Cobardes
5,414
Drama
Historia de dos chavales de secundaria, uno la víctima y el otro el verdugo. Guille es, en apariencia, un chico como muchos: buenas notas, buen deportista y con una familia que le respalda. Descubre que actuar de “chulito” en clase le granjea el respeto de los demás, por lo que, sin dudarlo, elige a una víctima y, con cualquier pretexto se pasa el día acosándolo con sus amigos. Gabriel es la víctima elegida. El único motivo: tener el pelo rojo. (FILMAFFINITY) [+]
6 de abril de 2008
53 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del sorprendente debut de "Tapas", José Corbacho y Juan Cruz se aventuran en los conflictivos terrenos del acoso escolar contando para ello con actores de renombre como Antonio de la Torre, Lluís Homar, Elvira Mínguez, Paz Padilla y los desconocidos chavales Eduardo Garé, en el papel del maltratado "zanahoria", mote acuñado por el color de su pelo, y Eduardo Espinilla, quien hace las veces de acosador.
Con una vibrante y consistente puesta en escena, Corbacho y Cruz nos meten de lleno en la cinta, haciéndonos partícipes del dolor y la angustia que sufre Garé. Una historia que desde el mismo momento en que empieza, sabes que no puede acabar bien. La película trata sobre el miedo, esa maldita sensación que nos hace vulnerables tanto a niños como a mayores, ese sentimiento que no nos deja pensar, que nos hace refugiarnos en nosotros mismos, creedores de que así pasará, ingenuos nosotros. Uno tiene que enfrentarse a sus miedos si quiere que estos desaparezcan.
Lluís Homar y una sorprendente Paz Padilla interpretan aquí a los padres de Guille (Espinilla), desconocedores de que su hijo es un pequeño terrorista en potencia. En el lado opuesto, e interpretando a los progenitores de Gaby (Garé), unos sólidos Antonio de la Torre y Elvira Mínguez (que repite con los directores tras su personaje en "Tapas"), que empiezan a darse cuenta de que algo va mal con su hijo, aunque puede que ya sea demasiado tarde.
En el apartado más romántico de la historia, asistimos a la relación que Gaby va desarrollando con una compañera de colegio (Ariadna Gaya), que se mantiene por sí sola sin afectar para nada (enriqueciendo, más bien) al conjunto final. Y hablando de relaciones, determinante la que se establece entre Gaby y el dueño de la pizzería a la que su familia acude, un italiano enamorado de la pizza de Buenos Aires y forofo de Maradona, que enseña a Gaby varias cosas sobre la vida, actuando como motor para que éste empiece a defenderse de los acosos.
Cobardes todos, construyen un interesante retrato de la sociedad en que vivimos, y en la que el miedo es uno de los factores con más peso, le pese (valga la redundancia) a quien le pese. Al igual que en su ópera prima, los directores crean un pequeño mundo y ponen a sus personajes a desfilar por él, haciendo de éste un muy interesante acercamiento al tema del acoso escolar. El apartado técnico (montaje. fotografía, música), otra muestra más del buen saber hacer de estas dos figuras, responsables de uno de los mayores éxitos de crítica y público del 2005 y que seguro repetirán con este "Cobardes".
Porque cobardes, somos todos.
Con una vibrante y consistente puesta en escena, Corbacho y Cruz nos meten de lleno en la cinta, haciéndonos partícipes del dolor y la angustia que sufre Garé. Una historia que desde el mismo momento en que empieza, sabes que no puede acabar bien. La película trata sobre el miedo, esa maldita sensación que nos hace vulnerables tanto a niños como a mayores, ese sentimiento que no nos deja pensar, que nos hace refugiarnos en nosotros mismos, creedores de que así pasará, ingenuos nosotros. Uno tiene que enfrentarse a sus miedos si quiere que estos desaparezcan.
Lluís Homar y una sorprendente Paz Padilla interpretan aquí a los padres de Guille (Espinilla), desconocedores de que su hijo es un pequeño terrorista en potencia. En el lado opuesto, e interpretando a los progenitores de Gaby (Garé), unos sólidos Antonio de la Torre y Elvira Mínguez (que repite con los directores tras su personaje en "Tapas"), que empiezan a darse cuenta de que algo va mal con su hijo, aunque puede que ya sea demasiado tarde.
