Chicas perdidas
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Thriller. Intriga. Drama
Cuando la hija de Mari Gilbert desaparece, la inacción policial lleva a que sea ella quien comience una investigación particular en la isla de Long Island en la que Shannan fue vista por última vez. Su búsqueda saca a la luz más de una docena de trabajadoras sexuales que han sido asesinadas. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2020
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable documentalista, el desembarco de Liz Garbus en el largometraje con ‘Chicas perdidas’, producción original de Netflix, aborda la tragedia de los desaparecidos. Lo hace situando a sus familiares en el punto de mira. Basada en una historia real, presenta un producto aseado, aunque en ningún caso destacado.
Amy Ryan da vida a una mujer que, tras la volatilización de su hija mientras ejercía la prostitución en una elitista urbanización, va a navegar contracorriente, enfrentándose a la policía. Un caso de desaparición a partir del cuál van a aflorar una serie de crímenes dirigidos hacia trabajadoras del sexo. Garbus trata la soledad a partir de dos vertientes. De un lado el desamparo de una madre ante la inacción policial. Una falta de arrojo e indiferencia personificada en el comisario al frente del caso (Gabriel Byrne). Byrne aporta a su actuación ese aire de incompetencia burocrática capaz de sacar de sus casillas a cualquiera. Ejemplo paradigmático de un orden de cosas atrofiado y disfuncional, encuentra en familias desestructuradas terreno abonado.
La razonable indignación de la protagonista con un sistema que la deja sóla, convive en ‘Chicas perdidas’ con el desamparo que siente al enfrentarse a sus propios demonios interiores. A un pasado de lado oscuro que la atormenta. Son sensaciones intransferibles. No encuentran comprensión ni solidaridad en sus seres queridos. Ahí Garbus muestra un encierro mucho más duro, una soledad desgarradora.
La vinculación existente entre la clase social de las víctimas y la dispar atención proporcionada por las autoridades, desfilan sin la profundidad exigible a un asunto capital. Valoro la honradez de la propuesta. Pero al no acertar con el tono, se queda en la reivindicación, sin traspasar el umbral de la lucidez.
La tensión dramática flojea en esta película de buenas intenciones, quedándose a medio camino.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es/
Amy Ryan da vida a una mujer que, tras la volatilización de su hija mientras ejercía la prostitución en una elitista urbanización, va a navegar contracorriente, enfrentándose a la policía. Un caso de desaparición a partir del cuál van a aflorar una serie de crímenes dirigidos hacia trabajadoras del sexo. Garbus trata la soledad a partir de dos vertientes. De un lado el desamparo de una madre ante la inacción policial. Una falta de arrojo e indiferencia personificada en el comisario al frente del caso (Gabriel Byrne). Byrne aporta a su actuación ese aire de incompetencia burocrática capaz de sacar de sus casillas a cualquiera. Ejemplo paradigmático de un orden de cosas atrofiado y disfuncional, encuentra en familias desestructuradas terreno abonado.
La razonable indignación de la protagonista con un sistema que la deja sóla, convive en ‘Chicas perdidas’ con el desamparo que siente al enfrentarse a sus propios demonios interiores. A un pasado de lado oscuro que la atormenta. Son sensaciones intransferibles. No encuentran comprensión ni solidaridad en sus seres queridos. Ahí Garbus muestra un encierro mucho más duro, una soledad desgarradora.
La vinculación existente entre la clase social de las víctimas y la dispar atención proporcionada por las autoridades, desfilan sin la profundidad exigible a un asunto capital. Valoro la honradez de la propuesta. Pero al no acertar con el tono, se queda en la reivindicación, sin traspasar el umbral de la lucidez.
La tensión dramática flojea en esta película de buenas intenciones, quedándose a medio camino.
Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es/
17 de marzo de 2020
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un abordaje intenso sobre un caso real, trata de reflejar la vida de esta mujer que lucha por saber qué pasó con su hija mayor, mientras cría a sus otras dos.
La historia tiene una factura de telefilme, diría que es su principal fallo.
En lo demás es intensa, respetuosa, no trata de que estas mujeres queden como heroínas perfectas ni mucho menos, las muestra como lo que son, seres humanos llenos de errores, con relaciones disfuncionales que hacen lo que pueden contra unos policías a los que les importa poco y nada el resolver el caso y descubrir al culpable.
Amy Ryan está excelente.
La historia tiene una factura de telefilme, diría que es su principal fallo.
En lo demás es intensa, respetuosa, no trata de que estas mujeres queden como heroínas perfectas ni mucho menos, las muestra como lo que son, seres humanos llenos de errores, con relaciones disfuncionales que hacen lo que pueden contra unos policías a los que les importa poco y nada el resolver el caso y descubrir al culpable.
Amy Ryan está excelente.
27 de marzo de 2020
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta profundamente previsible, en cuanto transcurren los primeros minutos y sabes como va a derivar. El guión de Michael Werwie, transita por clichés que no necesitas ver de nuevo.
Al verse obligada a entregar cine en plataforma streaming, Netflix ha de producir, como aquellos estudios míticos del hollywood mas emblemático, donde las "estrellas" eran contratadas y sus sueldos se pagaban semanalmente, rodando una tras otra, esas películas que debían llegar a los cines... único entretenimiento visual de aquellas décadas.
La calidad de muchos de los estrenos, son poco mejores que algunos telefilms, aunque su apariencia se rodee de cierto artificio cinematográfico. En Netflix conocen las claves para entregarnos un buen envoltorio, adecuado para que consiga confundirnos
Chicas Perdidas, se "pierde" bastante, logrando aprobar en el último tramo con una brillante conclusión. Basado en hechos reales.
