Profecía maldita
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Terror. Ciencia ficción
El doctor Rober Verne, un prestigioso médico ecologista que tiene un gran sentido de la justicia, es la persona elegida por la Administración Estatal para mediar en un conflicto entre una tribu de indios americanos y una factoría de papel de una zona aislada de Maine, algunos de cuyos empleados han desaparecido misteriosamente... (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa y casi desconocida película que combina el Terror y la denuncia social de vocación ecologista. Tiene el aliciente de ser una de las primeras películas que saca punta a los peligros de la contaminación química y a sus propiedades teratogénicas -provocador de malformaciones en fetos y daño genético- para construir una historia de Terror. Un argumento que, pasado de vueltas y en tono humoristico, ha sido utilizado después miles de veces en películas de “Serie B”, en especial en el subgénero Zombi.
En efecto, se trata de más o menos la historia de siempre: a raiz de los vertidos realizados por una empresa papelera en un lago de Nueva Inglaterra la fauna de su contorno empieza a mutar horriblemente… Eso sí, aquí el tratamiento de la cuestión es bastante más profundo y serio que de costumbre y el Terror es predominantemente psicológico (se sugiere más que se muestra).
La película, y ese es su fuerte, está dirigida por uno de los mayores genios del cine de los cincuenta, John Frankenheimer, el autor de maravillas (de la propaganda) como “Mensajeros del Miedo”, que, aunque aquí ya está en plena decadencia, todavía es capaz de darle a la historia su punto de tensión e intriga y de ponerte los pelos de punta en un par de ocasiones.
Una más que aceptable película de género que sólo peca de unos efectos especiales manifiestamente mejorables y de divagar en exceso en su tercio final. Recomendable.
Lo mejor: el oso; francamente inolvidable…
En efecto, se trata de más o menos la historia de siempre: a raiz de los vertidos realizados por una empresa papelera en un lago de Nueva Inglaterra la fauna de su contorno empieza a mutar horriblemente… Eso sí, aquí el tratamiento de la cuestión es bastante más profundo y serio que de costumbre y el Terror es predominantemente psicológico (se sugiere más que se muestra).
La película, y ese es su fuerte, está dirigida por uno de los mayores genios del cine de los cincuenta, John Frankenheimer, el autor de maravillas (de la propaganda) como “Mensajeros del Miedo”, que, aunque aquí ya está en plena decadencia, todavía es capaz de darle a la historia su punto de tensión e intriga y de ponerte los pelos de punta en un par de ocasiones.
Una más que aceptable película de género que sólo peca de unos efectos especiales manifiestamente mejorables y de divagar en exceso en su tercio final. Recomendable.
Lo mejor: el oso; francamente inolvidable…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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18 de octubre de 2009
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas hay que analizarlas bajo la perpestiva temporal porque los recursos de antes no son ni mucho menos que los de ahora. Recuerdo que vi esta película en el cine de verano siendo niño y la recuerdo con añoranza. Acabo de volverla a revisar y la verdad es que para los años que tiene le da mil vueltas a bodrios que cuestan trillones que se hacen hoy en día.
Aunque el argumento nos parezca tópico (contaminación = deformidades) tenemos que tener presente que seguramente sea de las primeras en explotar esto.
Parece mentira que siendo del año que es todavía pueda servir para ponérsela a los altos dirigentes del mundo.
Prefiero diezmil veces un muñeco o maquillaje bien hecho (como es este caso) que unos efectos especiales por ordenador que canten demasiado ("The Relic", "Species").
Tiene buenos momentos de tensión como cuando se esconden en los túneles o cuando el oso se surmerge bajo el agua.
Los cinco últimos segundos del final se los podrían haber ahorrado y hubiese quedado más que decente.
En fín, una buena película considerando su fecha de nacimiento.
Aunque el argumento nos parezca tópico (contaminación = deformidades) tenemos que tener presente que seguramente sea de las primeras en explotar esto.
Parece mentira que siendo del año que es todavía pueda servir para ponérsela a los altos dirigentes del mundo.
Prefiero diezmil veces un muñeco o maquillaje bien hecho (como es este caso) que unos efectos especiales por ordenador que canten demasiado ("The Relic", "Species").
Tiene buenos momentos de tensión como cuando se esconden en los túneles o cuando el oso se surmerge bajo el agua.
