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Críticas 148
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
25 de marzo de 2020
119 de 154 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Hunt" es de aquella clase de películas que viene precedida por una ardua polémica en su país de origen, cosa que provocó que esta producción de "Blumhouse" pasara de mano en mano, sin que nadie se atreviera a estrenarla. La controversia venía por su supuesta violencia así como su reflejo de una distopía política que podría herir sensibilidades varias.

Hasta este punto, todo lo normal en este tipo de producciones, cuya intención es, a través del puro género, mover algunas conciencias. Pero la cuestión es que nadie había visto el filme, más allá de las cuatro voces que pusieron el grito en el cielo ante la supuesta ideología que presentaba la cinta. Cierto es que en un país donde la venta de armas, así como los nacionalismos exaltados, están a la orden del día, y todo aquello que refleje esa doble cara del "Sueño Americano" no es precisamente grato, y menos en la era Trump.

Pero polémicas aparte y centrándonos en el filme, la obra de Zobel nos ofrece una escasa hora y media de pura diversión, culpable según se mire, donde el ritmo no decae en ningún momento. A través del típico survival, donde presas son cazadas por los depredadores de turno, el film se atreve a realizar una especie de twist ideológico, muy en contra del mismo género, proponiendo un debate interesante acerca de aquellas convicciones políticas a las que nos aferramos.

Unos trepidantes 15 minutos iniciales, donde el espectador se ve expuesto a un juego con muy mala uva, preceden a todo un festín sangriento, violento y con un acentuado humor negro que nos enfrenta a situaciones tan delirantes como las que tienen lugar dentro de un búnker.

Si a todo ello sumamos unos diez minutos finales bestiales, con aparición estelar incluida, no podemos sino que aplaudir una pequeña joya del género que, aunque no cuente nada nuevo, sí lo hace con el suficiente desparpajo como para adquirir personalidad.

De obligado visionado para aquellos que disfrutamos con producciones como la divertidísima "Tú eres el siguiente" de Adam Wingard o la perturbadora "Eden Lake" de James Watkins.

Lo mejor; Los giros constantes de guión, que descolocan continuamente al espectador.

Lo peor; Hay muchas producciones con la que compararla, como por ejemplo las anteriormente citadas.
did79
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5
2 de febrero de 2023
100 de 145 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ningún secreto que Aronofsky siente cierta predilección por la hipérbole dramática. Es de aquellos directores a quienes les gusta retorcer y humillar a unos personajes nacidos para sufrir. Tenemos claros ejemplos en "Requiem for a dream", donde machaca con cinismo social a sus protagonistas, o en "Cisne negro" al arrastar a la Portman en busca de la perfección hasta las últimas consecuencias.

Sus películas coquetean con el fantástico, con la metáfora o con una alegoría al servicio de un mensaje demoledor que retrata con crudeza las miserias humanas. Una mezcla de géneros que funciona cuando la historia está controlada/ bien trabajada o, por el contrario, es capaz de dividir a la audiencia por su reducción al absurdo, como es el caso de "Madre!", film que exige demasiado al espectador y que su pretendido estilo caótico puede exasperar a más de uno.

Por el contrario, la cinta que nos ocupa se aleja de la fantasía y se adentra en el drama costumbrista más simplista. El director decide dejar a un lado aquello que hizo distinta a su filmografía y transitar por unos senderos fáciles y emocionalmente planos, concentrando su esfuerzo en avasallar al espectador con tretas lacrimógenas. Nada de personajes complejos y profundos, ni rastro de tramas tortuosas. Aquí todo está al servicio de un actor y de un personaje al que se le rinde pleitesía artificiosa.

¿Se merece Fraser el Oscar por su interpretación? Sin duda, está soberbio. Pero, puestos a ser quisquillosos, es un papel demasiado goloso y estudiado. Es de aquellos personajes que, más allá de prótesis y látex, encandilan a la Academia por esa súplica desesperada por recibir algún premio. En este caso, un homosexual obeso dispuesto a autodestruirse por amor. A la ecuación hay sumarle una hija psicópata, una exmujer alcohólica, una amiga cínica y una secta como telón de fondo. El cóctel del culebrón está servido.

¿Es "La ballena" una buena película? Por supuesto. Pero, al final, todo ese portento lacrimoso juega en su contra, pues su exceso es tan obvio que resulta inocuo, e incluso irrisorio. Algo parecido a lo que hace Shyamalan en sus películas, pero con menos soberbia.

Lo mejor; Recuperar a un gran actor como Fraser y dedicarle un film entero a su redención hollywoodense.