Al verse obligada a entregar cine en plataforma streaming, Netflix ha de producir, como aquellos estudios míticos del hollywood mas emblemático, donde las "estrellas" eran contratadas y sus sueldos se pagaban semanalmente, rodando una tras otra, esas películas que debían llegar a los cines... único entretenimiento visual de aquellas décadas.
La calidad de muchos de los estrenos, son poco mejores que algunos telefilms, aunque su apariencia se rodee de cierto artificio cinematográfico. En Netflix conocen las claves para entregarnos un buen envoltorio, adecuado para que consiga confundirnos
Chicas Perdidas, se "pierde" bastante, logrando aprobar en el último tramo con una brillante conclusión. Basado en hechos reales.
6 de junio de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lost Girls nos llega a transmitir una sensación de impotencia, de incomprensión y de cercanía a partes iguales. Impotencia por no poder hacer nada en un caso recientemente ocurrido sobre el asesino en serie de Long Island. Incomprensión en la actuación de la policía y en cómo al ser victimas de una clase social especial no les prestan la suficiente atención. Cercanía con las familias de las chicas desaparecidas que sufrieron tanto.
La trama de la película nos muestra como una mujer independiente, con tres hijas y dos trabajos, lucha para sacar adelante a su familia hasta el momento en el que una de sus hijas desaparece. Con el tiempo descubrirán que es no es la única chica que ha desaparecido. Que todas las desaparecidas comparten profesión y que a nadie excepto a sus familias les importa lo ocurrido. En parte recuerda a Jack el destripador y podría haberse basado la historia en él, si no fuese por tratarse de una historia igual de aterradora e igual de real.
En el reparto nos podemos encontrar a una maravillosa Amy Ryan (recordada por actuaciones en películas como Gone Baby Gone o Birdman), en el papel de la sufrida madre. También Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit, Leave No Trace) destaca sobremanera en el papel de la hermana de la desaparecida. Y no podemos olvidarnos de Gabriel Byrne (El fin de los días, Stigmata) haciendo del policía que lleva el caso. Son tres buenas actuaciones que destacan cada una en su papel.
Dicen que la vida real supera cualquier guión de película, y al final de esta, podemos comprobar que así es. Por desgracia, en este mundo, se encuentran tanto mujeres luchadoras como psicópatas sueltos.
La trama de la película nos muestra como una mujer independiente, con tres hijas y dos trabajos, lucha para sacar adelante a su familia hasta el momento en el que una de sus hijas desaparece. Con el tiempo descubrirán que es no es la única chica que ha desaparecido. Que todas las desaparecidas comparten profesión y que a nadie excepto a sus familias les importa lo ocurrido. En parte recuerda a Jack el destripador y podría haberse basado la historia en él, si no fuese por tratarse de una historia igual de aterradora e igual de real.
En el reparto nos podemos encontrar a una maravillosa Amy Ryan (recordada por actuaciones en películas como Gone Baby Gone o Birdman), en el papel de la sufrida madre. También Thomasin McKenzie (Jojo Rabbit, Leave No Trace) destaca sobremanera en el papel de la hermana de la desaparecida. Y no podemos olvidarnos de Gabriel Byrne (El fin de los días, Stigmata) haciendo del policía que lleva el caso. Son tres buenas actuaciones que destacan cada una en su papel.
Dicen que la vida real supera cualquier guión de película, y al final de esta, podemos comprobar que así es. Por desgracia, en este mundo, se encuentran tanto mujeres luchadoras como psicópatas sueltos.
20 de agosto de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, basada en hechos reales , descritos de forma bastante estricta, adaptación del libro de Robert Kolker, sobre un caso de asesinatos en serie a través de los años, en el que las víctimas fueron jóvenes prostitutas.
Liza Garbus, la realizadora, narra de forma clara y con un ritmo interno reposado, que no lento, una dura y dolorosa historia, donde una madre coraje, con sus luces y sombras, no es una mujer perfecta ni mucho menos, junto con sus otras dos hijas, tratan desesperadamente que la Policía encuentre a su hija, viva o muerta.
Esta lucha está muy bien reflejada, con cortos pero lacerados diálogos donde se pone en solfa tanto la actuación de la Policía respecto a las muertes de mujeres "de la vida" como la sociedad, que mira para otro lado cuando se trata de personas que ética o moralmente se han apartado de sus postulados.
Amy Ryan compone un personaje aguerrido, con una vida muy áspera, de forma excelente, acompañada de actrices estupendas, como la joven Thomasin McKenzie, que apunta ya muy alto en el mundo de la interpretación.
Para el final de nos deja un dato, posterior a los acontecimientos del film en sí, relacionado con el personaje protagonista, que describe a la perfección las dificultades que siempre tuvo en la vida.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
Liza Garbus, la realizadora, narra de forma clara y con un ritmo interno reposado, que no lento, una dura y dolorosa historia, donde una madre coraje, con sus luces y sombras, no es una mujer perfecta ni mucho menos, junto con sus otras dos hijas, tratan desesperadamente que la Policía encuentre a su hija, viva o muerta.
Esta lucha está muy bien reflejada, con cortos pero lacerados diálogos donde se pone en solfa tanto la actuación de la Policía respecto a las muertes de mujeres "de la vida" como la sociedad, que mira para otro lado cuando se trata de personas que ética o moralmente se han apartado de sus postulados.
Amy Ryan compone un personaje aguerrido, con una vida muy áspera, de forma excelente, acompañada de actrices estupendas, como la joven Thomasin McKenzie, que apunta ya muy alto en el mundo de la interpretación.
Para el final de nos deja un dato, posterior a los acontecimientos del film en sí, relacionado con el personaje protagonista, que describe a la perfección las dificultades que siempre tuvo en la vida.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
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