Déjate verSerie

«Déjate ver» hace mucho más que dejarse ver: es una delicia de originalidad, humor y sensibilidad. Excelente trabajo de Álvaro Carmona en la dirección y el guion, y un reparto estupendo, encabezado por la maravillosa Macarena Sanz. Más allá de sus toques de surrealismo —muchos de ellos absolutamente geniales—, la serie tiene mucha verdad. Merece la pena.

Una serie extraña, que al principio te deja un poco "que mierdas estoy viendo?" ya que desde casi el principio parece un mundo un tanto kafkiano pero sin embargo muy acercado a lo que es la realidad. Según avanzan los capítulos van surgiendo nuevas situaciones sorprendentes. Los personajes son extraños para el espectador y la propia protagonista pero los más normales en su mundo. Una serie con una narración excelente y una historia atrapante.

Déjate ver es la infravaloradísima serie de un Álvaro Carmona vestido de genio absoluto y una Macarena Sanz inconmesurable.

La serie, impregnada de ese humor surrealista tan marca de la casa de su director y guionista, es a veces Black Mirror, a veces Amanece que no es poco, la mayoría de veces un drama intimista sobre alguien terriblemente solo que siente como está "desapareciendo".

Déjame ver reparte guantazos a dos manos. La frivolidad del mundo del arte conceptual, galeristas, actores e intelectuales y su, a menudo, falsa sofisticación, el mundo de la televisión, las redes sociales, el famoseo y los influencers. La burocracia absurda de nuestras administraciones, las pseudoterapias, (ayyyy) las relaciones sociales y afectivas. La lista es interminable. No queda nadie en pie en Déjate ver, excepto Ana. O Anastasia.

La encantadora Macarena Sanz, me recuerda a Tamara Falcó, con esa caracterización dulce y positiva... quizá infantil, al interpretar a la singular Ana. Un personaje habitante de un mundo burbuja, alejado en parte, de la realidad.

Engancha por el desconcierto que proyecta... al menos es lo que a mi me ha sucedido como espectador. Entretiene y confunde a la vez, en una amalgama de emociones contradictorias.

La nota que ha obtenido a fecha de mi reseña me parece un tanto... exagerada, con ello no quiero decir que no me haya gustado... relajadamente.

El resultado es una obra poética y extraña... donde se narran cuestiones sencillas que trascienden... pequeñas emociones, realidades que están ahí, pero en las que nadie repara.

Su tono consigue transmitir desconcierto, ante un personaje naif que ha atravesado la vida en una confortable nubecilla de algodón.

Supongo que el asombro que produce, es lo que ha llevado a quienes la han visto y valorado, trasladándola a una nota global de 7.5 en la página.