Y aquí comenzó la última gran trilogía del cine. De una belleza arrebatadora y una fuerza torrencial, La Comunidad del Anillo no defraudó, y confirmó a Peter Jackson como uno de los grandes directores de nuestra época.
Pocos creían en el proyecto debido a la dificultad de adaptar la obra de Tolkien al celuloide, pero la gran inversión, su enorme producción, y un rodaje que se extendió hasta los casi trece meses (sumándole nuevas convocatorias para rodar aún más escenas) merecieron la pena.
Pocas veces se ha visto decir que una película es mejor que el libro, no por serlo, sino porque en sí misma, la película "es" el libro. No podemos saber lo que Tolkien pensaría de ella, pero seguro que estaría orgulloso.

Creo que lo que más me gusta de esta trilogía es que balancea muy bien los momentos épicos y gloriosos con los de mayor sosiego y parsimonia. Esta segunda parte es la que más momentos tranquilos posee, y por ellos es la que quizá se le pueda hacer algo más pesada a la gente. Cuidado, que esto no es malo, para nada, ya que si durante la parte central las escenas son sosegadas es porque nos está preparando para sumergirnos en esa batalla final inmensa, poderosa, majestuosa.
Tiiene uno de los mejores inicios que he visto, esa escena de Gandalf luchando con el Balrog descendiendo entre tinieblas, y nada más acabar se nos presenta el E.T. del siglo XXI, Gollum. Un gran comienzo. La trama se complica, y se realenbtiza al introducirnos a Bárbol y a Faramir, pero, como ya dije, esto no es malo. Como he señalado, los 40 últimos minutos son sublimes, de no cerrar ojos ni boca, y nos deja con la miel en los labios cuando acaba, esperando ya la tercera parte.

Estoy resignado. Solo veo malas críticas de esta película. Y yo digo todo lo contrario. Queríamos una trilogía de aventuras digna, divertida, algo que desde Indiana Jones no pudimos haber disfrutado. Y aquí la tenemos, y lo único que hacemos es darla calabazas.

Vale, es una superproducción, y se busca recuperar en taquilla lo gastado. Hasta ahí todos de acuerdo. Ahora bien, la excusa que me pone la gente para decirme que es mala es... ¡que es muy liosa! O sea, se requiere pensar. ¿Y eso es malo?

Yo diría que no. Pocas veces he visto una trama en la que cada personaje tenga un propósito diferente, y que tenga que hacer mil peripecias para luego conseguirlo. Si profundizamos, no vemos ni buenos ni malos, simplemente antagonismos, en los cuales cada personaje quiere llevar a cabo un propósito y se enfrentará al resto por hacer prevaleceer ese propósito frente al del resto de personajes. Y todo esto esta desarrollado en forma de puzzle, hay que tener en cuenta todo el rato quien traiciona a quien, o quien se alía con quien, para poder al final, encajar las piezas.

Por eso yo glorifico esta película y esta trilogía, en la que los personajes son los más carismáticos que he visto en años, la banda sonora ya la tararea medio mundo, los efectos especiales son de toma pan y moja, las situaciones que nos encontramos son totalmente ingeniosas e inauditas, y, bueno, mi amigo Keith Richards es el mejor cameo en años.

P.D.: Si la escena de los 1000 Jacks hubiese sido realizada por Kubrick o por Aronofski (directores a los que les encanta meterse en la cabeza de sus personajes) hablaríamos de obra maestra, ...

Hasta Batman Begins, ninguna película de superhéroes (exceptuando, si así la consideramos, El Cuervo) me había entusiasmado. Repito: ninguna.
Ni siquiera las dos primeras de Tim Burton.
Lo que hace grande a este Batman es que nos da la sensación de verismo, de que lo que vemos es real, de que realmente puede haber un tipejo paseandose por los tejados con un disfraz de murciélago mientras nosotros vemos la televisión.
Jamás se había profundizado tanto en la psicología de un superhéroe, y nunca se le había otorgado tal fuerza y poderío, y ésto le da al film un caracter del que carecen el resto de películas del género.
Además, el bueno de Nolan trata con la misma importancia a cada una de las partes de la película, bien distinguidas (Bruce Wayne hasta su conversión en hombre murciélago, y las andanzas de éste), y las dos son igual de poderosas.
Caso aparte es el reparto de lujo con el que cuenta, quizá uno de los mejores conjuntos que se han visto en los últimos tiempos.
Todo ello hace de esta película, para mí, la mejor película basada en un superhéroe de cómic.

Reservoir Dogs supone el nacimiento del mejor director de cine de los 90, Q. Tarantino. Considerada por muchos la mejor Opera Prima de la década, rebosa genialidad y talento en cada uno de sus planos.
Sus ingeniosos diálogos, el carisma de los personajes, un perfecto montaje, una banda sonora de lujo y una forma de rodar maquiavélica hicieron grande a un Tarantino que aún nos reservaba lo mejor de su cosecha privada: Pulp Fiction.