En el apartado más romántico de la historia, asistimos a la relación que Gaby va desarrollando con una compañera de colegio (Ariadna Gaya), que se mantiene por sí sola sin afectar para nada (enriqueciendo, más bien) al conjunto final. Y hablando de relaciones, determinante la que se establece entre Gaby y el dueño de la pizzería a la que su familia acude, un italiano enamorado de la pizza de Buenos Aires y forofo de Maradona, que enseña a Gaby varias cosas sobre la vida, actuando como motor para que éste empiece a defenderse de los acosos.
Cobardes todos, construyen un interesante retrato de la sociedad en que vivimos, y en la que el miedo es uno de los factores con más peso, le pese (valga la redundancia) a quien le pese. Al igual que en su ópera prima, los directores crean un pequeño mundo y ponen a sus personajes a desfilar por él, haciendo de éste un muy interesante acercamiento al tema del acoso escolar. El apartado técnico (montaje. fotografía, música), otra muestra más del buen saber hacer de estas dos figuras, responsables de uno de los mayores éxitos de crítica y público del 2005 y que seguro repetirán con este "Cobardes".
Porque cobardes, somos todos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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14 de febrero de 2013
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy pocas películas españolas han tratado acerca del drama del acoso escolar, también llamado "bullying" o "matonismo", que hasta la fecha ha causado casi tantos suicidios en niños o adolescentes como el problema de los desahucios ha causado en adultos, pero parece que el acoso escolar es un tema menos mediático y todavía más incómodo.
Por ello, este film de la dupla Corbacho-Cruz, que tan buen sabor de boca dejaron con "Tapas", ya merece mi reconocimiento.
En una de las críticas que acabo de leer sobre esta obra se comenta que "Los que hemos sufrido acoso escolar somos los que primero entendemos en su conjunto un trabajo como este...la película empieza mostrando lo que se presupone, la vida de un chico que se ve atacado en el instituto por un grupo de sabandijas a los que no puede poner freno...Ya iba siendo hora, una película sobre acoso escolar; a ver si la gente que se resiste a tomar conciencia de este problema va a verla y saca su cabeza de la arena de una vez para siempre".
Por desgracia, parece que no ha sido así.
El problema del acoso escolar es cada vez más asfixiante. Hace poco se suicidó una adolescente ecuatoriana de 16 años de edad que sufría vejaciones en el centro Maestro Juan de Ávila, de Ciudad Real, y en el autobús escolar que la trasladaba desde su pueblo, Torralba de Calatrava. "Casi todos le decían que no se podía sentar con ellos y algunos incluso ponían la mochila en el asiento vacío cuando ella se iba a sentar. A veces, Mónica tenía que venirse en el coche de línea. Algunos se metían con ella porque no era muy sociable y porque era de otro país. Le decían mona, qué haces que no estás en la selva y cosas así...A veces, el conductor tenía que intervenir para que Mónica pudiera viajar sentada y, aun así, le hacían levantarse cuando el chófer ya estaba conduciendo..."
Espeluznante relato de una realidad que se parece mucho a la que vive Gabriel, el protagonista acosado del film. Gabriel no quiere ir a su colegio, donde sobrevive a un infierno diario que casi nadie comprende ni parece que quiere comprender.
Lo dicho, bienvenida sea esta obra que, aunque de forma demasiado obvia y directa, denuncia con toda crudeza este problema execrable al que hay que mirar de frente de una vez por todas. Para el recuerdo, una frase antológica dicha por Gabriel "Cuando tienes miedo da igual que suene la alarma, porque nadie la oye...".
Por ello, este film de la dupla Corbacho-Cruz, que tan buen sabor de boca dejaron con "Tapas", ya merece mi reconocimiento.
En una de las críticas que acabo de leer sobre esta obra se comenta que "Los que hemos sufrido acoso escolar somos los que primero entendemos en su conjunto un trabajo como este...la película empieza mostrando lo que se presupone, la vida de un chico que se ve atacado en el instituto por un grupo de sabandijas a los que no puede poner freno...Ya iba siendo hora, una película sobre acoso escolar; a ver si la gente que se resiste a tomar conciencia de este problema va a verla y saca su cabeza de la arena de una vez para siempre".
Por desgracia, parece que no ha sido así.
