Haz click aquí para copiar la URL
You must be a loged user to know your affinity with Palomitasconchoco
Críticas 445
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
27 de noviembre de 2015
25 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el día que descubrí a Matías Bize con ‘En la Cama’ inmediatamente me quedé con el nombre y la referencia de este director y es que este chileno tiene lo que se llama sello propio. Si ves una película suya sin saber el título o sin tener referencias previas, podrías decir a los pocos minutos que es una película suya, en La memoria del agua, este sello se vislumbra desde el principio. Matías Bize rueda con una sensibilidad especial, siempre deja un gran protagonismo a los actores, siempre deja planos cortos para interpelar a las emociones, siempre siembra en los guiones unos diálogos con la capacidad de apelar al lirismo. Bize deja hablar a los actores con el ritmo adecuado, con las palabras adecuadas y siempre proyecta una iluminación tamizada y bella, creando narratividad con la luz. Domina todos los ámbitos del cine dejando a cada uno hacer su trabajo, volcándolo todo a la emotividad.

La memoria del agua no es una excepción si no un ejemplo clarificador de este tipo de cine intimista, evocador y emotivo. Premiada con el Colón de plata a la mejor dirección del Festival de Cine Iberoamericano, el galardón, se queda corto para una cinta que bien pudiera haberse alzado con el trofeo a la mejor película. Hay pulso en la dirección, hay una fotografía urbana preciosista, hay un guión de diálogos entrañables, con escasa acción pero mucho simbolismo y hay dos actores que se dejan la piel en sus papeles, la española Elena Anaya y el chileno Benjamín Vicuña realizan un trabajo encomiable.

Matías Bize lo reconocía en la rueda de prensa de presentación en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva “puse gran parte del peso de la película en los actores y ellos me respondieron a la perfección, hay mucho trabajo de ensayo previo” y eso se nota. En cuanto a la elección de Elena Anaya para el papel, Bize asegura que “la había visto antes y tenía muchas ganas de trabajar con ella, fue mi primera elección y afortunadamente aceptó”. Que el nombre de Elena se cuele entre los productores de La memoria del agua también tendría algo que ver, pero aún así, su actuación es sobresaliente delante de una cámara empeñada en enfocar cada poro de su rostro en primerísimos planos.

La memoria del agua es diálogo puro, es cierto que no hay mucha trama y esto puede decepcionar a algunos, pero el punto de partida ya es suficientemente duro como para que el dolor que deja la película se mantenga a flote durante todo el filme.

La pérdida de su pequeño hijo por parte de una pareja y las dificultades por las que atraviesa su relación tras este luctuoso hecho es todo lo que necesita una narración a flor de piel, más que en los hechos se apoya en los símbolos, en la omnipresente presencia del agua en los planos (el pequeño Pedro murió ahogado), en la nieve, en las lágrimas, en pequeños detalles que conforma junto a los diálogos el peso emocional que redondean los actores con sus voces. Es una narración inactiva pero completa que en mi opinión conforma un guión más que digno.

Así que junto a la ya mencionada En la cama y La vida de los peces, esta nueva introducción en el cine intimista de Matías Bize se salda con éxito, dejando una historia con piel, narrada con lirismo y emoción, interpretada con una sensibilidad desbordante y dirigida en todos los planos con la maestría que este joven realizador chileno ya ha demostrado con anterioridad.

http://www.viveiberoamerica.com/la-memoria-del-agua-la-piel-del-agua/
@iberoamericavi
Palomitasconchoco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
1 de abril de 2015
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo más que un alegato antibelicista. En la Gran Ilusión, Renoir nos lleva a la primera guerra mundial (la película es tan antigua que la segunda ni siquiera se había producido) para contarnos la historia de un grupo de oficiales aliados, prisioneros en un campo de concentración alemán. Allí la relación entre capturados y captores es más afable de lo que podría suponerse en una contienda bélica, todos ellos se respetan y al ser un campo de concentración sólo para oficiales, las condiciones de vida para los prisioneros, están lejos de parecerse a lo que solemos ver en otras películas, donde hay tiempo para comer bien, divertirse y, como no, para intentar escapar.

El director francés nos deja claro que las fronteras son unas líneas inventadas por los hombres, que las guerras son absurdas por definición y que la humanidad está por encima de todo, incluso por encima de las lenguas o de las clases sociales. Porque es también un tema a tratar por Renoir, la conciencia de clases y la pérdida de privilegios de la antigua aristocracia europea, eso sí, en la película el guión les ofrece a este grupo un descomunal sentido del honor, una mitificación de la honra que los coloca casi en un escalón superior al del resto de oficiales más ‘chabacanos’, buenas personas, pero incapaces de sacrificarse, un mensaje que personalmente no me gustó.

En cualquier caso, al margen de hablarnos de la fraternidad universal, de los elementos comunes que unen a todos los hombres del mundo, incluso en las circunstancias más perversas para la confraternización, en cuanto a los elementos propiamente cinematográficos todavía se nota que el cine como industria aún anda por sus albores y por mucha filosofía que la crítica generalizadamente le quiera extraer al filme del genio francés hay elementos de seria inmadurez a la hora de cuajar la historia.

