El cine a veces te pasan estas cosas: te quedas pegado a la silla al final de la proyección, cuando las luces de la sala molestan las retinas, escuchando la canción de Joel P. West de los títulos de crédito y digiriendo todas las emociones que acabas de vivir. Finalmente te levantas y te das cuenta que hay más personas haciendo lo mismo. ¡Es la magia del cine!.

"Grandma" nos cuenta la odisea de la Elle y la Sage, abuela y nieta, en busca de un pequeño préstamo entre amigos y conocidos de la Elle para poder pagar el aborto de la joven. Además la abuela acaba de romper con su reciente compañera y arrastra al mismo tiempo la pérdida reciente de la pareja de toda la vida después de más de 30 años de convivencia.

Estamos ante una conmovedora y vibrante urbanmovie que carga todo el peso de la película en las interpretaciones de las dos protagonistas y más concretamente en la veterana Lily Tomlin que atiborra la pantalla de una forma abrumadora. Esto no significa que el resto de elementos cinematográficos no estén a la altura. Lo que quiero decir es que sólo para ver a esta veterana actriz ya vale la pena acercarse a la taquilla.

El guión y su cadencia están bien ajustados consiguiendo mantener una tensión y una armonía que te arrastran a ser partícipe de un mensaje lanzado con una contundencia y una franqueza que son de agradecer. Un mensaje que va mucho más allá de la consigna y que se encuentra perfectamente envuelto de una carga emotiva que provoca una profunda empatía hacia unos personajes imperfectos y, por ello, categóricamente humanos.

No sé si será la sorpresa de este año que se acaba. Lo que si os puedo asegurar que aunque sea cine independiente y de poco impacto mediático se trata de un cine atrevido, fresco y empapado de ingenio con interpretaciones de alto nivel. No la dejéis escapar. (8/10)
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