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Críticas 28
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
4
25 de agosto de 2017
128 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuaderno de bitácora. 25 de agosto del año 2017: Los americanos siguen sin entender el anime.

Antes de ver la película me propuse liberarme de los estereotipos, de las pretensiones que te da el haber visto previamente el anime (y leído el manga) y poner la mente en blanco. Haría así primero una crítica a 'Death Note' como película per se y también a la misma como adaptación del anime. Pero es que lo segundo no hay por dónde cogerlo.
Una película de algo más de 1 hora y media que recoge de su adaptación japonesa lo justo, nombres de personajes, bloque principal del argumento y excentricidades varias (excepto las famosas patatas de Light). Y es aquí donde está a mi entender su principal problema: pretender amasar la esencia de sus 37 capítulos en escasos 100 minutos. 

De nuevo los estadounidenses vuelven a darnos más ejemplos que demuestran que o bien no ven la fuente de aquello que quieren grabar o no lo entienden en absoluto. La principal característica de Light (Kira) era ese atractivo tan siniestro que nos producía a todos. Un chaval de nuestra edad que comienza con algo puro y que poco a poco se convierte en rehén de su propio sueño; mitad sociopata, mitad salvador. Y aquí su desarrollo es nulo. Tanto es así que la sensación que me da es que lo han intentado sacralizar. Kira es protagonista y antagonista al mismo tiempo, y en la película parece que los únicos enemigos son aquellos que intentan detenerle.

L es otro que tal baila. Al margen de su cambio de etnia (que sinceramente, me da exactamente igual), queda reducido a una mera caricatura estrafalaria. Como si los guionistas hubieran entendido que lo que hace brillante a L fuera su forma de sentarse, comer caramelos o coger el teléfono, y no su ética particular y su inteligencia sin parangón. Inteligencia al nivel de Kira, que sin embargo ésta solo se deja atisbar en los últimos minutos de la película, siendo el resto del tiempo un adolescente con la posibilidad de matar.

La locura de Mia la han traducido 'decentemente' y me quedo con más ganas de Ryuk (y la voz de Williem Dafoe, impresionante). Mención aparte hay que hacer de la dinámica L-Kira.

A mi entender, la historia de 'Death Note' no es tanto la de un cuaderno que mata gente sino la del juego del gato y el ratón entre sus dos protagonistas, Kira y L (no se entiende si no la bajada de nivel de la serie cuando esa relación desaparece). Juego que gira entorno a la batalla de egos; un ajedrez mortal que nos hacía vibrar con cada encuentro entre ambos. Aquí el único encuentro que presenciamos nos da la impresión de que estamos viendo a dos desequilibrados decir frases de galleta de la suerte y no a dos hombres luchando por ver qué visión del mundo prevalece: la justicia de Kira o la justicia de L.

Termino de ver la película con la misión de sumar otra adaptación más a la sección (encabezada por Dragon Ball): "No, parad, no sigáis, no queremos ver más animes destrozados" y con el sabor de saber que con un poco más de cariño y en un formato de serie Netflix (10-12 capítulos) esta crítica sería muy diferente. Como película es pasable, como adaptación es un cero a la izquierda. Pero no tengáis miedo, pues siempre podremos volver a ver la obra de Tsugumi Ohba y quitarnos este mal sabor de boca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinzz3r
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8
13 de diciembre de 2017
391 de 703 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase la pronuncia Luke Skywalker en el tráiler para, 2 horas y media después de ver la película, convertirse en una meta-narración en toda regla. Luke nos está hablando a nosotros, al espectador, al fandom y en especial a aquellos que creen que 'Los Últimos Jedi' será otro 'copy-paste' de la saga original -en esta ocasión de El Imperio Contraataca-.

Rian Johnson lo sabe, Star Wars es un producto, para contentar a los fans y para vender, pero teniendo presente esto nos da un episodio que se sale de los márgenes clásicos de la saga y, lo más importante, una continuación a lo visto en 'El Despertar de la Fuerza' que poca gente podía esperar -al márgen quedan personas como Frikidoctor-. Existen similitudes obviamente, sobre todo en algunos arcos de desarrollo de personajes y estética de planos, pero la forma de rematar y, principalmente el poso que te deja la película, son lugares nunca explorados en la franquicia. Continuación diferente, extraña, que derrumba todo lo construído anteriormente por J.J. Abrams e innovadora -mucho para lo que cabría esperar, poco para lo que al final ha quedado-.

Ahora bien, la pregunta que está dando más juego, ¿es demasiado larga? Pues sí y no, lógicamente un fan no querrá que acabe jamás el entretenimiento, pero puede que algún espectador medio sienta algunas partes (Finn y Rose) un tanto dilatadas en el tiempo y/o innecesarias. Estamos hablando de una película que inicia partida en dos -la parte de 'La Fuerza' y la de la Guerra Civil- y que puede que tarde mucho en confluir usando, esto sí que es imperdonable, trucos argumentales baratos.

