giro cuando llega un nuevo acompañante que está buscando respuestas, y que propone su compañía en la nave hacia el nuevo mundo. El problema es que los mares y océanos son puro amoniaco; no queda un pájaro o un pez con vida; la atmósfera inferior es irrespirable…
Hasta aquí, una propuesta decente y, aunque conocida, bastante interesante como para prever una película con cierta acción y momentos de tensión. Pero claro, la corriente de minimalismo que envuelve a las producciones de ciencia ficción en los últimos tiempos está arrastrando a todas por el mismo sendero. Con solo dos personajes, un espacio cerrado (la mayor parte del tiempo) y muy pocas lineas de guion, pretendemos tener una película que nos ate al asiento y nos haga vibrar, y eso es un ejercicio muy difícil de llevar a cabo.
Pero en ‘IO’ no se consigue llevar ese despojo de lo sobrante y quedarse con lo mínimo a buen puerto. Lo que comienza con una premisa interesante acaba tornándose en una película soporífera en la que la conexión entre los protagonistas no termina de empapar de calidad la producción. Margaret Qualley (a quién veremos en ‘Once Upon a Time in Hollywood’ de Tarantino) crea un personaje complejo y con una complicada cantidad de pensamientos en su cerebro, mientras que Anthony Mackie, nuestro Halcón en la saga Vengadores, tiene un personaje lo suficientemente plano y aburrido como para no despertar un ápice de interés en el espectador. El error por tanto no se encuentra en la interpretación, si no más bien en la construcción de los personajes.
Pero claro, es un futuro postapocalíptico y queremos rellenar nuestra imaginación con imágenes que nos muestren el destrozado planeta que hemos dejado, el arduo camino de los supervivientes y la basta cantidad de terreno desolado que hay envolviéndolo todo. No aparece. La fotografía es sencilla, sin experimentos ni búsqueda de perfección.
Por lo que no podemos apoyarnos en el guion; no podemos buscar consuelo en las interpretaciones; la fotografía no muestra nada especial y no encontramos ningún punto de tensión lo suficientemente álgido como para mantenernos despiertos… pues ‘IO’ es lo que es (aparte de una luna de Jupiter). Una producción errada en su resultado final, que no muestra nada nuevo y que no rasca lo suficiente en ese mensaje ecologista que pretende lanzar.
Crítica para MagaZinema.
Hasta aquí, una propuesta decente y, aunque conocida, bastante interesante como para prever una película con cierta acción y momentos de tensión. Pero claro, la corriente de minimalismo que envuelve a las producciones de ciencia ficción en los últimos tiempos está arrastrando a todas por el mismo sendero. Con solo dos personajes, un espacio cerrado (la mayor parte del tiempo) y muy pocas lineas de guion, pretendemos tener una película que nos ate al asiento y nos haga vibrar, y eso es un ejercicio muy difícil de llevar a cabo.
Pero en ‘IO’ no se consigue llevar ese despojo de lo sobrante y quedarse con lo mínimo a buen puerto. Lo que comienza con una premisa interesante acaba tornándose en una película soporífera en la que la conexión entre los protagonistas no termina de empapar de calidad la producción. Margaret Qualley (a quién veremos en ‘Once Upon a Time in Hollywood’ de Tarantino) crea un personaje complejo y con una complicada cantidad de pensamientos en su cerebro, mientras que Anthony Mackie, nuestro Halcón en la saga Vengadores, tiene un personaje lo suficientemente plano y aburrido como para no despertar un ápice de interés en el espectador. El error por tanto no se encuentra en la interpretación, si no más bien en la construcción de los personajes.
Pero claro, es un futuro postapocalíptico y queremos rellenar nuestra imaginación con imágenes que nos muestren el destrozado planeta que hemos dejado, el arduo camino de los supervivientes y la basta cantidad de terreno desolado que hay envolviéndolo todo. No aparece. La fotografía es sencilla, sin experimentos ni búsqueda de perfección.
Por lo que no podemos apoyarnos en el guion; no podemos buscar consuelo en las interpretaciones; la fotografía no muestra nada especial y no encontramos ningún punto de tensión lo suficientemente álgido como para mantenernos despiertos… pues ‘IO’ es lo que es (aparte de una luna de Jupiter). Una producción errada en su resultado final, que no muestra nada nuevo y que no rasca lo suficiente en ese mensaje ecologista que pretende lanzar.
