La FortunaMiniserie

Se ve que hay producción, pero el guion se recrea en los tópicos y la dirección tiene poco ritmo.

Por lo que respecta al guión y a los personajes solo he visto dos capítulos, pero... Al parecer está basado en un comic realizado por el diplomático protagonista. Y de dos una, o las cosas fueron exactamente como las cuenta o las cambia porque cree que la historia se beneficia. Si todo sucedio exactamente como lo cuenta el comic, creo que Amenabar tendria que haber hecho cambios en el guión. Si son un relato literario con mas motivo Amenabar tendría que haber cambiado el guión.

Recurrir a que un norteamericano tenga que explicar a un Ministro español que recuperar el pecio es una cuestión de prestigio nacional es un triste lugar común muy de Hollywood. Recurrir a dos protagonistas masculino y femenino y tener que dejar claro desde el primer momento que la una es de izquierdas y el otro de derechas, y consiguientemente la una es progresista y el otro conservador (según discurso de la chica progre, para el cual el personaje masculino no tiene respuesta, porque obviamente se da por hecho que es lo que hay). Y digo que es tosco, porque los funcionarios, como los demás trabajadores, no basan sus relaciones laborales en la adscripción política de sus colegas, sino, como es lo normal, en su personalidad. Si son más o menos amables, colaborativos, simpáticos y otra serie de características en que basar una afinidad personal, que por otra parte no tiene que ir más allá del tiempo que permanecen en la oficina. Y el guion no renuncia, sino que explota el sacarle partido a este planteamiento, en lugar de molestarse en desarrollar personalidades menos arquetípicas, y en ser más sutil al diseñar el arco de evolución de la pareja protagonista. Este maniqueísmo patrio es muy cansino, tanto si es verdad como si es ficción.

Amenábar en serie. Bueno, era una garantía. Pero no. Empieza bien, más o menos, con alguna caricatura política demás, pero pase. El primer episodio cuela bien.
Ah, pero en el segundo, la reconstrucción histórica del hundimiento de La Fortuna, una nao que transportaba a España, desde América, a principios del XIX, un montón de oro, ya empiezan los fallos. Son los comunes en el cine español de hoy: aunque se remonten en la historia, hablan y gesticulan y, se diría, sienten, como si estuvieran en plan compadres en el siglo XXI. No hacen el menor esfuerzo de adaptación a la psicología y las costumbres de otros tiempos.
Los actores, regulín. Mel no da la talla. Y la Polvorosa está más sobreactuada que un pavo.
Si se añade, otra lacra crónica, que a algunos personajes no se les entienden cuando hablan tenemos el cuadro completo.
Por lo demás es una gran producción, no se han escatimado medios. La batalla naval del segundo episodio, aunque muy breve, está bien rodada. Una pena el resultado.

Muchos se sienten decepcionados. En los tiempos de grandes superproducciones para televisión, y tratándose de un gran director, esperaban una serie con unos efectos especiales brillantes, una atmósfera oscura, una tensión continua y unos diálogos profundos.
Y La Fortuna no tiene nada de eso. Es una reivindicación de las películas y los libros de aventuras, del simple entretenimiento que huye de la grandilocuencia.
La serie tiene un toque naive y está plagada de referencias y homenajes, tanto musicales, como visuales y de guión: la serie de Coteau, las referencias al cine como bálsamo en tiempos de crisis,etc. Incluso se autoreferencia el director a si mismo. Esas gaitas que suenan mientras se hunde la fragata, ¿no os recuerdan al accidente de Ramón Sampedro? Y ese jóven que carga con una responsabilidad enorme para su edad, ¿no os refuerda al sobrino de Ramón?
En cuanto a los personajes se ha creado un elenco muy caricaturesco: el legionario "nostálgico", la perroflauta, el funcionario conservador, el Indiana Jones... Por no hablar de la caricatura constante a la clase política. Esto ayuda a quitarle profundidad a la trama y agilizar el entretenimiento del espectador. Las actuaciones som correctas, destacando Ana Polvorosa sobre el resto, crea un personaje magnético.
Por último destacar la forma en que Alejandro usa la música. Espectacular el trabajo de Roque Baños, dando siempre epicidad al final de cada capítulo y dejándote con ganas de máso. Y como no mencionar las referencias a la ópera que tanto gustan a este director.

Visionada la serie entera y con perspectiva completo, hay que decir que el resultado se deja ver con cierto agrado y una solvencia evidente.

Pero hay algo que no cuaja - la colisión de tonos (parte serie yanqui con Tucci y parte serie española con políticos de pandereta) no marida. La serie parece tener cierta bipolaridad.

Luego están algunos lugares comunes, momentos de cierta buscada ingenuidad estilo "inspiracional" (perdón por la palabreja) y unos personajes protagonistas que no parecen enfocarse del todo. Y ojo que Polvorosa está bien, pero Mel, recién salido del cascarón y algo verde como actor, tiene pegas para levantar un personaje heroico-Cayetano-puro de corazón que lleva bastante peso en la trama.

Y ojo - Clarke Peters tiene gravitas, Tucci clava cada escena en la que está y Elejalde te cae bien de inmediato. Pero vaya. A las serie le falta pegada, más budget y unos personajes más cañeros.

En fin. Supongo que Amenábar no está hecha para hacer series en VOD.

Sinceramente la serie se me ha quedado a medio gas, la historia, que se basa en hechos reales, daba para sacarle mucho más jugo, y sin irse tanto por las ramas para estirar hasta seis episodios con muchos minutos de relleno absurdo y tramas que no conducen a absolutamente nada.

Me ha gustado sin embargo el retrato de la penosa y horrible burocracia española, y esa comparación entre España y Estados Unidos en cuanto a costumbres y diligencia a la hora de acatar un asunto.

Lo peor sin duda alguna son algunas interpretaciones, en muchos momentos apenas se entiende a los actores, no sé si porque no vocalizan bien o porque el audio no está bien mezclado.

Sigo en zona spoiler