Los personajes son un tema aparte -si se me apura, incluso de la historia-. Sin miedo a equivocarme diría que Star Wars jamás se ha tenido que enfrentar al desarrollo de tantos personas con peso argumental similar en una misma película, y esto hace que algunos brillen más que otros. Finn es el que más sale perdiendo esta vez mientras Poe, el más damnificado en el anterior episodio, es el que más gana -los minutos en el film tienen mucho que ver-. Las nuevas incorporaciones -Laura Dern, Benicio del Toro- cumplen escasamente y Carrie Fisher está sublime. Snoke, Hux y Phasma, decepción.

Mención de honor para el trío principal. Mark Hamill, después de más de 30 años, vuelve como la mejor versión de Luke Skywalker, es imposible no estremecerte con cada frase o plano suyo (concretamente, el más especial de todos). Daisy Ridley continua su viaje introspectivo iniciado por J.J. Abrams -tremenda es su evolución en las más de 2 horas- y, como plato fuerte, Adam Driver como Kylo Ren sigue siendo lo mejor de la cinta. La deconstrucción del arquetipo de villano toma sendas realmente, realmente impresionantes, que en la fase final empiezan a encajar dejando todavía espacio para una ulterior evolución.

Las batallas alcanzan su cénit en esta entrega, ya sea en el espacio, en tierra o con espadas -pelos de punta cada vez que alguien enciende un sable-láser-, 'Los Últimos Jedi' nos regala las mejores luchas desde 1977 con una, eso sí, sobreexplotación de las espaciales, hecho que se le perdona por el propio motor argumental de la película.

Pero si algo hay que destacar es el mensaje principal de la obra de Johnson, el definitivo paso de testigo generacional. Sin entrar en detalles (ir a la zona Spoiler para ello), ya no se trata más de 'ellos', ahora se trata de los nuevos, de los jóvenes y los aún más jóvenes, los que acaban de llegar y los que están por llegar. La semilla que plantó J.J. ha crecido y ha madurado finalmente. La nueva era está aquí para quedarse.

A título personal, según van las cosas parece que esta nueva trilogía ocupará un espacio temporal muy breve en la historia de Star Wars en comparación con las dos anteriores (original 3-4 años, precuelas más de... ¿13?). El Episodio VII debe de ocupar un día o dos como mucho y esta última entrega se desarrolla en varias horas. Si en el siguiente episodio no meten un lapso de tiempo todo parecerá apresurado y los desarrollos argumentales y personales un tanto impostados/forzados.

'Los Últimos Jedi' son muchas cosas, se puede entender como una desilusión para aquellos que esperaban más de lo mismo o como una esperanza para los que queríamos algo nuevo y fresco sin dejar de lado la nostalgia (que la hay, pero aquí tiene una función clara y clave). Podría haber sido más, Johnson nos podría haber cimentado un nuevo universo y mitología pero se ha quedado solo en la cúspide. Entre esto último y la situación en que deja a los personajes al final (sorprendentes esos últimos segundos del final), J.J. tiene muchísimo trabajo que hacer en las últimas 2 horas que restan a la trilogía. Que la fuerza te acompañe Abrams, a ti y a nosotros.

PD: Continúa en la zona Spoilers y la nota, según vayan sucediéndose los revisionados puede que cambie. El objetivismo va apareciendo según voy alejándome en el tiempo después de la primera proyección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinzz3r
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7
30 de diciembre de 2017
89 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me dispuse a ver 'Black Museum' después de cometer el error que siempre me prometo no ejecutir: leer antes las críticas de Filmaffinity, porque estas quieras o no siempre te predisponen positiva o negativamente. Y después de entender, por las críticas, que solo me quedaba por ver el peor capítulo de esta nueva temporada, me he llevado una más que grata sorpresa.

'Black Museum no es el peor capítulo de la temporada y mucho menos de la serie (pero tampoco es el mejor). Es un compedio de 3 píldoras de mini historias que, como ya algo propio de la serie, acaban siendo reconducidas (no con mucha efectivida, eso sí) en una misma desembocadura argumental, todo coge sentido en los últimos 10 minutos.

Hablar de cada una de las tres historias podría considerarse un spoiler, así que hablaré única y exclusivamente de los temas que tratan intentando evitar todo lo posible detalles argumentales que puedan dañar su primer visionado. La primera historia (y para mí la mejor) trabaja sobre el tema de la adicción, sobre cómo algo que puede empezar como algo bueno, como una idea pura puede acabar en las más profundas entrañas de la incondicionalidad de los estímulos más primarios, de los placeres más (o menos) humanos. Una radiografía de cómo el descontrol puede acabar contigo mismo y, ya de paso, una historia bastante espeluznante y en ocasiones morbosa.