Crítica para MagaZinema.
13 de octubre de 2022
80 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo de ‘Irati’ es agotador. Paul Urkijo ya comentó en su presentación que en este trabajo se le veía “totalmente en pelotas”, aludiendo a que se mostraba como era, sacándolo todo en esta película y quedándose totalmente desnudo, sin esconder nada. Ante tamaño comentario el espectador ya va con una predisposición a, cuanto menos, respetar lo que es ‘Irati’ y el trabajo del director vasco, pero por mucha predisposición que lleves pocas cosas te preparan para el viaje que ‘Irati’ es y lo que se está mostrando en la pantalla.
Con las imágenes que se nos presentan en la cinta podría ser suficiente; ‘Irati’ es, ante todo, una película de aventuras, de mitología, cargada de fantasía, honor, batallas y todo aquello que podría hacer las delicias de cuantos la disfruten; una cinta llena de luz y elementos que van otorgando epicidad a cuanto se va narrando con ese discurso ágil y de buen ritmo, pero a la vez pausado y dejando respirar, como si el propio Paul Urkijo supiese con antelación que el viaje que ofrece es tan intenso que sea necesario un descanso. Curioso es, y muestra de gran maestría en la elaboración, el hecho de mantener la tensión narrativa de ‘Irati’ durante todo el tiempo que la película dura bailando entre escenas de acción, descubrimiento y fantasía, y conseguir que la historia nos vaya embelesando cada vez más y más a cada minuto que vemos a los protagonistas en pantalla.
Por supuesto, el hecho de que la historia de ‘Irati’ parezca tan intensa es, entre otras cosas, por el alma que parecen haberse dejado sus protagonistas. El gran trío de la obra, Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy e Itziar Ituño están en un nivel interpretativo inmenso, bárbaro. La creencia de que ‘Irati’ tiene tantísimo nivel y la demostración de ello en pantalla ocurre en gran parte por el trabajo que los tres intérpretes nos muestran, haciendo que la fantástica historia que tenemos ante nosotros sea creíble y palpable, consiguiéndonos animar, agobiar y emocionar. Culpa de ello también es su guion, obvio, que trabaja perfectamente en un tono medio en el que los diálogos están perfectamente acompasados para ir desgranándonos la historia poquito a poco, a pequeñas pinceladas. Esto es un enorme trabajo del propio Paul Urkijo.
Claro que, con todos estos elementos la obra debería ser ya una buena película, pero ‘Irati’ añade diversos aspectos que elevan su categoría. La fotografía es un deleite, una maravilla de trabajo cuyo culpable es Gorka Gómez Andreu y al que es imposible no nombrar cuando se trata de un trabajo tan plausible como el que muestra en esta película; la música es la compañera perfecta para lo que las imágenes nos van mostrando poquito a poco y nos ayuda a mantener ese ambiente épico y fantástico en el que nos encontramos, y el manejo de la mitología que tenemos frente a nosotros, con las criaturas, el bosque y su espíritu, ese aura que va envolviendo la película… todo está organizado como una orquesta perfecta.
En definitiva, a ver ‘Irati’ irás todo lo preparado del mundo que quieras, pero al final solo puedes terminar la película agotado, exhausto y sabiendo que lo que has visto es una absoluta barbaridad. Para levantarse a aplaudir.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
Con las imágenes que se nos presentan en la cinta podría ser suficiente; ‘Irati’ es, ante todo, una película de aventuras, de mitología, cargada de fantasía, honor, batallas y todo aquello que podría hacer las delicias de cuantos la disfruten; una cinta llena de luz y elementos que van otorgando epicidad a cuanto se va narrando con ese discurso ágil y de buen ritmo, pero a la vez pausado y dejando respirar, como si el propio Paul Urkijo supiese con antelación que el viaje que ofrece es tan intenso que sea necesario un descanso. Curioso es, y muestra de gran maestría en la elaboración, el hecho de mantener la tensión narrativa de ‘Irati’ durante todo el tiempo que la película dura bailando entre escenas de acción, descubrimiento y fantasía, y conseguir que la historia nos vaya embelesando cada vez más y más a cada minuto que vemos a los protagonistas en pantalla.
