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Voto de Grandine:
4
6.6
2,150
Comedia. Drama
Particular visión del cataclismo de la burguesía a cargo del polémico y genial director francés. Una fábula apocalíptica, desencantada y satírica, definida como un nuevo viaje de Gulliver a través del colapso de la sociedad de consumo representada en una joven pareja de burgueses. Consiguió en general muy buenas críticas, que en cualquier caso avisaban: "puro territorio Godard". (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2008
23 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Análisis extremadamente simplista y macarrónico sobre la sociedad y ciertos pilares al que Godard nos somete aquí, jugando con algunas metáforas totalmente inocentonas, con personajes que prácticamente rozan la caricatura (ni sátira ni nada) y con momentos de una insufrible pedantería que no tienen cabida y que resultan tan abusivos como hinchados de cara al espectador que no se haya llevado unas gafas de pasta al ir a visionar "Weekend".
Algunos dirían que fue un análisis que en su época debió tener un plus añadido, a mi me parece tan limitadísimo, que no creo sólo que haya perdido su efectividad actualmente, sino que ni siquiera la tuvo en la década en que fue rodado.
Esta obra pues, tiene muchos puntos que pueden hacer perder progresivamente el interés por ella, ya no sólo los citados, sino algún que otro momento como el del atasco, donde a parte de las metáforas que se puedan captar introducidas en el contexto, observamos como la funcionalidad del acontecimiento se va al traste gracias a un alargamiento insustancial y exasperante del hecho en sí. ¿Que Godard quiere remarcar la sensación que produce tal hecho? Vale, me parece muy bien, pero creo que no es necesario que lo haga en 5 o 10 min., cuando con dos bastaba.
Así pues, el realizador francés intenta dar un enfoque a su "Weekend" extremadamente autoral, haciendo de la propuesta algo a cada momento que avanza más único, a la vez que más extremadamente fallido y que cae estrepitosamente por sus pretensiones y su poco ingenio en el momento de mostrar un trabajo tan desangelado como ingenuo.
Pero bueno, de todos modos puede que la cinta de Godard sea soportable hasta ciertos límites, hasta que empiezan a hablar de Mozart, nos ofrecen un cursillo básico para entender los modelos dentro de una sociedad romana o precolombina, y se ponen de un pedante increíble que no hace más que lograr la total desconexión.
Además, posee una de las muertes más cutres de la historia del cine, unos modelitos a lo revolucionario progre increíble que llevan ciertos personajes y, entre pantallazo negro y pantallazo negro, Godard aprovecha para meter unas pancartas con numeritos y letras muy chulos, que estoy seguro que debían ser mensajes subliminales, o algo así.
El último tramo, para colmo, está repleto de metáforas que seguro sólo llego a entender él, pero listo como debía ser, le pasó una libreta con apuntes a uno de sus acólitos, para que este lo filtrase a la prensa y cuatro gafapastas nos deslumbraran con sus magníficas metáforas.
Un trabajo tan pobre como ingenuo.
Algunos dirían que fue un análisis que en su época debió tener un plus añadido, a mi me parece tan limitadísimo, que no creo sólo que haya perdido su efectividad actualmente, sino que ni siquiera la tuvo en la década en que fue rodado.
Esta obra pues, tiene muchos puntos que pueden hacer perder progresivamente el interés por ella, ya no sólo los citados, sino algún que otro momento como el del atasco, donde a parte de las metáforas que se puedan captar introducidas en el contexto, observamos como la funcionalidad del acontecimiento se va al traste gracias a un alargamiento insustancial y exasperante del hecho en sí. ¿Que Godard quiere remarcar la sensación que produce tal hecho? Vale, me parece muy bien, pero creo que no es necesario que lo haga en 5 o 10 min., cuando con dos bastaba.
Así pues, el realizador francés intenta dar un enfoque a su "Weekend" extremadamente autoral, haciendo de la propuesta algo a cada momento que avanza más único, a la vez que más extremadamente fallido y que cae estrepitosamente por sus pretensiones y su poco ingenio en el momento de mostrar un trabajo tan desangelado como ingenuo.
Pero bueno, de todos modos puede que la cinta de Godard sea soportable hasta ciertos límites, hasta que empiezan a hablar de Mozart, nos ofrecen un cursillo básico para entender los modelos dentro de una sociedad romana o precolombina, y se ponen de un pedante increíble que no hace más que lograr la total desconexión.
Además, posee una de las muertes más cutres de la historia del cine, unos modelitos a lo revolucionario progre increíble que llevan ciertos personajes y, entre pantallazo negro y pantallazo negro, Godard aprovecha para meter unas pancartas con numeritos y letras muy chulos, que estoy seguro que debían ser mensajes subliminales, o algo así.
El último tramo, para colmo, está repleto de metáforas que seguro sólo llego a entender él, pero listo como debía ser, le pasó una libreta con apuntes a uno de sus acólitos, para que este lo filtrase a la prensa y cuatro gafapastas nos deslumbraran con sus magníficas metáforas.
Un trabajo tan pobre como ingenuo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Por poner un ejemplo de las metáforas desfasadas, que no quede.
La primera de ellas, donde vemos la discusión entre un tipo que llevaba un tractor y una pija repulsiva, todo ello observado con sinuoso pasmo por diferentes personas, incluso algunas de ellas riendo, con lo cual nos topamos ante la "inoperancia" por así decirlo de la sociedad ante ciertos ejes que se iban disparando gradualmente.
En segundo lugar, cuando el "Jesucristo" (o quien narices sea) sube al coche y les dice que les concederá deseos si lo llevan a Londres, deseos que acaba negando ante la imposibilidad de los protagonistas por no pedir algo que sobresalga de lo vano y superficial.
Menudas metáforas, para cerebritos de 4º de EGB, vamos. Sí, de 4º de EGB.
La primera de ellas, donde vemos la discusión entre un tipo que llevaba un tractor y una pija repulsiva, todo ello observado con sinuoso pasmo por diferentes personas, incluso algunas de ellas riendo, con lo cual nos topamos ante la "inoperancia" por así decirlo de la sociedad ante ciertos ejes que se iban disparando gradualmente.
En segundo lugar, cuando el "Jesucristo" (o quien narices sea) sube al coche y les dice que les concederá deseos si lo llevan a Londres, deseos que acaba negando ante la imposibilidad de los protagonistas por no pedir algo que sobresalga de lo vano y superficial.
Menudas metáforas, para cerebritos de 4º de EGB, vamos. Sí, de 4º de EGB.