Charro
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Western
A Jess Wade le hacen saber que su antigua novia corre peligro y se dirige a la frontera con México para ayudarla. Sin embargo, la noticia es falsa; se trata de una emboscada que le han tendido sus viejos compañeros de banda... (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Charro!" cuenta la historia de James Wade, un vaquero que intenta redimirse de su pasado, mientras que sus antiguos compinches acaban de robar un cañón valiosísimo y tienen a los Federales siguiéndoles la pista.
El western, a finales de los 60, estaba enfermo de muerte a causa de la decadencia de los guionistas y de la "estimable" colaboración del spaghetti Leone. Así que "¡Charro!", aunque lo intenta; un guión más que decente, personajes principales de carácter y muy bien trabajados y buenas interpretaciones de Presley, Victor French y la bellísima Ina Balin, no logra zafarse de la nefasta impronta setentera: música pop distorsionando las imágenes, localizaciones patéticas y el inefable movimiento de zoom propio de parvulario.
Sí, es verdad, a todo ello hay que añadir que el cañoncito de marras se termina haciendo muy pesadito el pobre. A pesar de todo, la película entretiene.
El western, a finales de los 60, estaba enfermo de muerte a causa de la decadencia de los guionistas y de la "estimable" colaboración del spaghetti Leone. Así que "¡Charro!", aunque lo intenta; un guión más que decente, personajes principales de carácter y muy bien trabajados y buenas interpretaciones de Presley, Victor French y la bellísima Ina Balin, no logra zafarse de la nefasta impronta setentera: música pop distorsionando las imágenes, localizaciones patéticas y el inefable movimiento de zoom propio de parvulario.
Sí, es verdad, a todo ello hay que añadir que el cañoncito de marras se termina haciendo muy pesadito el pobre. A pesar de todo, la película entretiene.
17 de abril de 2010
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El charro era sinónimo de un jinete muy diestro o experimentado. El charro era un empleado de confianza de las haciendas mexicanas, los charros tenían un prestigio caballeresco al cual muchos de los vaqueros buscaban acceder.
Jess Wade (Elvis Presley) es acusado falsamente de haber robado un cañón del ejército mexicano. Sus antiguos compañeros de banda le ponen la trampa, para que aparezca como el único responsable de tan particular robo.
De regreso hacia la frontera con México, Jess deberá encontrar a los culpables, pero hay unas cuestiones pendientes que tiene que resolver primero, además de que sus ex compañeros se la ponen difícil.
La película tuvo un presupuesto $1,5 millones. Este film, es el primero que Elvis aparece con barba, lo que incomodo un poco a sus fanáticos, pero su gran actuación los tranquilizo.
Los dos filmes que Elvis grabo en el estado de Arizona, “Stay Away, Joe” (1968) y “Charro!” (1969), fueron dispares, el primero recibió las peores criticas.
“Stay Away, Joe” (1968) es el film de Elvis con el papel más atípico de su carrera. Elvis interpreta a un indio mestizo. Se supone que la trama de la película fuera, Elvis enfrentado a las autoridades en busca de apoyo a la comunidad, para que estos puedan criar ganado en la reserva, como parte de un programa de gobierno para beneficiar a los indígenas sin tierra.
Pero en su lugar, el film desarrolla temas chabacanos, absurdos y sin sentido. Las peleas a puños son parte integral del film, las desenfrenadas juergas entre los jóvenes de la reserva, parecían fiestas de hippies endrogados. Una sensación de inutilidad y absurdo impregnan la película.
La imagen que proyectan de los indios y/o mestizos del medio oeste norteamericano es ofensiva y de mal gusto. Los actores Burgess Meredith, Joan Blondell, Katy Jurado y Thomas Gómez, todos ellos nominados al Oscar, parecía que estaban pintados en escena, sus papeles carecían de sentido, al igual que otros.
Las películas de Elvis, en su mayoría, son tontas, pero son familiares y entretenidas, pero jamás como esta, absurda y sin sentido.
