UtopiaSerie

«De hecho, el mundo es cómico, pero la broma es para la humanidad»
H.P. Lovecraft

Necesariamente violenta, necesariamente friki… necesaria, al fin y al cabo. Desde la primera impresión e imágenes que (des)concertaban en los primeros compases de la nueva (mini)serie de Channel 4 quedaba claro que estábamos ante la presumible ficción de culto de 2013: desde la original banda sonora de Cristobal Tapia de Veer a la cromática fotografía de Ole Bratt Birkeland, la serie de Dennis Kelly epató (e impactó) a la perpleja audiencia. No es tan friki (y low-cost) como “Devin McGinn's The Last Lovecraft: Relic of Cthulhu”, pero tiene un look indie, como si los hermanos Coen, Danny Boyle y David Lynch se hubieran puesto de acuerdo en unificar ideas y estilos en una única e indefinible serie imposible.

El argumento gira sobre una novela gráfica de culto titulada ‘Los Experimentos Utopía’ y publicada en 1985, donde un científico hace un pacto con el diablo a cambio de conocimiento y el diablo aparece bajo múltiples apariencias pero siempre como un híbrido entre humano y animal, especialmente como un conejo. No falta conspiración de alto alcance, un grupo de héroes por accidente, violencia estilizada impactante y un Sr. Conejo detrás de un plan misterioso y oscuro. Todas las piezas van encajado perfectamente y la serie demuestra su inteligencia, mientras camina sobre sendas preestablecidas. Pero también sorprende con una cuidada fotografía a lo novela gráfica, banda sonora distintiva, puesta en escena de cómic y caricaturesca y varias tramas atrayentes con una atmósfera de thriller y humor negro y violencia incrustados. En resumen, una ficción extravagante y british para no perderse…

¿Lo malo? Posiblemente el cierre. No estoy muy a favor de dejar los finales abiertos como chantaje a los seguidores de la serie para que supliquen por una continuación. Da la impresión, como sucedía en la primera temporada de “Homeland”, que los guionistas escriben y dejan cerrado todo… menos los últimos 15 minutos para colocar cientos de cliffhangers con los que despedazar a los espectadores y a los mandamás de las cadenas. ¿Resulta tramposa, efectista e incoherente sacarse ‘conejos’ de la chistera para dejarnos en ascuas? No es que “Utopia” no dé las respuestas a sus seguidores, pero sí se esperaba una serie de culto definitiva… y ahora nos toca esperar si Channel 4 continúa con uno de los proyectos británicos más jugosos e interesantes junto “Black Mirror”. Mientras tanto, nunca utilices un nick ‘Wilson Wilson’, deja tu bolsa amarilla con cientos de armas homicidas y no pares de preguntar a todo ser vivo con el que te encuentres: ¿Dónde está Jessica Hyde?

Reino Unido, 2013. La producción de televisión local sigue emperrada en llevar a Jane Eyre y compañía a las pantallas para cubrir el hueco del té de las amas de casa. Channel 4 es un canal de Endemol (pista: Gran Hermano) que prefiere dedicar su espacio de prime time a ficciones rompedoras que jamás habrían tenido luz verde en otras cadenas abiertas al público. Culpables del éxito de Charlie Brooker con la magnífica "Dead Set" y la miniserie "Black Mirror", con "Utopia" apadrinan una idea de Dennis Kelly que gira en torno al robo de una novela gráfica (llamada Utopia) y a varios personajes que se ven involucrados en una espiral de sangre, violencia y asesinatos por y para la recuperación del volumen. Los protagonistas podríamos ser tú o yo: unos frikis de Internet que tras quedar para charlar acabarán de mierda hasta el cuello. Están jodidos.

