Despiertas, miras a tu alrededor y no sabes en dónde te encuentras. Caminas un poco, te enfrentas con la "civilización" y quedas derrotado. Observas una serie de espectáculos visuales que quedan resonando en tu cabeza. Después te embriagas hasta perder el conocimiento y quedarte dormido. Abres los ojos, te miras en muchos espejos, no logras reconocerte aun sabiendo que estás ante tu reflejo. Esto te enfurece y destruyes los espejismos que nacen del subconsciente. Decides cabalgar de nuevo, te tropiezas con la confusión del desconcierto. A pesar de eso, sigues por el sendero del conocimiento. Aprendes lo que ya sabías de hace tiempo: que el dinero no vale nada, que la religión es hueca. Te costaba reconocerlo porque temías desprenderte de todo lo superfluo. Haces un convenio con un erudito extraño para encontrar la "verdadera sabiduría". Dejas atrás tus miedos, tus dudas, tus temores..., todo lo que alguna vez le perteneció a tu cuerpo. Crees que renaces de nuevo cuando ni siquiera has muerto. No piensas que sea un simple sueño, aun cuando percibes un gran aroma que se desprende de las entrañas del surrealismo muerto. Llegas al "final" del camino y te preguntas si es cierto. Tal vez no encuentres las respuestas que siempre has buscado, pero te percatas de que en realidad no sabías que era lo que buscabas a ciencia cierta. Puede ser que encuentres lo que ya tenías, y no querías ver. Quizá verás que andamos por este falso mundo de fantasía queriendo soñar realidades y despertar de sueños que no existen ni en la imaginación de la mente más perfecta.

Recuerdo algunos capítulos de "La hora marcada" (en aquel entonces era un infante) y verdaderamente me provocaban miedo. Repasando algunas historias, hoy en día veo que son interesantes y aún me producen una sensación de terror. Esta emisión de televisión, que causó sensación en su época, esta a la par de cualquier serie contemporánea de este estilo, si no en producción y efectos, sí en calidad y originalidad. Basta ver cualquier capítulo para darse cuenta que acá en México el poco producto que existe de terror es de buena calidad. Los martes por la noche se convirtieron en una tradición de ver el programa, aunque esto conllevara a algunos (como yo) a no poder dormir debido al miedo.

-¿Ya fuiste a ver "El infierno"?
-Sí, ya fui.
-¿Y qué te pareció?
-Demasiado realista. Pero te recomiendo que mejor te asomes por la ventana.
-¿Por qué lo dices?
-Vas a ver lo mismo sin necesidad de gastar.
-No creo que sea para tanto.
-Mira, lo mismo que ves en los noticieros y en los diarios es lo que vas a ver.
-¿Así de violenta está?
-Sí. A lo mejor se queda un poco corta, pero muchas veces no es necesario mostrar todo para darse cuenta que el contenido está implícito.
-¿Y es cierto que la quisieron censurar?
-Pues dicen, pero qué ganarían, la realidad no la pueden censurar, ¿o sí?
-No, pues no. Ni modo que nos tapen los ojos a todos.
-Pues tú sabes si quieres ir a verla.
-Quiero ir para ver la crítica que se le hace al Gobierno. Dicen que es muy buena.
-Pensándolo bien, sí te recomiendo que vayas. El manejo que tiene el director del humor negro es muy bueno. Y también hace que se vea la realidad del País en su real dimensión. Es raro cómo ocurriendo a diario todo lo que se retrata en la película, nos quedemos tan indiferentes.
-Quizá ya nos jodimos.
-Pues qué te diré. Como dice uno de los personajes: "Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa"
-¿Cómo está eso?
Una cosa es ir a ver la película al cine y reírte, y cerrar los ojos si no te gusta una escena o decirte que sólo se trata de una muy buena parodia. Y otra muy distinta es asomarte a la realidad y ver que todo es igual, que se trata de la misma cloaca de País en el que estamos sumergidos.
-Creo que iré. Voy asomarme al Infierno, de seguro es mejor que la realidad.

Para alguien que no ha visto bastante cine del llamado "mal cine" debe evitar esta película porque en definitiva se aburrirá. Digamos que no es cine basura, no aspira a ser eso; tampoco serie b, se ve algo de presupuesto. Yo veo más un capricho que otra cosa, un intento de llamar la atención, de provocar por cualquier vía y sin importar los medios para ello. Se queda lejos de ser una metáfora y como crítica es bastante tibia, patética, ridícula y panfletaria. Uno ve películas malas hechas por lo menos con pasión, aquí no hay ni eso; de pena ajena algunas secuencias, vamos que ni siquiera llaman a risa. Un profesor en una ocasión me dijo que hay que respetar cualquier obra por mala que esta sea porque ha significado el esfuerzo de alguien por realizar ese trabajo, siguiendo ese consejo he visto infinidad de cintas pésimas; en ocasiones no he soportado el suplicio y he dejado algunas por la paz. Mi buen humor del día (raro en mí) fue el causante de que pudiera finalizar "Pieles", eso sí no pude menos que pensar en Ed Wood y decir: "Eres grande, maestro".

¿Quién no se ha sentido atraído por alguna melodía alguna vez? Esta película es muy distinta a las demás que tienen como eje central la música. En ésta se presentan personajes paranoicos, escenas enfermizas y un toque de violencia. Llamó mi atención la banda sonora, que es sublime y acompaña de muy buena manera algunos pasajes de la historia.

Desde Chile me llegó esta cinta que fue sorpresiva para mí, por el hecho de que contiene un cierto aire de rareza y está bien estructurada. En general me parece una buena película, quizá le faltan algunos aspectos y detalles, pero sí cumple, sobre todo en la música. No hay que desdeñar esta Rapsodia de un loco, escúchenla y compárenla. Estoy seguro que algunos les gustará y quizá volverán a escucharla.