Los cinco últimos segundos del final se los podrían haber ahorrado y hubiese quedado más que decente.
En fín, una buena película considerando su fecha de nacimiento.
3 de noviembre de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El doctor Robert Verne (Robert Foxworth) recibe un encargo, como funcionario del Departamento de Sanidad, de viajar hasta los bosques del Estado de Maine dónde se produce una pugna entre una empresa maderera y la población de una reserva india, después de varios incidentes, algunos con víctimas mortales. Todo indicio de sospechosa queda desvanecido cuando el doctor y su esposa Maggie (Talia Shire) descubren que la realidad es mucho más atroz, y que se esconde entre los parajes.
Como en la mayoría de sus películas, John Frankenheimer (El Mensajero del Miedo), no se olvida de lanzar un mensaje político y social (fantástico comienzo en que vemos a un atareado Foxworth interviniendo en las curas de un niño atacado por ratas en los barrios bajos de una ciudad aparentemente ejemplar como es Washington DC) en esta cinta de terror con mensaje claramente ecologista; un clamor estremecedor a la Madre Naturaleza y a todas las criaturas que tiene en su haber. Además de lanzar otro vistoso mensaje en pro al pueblo indio, no se olvida de hacer referencias a la mitología tribal arraigada a los auténticos nativos americanos. En éste caso, a su visión del Paraiso en la Tierra y a los Bigfoot; esos simpáticos yetis que tantas sonrisas han aportado al cine familiar. Solo que aquí son mutaciones y si muestran los colmillos no es precisamente para sonreír.
Como en la mayoría de sus películas, John Frankenheimer (El Mensajero del Miedo), no se olvida de lanzar un mensaje político y social (fantástico comienzo en que vemos a un atareado Foxworth interviniendo en las curas de un niño atacado por ratas en los barrios bajos de una ciudad aparentemente ejemplar como es Washington DC) en esta cinta de terror con mensaje claramente ecologista; un clamor estremecedor a la Madre Naturaleza y a todas las criaturas que tiene en su haber. Además de lanzar otro vistoso mensaje en pro al pueblo indio, no se olvida de hacer referencias a la mitología tribal arraigada a los auténticos nativos americanos. En éste caso, a su visión del Paraiso en la Tierra y a los Bigfoot; esos simpáticos yetis que tantas sonrisas han aportado al cine familiar. Solo que aquí son mutaciones y si muestran los colmillos no es precisamente para sonreír.
18 de noviembre de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un trabajo menor para un titán como John Frankenheimer, pero con todos sus defectos no está exenta de interés. Su potente discurso ecologista (el terror lo desatá un vertido tóxico de una papelera) y social (el director no oculta su simpatía hacia los nativos) la elevan por encima de propuestas similares que abundaban por aquella época a rebufo del éxito de "Tiburón". En este sentido, se acerca a pequeñas joyas como "Piraña", "Humanoides del abismo" (ambas también con connotaciones ecologistas) o "La bestia bajo el asfalto". Es verdad que tiene momentos muy "camp", pero no es menos cierto que está rodada con oficio y estilo, sobre todo en los momentos en que los protagonistas son acosados por la criaturita (Kevin Peter Hall, el mismo que se enfundó el traje de "Depredador"). Se han criticado los "anticuados" efectos especiales de la película, obra de Tom Burman. Yo prefiero un trabajo artesanal a un CGI impostado y artificial. Robert Foxworth escapaba de las garras de un oso mutante para caer en las de Angela Channing. No sé que es peor.
21 de mayo de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más el pésimo trabajo del mediocre responsable del departamento de maquillaje, Thomas R. Burman echa por tierra una digna historia de terror escrita por el autor de La profecía. Si se tratara de una producción de serie b podría entender que la criatura fuese tan cutre pero siendo una película hecha con medios no. El penoso diseño de esa especie de oso mutante que ataca a todos aquellos que se adentran en sus dominios le quita credibilidad a la trama. Por mucho que su competente reparto se esfuerce con unas actuaciones muy dignas, en cuanto aparece el monstruo todo se viene abajo. Así que el resultado es una obra de terror de marcado carácter ecológico que se deja ver si eres aficionado al género pero que no destaca por nada especial y que actualmente está completamente olvidada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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