Concebida inicialmente como una miniserie de seis episodios, "Utopia" tendrá una segunda temporada (algo lógico dadas sus audiencias y el final semi-abierto de la season finale) y yo no puedo más que alegrarme. Porque estamos ante una producción sencillamente orgásmica en la que el aspecto visual está cuidado al milímetro (¡y sin que parezca cara!), un reparto brillante (los niños actores son además excepcionales, tanto Grant como Alice) e iconos modernos como Arby, con su bolsa amarilla y sus incapacidades sociales, o la enigmática Jessica Hyde. Porque "Utopia" va más allá de ser una serie de frikis metidos en una yinkana con destino en la pantalla de Game Over, atraviéndose a hacer una crítica social a la manera de "Black Mirror" pero siendo incluso más cruda, extirpando cualquier reducto de humor. Salvaje y por momentos alucinada, tremendamente violenta (la apertura del tercer episodio quita el hipo) y con unos personajes convincentes que se desarrollan con el dia a día y están perfilados con una gran capa de grises; "Utopia" es la ficción de nuevo cuño más potente de -al menos- el primer tercio de 2013. Simplemente, hay que verla. A menos que seas una de esas señoras que quedan para tomar el té y hablar de Jane Eyre, claro.

Si es que este pais nos ha dado mucho más de lo que nosotros le agradecemos, artísticamente hablando. Empezando desde la música (y que música!), pasando por los grandes autores literarios que han salido de esas tierras británicas, hasta llegar al mundo de cine y televisión, y sus guionistas.

Que gran dominio de la velocidad a la hora de darnos dosis de información. Cuando pensabas que ya habías desenmascarado la trama, unicamente es una porción de lo que te espera. Que buena elección todo el reparto, y que bien llevado a cabo. Y sobre todo que maravilla de guión. Sutilmente va lanzando un mensaje a tu cerebro de que estás a punto de descubrir una de las grandes, y es que esta serie con sabor a Kubrick Atarantinado es una delicia. Pero sobre todo porque es la primera que veo aparecer en una serie de televisión, o en este caso una miniserie, este thriller conspiranoico con destellos pulp.

Me quedo con una anécdota del primer capítulo donde echan en cara que educan a estudiantes en escuelas de guión bajo la influencia de Star Wars y Doctor Who. Imaginen lo que podría salir si estudiaran a series con esta, Black Mirror, Breaking Bad o The Wire, entre muchas más. Imperdible, rozando la excelencia y de obligada visión para todo gran amante del cine y el cine.

Si es que estamos viviendo una época dorada en cuanto a series que rozan la excelencia.

Amo las series americanas. EU se caracteriza por tener excelentes producciones, ahi esta el caso de Breaking Bad, Dexter, Homeland, Community, etc. Pero sin duda a la hora de arriesgarse y sacar una serie completamente diferente los británicos se llevan las palmas. Utopía es lo mas raro e increible que he visto en lo que empezamos de este año.

Se ve que es una serie con muy poco presupuesto y sin embargo tiene una fotografía impecable, unos actores desconocidos pero que lo bordan y una historia tan bizarra que no quiero contarla porque no arruinar a nadie la experiencia. Pero lo que la hace increible es lo poco que le importa mostrar violencia. Esta serie es simplemente brutal en cuanto a eso, cosa que se le agradece ya que la violencia no es gratuita y aparece en los momentos más importantes de la serie. No se la pierdan, les puede gustar o no, pero les aseguro que esta primera (¿y única?) temporada no los dejará indiferentes.

Y es que no me extraña que el color amarillo sea el leit motiv de esta serie, por que locos hay unos cuantos, y es que Channel 4 viene cargada de fuerza con esta nueva serie, con mucha mala ostia y sin cortarse un pelo.

Se podría decir que Utopía es una mezcla muy atractiva para el espectador activo, con mucha adrenalina y una historia compleja, llena de acción, ciertos guiños de humor, y unos comienzos de capítulo que bordan la perfección. La historia esta algo manida, pero conserva mucha frescura, temas de farmacéuticas, garabatos muy artísticos (propios de chiflados), más "giraos" por ahí pegando tiros a cascoporro y unos "pringaos" que no saben que hacer con su vida en cuanto se les tuerce un poco, eso si, todo ello con una buena factura (hecho que se puedo comprobar en muchas de las escenas que ofrece, localizaciones acertadas, una fotografía muy cuidada...)

Pero lo que prima en esta serie es la falta de ataduras a la hora de mostrar violencia o algunos hechos que rompen con todo conservadurismo ético o moral, es más, es ahí donde te das cuenta del riesgo que toman las series británicas, donde sin mecánicos ni efecticismos baratos, muestran la crudeza de una realidad que a veces es peor incluso de como nos la pintan, color amarillo incluido.