Hablar del conflicto armado interno para un peruano resulta un tópico de debate y análisis, es cierta medida es necesaria una ayuda en la memoria para recordar estos desastrosos sucesos que enlutaron al Perú en los años 80 e inicios de los 90. Este suceso es una marca en la historia peruana, así como EEUU tiene su Vietnam o Europa tiene las guerras mundiales. Este conflicto armado se posiciona como el tópico por excelencia dentro de la cultura artística peruana. En este caso el cine ha servido para dar a las nuevas generaciones una idea de lo que se vivió en aquella época de horror.
La película “La Hora Final” nos contextualiza en el grupo de investigación denominado GEIN, el cual tiene como misión la captura del líder de la agrupación terrorista Sendero Luminoso: Abimael Guzmán. Sin embargo la cinta se enfoca en la vida de dos integrantes de este grupo de investigación haciendo que su vida personal termine robándose la atención del espectador frente al contexto de espionaje e investigación. En este sentido el guión termina yéndose a un lado personal sin darle mucho enfoque a la misión de investigación del grupo en sí. Este punto en especial afecta demasiado al producto final, dado que muchos espectadores van con la idea de ver una película con “la captura del siglo” como protagonista pero que termina siendo el trasfondo de la historia romántica-familiar de los protagonistas.
La historia de los personajes se desenvuelve con buen acierto, sin nada pretencioso o irreal. Nos presentan seres humanos como protagonistas, seres que sufren y ven sus vidas afectadas directamente por los hechos violentos en donde se desarrollan. Cabe destacar las muy buenas actuaciones de Pietro Sibille y Nadia Bermejo, está ultima logra interpretar varias escenas fuertes con una talla profesional (a pesar de que se siente desaprovechado su talento dándole un personaje no muy bien desarrollado). En aspecto de los personajes secundarios, cada uno cumple su rol eficientemente sin resaltar uno del otro ni ser apabullados por los protagonistas.
El cine peruano se ha visto beneficiado con las nuevas herramientas fílmicas que hacen posible conseguir una excelente calidad a la imagen y al sonido. En este aspecto la película se ve beneficiada en esto. La fotografía es buena y tiene ciertas tomas a resaltar como una al borde inferior de un acantilado en la noche oscura limeña con la sombras de los dos protagonistas. El trabajo de dirección de arte resulto satisfactorio a pesar de algunas escenas donde se les escapa el escenario hoy dentro del contexto de los 90. El vestuario también va acorde a la época e incluyen artefactos o automóviles de la época.
En conclusión, tenemos una cinta que nos intenta adentrar en el mundo de las personas de carne y hueso que estuvieron dentro de hechos importantes de nuestra historia. La cinta a pesar de no ser un caso excepcional dentro de la filmografía peruana, se defiende con actuaciones impactantes pero que se cae muchas veces en el guión, el cual da la sensación de bajar su intensidad al momento de tocar los temas personales de los protagonistas (sobre todo la del personaje de Sibille).