Jess Wade (Elvis Presley) es acusado falsamente de haber robado un cañón del ejército mexicano. Sus antiguos compañeros de banda le ponen la trampa, para que aparezca como el único responsable de tan particular robo.
De regreso hacia la frontera con México, Jess deberá encontrar a los culpables, pero hay unas cuestiones pendientes que tiene que resolver primero, además de que sus ex compañeros se la ponen difícil.
La película tuvo un presupuesto $1,5 millones. Este film, es el primero que Elvis aparece con barba, lo que incomodo un poco a sus fanáticos, pero su gran actuación los tranquilizo.
Los dos filmes que Elvis grabo en el estado de Arizona, “Stay Away, Joe” (1968) y “Charro!” (1969), fueron dispares, el primero recibió las peores criticas.
“Stay Away, Joe” (1968) es el film de Elvis con el papel más atípico de su carrera. Elvis interpreta a un indio mestizo. Se supone que la trama de la película fuera, Elvis enfrentado a las autoridades en busca de apoyo a la comunidad, para que estos puedan criar ganado en la reserva, como parte de un programa de gobierno para beneficiar a los indígenas sin tierra.
Pero en su lugar, el film desarrolla temas chabacanos, absurdos y sin sentido. Las peleas a puños son parte integral del film, las desenfrenadas juergas entre los jóvenes de la reserva, parecían fiestas de hippies endrogados. Una sensación de inutilidad y absurdo impregnan la película.
La imagen que proyectan de los indios y/o mestizos del medio oeste norteamericano es ofensiva y de mal gusto. Los actores Burgess Meredith, Joan Blondell, Katy Jurado y Thomas Gómez, todos ellos nominados al Oscar, parecía que estaban pintados en escena, sus papeles carecían de sentido, al igual que otros.
Las películas de Elvis, en su mayoría, son tontas, pero son familiares y entretenidas, pero jamás como esta, absurda y sin sentido.
8 de junio de 2020
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez lo único potable de la cinta se encuentre en la presentación de los créditos mientras suena la voz de Elvis en una preciosa balada. A partir de aquí todo es un continuo disparate. En este sentido, la primera escena ya es bastante premonitoria. El pistolero Wade (Elvis con barba de diez días) llega a un pequeño pueblo de la frontera mejicana, da igual en que lado del río, todo es expectación y silencio. Bueno, y curiosidad también. Se quita las dos pistoleras que llevaba cruzadas sobre el pecho (ahí mismo desaparecen para todo el resto de la cinta) y, al final, levanta las dos manos como diciendo: "¡Tranquilos! ... No pasa nada". Y todos se quedan ya tan relajados.
El resto es una demencial historia. Una banda de malhechores, bueno, en realidad la banda del Tío Honorio, roban el Cañón de la Victoria de una especie de Museo de la Revolución Mejicana, y se lo llevan tan tranquilos culpando al pobre Wade del robo. A Elvis, el bueno, que simplemente pasaba por allí al arrimo de un antiguo amor. Pero no pasa nada, después de unas cuantas historietas a cual más inverosímil, nuestro pistolero recupera el cañón, el amor de su chica y el prestigio general que estaba un poco en entredicho.
Una pena que no le pelaran la barba de Elvis cuando estaba sentado en el sillón del barbero. Muchos lo estábamos deseando.
El resto es una demencial historia. Una banda de malhechores, bueno, en realidad la banda del Tío Honorio, roban el Cañón de la Victoria de una especie de Museo de la Revolución Mejicana, y se lo llevan tan tranquilos culpando al pobre Wade del robo. A Elvis, el bueno, que simplemente pasaba por allí al arrimo de un antiguo amor. Pero no pasa nada, después de unas cuantas historietas a cual más inverosímil, nuestro pistolero recupera el cañón, el amor de su chica y el prestigio general que estaba un poco en entredicho.
Una pena que no le pelaran la barba de Elvis cuando estaba sentado en el sillón del barbero. Muchos lo estábamos deseando.
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