Jaulas

No saber vivir fuera de las jaulas es un patrimonio que no es difícil compartir con los canoros cautivos; máxime si eres mujer, ignorante, sometida al macho y a las culturas ancestrales que beatifican el ser madre y ama de casa como las aspiraciones máximas del género femenino.

Afortunadamente las cosas, por dramáticas que resulten, pueden contarse de muy diversas maneras y el joven director sevillano elige un vehículo dinámico en el que no faltan el humor, las carambolas y los excesos; situaciones estas últimas que en manos de Tarantino, los Coen, Kusturica..., se consideran virtudes; pero si lo hace un pipiolo de por aqui, se lo anotamos, ipso facto, en el apartado de los defectos.
Es el primer largometraje de Nicolás Pacheco, un autor que aunque nunca ha negado sus influencias, ha demostrado suficiente desenvoltura, imaginación y creatividad como para confiar en él y en sus futuros proyectos.

Por supuesto que muestra algunos desajustes y errores, nada fuera de lo normal. ¿O es que ustedes consideran que lo normal es llamarse Orson Welles y estrenarse con Ciudadano Kane?

Esta ópera prima tiene bastante mérito porque con pocos medios ha conseguido una creación del ambiente adecuado para desarrollar un guión, un tanto irregular en cuanto al ritmo, pero muy eficaz a la hora de generar tensión dramática. Casi todos los personajes destilan verosimilitud, aunque algunos sobreactúan, dando a entender que no se creen del todo su papel. Uno de los aspectos positivos de la película es su uso equilibrado de la cámara al hombro, la que yo llamo peyorativamente ‘cámara oscilante’, útil para las escenas de acción, persecución, etc. pero no para los encuadres fijos en diálogos o tomas de conjunto. El largometraje es evidentemente una ópera prima, pero no es la obra de un principiante. Se aprecian influencias de grandes firmas, principalmente Kusturica, lo que indica capacidad para captar las esencias de los maestros del género.

Se cuentan demasiadas cosas y no todas de la mejor manera. Exceso de ambición en un proyecto que de haber sido humilde como el barrio de donde parte, se habría acercado mejor al espectador.

Personajes que sobran, llenando minutos vacíos. Historia profunda y hermética, resuelta desde el desgarro, deshabitada de calma, sin recorrido, ni futuro...

Dura, fría... Una obra admirable... pero no admirada.

En este "thriller" nos encontramos con una historia sencilla e inverosímil (tanto en cuanto al "realismo mágico" que se nos presenta como respecto a la trama en general), que va agravando su voz de manera paulatina hasta el ansiado desenlace; ansiado, puesto que a pesar de su relativa brevedad (una hora y media), el visionado se nos hace pesado debido a un guión descompensado, que se enfoca más en los propios personajes que en la historia que los pone en común.

Respecto a las actuaciones, nos encontramos con que muchos de los intérpretes tienen un tono explícitamente exagerado, dándonos nosotros perfecta cuenta de ello; ocurriendo esto incluso en las situaciones que así debe de ser debido a la necesidad dramática del momento.

Y es que lo mejor de la película tan sólo nos lo encontramos en los momentos cómicos, bien repartidos a lo largo de un drama demasiado locuaz, que seguro a más de uno se le atragantará.

3,5

Gratamente sorprendido con esta película, especialmente meritoria por tratarse de un debut. Hay crudeza, realismo, buen hacer interpretativo y una dirección segura de lo que quiere contar y cómo hacerlo.
Donde otras películas españolas de similar argumentario o ambientación fracasan a mi modo de ver, ésta mantiene un pulso firme. Película que me ha recordado por su ambientación y crudeza a Dogman de Matteo Garrone, posee una acertada banda sonora y una cuidada fotografía.
De un lirismo poético trágico, sus personajes viven en una sucesión de desgracias, en unas jaulas que aunque abran sus puertas no ofrecen una vida que mejore el de su interior.