El problema del acoso escolar es cada vez más asfixiante. Hace poco se suicidó una adolescente ecuatoriana de 16 años de edad que sufría vejaciones en el centro Maestro Juan de Ávila, de Ciudad Real, y en el autobús escolar que la trasladaba desde su pueblo, Torralba de Calatrava. "Casi todos le decían que no se podía sentar con ellos y algunos incluso ponían la mochila en el asiento vacío cuando ella se iba a sentar. A veces, Mónica tenía que venirse en el coche de línea. Algunos se metían con ella porque no era muy sociable y porque era de otro país. Le decían mona, qué haces que no estás en la selva y cosas así...A veces, el conductor tenía que intervenir para que Mónica pudiera viajar sentada y, aun así, le hacían levantarse cuando el chófer ya estaba conduciendo..."
Espeluznante relato de una realidad que se parece mucho a la que vive Gabriel, el protagonista acosado del film. Gabriel no quiere ir a su colegio, donde sobrevive a un infierno diario que casi nadie comprende ni parece que quiere comprender.
Lo dicho, bienvenida sea esta obra que, aunque de forma demasiado obvia y directa, denuncia con toda crudeza este problema execrable al que hay que mirar de frente de una vez por todas. Para el recuerdo, una frase antológica dicha por Gabriel "Cuando tienes miedo da igual que suene la alarma, porque nadie la oye...".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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3 de abril de 2009
19 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre pasa lo mismo, se coge un tema de actualidad, y se trivializa con él hasta que sólo queda una caricatura irreconocible de lo que fue.
Esta vez Corbacho y Cruz han querido ponerle voz al acoso escolar, y se han quedado en un vano intento de profundizar en un tema complejo. Sólo han mostrado una superficie repleta de tópicos y frases sonoras pero vacías, que creen que calarán entre el público haciéndolo pensar. Pues han fracasado, cualquier telediario me hace pensar mucho más que "Cobardes"
Si el inicio de la película es flojo, el desarrollo mucho más, una sucesión de trivialidades y escenas absurdas. Por supuesto nos presentan a unos padres que no se quieren enterar de lo que les ocurre a sus hijos. La postura más cómoda al hacer la película.
Excepto algún caso concreto como Luís Homar o Elvira Mínguez que no son de oscar, pero que no lo hacen del todo mal el resto de las actuaciones son malas a rabiar. Sin entonación, con frases que jamás escucharías en la vida real y con la sensación de que o no han entendido el guión, o que no se lo han aprendido del todo.
Mención aparte merece la gran Paz Padilla, que cual Jesulín de Ubrique cantando el "toa toa toa" intenta pronunciar (sin conseguirlo) todas las S. ¿Qué pasa que para hacer una película no puedes tener acento? Igual de ridículo es ver a Paz Padilla diciendo "SSe lo vaSS a decir tu" que a Penélope Cruz haciendo de andaluza salerosa. Si no quieren acentos que no contraten a una gaditana y cojan a una de Valladolid.
Esta vez Corbacho y Cruz han querido ponerle voz al acoso escolar, y se han quedado en un vano intento de profundizar en un tema complejo. Sólo han mostrado una superficie repleta de tópicos y frases sonoras pero vacías, que creen que calarán entre el público haciéndolo pensar. Pues han fracasado, cualquier telediario me hace pensar mucho más que "Cobardes"
Si el inicio de la película es flojo, el desarrollo mucho más, una sucesión de trivialidades y escenas absurdas. Por supuesto nos presentan a unos padres que no se quieren enterar de lo que les ocurre a sus hijos. La postura más cómoda al hacer la película.
Excepto algún caso concreto como Luís Homar o Elvira Mínguez que no son de oscar, pero que no lo hacen del todo mal el resto de las actuaciones son malas a rabiar. Sin entonación, con frases que jamás escucharías en la vida real y con la sensación de que o no han entendido el guión, o que no se lo han aprendido del todo.
Mención aparte merece la gran Paz Padilla, que cual Jesulín de Ubrique cantando el "toa toa toa" intenta pronunciar (sin conseguirlo) todas las S. ¿Qué pasa que para hacer una película no puedes tener acento? Igual de ridículo es ver a Paz Padilla diciendo "SSe lo vaSS a decir tu" que a Penélope Cruz haciendo de andaluza salerosa. Si no quieren acentos que no contraten a una gaditana y cojan a una de Valladolid.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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13 de septiembre de 2008
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habrá cantidad de gente que se tire a lo fácil y vaya criticando, uno por uno, todos los males de la película: que los actores adolescentes son muy malos y antinaturales a la hora de interpretar sus papeles, que si el estilo de la peli está más cerca del telefilm de las tres y media que de un estreno de cine...