Por supuesto, el hecho de que la historia de ‘Irati’ parezca tan intensa es, entre otras cosas, por el alma que parecen haberse dejado sus protagonistas. El gran trío de la obra, Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy e Itziar Ituño están en un nivel interpretativo inmenso, bárbaro. La creencia de que ‘Irati’ tiene tantísimo nivel y la demostración de ello en pantalla ocurre en gran parte por el trabajo que los tres intérpretes nos muestran, haciendo que la fantástica historia que tenemos ante nosotros sea creíble y palpable, consiguiéndonos animar, agobiar y emocionar. Culpa de ello también es su guion, obvio, que trabaja perfectamente en un tono medio en el que los diálogos están perfectamente acompasados para ir desgranándonos la historia poquito a poco, a pequeñas pinceladas. Esto es un enorme trabajo del propio Paul Urkijo.
Claro que, con todos estos elementos la obra debería ser ya una buena película, pero ‘Irati’ añade diversos aspectos que elevan su categoría. La fotografía es un deleite, una maravilla de trabajo cuyo culpable es Gorka Gómez Andreu y al que es imposible no nombrar cuando se trata de un trabajo tan plausible como el que muestra en esta película; la música es la compañera perfecta para lo que las imágenes nos van mostrando poquito a poco y nos ayuda a mantener ese ambiente épico y fantástico en el que nos encontramos, y el manejo de la mitología que tenemos frente a nosotros, con las criaturas, el bosque y su espíritu, ese aura que va envolviendo la película… todo está organizado como una orquesta perfecta.
En definitiva, a ver ‘Irati’ irás todo lo preparado del mundo que quieras, pero al final solo puedes terminar la película agotado, exhausto y sabiendo que lo que has visto es una absoluta barbaridad. Para levantarse a aplaudir.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
22 de setiembre de 2017
73 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una tónica que va escrita a fuego con Kingsman desde su primera entrega: el humor y la exageración. Como no podía ser distinto, Matthew Vaughn ha cogido de nuevo los personajes de Dave Gibbons y Mark Millar y ha creado una gamberra, extralimitada y divertida película de agentes secretos y acción.
Acción cuyas escenas, precisamente, ocupan el grueso cualitativo de 'Kingsman: El círculo de oro', siendo las mismas auténticas coreografías repletas de sangre, fuegos artificiales e inverosímiles maneras de disparar y matar. Una oda a todas aquellas contiendas imaginadas entre buenos y malos en un mundo donde los planes del villano principal entran más dentro de lo absurdo que del tópico de la dominación mundial. En este punto del villano hay que sobresaltar la actuación de Julianne Moore, quien lejos de un registro cotidiano para ella, nos regala una mala malísima tan loca como divertida.
Es un gran espectáculo al servicio de la diversión para el espectador, contando con excepcionales momentos protagonizados por Taron Egerton y Colin Firth; un Pedro Pascal ambicioso en su interpretación y con Mark Strong, Jeff Bridges y Halle Berry acompañando de manera magnífica a los principales. Si bien echamos en falta algo más de Tatum.
Aún así 'Kingsman: El círculo de oro' es una ingeniosa, atractiva y capaz película dispuesta a dejarte boquiabierto y que mezcla los mayores tópicos con las más ingeniosas situaciones. El cine de agentes secretos puede ser serio, pero Matthew Vaughn y compañía han conseguido una vuelta de tuerca y han dejado en el espectador más ganas de esto que es Kingman: gamberrismo, exageración y diversión.
Crítica para MAGAZINEMA.
http://www.magazinema.es/kingsman-el-circulo-de-oro-2017/critica/
Acción cuyas escenas, precisamente, ocupan el grueso cualitativo de 'Kingsman: El círculo de oro', siendo las mismas auténticas coreografías repletas de sangre, fuegos artificiales e inverosímiles maneras de disparar y matar. Una oda a todas aquellas contiendas imaginadas entre buenos y malos en un mundo donde los planes del villano principal entran más dentro de lo absurdo que del tópico de la dominación mundial. En este punto del villano hay que sobresaltar la actuación de Julianne Moore, quien lejos de un registro cotidiano para ella, nos regala una mala malísima tan loca como divertida.
Es un gran espectáculo al servicio de la diversión para el espectador, contando con excepcionales momentos protagonizados por Taron Egerton y Colin Firth; un Pedro Pascal ambicioso en su interpretación y con Mark Strong, Jeff Bridges y Halle Berry acompañando de manera magnífica a los principales. Si bien echamos en falta algo más de Tatum.
