Me encantó Amadeus, y me sorprendió mucho el provocador Escándalo de Larry Flint, pero tras el primer y el que será único visionado, he llegado a la conclusión de que Fantasmas de Goya hace aguas por múltiples flancos.

Forman, como veterano maestro en la dirección, domina la técnica y sobresale en cuanto a ambientación se refiere, vestuario, fotografía... pero en esta ocasión ofrece una trama que se queda a medio camino de demasiadas cosas: del biopic, del bodegón histórico, del drama lisérgico... es decir, que no se sabe muy bien para donde va, porque aunque comienza de forma interesante, se va diluyendo y perdiendo fuerza conforme pasan los minutos sin decidirse en verdad a ser una cosa u otra.

Todo ello, aunque con interpretaciones correctas, repercute al ritmo de la narración. El personaje de Javier puede resultar algo pedante, si bien me creo que su tono lo requiera, aunque lo que de verdad sea inverosímil sea su evolución. Lo que no ayuda en absoluto es lo de Natalie (ver spoiler).

Es pues, una cinta lastrada, brillante en cuanto a técnica pero coja en todo lo demás. Esperemos que Forman vuelva a sorprendernos en sus próximos trabajos, capacidad no le falta.