ParanormanAnimación
2012
13 871
Animación. Fantástico. Comedia. Terror
Los aterrorizados habitantes de un pueblo asediado por zombis sólo pueden pedir ayuda al incomprendido Norman, un joven que sabe hablar con los muertos. Además de plantar cara a los muertos vivientes, tendrá que enfrentarse a fantasmas, brujas y, lo que es peor, a adultos de lo más atontados para salvar a su pueblo de una maldición milenaria. (FILMAFFINITY)
5 de agosto de 2012
51 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
La animación es una parte del cine que siempre será fructífera en la industria de Hollywood; aparte de representar grandes ingresos para los estudios la animación es una técnica que ayuda para contar historias que pueden ser más difícil de contar que de la manera convencional. Cada verano se presentan varias propuestas animadas para satisfacer al público infantil, que generalmente son historias sosas y con mensajes moralistas o sencillamente son innecesarias secuelas para exprimir bolsillos; entre toda la oferta sobresale Paranorman.
Los aterrorizados habitantes de un pueblo asediado por zombis sólo pueden pedir ayuda al incomprendido Norman, un joven que sabe hablar con los muertos. Pero éste, para salvar a su pueblo de una antigua maldición, no sólo tendrá que enfrentarse con zombis, sino también con brujas y, sobre todo, con un grupo de adultos subnormales.
Dejemos a un lado a Pixar, sabemos que es un estudio que trata a los niños con seriedad y entrega historias muy adultas; Paranorman es una mezcla extraña entre cine de terror, serie B, humor negro y una historia con moraleja para la juventud actual.
Uno de los dos temas centrales que toca es el ser diferente a los demás, cosa que se ha explicado en infinidad de cintas, pero no lo había visto tan explícito en una película para niños –quizá tiene que ver mucho el tono oscuro lo que me hace enaltecerla--. Como era de esperarse, el ser distinto va de la mano con el rechazo o el Bullying, tema muy en auge en la actualidad y vivencial para el público a que va dirigido.
Cosa que se aplaude, es la frescura con la que trata a su público, el guión no trata como idiotas al espectador final, si bien, tiene humor que sólo podrá ser entendido por un mayorcito, también se alinea a la época al hacer notar que la sociedad infantil tiene una mente precoz sin caer en la vulgaridad –meter un personaje homosexual y decir novio en lugar de novia es algo que no cualquiera se atreve hacer en una cinta para infantes--.
Para los amantes del cine de género es una delicia toparse con una cinta animada repleta de referencias a películas de terror --Desde viernes 13, Halloween y hasta Scooby Doo--.
Paranorman es una excelente opción y una gran cinta de terror para niños que con su frescura logra mantener entretenido tanto al padre como al hijo. Imperdible.
Los aterrorizados habitantes de un pueblo asediado por zombis sólo pueden pedir ayuda al incomprendido Norman, un joven que sabe hablar con los muertos. Pero éste, para salvar a su pueblo de una antigua maldición, no sólo tendrá que enfrentarse con zombis, sino también con brujas y, sobre todo, con un grupo de adultos subnormales.
Dejemos a un lado a Pixar, sabemos que es un estudio que trata a los niños con seriedad y entrega historias muy adultas; Paranorman es una mezcla extraña entre cine de terror, serie B, humor negro y una historia con moraleja para la juventud actual.
Uno de los dos temas centrales que toca es el ser diferente a los demás, cosa que se ha explicado en infinidad de cintas, pero no lo había visto tan explícito en una película para niños –quizá tiene que ver mucho el tono oscuro lo que me hace enaltecerla--. Como era de esperarse, el ser distinto va de la mano con el rechazo o el Bullying, tema muy en auge en la actualidad y vivencial para el público a que va dirigido.
Cosa que se aplaude, es la frescura con la que trata a su público, el guión no trata como idiotas al espectador final, si bien, tiene humor que sólo podrá ser entendido por un mayorcito, también se alinea a la época al hacer notar que la sociedad infantil tiene una mente precoz sin caer en la vulgaridad –meter un personaje homosexual y decir novio en lugar de novia es algo que no cualquiera se atreve hacer en una cinta para infantes--.