Aún así 'Kingsman: El círculo de oro' es una ingeniosa, atractiva y capaz película dispuesta a dejarte boquiabierto y que mezcla los mayores tópicos con las más ingeniosas situaciones. El cine de agentes secretos puede ser serio, pero Matthew Vaughn y compañía han conseguido una vuelta de tuerca y han dejado en el espectador más ganas de esto que es Kingman: gamberrismo, exageración y diversión.
Crítica para MAGAZINEMA.
http://www.magazinema.es/kingsman-el-circulo-de-oro-2017/critica/
17 de mayo de 2018
58 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que vayas a ver ‘Deadpool 2’ al cine implica que vas a encontrar una película realizada por personal que se quiere divertir y que quiere divertir. La historia del superhéroe más carismático, deslenguado y seguramente irresponsable del panorama ya hizo las delicias de muchos de los que visionaron su primera entrega en el cine y, en ésta ocasión, aunque no al mismo nivel, mantiene esas ganas de hacer disfrutar en la butaca.
La misma seriedad que en su antecesora, en ‘Deadpool 2’ tenemos una historia de un tono más serio; pero no nos dejemos engañar por esto puesto que, aunque el fondo pueda tener mayor seriedad el envoltorio es un amalgama de estupideces varias, frases sacadas de contexto, sarcasmo, bromas al propio gremio cinéfilo y un caradura como un castillo de grande. Ryan Reynols se lo pasa en grande y se nota, disfruta de cada minuto dentro del traje de Deadpool y eso le insufla una calidad a su interpretación aún mayor. Tiene el gran porcentaje de buenas bromas y diálogos, obviamente, pero les un completo en cuanto a reparto. Los compañeros de interpretación danzan al ritmo que las palmas de Reynods dictan pero sin descompasar: Josh Brolin está casi igual de bien de Cable como lo estuvo de Thanos. Zazie Beetz como Domino; Brianna Hildebrand, Morena Baccarin e incluso Stefan Kapicic como Coloso no pierden el ritmo de Ryan Reynolds.
Las escenas de pelea incluyen momentos innecesarios de violencia y otros en los cuales piensas en la imaginación de los coreógrafos. Ésta muestra de poderes y los juegos de cámara cuando la acción entra mantienen un punto extra de tensión que, unido a la música mantienen el ritmo de la historia sin que haya bajas en la misma.
De hecho el comienzo es arrollador en casi todos los sentidos. Un comienzo vertiginoso y rápido que introduce una película que no agobiará, pero tampoco dejará descansar. La rotura de la cuarta pared ayuda un poco a todo, tanto a las risas y facilidad en las bromas, como a la narración y al equilibrio de la película, que no caiga ni en el aburrimiento ni en el extra de velocidad.
Si a todo esto añadimos que la película es súper gamberra, que no busca nada profundo; que incluso llega a reírse de sí misma en muchos de los momentos del metraje y las referencias cinematográficas que encontramos en ella… estamos ante una segunda parte que sigue la estela del buen debut que en su día tuvo el superhéroe más macarra que se recuerda: Deadpool.
La misma seriedad que en su antecesora, en ‘Deadpool 2’ tenemos una historia de un tono más serio; pero no nos dejemos engañar por esto puesto que, aunque el fondo pueda tener mayor seriedad el envoltorio es un amalgama de estupideces varias, frases sacadas de contexto, sarcasmo, bromas al propio gremio cinéfilo y un caradura como un castillo de grande. Ryan Reynols se lo pasa en grande y se nota, disfruta de cada minuto dentro del traje de Deadpool y eso le insufla una calidad a su interpretación aún mayor. Tiene el gran porcentaje de buenas bromas y diálogos, obviamente, pero les un completo en cuanto a reparto. Los compañeros de interpretación danzan al ritmo que las palmas de Reynods dictan pero sin descompasar: Josh Brolin está casi igual de bien de Cable como lo estuvo de Thanos. Zazie Beetz como Domino; Brianna Hildebrand, Morena Baccarin e incluso Stefan Kapicic como Coloso no pierden el ritmo de Ryan Reynolds.
Las escenas de pelea incluyen momentos innecesarios de violencia y otros en los cuales piensas en la imaginación de los coreógrafos. Ésta muestra de poderes y los juegos de cámara cuando la acción entra mantienen un punto extra de tensión que, unido a la música mantienen el ritmo de la historia sin que haya bajas en la misma.
