Rosalina

Rosalina es una comedia romántica basada en la novela de Rebecca Serle, que a su vez es una adaptación moderna de Romeo y Julieta de Shakespeare. Cuenta la historia de Rosaline (Kaitlyn Dever), la ex novia de Romeo (Kyle Allen), que ve cómo su amor se enamora de su prima Julieta (Isabela Merced) y tiene que lidiar con las consecuencias de este triángulo amoroso.

Tiene un tono ligero y divertido, con guiños al clásico de Shakespeare y a otras obras literarias como Orgullo y prejuicio. El reparto está bien elegido y tiene química entre sí, destacando la protagonista Kaitlyn Dever, que muestra su carisma y su talento cómico. La dirección de Karen Maine es ágil y dinámica, y el guion de Scott Neustadter y Michael H. Weber es ingenioso y entretenido.

Sin embargo, también tiene sus defectos. La trama es predecible y no aporta nada nuevo al género ni al original. Los personajes son estereotipados y poco profundos, y sus motivaciones no siempre son coherentes. Se queda en la superficie y no explora las implicaciones sociales o emocionales de la historia. Además, el final es demasiado forzado y poco creíble.

En definitiva, Rosalina es una película que se deja ver y que cumple con su propósito de entretener, pero que no pasa de ser una comedia romántica más, sin mucha personalidad ni originalidad.

‘Rosalina (Rosaline)‘ es una comedia romántica que se ha vendido como gamberra y un lavado de cara de la popular novela ‘Romeo y Julieta’, de William Shakespeare. La crítica ha quedado bastante satisfecha (bueno, todos menos la iluminada que ha dicho que la película es el resultado de dos hombres intentando hacer una reescritura feminista…), y una vez vista no entiendo qué han visto en ella, porque estamos ante una comedia insulsa, que no ofrece nada nuevo y juega a ser gamberra, pero que acaba quedándose en una del montón.

Técnicamente ofrece lo esperado en un producto de estas características (no tienen el presupuesto de ‘Titanic’, eso ya os lo adelanto), por lo que mejor pasar al guion, cortesía de dos hombres. No voy a entrar en debates estúpidos, limitándome a decir que estamos ante una historia mil veces vista, predecible como ella sola, y que no se esfuerza en ofrecer nada nuevo. Pereza es la palabra que me viene a la cabeza, ya que pocas cosas hay peores que el hecho de que una película no te diga absolutamente nada, y este es un ejemplo perfecto.

Me ha dejado igual que estaba, lo que también se conoce como indiferente. Y que nadie tenga expectativa de carcajadas (también se ha vendido como desternillante…), porque ni están ni se las espera. Todo lo que aquí se nos cuenta se ha mostrado en producciones muy superiores. Podría mencionarlas, pero no acabaríamos nunca.

Afortunadamente, tenemos a la gran Kaitlyn Dever (vista en la estupenda ‘Booksmart’) como protagonista de la función, siendo de lejos la mejor del reparto y confirmando su gran talento, aunque debería tener unas palabritas con su agente, porque aparecer en producciones como la que nos ocupa no le hace ningún bien a su carrera. Ella merece algo mejor, aunque es cierto que salva a la película del ridículo, ya que su personaje no es nada sencillo, y en otras manos podría haber caído en el desastre. Espero que le den mejores papeles, porque es una gran actriz, y ha nacido para la comedia (ya sabéis, la buena).

En conclusión, estamos ante un producto engañoso, que no me extraña que se haya estrenado directamente en plataforma (en España en Disney Plus, internacionalmente en Hulu), y que todos habremos olvidado más pronto que tarde, incluidos los críticos, que todavía no entiendo qué han visto en ella, cuando hay producciones muy superiores a las que no les han hecho ni caso. En fin, vosotros mismos, pero quien esté esperando un producto canalla y rebelde se ha equivocado de cinta. Otra vez será.

Más críticas: ocioworld.net

Lo nuevo que nos llega, de 20th Century Studios, es una entretenida adaptación de la novela de Rebecca Serle que a su vez se inspira en los personajes del célebre William Shakespeare.

Rosaline es el alma de Kaitlyn Dever.

Atención a lo que pueda hacer la prometedora Kaitlyn Dever. La actriz tiene un carisma único que invita siempre a divertirte con ella en pantalla. Gran parte de que esta comedia romántica de época funcione es gracias a la divertida interpretación de la joven actriz. Le entrega un alma especial a su personaje que disfrutamos de cada intervención de ella en pantalla. Sabe sacar todo el provecho a su correcto guion que sabe manejar de buena y astuta manera el humor y su romanticismo que se brinda al más puro estilo de las clásicas obras de Jane Austen.

La mezcla de lo más clásico con la modernidad le sienta demasiado bien a esta adaptación. Permite que tengamos una película que no arriesga, es bastante conservadora en su núcleo, pero permite que tengamos ese tono a comedia romántica de los años noventa.

Tiene ese tono feminista e inclusivo, que se mezclan perfecto.

La modernización que mencionaba antes, es el aspecto de ofrecernos una película que sabe mezclar de buena forma la inclusión y también hacer un fuerte punto feminista, en especial en los personajes principales o en los secundarios como Minnie Driver. Ese tono suma bastante a como su guion y la dirección enfrentan el camino de hacer lo que pretenden si parecer un panfleto. Es un entretenimiento familiar y por sobre todo para los amantes de un género que siempre resulta ser algo entretenido.

Una película que funciona, tampoco busca ser más de lo que terminamos recibiendo. Su misión es entretener y eso lo consigue con una película liviana y con un cacho más de efectividad que su propia novela.

Un panorama para un fin de semana, de seguro que lo es.