La segunda historia nos narra el despropósito de la conciencia sin voluntad, o de lo que es lo mismo: la cosificación del alma humana. Esta historia es algo más abstracta en su interpretación; ¿nos está hablando de temas más filosóficos ("¿cuánto dura la felicidad, y por qué nos empeñamos en alargarla?"), sobre la pérdida y cuándo aceptarla antes de que sea demasiado tarde, del tema candente de la eutanasia o del tema aún más candente de la situación histórico-social de la mujer? Sin duda interesante, agobiante en muchos momentos pero, bastante predecible desde el planteamiento.

Y llegamos al colofón que no lo es tanto. La tercera historia inicia y finaliza de unir todos los, hasta ese momento, invisibles cabos sueltos. Una historia que inicia hablándonos vagamente de la eternidad como castigo o del castigo eterno para, mediante un giro típico de Black Mirror, acabar hablándonos a nosotros mismos: ¿vosotros, que habéis disfrutado no solo de las 3 historias de 'Black Museum', sino de cada capítulo de la serie, sois igual de culpables? ¿Hasta qué punto somos de morbosos? Y si lo somos, ¿en alguna situación queda justificado o, de lo contrario, no existe alegado alguno para nosotros?

Es probablemente que por mis gustos personales (me gustan las historias cortas, concisas y directas al hipotálamo) esta entrega de la serie me haya gustado bastante. Ello no quita sus grandes errores (hay grandes vacíos entre la segunda historia y lo que ocurre en el museo con ese peluche, o algo más de la historia del Doctor), además del completo desconocimiento de algunos personajes importantes. Además, el final una vez te lo ves venir te deja a medias, es poco satisfactorio y que puede contradecir el 'posible' mensaje de todo el capítulo.

Terminada la temporada creo que el nivel ha decaído algo (sobretodo en comparación a sus temporadas primeras), pero 'Black Mirror' sigue dando que hablar. Sigue sabiendo lo nocivos que somos con nosotros mismos, que nos gustan sus historias, que tememos y nos gusta ver en qué puede acabar la humanidad si se sigue deformando y 'deshumanizando'. Nosotros por nuestra parte seguiremos siendo adictos, con conciencia pero sin voluntad, y morbosos.
Sinzz3r
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7
24 de mayo de 2018
129 de 196 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iré directo al grano: te guste o no la franquicia, 'Solo: A Star Wars Story' te entretendrá. A partir de aquí y en función de tu tabla de medir le sacarás más o menos fallos.

Todos sabemos que esta película no ha estado exenta de problemas de grabación, pero el trabajo de Ron Howard (que se comenta que ha re-grabado casi la totalidad de la película), más allá de algún que otro chirrío en la estructura, ha sido más que satisfactorio. Me queda la duda de saber cómo hubiera sido esa película mas "improvisada" y "loca" que pretendían hacer tanto Phil Lord como Chris Miller en comparación al toque más clásico y aventurero de Howard.

No es ninguna sorpresa tampoco decir que Han Solo es probablemente lo menos destacable de 'Han Solo'. Sin embargo tengo que romper una baza en favor de Alden Ehrenreich como el jóven Solo: no es la catástrofe que muchos auguraban. El problema no reside tanto en las tablas de interpretación que tiene el actor como la comparación odiosa (Harrison Ford será siempre un híbrido de Han Solo e Indiana Jones) y el hastío que tuvimos los fans al conocer la elección (Anthony Ingruber era nuestra única esperanza). Ehrenreich tiene el mejor papel y al mismo tiempo el mayor marrón, pero sale decente tras las 2 horas de metraje.

Ahora bien, una vez hecho de abogado del diablo, debo decir que todos los secundarios se presentan como más interesantes que Han Solo, incluso Chewbacca y Qi'ra (interpretada por una Emilia Clarke más que decente) se comen más pantalla que el protagonista. Pero son Lando (Donald Glover) y Tobias Beckett (Woody Harrelson) quienes se llevan la palma. El primero tiene un magnetismo interpretativo que supera por momentos al original Lando y el segundo (el no-tan-mentor) viene cargado de sorpresas y, qué coño, es el mismísimo Harrelson, para qué más. Ah, y necesito mas dosis de L-3. Un personaje magníficamente construído.

La historia, si bien es cierto que cumple sus premisas (explicarnos cosas como: el Halcón, la relación Solo-Lando, Chewbacca, el porqué del carácter de Han Solo...) decepciona. No tanto por su calidad, que como digo cumple, sino por saber quiénes son los guionistas. Lawrence Kasdan (Imperio Contraataca, En Busca del Arca Perdida...) y su hijo nos presentan una aventura arqueotípica bastante predecible y sin muchas sorpresas (quizá un par).