Para los amantes del cine de género es una delicia toparse con una cinta animada repleta de referencias a películas de terror --Desde viernes 13, Halloween y hasta Scooby Doo--.
Paranorman es una excelente opción y una gran cinta de terror para niños que con su frescura logra mantener entretenido tanto al padre como al hijo. Imperdible.
25 de agosto de 2012
44 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de género "infantil", con excepción de Pixar, se ha limitado a ofrecer bellas historias de princesas o héroes que logran su cometido, han dejado de lado temas fuertes, temas tabú, como si de esta forma alejaran a los infantes de ellos.
"ParaNorman" rompe con los esquemas y se atreve a tratar temas poco comunes en películas infantiles tales como: la muerte, el dolor, el perdón, el respeto a lo diferente, la homosexualidad, todos ellos tratados de una forma natural. Es increíble observar que la sociedad actual, al igual que la de hace 300 años, rechaza lo diferente por el temor, por la ignorancia. Los zombies bien pueden representar a esa sociedad intolerante, que posee como principal característica la ignorancia, un elemento que es capaz de despojar a alguien de toda humanidad.
Técnicamente impecable, una película muy recomendable.
"ParaNorman" rompe con los esquemas y se atreve a tratar temas poco comunes en películas infantiles tales como: la muerte, el dolor, el perdón, el respeto a lo diferente, la homosexualidad, todos ellos tratados de una forma natural. Es increíble observar que la sociedad actual, al igual que la de hace 300 años, rechaza lo diferente por el temor, por la ignorancia. Los zombies bien pueden representar a esa sociedad intolerante, que posee como principal característica la ignorancia, un elemento que es capaz de despojar a alguien de toda humanidad.
Técnicamente impecable, una película muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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30 de diciembre de 2012
24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reconstrucción de los mitos, cuentos y leyendas y la moda imperante de las comedias de terror para todos los públicos instauradas en las imprescindibles “Los mundos de Coraline” y múltiples aportaciones burtonianas, son los dos motores principales de la poco original pero sí brillante “El alucinante mundo de Norman”. Se reduce al enfrentamiento y conflictos que generan miedos por (y de) y las consecuencias de ambos. El discurso es inteligente en esa mirada sobre el terror y la violencia que pueden generar las masas (poco encefálicas) sobre lo desconocido. Esas reacciones de la sociedad a sus miedos y el ejemplo de un pasado oscuro de un pueblo por la maldición de una bruja, teje una historia sobre un niño capaz de hablar con los muertos siguiendo la estela de “El sexto sentido” y cuyo temor principal es su incapacidad de comunicarse con los vivos.
«Tener miedo no tiene nada de malo. Tan sólo no dejes que eso cambie quién eres tú en tu interior» se convierte en el discurso sobre que el mayor miedo es conocer la verdad que nos negamos a entender. Luego está el adorno, los golpes de humor negro y las delirantes líneas críticas para describir las reacciones del pueblo ante sus temores o sus homenajes constantes y consecuentes.
Entre sustos y conflictos interiores, se impone la visión de una sociedad maltratadora ante la diferencia y esas víctimas maltratadas que pueden ser ángeles salvadores o convertirse en terribles demonios. Pero en la película de Sam Fell y Chris Butler la muerte y la estancia terrenal de esos fantasmas pasa a un segundo plano para la historia que está por contar: una revisión con vuelta de tuerca de un ataque zombi. El estudio Laika parece sentirse cómodo en el stop motion después de “Los mundos de Coraline” y utilizar el tarro de las esencias de Henry Selick y Neil Gaiman. Ahora con Sam Fell da la impresión de pretender unir, en cierta media, el universo Aardman con el reverso gótico-burtoniano en la estética de los decorados. Sus encantos visuales son pulidos sobre el homenaje y los jóvenes espectadores se verán sorprendidos enfrentándose a sus propios temores, muertos vivientes, brujas, seres ectoplásmicos y fantasmas. La caricatura es palpable, como la descripción de una sociedad idiota de esa turba satírica incapaz de solucionar sus errores salvo por la utilización de la violencia o posponerlos durante toda la eternidad. Pero finalmente “El alucinante mundo de Norman” demuestra que todo se reduce al perdón y la redención para seguir adelante y mostrar a la sociedad un espejo donde puedan ver reflejados sus pecados.