De hecho el comienzo es arrollador en casi todos los sentidos. Un comienzo vertiginoso y rápido que introduce una película que no agobiará, pero tampoco dejará descansar. La rotura de la cuarta pared ayuda un poco a todo, tanto a las risas y facilidad en las bromas, como a la narración y al equilibrio de la película, que no caiga ni en el aburrimiento ni en el extra de velocidad.
Si a todo esto añadimos que la película es súper gamberra, que no busca nada profundo; que incluso llega a reírse de sí misma en muchos de los momentos del metraje y las referencias cinematográficas que encontramos en ella… estamos ante una segunda parte que sigue la estela del buen debut que en su día tuvo el superhéroe más macarra que se recuerda: Deadpool.
7 de junio de 2023
45 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando empiezas a ver ‘La desconocida’ tardas escasos segundos en darte cuenta de que cómoda, lo que se dice cómoda, no va a ser de ver. Este thriller que parece poseer tranquilidad se esconde con esa piel de cordero para ser un revuelto intenso cargado de giros y vueltas de tuerca a esa principal trama que bien pronto se ofrece ante nosotros; una trama donde las parafilias en general y la pedofilia en particular aparecen para hacernos tragar un incómodo relato en el que en ningún instante estamos libres para descansar. La tensión entre los dos grandes protagonistas de la película es la columna que va sustentando todo lo que se nos cuenta, y no hay momento en el que se disipe o reduzca; incluso cuando la utilidad de los flashbacks o recuerdos aparece y debieran de ser más relajados, la tensión acumulada por la situación entre ambos personajes hace que no pueda olvidarse de ninguna manera.
Para contarnos esta historia que es ‘La desconocida’ dos son los personajes que tenemos ante nosotros; estas dos inmensos figuras que se asientan en la obra haciéndonos miembros a todas y todos los que estamos viéndola de como conseguir que la tensión en el aire sea capaz de cortarse. Con diálogos y conversaciones que recuerdan en dureza a cierto bar en ‘As Bestas’ pero con una burda muestra de vocabulario en determinados momentos, Laia Manzanares y Manolo Solo muestran un ejercicio interpretativo de aúpa que difícilmente pase desapercibido en nominaciones y muestras del buen hacer actoral. Laia Manzanares da vida a Carolina, y su manera de hacerlo es colosal. Empatizas con ella, pero cuando te quieres dar cuenta no sabes las vueltas que te ha dado que acabas lleno de dudas y desagrado, para volverte a hacer empatizar, para asustarte… un trabajo impresionante. Manolo Solo es el segundo de esta dupla que posee toda la fuerza de ‘La desconocida’, y ojo a lo que ha hecho Manolo. Su personaje te repugna y asusta, te hace vacilar, te hace agobiarte, te hace querer romperle la mandíbula de un puñetazo… y hacer todo eso es muy complicado, eso seguro.
Una cosa importante de ‘La desconocida’ a tener en cuenta’: no es un trabajo de estudio moral. No va a contarte desde el punto de vista moralmente correcto esta historia; en ‘La desconocida’ solo hay malos momentos entre los protagonistas y de los protagonistas por separado, nada del bien y del mal, de lo correcto y lo no correcto… en absoluto. En ‘La desconocida’ no debes dejarte llevar por los huecos enormes en los que tus ideales y comportamientos saldrían huyendo de la mayor parte de las situaciones, tienes que dejarte llevar por el turbio y agobiante instante en el que los personajes encargados de contarnos la historia se encuentran e intentar ver como público la magnitud de la narración que tenemos ante nosotros. Dicha narración sustentada por un pilar maestro como es el guion, que en esta ocasión nos deleita con muchas frases y diálogos dignos de analizar.
Toda esta menestra de letras e instantes interpretativos que utilizan para contarnos el mensaje asegura que la relación entre la película y el espectador se mantenga en el punto de intranquilidad constante; a pesar incluso de determinado momentos en los que la película parece decaer, pero que no son más que muestra de que dejando un buen sabor de boca durante un prolongado momento de tiempo, te puedes permitir tropezar con esa pequeña piedra, siempre y cuando te levantes y sigas por el camino de una manera tan correcta como lo hace ‘La desconocida’.