La música y la ambientación, como ya lo fue en Rogue One, vuelve a ser lo más destacable e inmersivo, lo que demuestra que Star Wars con cariño y sin pantallas verdes ya tiene la mitad ganada. La acción es adrenalínica y muy bien dosificada. Ya solo por ver la escena del tren merece la pena pagar la entrada. Y el fan-service está en pequeñas dosis y muy bien enmascarado.

Pero si algo tengo criticar sin contemplación es la poca vergüenza de Disney. Sabemos que es una empresa, que tiene como objetivo ganar dinero pero, de verdad que no puede hacer algo más... atrevido? Quiero decir, ya tiene la saga principal para llegar al gran público y nadar entre billetes y más billetes, por qué no enfocar estos 'spin-off' como la oportunidad de arriesgar y dar algo diferente? The Last Jedi, a pesar de sus innumerables errores nos dio algo diferente, ni bueno ni malo, DIFERENTE. Han Solo sin embargo sigue por la misma línea "humor-acción-predictibilidad" hecho para toda la familia. Ya vale de este esquema y de usar el mismo arco temporal (entre episodio III y IV), tienen un universo sin fronteras para crear lo que les plazca y sorprender con cosas nuevas.

Como digo, la película es un pasable que, si te dejas engatusar por la película y cierras la mente de los prejuicios, asciende a algo más (mi fan interior ayuda). Pero sea como sea la valoración, creo que es una pelicula que una vez vista se dejará un poco en el olvido y no tendrá mucha trascendencia... Disney, espabila ya.

PD: Continuo en la zona Spoiler sobre la posible "trilogía Solo":
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sinzz3r
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7
29 de diciembre de 2017
69 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Black Mirror nos vuelve a regalar una entrega en la que los espectadores no sabemos situar con precisión en el tiempo, una historia que bien podría estar establecida en el futuro o incluso ocurrir en el presente. Encontrar pareja es la misión primordial del ser humano, que no encontrar el amor, donde el paso del tiempo y por ende de nuestra vida se convierte en una ruta de recogida de datos que conduce única y exclusivamente a ese objetivo, al emparejamiento con tu "media naranja".

Quien conozca al director griego Yorgos Lanthimos y mínimamente su filmografía esto ya le sonará, pudiendo ver grandísimos puntos de paralelismo entre 'The Lobster' (La Langosta) y este 'Hang the DJ". El principal aporte nuevo es esa filia de Brooker por reconducir todo a las nuevas tecnologías, siendo en este caso el elegido los portales o aplicaciones de citas. Un (ya no tan) nuevo elemento que cambia completamente las dinámicas entre parejas y, por tanto, la visión que tenemos del amor y sus coyunturas.

Brooker en este caso (como en realidad en todas sus escrituras) vuelve a llevar esta característica al paroxismo, al límite, dándole en el camino un par de vueltas y giros finales que, a diferencia de otros episodios (Arkangel) no podemos empezar a sospechar hasta pasado el ecuador de la proyección. Convierte el tránsito que solemos hacer las personas de una relación amorosa a otra hasta creer encontrar nuestra pareja ideal en una condición sine qua non o indispensable para nuestra realización. Vivimos por y para conocer personas, unas detrás de otras (incluso en el episodio parece que el trabaja tal y como lo conocemos no existe, así que podemos aventurar que el único "trabajo" es tener citas) y que como los yogures tienen fecha de caducidad hasta que, por mandato divino (representado en un híbrido entre Tamagochi y Tablet), se nos adjudica nuestra "media naranja" la cual, dentro de las reglas de este sistema, no se puede rechazar.

A ciencia cierta 'Hang the DJ' es el 'San Junipero' de esta temporada, una entrega en la que para variar los personajes no quieren aceptar su (nuestro) mundo de reglas absurdas, injustas y tan poco humanas. Pocas veces el motor argumental de un episodio de Black Mirror constituye, al mismo tiempo, el rayo de esperanza que nos quieren mostrar. En este caso la propia distopía es el amor que, al tiempo que vertebra sus 52 minutos, también constituye la auténtica esperanza.

Otro punto al márgen son las tremendas actuaciones de Georgina Campbell y Joe Cole (quien haya visto 'Peaky Blinders' sabrá que este último es un actorazo como la copa de un pino). Acompañado por unos secundarios que cumplen y enriquecen de contrastes la entrega de Van Patten.

Quien conozca como digo a Lanthimos, sabrá que él jamás podrá escribir y/o dirigir algo como 'Hang the DJ', no por la calidad (que por otra parte me parece menor y más simplona que las obras del director griego) o por el tema, sino por el poso emocional. Sentimiento que para conocerlo hay que, además de ver el capítulo, romper las reglas del sistema y para variar, enamorarse.

Aun hay esperanza, tanto en el amor como en Black Mirror.
Sinzz3r
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