El niño
6,718
Drama
Bruno tiene veinte años. Sonia, dieciocho. Son una pareja que sobrevive en los suburbios de Lieja, gracias a que ella cobra un subsidio mientras que él y su banda se dedican al robo. Cuando Sonia da a luz a su hijo Jimmy, entonces empieza a preguntarse si Bruno será capaz de comportarse como un buen padre o seguirá viviendo como siempre de sus trapicheos. (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2006
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas del año. Se trata de un espléndido ejercicio de naturalismo en cine, una demostración de cómo la emoción y la sustancia que conlleva una historia contada en formato cine puede expresarse mediante recursos implícitos y casi inexistentes. Excelente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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2 de diciembre de 2005
34 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que para muchos, por el simple hecho de contar una historia dura sobre el lado oscuro de la sociedad occidental, ya nos encontramos ante la obra maestra de turno. Y creo que este no es el caso.
No voy a negar que la película tiene algún momento intenso, y que el final es realmente esperanzador, pero es estilo de los Dardenne ya parece una marca de fábrica. Saben que esto gusta entre los críticos, y como ellos es a lo único que aspiran (la crítica y los festivales), se siguen tirando el rollo. Lo que en su primera película, La promesa, resultaba adecuado aquí es rutinario. Por muchos interés que pueda tener la historia, y por muy necesario que sea que nos la cuenten, la forma en que lo hacen cansa. Además hay algo en la película que se me escapa, y me lo pregunto en el spoiler.
Pese a todo hay un buen trabajo del protagonista, y al final dejan un camino abierto a la esperanza, que en una película de estos señores ya es un paso adelante.
No voy a negar que la película tiene algún momento intenso, y que el final es realmente esperanzador, pero es estilo de los Dardenne ya parece una marca de fábrica. Saben que esto gusta entre los críticos, y como ellos es a lo único que aspiran (la crítica y los festivales), se siguen tirando el rollo. Lo que en su primera película, La promesa, resultaba adecuado aquí es rutinario. Por muchos interés que pueda tener la historia, y por muy necesario que sea que nos la cuenten, la forma en que lo hacen cansa. Además hay algo en la película que se me escapa, y me lo pregunto en el spoiler.
Pese a todo hay un buen trabajo del protagonista, y al final dejan un camino abierto a la esperanza, que en una película de estos señores ya es un paso adelante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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8 de marzo de 2007
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizado por Luc y Jean-Pierre Dardenne ("Rosetta", 1999), el film se basa en un guión de los realizadores inspirado en hechos reales. Se rodó en Seraing y Lieja (Bálgica). Ganó la Palma de oro de Cannes y otros premios. Se estrenó el 14-IX-2005 (Bélgica).
La acción tiene lugar en Seraing, en 2004/05. Bruno (Jérémie Rénier), de 20 años, inmaduro, inconsciente, irreflexivo, irresponsable, cabecilla de una banda de pequeños delincuentes más jóvenes que él, como Steve (Jérémie Segard), vive al día, gasta cuanto tiene y convive con Sonia (Déborah François), de 18 años, madre de un niño de pocos días. Ella sobrevive gracias a una peueña pensión de orfandad.
La película explica unos hechos inquietantes. Ofrece un retrato minucioso, realisto, crudo y veraz, de unos jóvenes con precaria formación, falta de apoyos familiares, escasos recursos económicos, insuficientes habilidades y de un nivel de socialización (integración social) ínfimo. Enfrentados a la vida sin ideales, les preocupa sólo la superviviencia y el día a día. Bruno no trabaja, pero desarrolla una intensa actividad en planear, seguir y ejecutar hurtos, sustracciones y pequeños robos. Para él todo lo que tiene a su alcance es una mercancía con precio de venta: las cámaras fotográficas, las cadenas de oro, las pulseras de plata, que forman su botín diario. También, las pertenencias personales, como el sombrero y el cochecito del bebé. Muco más allá, el propio bebé, que pese a ser su hijo no suscita en él las reacciones instintivas propias de la paternidad: protección y defensa a toda costa, apoyo sin límites, orgullo paternal, etc. El problema no se plantea como un caso aislado, sino como un problema más amplio, que demanda atención pública e intervenciones institucionales de carácter educativo y formativo. No bastan las medidas punitivas. No es correcto culpabilizar sólo al joven delincuente. Más allá de su responsabilidad, el problema que se denuncia hunde raíces en la miseria, la marginación, los problemas sociales y la deficiente integración social de muchos de los jóves que han crecido en los barrios periféricos de las grandes urbes. El caso de Bruno contrasta con el de Susana, juiciosa, que ve en el bebé algo que da sentido y trascendencia a su vida, satisface su afectividad y colma sus instintos maternales. Es destacable la escena de la pelea a tortazos de Bruno y Sonia.
La música (vals "El Danubio azul") evoca la felicidad maternal de Sonia y sus sentimientos de cariño. La banda sonora, muy elaborada, recrea con verismo los sonidos ambientales que acompañan la acción. El rodaje con cámara al hombro acentúa el sentido documentalista del film. Evita lo bonito y describe con verismo escenarios opresivos (locutorio de la prisión, sala de interrogatorios de comisaría). Son correctas las interpretaciones de J. Rénier y de la debutante Déborah François. La dirección consigue una acertada apariencia de realismo.
Interesante y ácida película de denuncia social.