«Tener miedo no tiene nada de malo. Tan sólo no dejes que eso cambie quién eres tú en tu interior» se convierte en el discurso sobre que el mayor miedo es conocer la verdad que nos negamos a entender. Luego está el adorno, los golpes de humor negro y las delirantes líneas críticas para describir las reacciones del pueblo ante sus temores o sus homenajes constantes y consecuentes.
Entre sustos y conflictos interiores, se impone la visión de una sociedad maltratadora ante la diferencia y esas víctimas maltratadas que pueden ser ángeles salvadores o convertirse en terribles demonios. Pero en la película de Sam Fell y Chris Butler la muerte y la estancia terrenal de esos fantasmas pasa a un segundo plano para la historia que está por contar: una revisión con vuelta de tuerca de un ataque zombi. El estudio Laika parece sentirse cómodo en el stop motion después de “Los mundos de Coraline” y utilizar el tarro de las esencias de Henry Selick y Neil Gaiman. Ahora con Sam Fell da la impresión de pretender unir, en cierta media, el universo Aardman con el reverso gótico-burtoniano en la estética de los decorados. Sus encantos visuales son pulidos sobre el homenaje y los jóvenes espectadores se verán sorprendidos enfrentándose a sus propios temores, muertos vivientes, brujas, seres ectoplásmicos y fantasmas. La caricatura es palpable, como la descripción de una sociedad idiota de esa turba satírica incapaz de solucionar sus errores salvo por la utilización de la violencia o posponerlos durante toda la eternidad. Pero finalmente “El alucinante mundo de Norman” demuestra que todo se reduce al perdón y la redención para seguir adelante y mostrar a la sociedad un espejo donde puedan ver reflejados sus pecados.
7 de septiembre de 2012
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuantas veces se ha dicho que Pixar es la única compañía -aparte de Ghibli- que es capaz de entregarnos películas de animación de calidad? Tantas que sería inutil contárlas con los dedos de ambas manos. Yo misma estaba convencida de ello hasta que vi esta pequeña y genuina joya de los estudios Laika, que antaño nos trajeron la notable "Los mundos de Coraline".
Sobresaliente de las demás películas de animación que han surgido en este año, por su delicadeza, su inteligencia y su sarcasmo, esta pelicula es una cinta fresca y novedosa deliciosamente construida, que todo adulto debería llevar a su hijo a ver. La historia de un niño -Norman- que puede hablar con fantasmas, y una ciudad amenazada por una antigua maldición sirven de esqueleto a una trama que oscila entre la fantasía, el terror y, sobre todo, el humor negro, con claros guiños a clasicas películas de terror de serie B y "Scooby Doo".
A través de una historia aparentemente infantil, de brujas, fantasmas y maldiciones, "El alucinante mundo de Norman" narra una historia madura, profunda y crudamente real de un niño que se sabe diferente a los demás y es acosado, psicologicamente maltratado por ello, tanto en el colegio como en su propia casa, donde su hermana mayor le desprecia y su padres ni le escuchan ni le comprenden. Pero he aquí que este niño está destinado a salvar a su pueblo de una maldición echada por una bruja años atrás, tras ser condenada y ejecutada, según la cual los muertos se levantarían de sus tumbas. En resumen: que todos morirían entre terribles sufrimientos.
Hasta aquí la historia se desarrolla como una divertida comedia de terror, con fantásticos y logradísimos personajes que -salvo Norman- son practicamente parodias de personajes de películas de terror: la hermana mayor guapa y pija, el cachas sin cerebro, el amigo gordo e inteligente y el típico matón idiota que se une al club. Pero es en este punto donde la historia empieza a adquirir un matiz sombrío e inquietante, piezas desaparecidas del puzzle que hace que Norman se replantee todo lo que sabe o cree saber. ¿Si esos zombies son tan malos, por qué no hacen daño? ¿Qué quieren? ¿Quién era esa bruja?