Lo peor; Por su evidencia resulta de todo menos emotiva. Su simpleza es irritante.
did79
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6
10 de octubre de 2019
53 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una norma, no estricta, que impera en todas aquellas operas primas diseñadas/realizadas para competir en festivales especializados, como es la de intentar sacar de una situación cotidiana una idea polémica y transgresora, capaz de levantar ampollas allí por donde es proyectada. Unas con más tino que otras, ofrecen un producto perfectamente manufacturado que pone patas arriba convencionalismos y moralinas baratas. Si uno se detiene a pensar, le viene a la cabeza obras como "Crudo" de Julia Ducournau, donde el incipiente canibalismo era una metáfora sobre el despertar sexual de la protagonista, "Grace" de Paul Solet, donde se analizaba el componente vampírico de la maternidad de forma explícita o "Revenge" de Coralie Fargeat, donde proponía una sexualizada dicotomía moral en el típico producto de "rape & revenge".

Todas ellas comparten una factura formal impecable, una buena dirección de actores y suficientes componentes perturbadores como para trascender más allá de la proyección. Pues bien, el film que nos ocupa, contiene todos estos aspectos resultando todos ellos excelentes, es decir, el director maneja con soltura el espacio, retratando a través de él el estado de ánimo que experimenta el personaje principal (excelente Bennett), empequeñeciéndolo en un entorno que lo oprime a pesar de ser extenso y abierto. Esa cárcel de lujo, como es la casa, esa aparente felicidad que trasmite la pareja perfecta, ese denso bosque que se extiende más allá de la mansión, no son sino barreras que ocultan el verdadero estado de las cosas.

Es ese estado el que llevará a la protagonista a desarrollar un trastorno al que se verá arrojada, a una obsesión compulsiva que hará tambalear el perfecto mundo (o no) en el que vive. Por eso, es la evolución psicológica del personaje principal lo que está perfectamente desarrollado y trabajado en el film, ganándole terreno al elemento transgresor.

¿Y dónde reside la polémica? Pues en esa específica perturbación alimenticia a la que hace referencia el título del film. Tratada con cierta distancia y humor negro, sobretodo en su primera parte, es ahí donde reside la entidad de la película. Pero, como suele pasar con las ideas transgresoras, éstas, en manos inexpertas, suelen derivarse, mutar y finalmente dirigirse hacia otros lugares.

Lo que inicialmente era un film rompedor, al menos en cuanto a concepto, deviene, en su último tramo, un dramático film sobre identidades, diluyendo toda la mala uva expuesta en su primer acto, haciendo cómplice al espectador de ese peculiar hábito que sufre la protagonista, a lo largo de divertidas secuencias.

Es una lástima que esas ideas primigenias, transgresoras y críticas con la sociedad en la que vivimos, que revientan estandartes y muestran todo su artificio oculto, se desarrollen de manera tramposa, para finalmente caer bajo ese manto de corrección que en un principio se critica. Y de ejemplos hay miles.

Lo mejor; Haley Bennett.

Lo peor; ¿Por qué les cuesta tanto a los directores mantener la incorrección durante todo el metraje? ¿Y para qué criticar si al final se acaba cayendo en lo mismo de siempre?
did79
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1
20 de febrero de 2020
41 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho antes que Carpenter presentara al gran público al icónico Michael Myers, las bases del slasher fueron esbozadas en un modesto film de 1974 dirigido por Bob Clark cuyo título era "Black Christmas". Objeto de culto en nuestros días, el film ganó adeptos a medida que sus innovadoras virtudes eran plagiadas u homenajeadas en producciones posteriores (desde la citada "Halloween" hasta la saga "Scream de Wes Craven").

El film ya fue objeto de revisión en aquella oleada de remakes que nos llegó a principios del milenio, inaugurado por Markus Nispel y su revisión de la obra maestra de Hooper. Partiendo de la misma situación que se desarrollaba en la cinta interpretada por Margot Kindder, el remake dirigido por Glen Morgan se alejaba del suspense sostenido del original para adentrarse en esos nuevos patrones del gore y su explicitud más moderna, a la sombra de la saga "Saw". Aunque fallido y confuso, la película de 2006 al menos proponía una incómoda historia familiar con incesto de por medio que resultaba, cuanto menos, curiosa.

Actualmente vivimos una nueva oleada de nuevas versiones denominadas reboots, intentando sonar a novedad cuando en verdad se trata de recrear absolutamente lo mismo. Después del éxito de la nueva entrega "Halloween" y, ante la falta de ideas novedosas dentro de la industria, le llega el turno a "Black Christmas".