La acción tiene lugar en Seraing, en 2004/05. Bruno (Jérémie Rénier), de 20 años, inmaduro, inconsciente, irreflexivo, irresponsable, cabecilla de una banda de pequeños delincuentes más jóvenes que él, como Steve (Jérémie Segard), vive al día, gasta cuanto tiene y convive con Sonia (Déborah François), de 18 años, madre de un niño de pocos días. Ella sobrevive gracias a una peueña pensión de orfandad.
La película explica unos hechos inquietantes. Ofrece un retrato minucioso, realisto, crudo y veraz, de unos jóvenes con precaria formación, falta de apoyos familiares, escasos recursos económicos, insuficientes habilidades y de un nivel de socialización (integración social) ínfimo. Enfrentados a la vida sin ideales, les preocupa sólo la superviviencia y el día a día. Bruno no trabaja, pero desarrolla una intensa actividad en planear, seguir y ejecutar hurtos, sustracciones y pequeños robos. Para él todo lo que tiene a su alcance es una mercancía con precio de venta: las cámaras fotográficas, las cadenas de oro, las pulseras de plata, que forman su botín diario. También, las pertenencias personales, como el sombrero y el cochecito del bebé. Muco más allá, el propio bebé, que pese a ser su hijo no suscita en él las reacciones instintivas propias de la paternidad: protección y defensa a toda costa, apoyo sin límites, orgullo paternal, etc. El problema no se plantea como un caso aislado, sino como un problema más amplio, que demanda atención pública e intervenciones institucionales de carácter educativo y formativo. No bastan las medidas punitivas. No es correcto culpabilizar sólo al joven delincuente. Más allá de su responsabilidad, el problema que se denuncia hunde raíces en la miseria, la marginación, los problemas sociales y la deficiente integración social de muchos de los jóves que han crecido en los barrios periféricos de las grandes urbes. El caso de Bruno contrasta con el de Susana, juiciosa, que ve en el bebé algo que da sentido y trascendencia a su vida, satisface su afectividad y colma sus instintos maternales. Es destacable la escena de la pelea a tortazos de Bruno y Sonia.
La música (vals "El Danubio azul") evoca la felicidad maternal de Sonia y sus sentimientos de cariño. La banda sonora, muy elaborada, recrea con verismo los sonidos ambientales que acompañan la acción. El rodaje con cámara al hombro acentúa el sentido documentalista del film. Evita lo bonito y describe con verismo escenarios opresivos (locutorio de la prisión, sala de interrogatorios de comisaría). Son correctas las interpretaciones de J. Rénier y de la debutante Déborah François. La dirección consigue una acertada apariencia de realismo.
Interesante y ácida película de denuncia social.
16 de febrero de 2007
30 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está bien, aunque quizá haber ganado la palma de oro del festival de Canne fue un éxito excesivo. Los hermanos y directores Dardenne ponen de manifiesto cómo la vida no sigue las reglas morales de nuestra sociedad; no excluye a los irresponsables, a los calaveras, a los inconscientes, a los delincuentes o antisociales para multiplicarse, para florecer; al contrario, basta que uno sea un auténtico bellaco para que de él se enamore la muchacha más bonita, genere un hijo lindísimo con ella y encima ni se responsabilice del nuevo ser humano ni sepa siquiera qué mínimos valores y obligaciones connaturales conlleva el hecho de ser padre. Así de increible y anárquica es la vida y esto es lo que aborda estupendamente esta obra de cine.
Sin duda lo excelente, sorprendente y que deja al expectador atónito, es la relación del padre con su hijito a partir de que la madre se lo presenta. Esta parte de la película es de un dramatismo genial, pocas veces habíamos visto algo parecido tan bien filmado.
Fej Delvahe
Sin duda lo excelente, sorprendente y que deja al expectador atónito, es la relación del padre con su hijito a partir de que la madre se lo presenta. Esta parte de la película es de un dramatismo genial, pocas veces habíamos visto algo parecido tan bien filmado.
Fej Delvahe
17 de enero de 2007
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lei por allí, que alguien renegaba de que la pareja protagónica no le dió lástima, y yo pienso que en eso radica la calidad de esta película, los hermanos Dardenne, no intentan en ningún momento dar un relato lastimero, sino más bien una sobria y sincera mirada a un tema bastante común, pero nunca tratado con la maestría que solo te da el ejercicio creativo desprovisto de pretensiones, sincero y lúcido; aquí los personajes no son "los estrombóticos perdedores en busca de respuestas existenciales", la miseria y marginalidad (ese discurso que también lei por allí sobre el monopolio de las tragedias sicioeconómicas y morales que se le quiere adherir a los paises sudamericanos es innecesario, las realidades no son las mismas, obviamente, pero el ser humano sigue siendo tan enigmático y complicado en todos lados) los realizadores no hacen de las carencias un espectáculo, ni una crítica explícita; los acontecimientos se desarrollan con tal naturalidad, que es imposible pensar en una cámara grabando, el proceso evolutivo de los personajes, manejado con una narrativa minimalista, pero no por ello carente de genialidad, es de una sencillez, simpleza y sinceridad que asusta, el consabido aprendizaje ocurre como consecuencia de hechos completamente coherentes; las justas y precisas interpretaciones, sobre todo de Jérémie Renier (un personaje carente de malicia, irresponsable y aniñado de manera muy sutil es creo yo, una de las performance más difíciles de conseguir) redondean el conjunto de manera magistral. Salimos del cine creyendonos todo; quizá si sea una rara obra maestra.
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