La película entra en una espiral de tenebrismo y oscuridad, más inquietante, pura y perfecta que muchas cintas de terror, hasta que se descubre el real, sórdido y trágico origen de la maldición. Así, "El alucinante mundo de Norman"pasa a convertirse en una adulta y siniestra fábula, un cuento de terror que enseña que el ser humano teme lo desconocido, y cómo ese miedo a veces llega a extremos de convertirnos en verdaderos monstruos. Que el dolor y la rabia pueden destruir un alma humana hasta dejarla irreconocible. La película acelera en los últimos diez minutos, arrastrándonos a las profundidades en una oscura pesadilla hasta un clímax realmente aterrador, magnífico, soberbio.
Me quito el sombrero ante esta maravilla de película de animación que deja a la altura del barro no solo a otras de su género, sino a la mayoría de las cintas que pululan por la cartelera haciendo más bulto que otra cosa. Así si que se disfruta realmente con el cine.
Sobresaliente de las demás películas de animación que han surgido en este año, por su delicadeza, su inteligencia y su sarcasmo, esta pelicula es una cinta fresca y novedosa deliciosamente construida, que todo adulto debería llevar a su hijo a ver. La historia de un niño -Norman- que puede hablar con fantasmas, y una ciudad amenazada por una antigua maldición sirven de esqueleto a una trama que oscila entre la fantasía, el terror y, sobre todo, el humor negro, con claros guiños a clasicas películas de terror de serie B y "Scooby Doo".
A través de una historia aparentemente infantil, de brujas, fantasmas y maldiciones, "El alucinante mundo de Norman" narra una historia madura, profunda y crudamente real de un niño que se sabe diferente a los demás y es acosado, psicologicamente maltratado por ello, tanto en el colegio como en su propia casa, donde su hermana mayor le desprecia y su padres ni le escuchan ni le comprenden. Pero he aquí que este niño está destinado a salvar a su pueblo de una maldición echada por una bruja años atrás, tras ser condenada y ejecutada, según la cual los muertos se levantarían de sus tumbas. En resumen: que todos morirían entre terribles sufrimientos.
Hasta aquí la historia se desarrolla como una divertida comedia de terror, con fantásticos y logradísimos personajes que -salvo Norman- son practicamente parodias de personajes de películas de terror: la hermana mayor guapa y pija, el cachas sin cerebro, el amigo gordo e inteligente y el típico matón idiota que se une al club. Pero es en este punto donde la historia empieza a adquirir un matiz sombrío e inquietante, piezas desaparecidas del puzzle que hace que Norman se replantee todo lo que sabe o cree saber. ¿Si esos zombies son tan malos, por qué no hacen daño? ¿Qué quieren? ¿Quién era esa bruja?
La película entra en una espiral de tenebrismo y oscuridad, más inquietante, pura y perfecta que muchas cintas de terror, hasta que se descubre el real, sórdido y trágico origen de la maldición. Así, "El alucinante mundo de Norman"pasa a convertirse en una adulta y siniestra fábula, un cuento de terror que enseña que el ser humano teme lo desconocido, y cómo ese miedo a veces llega a extremos de convertirnos en verdaderos monstruos. Que el dolor y la rabia pueden destruir un alma humana hasta dejarla irreconocible. La película acelera en los últimos diez minutos, arrastrándonos a las profundidades en una oscura pesadilla hasta un clímax realmente aterrador, magnífico, soberbio.
Me quito el sombrero ante esta maravilla de película de animación que deja a la altura del barro no solo a otras de su género, sino a la mayoría de las cintas que pululan por la cartelera haciendo más bulto que otra cosa. Así si que se disfruta realmente con el cine.
21 de agosto de 2012
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Nunca llegarás a ser un héroe siendo normal” reza la publicidad de “Paranorman”, la segunda película de los estudios de animación LAIKA (Coraline), y no podría haber mejor frase para caracterizar a un niño obsesionado con el cine Clase B, los zombies y las criaturas asquerosas y terroríficas, que de un momento a otro se convierte en la única salvación de su pequeño pueblo.