Pero, ¿qué es lo que puede aportar de nuevo una revisión del film? Pues sus productores pensaron que, viviendo en unos tiempos políticamente correctos, otorgar la producción de un tipo de cine, en cierta manera, tildado de misógino, a una directora y añadir cuatro elementos del movimiento "MeToo" harían las delicias de los aficionados/as.

Traicionando totalmente el espíritu de la original, el film juega a la explicitud ideológica, creando situaciones de vergüenza ajena que, al contrario de lo pretendido, juega en detrimento de cualquier acto reivindicativo. El previsible elemento sobrenatural aquí añadido, fuerza al espectador a elevar su nivel de exigencia ante una idea que, a todos los niveles, resulta poco acertada. ¿Qué hubiera sido del film, si en vez de calibrar todos sus recursos en pos a ese feminismo de postín, se hubiera centrado en lo que realmente importa, dar miedo (o al menos intentarlo)? Y para más inri y rematar la faena, ni rastro de hemoglobina y la mayoría de asesinatos en off, ¿qué más podemos pedir?

Hay muchas maneras de reivindicar posiciones ante el celuloide y no creo que, jugando al absurdo y construyendo un film tan flojo y sin ningún tipo de sorpresa, sea la manera adecuada.

Lo mejor; Hace grande la película original, no hay posibilidad de superarla.

Lo peor; Todo lo demás.
did79
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8
16 de octubre de 2022
41 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las espectativas ante el estreno de "X" eran altas. Las críticas la alababan como uno de los mejores slashers de la historia del cine. No solo rendía pleitesía al género citado, si no que era toda una oda a la "La matanza de Texas". Además, su director era el responsable de la "Casa del Diablo" e "Inkeepers", dos films de género con sustancia y atmósfera. Así que el hype era elevado. ¿El resultado una vez vista? Irregular. Una magnífica primera parte, con la presentación de personajes interesantes y de un entorno rural inquietante para caer luego, en su parte final, en los tópicos de fácil consumo. Aún así, su lectura sexualizada de la tercera edad, la buena dirección de West y un reparto más que correcto la salvaban de la mediocridad.

Durante su pase por salas, el rumor de una posible precuela en forma de corto empezó a invadir las redes sociales. Y así, un año más tarde, llegaba por sorpresa "Pearl", largometraje que se adentra en el pasado de uno de los villanos de la original y cuyo nombre da nombre a la cinta. Si en el film con Jena Ortega se hacia reverencia al cine de los años setenta, con sus atmósferas sucias, sexualmente enfermizas y su sadismo gráfico, aquí el director se desmarca de ello para adentrarse en el cine del technicolor y cinemascope propio de mediados de los cincuenta y principios de los sesenta. Producciones teatrales y coloridas rebosantes de buen rollo y colores saturados.

Es por ese motivo que todo está al servicio de la forma. Paisajes, vestuario, iluminación, atrezzo. Un conjunto que nos retrotrae a producciones como "Sonrisas y lágrimas" o "Siete novias para siete hermanos". Por suerte, nada se detiene en la superficie y se apuesta por explorar aquello que se esconde bajo la superficie cromática. Tenemos, por un lado, el guiño a la pandemia y, por otro, el descenso a la locura de Pearl, su protagonista, una joven anclada en un entorno que la oprime y del que no puede escapar. Un magnífico trabajo psicológico in crescendo que estallará de la forma más gráfica posible y donde por fin el film se suelta la melena. Quizás su ritmo irregular y contención la alejan de la obra maestra que podría haber llegado a ser. Sin embargo, nos hallamos ante una de las películas más sólidas y honestas que ha dado el fantástico en lo que va de año.

Todo ello no sería posible sin Mia Goth, una actriz tan solvente como convincente capaz de acarrear sobre sus hombros el peso de una trama autoconsciente, manida y llena de tópicos sin despeinarse. Construye una Pearl llena de pequeños matices que pasan desde el patetismo empático hasta llegar a la locura más desenfrenada. Excelente en todos los estados por las que circula un personaje que, no exento de humor, siempre conserva un punto turbio que trasmite a través de su penetrante mirada.

Horror costumbrista de primera línea tratado con mimo y clase. Toda una sorpresa que añade más leña al fuego para una trilogía que cerrará la futura "Maxxxine", previsiblemente un canto al cine porno de los ochenta y con Goth de nuevo a la cabeza. Interesante reflexión y paralelismo entre esos dos personajes temporales que se cruzan en "X" y que interpreta la misma actriz.

Lo mejor; Mia Goth, soberbia. Solo hay que ver ese alargadísimo primer plano final, donde uno no sabe si reír o llorar...

Lo peor; Una autocontención inesperada que solo se abandona durante sus últimos minutos aunque, por otro lado, es marca de la casa del director.
did79
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