Así pues y ante el aturdidor ambiente que Pablo Maqueda prepara en ‘La desconocida’ para deleite del público y, casi seguro estoy, de sí mismo, podemos afirmar que otro punto destacable de la cinta es como se muestra segura de sí misma y de como está contando su mensaje. Ese punto provocativo que tantas veces hemos visto perderse en el cine pero que en ocasiones, como esta, se alza como una poderosísima arma cinematográfica. La provocación como emblema. Con todos estos detalles, ya tenemos ese estilo que le queda como anillo al dedo a su narración.
En definitiva, ‘La desconocida’ es una película intensa pero sin agobiarnos con su ritmo; es una película que se disfrutar con ella misma y que hace que el espectador se abrume y pierda por su aura misteriosa que baila entre el thriller, el misterio y pequeños coqueteos con lo psicológico. Sin duda, para tenerla muy en cuenta cuando se quiera hablar del buen cine.
Crítica para MagaZinema
https://www.magazinema.es/
Para contarnos esta historia que es ‘La desconocida’ dos son los personajes que tenemos ante nosotros; estas dos inmensos figuras que se asientan en la obra haciéndonos miembros a todas y todos los que estamos viéndola de como conseguir que la tensión en el aire sea capaz de cortarse. Con diálogos y conversaciones que recuerdan en dureza a cierto bar en ‘As Bestas’ pero con una burda muestra de vocabulario en determinados momentos, Laia Manzanares y Manolo Solo muestran un ejercicio interpretativo de aúpa que difícilmente pase desapercibido en nominaciones y muestras del buen hacer actoral. Laia Manzanares da vida a Carolina, y su manera de hacerlo es colosal. Empatizas con ella, pero cuando te quieres dar cuenta no sabes las vueltas que te ha dado que acabas lleno de dudas y desagrado, para volverte a hacer empatizar, para asustarte… un trabajo impresionante. Manolo Solo es el segundo de esta dupla que posee toda la fuerza de ‘La desconocida’, y ojo a lo que ha hecho Manolo. Su personaje te repugna y asusta, te hace vacilar, te hace agobiarte, te hace querer romperle la mandíbula de un puñetazo… y hacer todo eso es muy complicado, eso seguro.
Una cosa importante de ‘La desconocida’ a tener en cuenta’: no es un trabajo de estudio moral. No va a contarte desde el punto de vista moralmente correcto esta historia; en ‘La desconocida’ solo hay malos momentos entre los protagonistas y de los protagonistas por separado, nada del bien y del mal, de lo correcto y lo no correcto… en absoluto. En ‘La desconocida’ no debes dejarte llevar por los huecos enormes en los que tus ideales y comportamientos saldrían huyendo de la mayor parte de las situaciones, tienes que dejarte llevar por el turbio y agobiante instante en el que los personajes encargados de contarnos la historia se encuentran e intentar ver como público la magnitud de la narración que tenemos ante nosotros. Dicha narración sustentada por un pilar maestro como es el guion, que en esta ocasión nos deleita con muchas frases y diálogos dignos de analizar.
Toda esta menestra de letras e instantes interpretativos que utilizan para contarnos el mensaje asegura que la relación entre la película y el espectador se mantenga en el punto de intranquilidad constante; a pesar incluso de determinado momentos en los que la película parece decaer, pero que no son más que muestra de que dejando un buen sabor de boca durante un prolongado momento de tiempo, te puedes permitir tropezar con esa pequeña piedra, siempre y cuando te levantes y sigas por el camino de una manera tan correcta como lo hace ‘La desconocida’.
Así pues y ante el aturdidor ambiente que Pablo Maqueda prepara en ‘La desconocida’ para deleite del público y, casi seguro estoy, de sí mismo, podemos afirmar que otro punto destacable de la cinta es como se muestra segura de sí misma y de como está contando su mensaje. Ese punto provocativo que tantas veces hemos visto perderse en el cine pero que en ocasiones, como esta, se alza como una poderosísima arma cinematográfica. La provocación como emblema. Con todos estos detalles, ya tenemos ese estilo que le queda como anillo al dedo a su narración.
En definitiva, ‘La desconocida’ es una película intensa pero sin agobiarnos con su ritmo; es una película que se disfrutar con ella misma y que hace que el espectador se abrume y pierda por su aura misteriosa que baila entre el thriller, el misterio y pequeños coqueteos con lo psicológico. Sin duda, para tenerla muy en cuenta cuando se quiera hablar del buen cine.
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