Combinando animación en stop-motion y 3D, los realizadores de “Paranorman” lograron dar un maravilloso y detallado aspecto (sin duda una sustancial mejora desde “Coraline”) al universo en el que vive Norman, un niño con una habilidad especial: puede ver y hablar con los muertos. Su habilidad, sin embargo, es una maldición para su familia, que debe aguantar los chismes de los vecinos, y para el mismo niño, quien se resigna a ser intimidado y acosado por todos en el colegio. Pero cuando una maldición de siglos atrás amenaza con destruir al pueblo, Norman se ve obligado a usar su poder para evitar la destrucción.
“Paranorman” tiene, sin duda alguna, una gran premisa. Y su historia, hasta cierto punto, se desarrolla con una asombrosa destreza, manejando temas oscuros para una película familiar (la muerte de seres queridos, el bullying y la tristeza de nuestro protagonista, que en momentos llegamos a sentir como nuestra) con una ligereza que le da un toque humorístico sin necesidad de volver frívolos los asuntos de fondo.
Sin embargo, la delicadeza con que la historia es tratada parece salirse de las manos de los realizadores llegando al final del relato, y la trama se vuelve enredada y se toma a sí mismo tan en serio que el equilibrio perfecto que se había alcanzado entre el horror (hay algunas secuencias que cualquier película de terror para adultos envidiaría), las enseñanzas (la importancia del perdón y de no dejarse controlar por el miedo) y el humor (alcanzado en muchas ocasiones mediante un ingenioso juego con los estereotipos del cine de terror), se pierde por completo.
Es una lástima porque “Paranorman” es en el fondo una gran historia con personajes muy bien construidos, realizada con gran destreza técnica y creativa, y con algunas elecciones artísticas precisas: una escena al comienzo, en la que la cámara da una vuelta alrededor de Norman, permitiéndonos ver el mundo a través de sus ojos, resalta por su efectividad. Y esos destellos de genialidad son de los momentos más satisfactorios que han pasado recientemente por el cine animado.
http://filmicas.com
Combinando animación en stop-motion y 3D, los realizadores de “Paranorman” lograron dar un maravilloso y detallado aspecto (sin duda una sustancial mejora desde “Coraline”) al universo en el que vive Norman, un niño con una habilidad especial: puede ver y hablar con los muertos. Su habilidad, sin embargo, es una maldición para su familia, que debe aguantar los chismes de los vecinos, y para el mismo niño, quien se resigna a ser intimidado y acosado por todos en el colegio. Pero cuando una maldición de siglos atrás amenaza con destruir al pueblo, Norman se ve obligado a usar su poder para evitar la destrucción.
“Paranorman” tiene, sin duda alguna, una gran premisa. Y su historia, hasta cierto punto, se desarrolla con una asombrosa destreza, manejando temas oscuros para una película familiar (la muerte de seres queridos, el bullying y la tristeza de nuestro protagonista, que en momentos llegamos a sentir como nuestra) con una ligereza que le da un toque humorístico sin necesidad de volver frívolos los asuntos de fondo.
Sin embargo, la delicadeza con que la historia es tratada parece salirse de las manos de los realizadores llegando al final del relato, y la trama se vuelve enredada y se toma a sí mismo tan en serio que el equilibrio perfecto que se había alcanzado entre el horror (hay algunas secuencias que cualquier película de terror para adultos envidiaría), las enseñanzas (la importancia del perdón y de no dejarse controlar por el miedo) y el humor (alcanzado en muchas ocasiones mediante un ingenioso juego con los estereotipos del cine de terror), se pierde por completo.
Es una lástima porque “Paranorman” es en el fondo una gran historia con personajes muy bien construidos, realizada con gran destreza técnica y creativa, y con algunas elecciones artísticas precisas: una escena al comienzo, en la que la cámara da una vuelta alrededor de Norman, permitiéndonos ver el mundo a través de sus ojos, resalta por su efectividad. Y esos destellos de genialidad son de los momentos más satisfactorios que han pasado recientemente por el cine animado.
http://filmicas.com
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