Hace quince años que se estreno la primera Toy Story por aquel entonces yo tenía 14 años , escuche acerca de la maravilla de la animación digital, que hasta ese entonces solo se podía ver en pequeños videos en los video juegos, entre y salí fascinado con lo que vi, desde ese momento aunque he crecido junto con Pixar nunca he dejado de ver una de sus película, hoy cerca de los 30 años, con un pequeño de meses y trabajando en la universidad formando a los ciudadanos y profesionistas del mañana (siendo todo un “adulto”) me he tomado la libertad de entrar al cine y ver esta película, empieza la película y se me viene encima una nostalgia increíble, un recuerdo de esa época en lo único que me preocupaba era que el doctor Hell no encontrara la forma de destruir a Mazinger Z o que Seiya y sus amigos salvaran a Saori, me hizo recordar a aquellos compañeros que me acompañaron tantas aventuras sobre todo mi He-Man , la película me ayudo a comprender que he logrado mantener ese niño interno intacto y estoy feliz por eso, ya que esta pequeña obra de arte me hizo reír, llorar (la escena del basurero increíble), me recordó la importancia de creer en la lealtad y la amistad pero que también hay que seguir adelante a no atascarnos , ya que como seres vivos tenemos qué evolucionar socialmente y seguir avanzando en este maravilloso juego llamado vida, me recordó que a veces las cosas más pequeñas de la vida son las que hacen grandes diferencias, espero que logre darle este mensaje a mi hijo dentro de 8 o 10 años , gracias Pixar por otro pedazo de magia y otro momento inolvidable en nuestras vidas.