Yo no voy a negar lo anterior. Es cierto, sí. Pero todo lo demás me fascina. Hay crítica social dura a la familia engullida que no tiene tiempo ni de respirar en la sociedad "hipotecada" que estamos viviendo. Hay una implacable crítica a un sistema educativo a la deriva en donde triunfa el mediocre. Hay una desagradable revelación: el problema del acoso no tiene solución entendida como tal, sólo apaños mejores o peores.
Te interesas por el protagonista nada más comenzar la peli. ¿Cómo resolverá la situación? ¿Le ayudarán sus padres? ¿Los maestros, quizá? ¿Echará mano de un superhéroe, un ejército, la mafia tal vez? Y lo más importante: ¿hará algo, para salir de la situación, que apruebe el espectador?
Como punto final, decir que Corbacho y Cruz son auténticos cineastas del pueblo, es decir, directores que toman café en los bares del barrio, que le compran el periódico a su kioskero de toda la vida y que se ponen cerdos con la tapa de chipirones del bar de abajo. Y no lo sé porque los conozca, lo sé porque ellos lo dejan entrever en sus películas. Y de qué manera.
Yo no voy a negar lo anterior. Es cierto, sí. Pero todo lo demás me fascina. Hay crítica social dura a la familia engullida que no tiene tiempo ni de respirar en la sociedad "hipotecada" que estamos viviendo. Hay una implacable crítica a un sistema educativo a la deriva en donde triunfa el mediocre. Hay una desagradable revelación: el problema del acoso no tiene solución entendida como tal, sólo apaños mejores o peores.
Te interesas por el protagonista nada más comenzar la peli. ¿Cómo resolverá la situación? ¿Le ayudarán sus padres? ¿Los maestros, quizá? ¿Echará mano de un superhéroe, un ejército, la mafia tal vez? Y lo más importante: ¿hará algo, para salir de la situación, que apruebe el espectador?
Como punto final, decir que Corbacho y Cruz son auténticos cineastas del pueblo, es decir, directores que toman café en los bares del barrio, que le compran el periódico a su kioskero de toda la vida y que se ponen cerdos con la tapa de chipirones del bar de abajo. Y no lo sé porque los conozca, lo sé porque ellos lo dejan entrever en sus películas. Y de qué manera.
23 de abril de 2008
18 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corbacho ha demostrado que tiene dos vertientes creativas, la que conocemos de él a través de la televisión y la del cine, que dista mucho uno de otra. En televisión es todo un showman del humor y en la segunda que forma equipo con Juan Cruz, se mueve por terrenos más serios.
En su segundo trabajo, “Cobardes”, afronta el tema de los malos tratos en los centros educativos, pero ese es el punto de salida para presentarnos una serie de miedos de personas adultas, miedos a no cumplir expectativas, a que se rompa la familia, a la pérdida de poder o a no conocer a quienes te rodean.
Aunque trate muy seriamente este tema, que puede parecer oportunista, por cierto, se permite en ciertos momentos meter estridencias muy propias de su parte televisiva, bien justificadas.
El reparto compuesto principalmente por niños, que afrontan las situaciones con máxima naturalidad, hacen sombra a la mayoría de actores experimentados, creo que no están exprimidos al máximo Antonio de la Torre o Lluis Homar. Elvira Minguez si carga de profundidad a su personaje y sin embargo, Paz Padilla no resulta para nada creíble en un papel dramático.
Al fin y al cabo no es una película “de actores”, más bien nos lleva a reflexionar y a mirar todo lo que nos rodea, en ese sentido si consigue su cometido.
En su segundo trabajo, “Cobardes”, afronta el tema de los malos tratos en los centros educativos, pero ese es el punto de salida para presentarnos una serie de miedos de personas adultas, miedos a no cumplir expectativas, a que se rompa la familia, a la pérdida de poder o a no conocer a quienes te rodean.
Aunque trate muy seriamente este tema, que puede parecer oportunista, por cierto, se permite en ciertos momentos meter estridencias muy propias de su parte televisiva, bien justificadas.
El reparto compuesto principalmente por niños, que afrontan las situaciones con máxima naturalidad, hacen sombra a la mayoría de actores experimentados, creo que no están exprimidos al máximo Antonio de la Torre o Lluis Homar. Elvira Minguez si carga de profundidad a su personaje y sin embargo, Paz Padilla no resulta para nada creíble en un papel dramático.
Al fin y al cabo no es una película “de actores”, más bien nos lleva a reflexionar y a mirar todo lo que nos rodea, en ese sentido si consigue su cometido.
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