Se nota por ejemplo a la hora de cercenar el filme en dos partes demasiado diferenciadas que casi parecen dos películas marginadas entre sí, hubiera hecho falta un mejor trabajo de montaje para engranar una historia con la otra y situar al espectador mejor en la historia. Tampoco ayuda demasiado una falta de ritmo constante en toda la historia que en algunas ocasiones explota la tensión y en otras deja pasar escenas costumbristas que valen más para rellenar que para narrar. Aunque el aliciente de la relación entre aliados y enemigos resulta el factor principal de la película, el guión no se preocupa en absoluto de hacerlo creíble, simplemente ocurre y se da y esa complicidad puede resultar falsa en algunos momentos, al menos a ojos de un espectador del siglo XXI. También le falta algo de magia al trabajo interpretativo, todavía poco gestual por lo que la potencia de los personajes deja toda la responsabilidad en los diálogos, y en cuanto a los márgenes técnicos, aunque el director sabe utilizar con buen tino los planos largos con una amplia profundidad de campo, la verdad es que el catálogo de manejo de la cámara se antoja algo corto.

Tal vez una década más de experiencia en eso del cine, hubieran hecho de esta película una obra maestra, pero honestamente a mi no me lo parece aunque muchos lo den por hecho.
Palomitasconchoco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
31 de julio de 2012
20 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que las obras hay que valorarlas en su contexto y no dudo que a finales de los 50, una década antes del mayo francés, esta película tuviera una fuerza espiritual y alegórica bestial, la suficiente como para que Luis Eduardo Aute le hiciera una canción, “buscando un mar que parecía más un paredón” dice la letra refiriéndose a la escena final de la película que ha pasado a engrosar la lista de lo mítico. Sin embargo, es cierto también que hay películas imperecederas, y esta, que me perdonen los mitómanos y los críticos puristas, no lo es. La película no ha sabido envejecer, los sueños de libertad que dibuja en la mente de un niño, suenan hoy más bien banales, y el lirismo que consigue en algunas escenas se queda muy corto ante la maestría de algunos cineastas asiáticos contemporáneos, ya no hay tanta emoción sobre el plano detalle en los ojos fijos de un niño como lo hubo antaño, los espectadores de hoy son más avezados, tienen mucho más en lo que comparar, y ante una historia simplista, sencilla, donde las alegorías basadas en la libertad, suenan ya a tópicos (tal vez porque la copiaron una y otra vez de Truffaut) no te deja mucha herida en la que hurgar.

Interesan algunos movimientos de cámara de la incipiente ‘Nouvelle Vague’, que no dejan de ser experimentos pero que realmente ayudan a transmitir la imagen desoladora del personaje, tiene algunos diálogos sólidos y algunas situaciones que merecen e incitan a la reflexión, pero en general la película se pierde en una trama sosa, sin definir, el retazo de la vida de un niño del que nada se espera y cuyo incierto final, aunque de pistas, no termina de rematar.

Pese a su mirada sensible y alegórica, pese a la proliferación de temas con cierta profundidad como la paternidad, el amor, la infidelidad, el germen de la delincuencia, o la severidad en la educación, pese al lirismo fotográfico y guionístico que presenta a veces, los 400 golpes aparece como una película incompleta, perdida y a tramos aburrida y desde luego, descaradamente desactualizada pese a que trate temas imperecederos, un clásico venido a menos y sobrevalorado.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
1 de agosto de 2012
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen de Ozu que nadie como él ha sabido sacar tanto partido a la cotidianeidad, y es cierto, pero eso no significa que sus filmes dejen de ser cotidianos. El director japonés rueda con cierta maestría la historia de una joven núbil presionada para darse en matrimonio y de una historia tan nimia el director saca oro, poniendo ciertas dosis de tensión a lo largo de la cinta, proponiendo dilemas morales que se resuelven sucintamente y agregando ternura y drama a partes iguales para salpimentar el filme. No deja de ser sin embargo, una historia fútil, con poca ‘chicha’ para el espectador muy liviana en cuanto a la temática y aunque el guión se construya sacándole un rendimiento del 100% la película, en mi opinión, pierde interés desde su propia concepción. La forma de rodar es muy occidentalizada, muy al estilo Hollywood, por lo que el ritmo es de forma general apropiado, tiene de todas formas algún despiece en la película donde se impone la tradicional lentitud japonesa, especialmente en la filmación de la obra de teatro a la que los dos protagonistas asisten, que no es apta para el espectador occidental que termina hastiado de esperar a que acabe la escena. Los detalles simbólicos en forma de trenes, o vestidos, la recreación en los cambios en los estilos de vida tradicionales de Japón por los gustos más occidentales, o el cuidado en la escenografía y los decorados, son otros apuntes positivos a tener en cuenta en este filme.

Pero su excesiva sencillez, su visión rasante acerca de los temas que trata (nunca llega a meter el dedo en la yaga), su humildad y corrección social, hacen que la película no termine de llenar del todo y nos quedamos en las maneras y no en lo que nos dice, tal es la sutileza con la que nos cuenta Ozu que apenas la percibimos.

http://palomitasconchoco.wordpress.com
Palomitasconchoco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
28 de noviembre de 2015
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la gama de los grises supone una valiente apuesta chilena por tratar una temática homosexual con naturalidad, con convicción y de forma entretenida y veraz.

Dirigida por Claudio Marcone, la cinta trata sobre la relación entre dos hombres, uno de ellos abiertamente homosexual y otro que, tras ver fracasado su matrimonio emprende un viaje sentimental cargado de dudas y responsabilidades hacia otras formas de sexualidad, es en esa gama de grises en la que se mueve el protagonista la que da la acción y giros de guión a una película que combina una historia de amor, sexo explícito, y tolerancia social.

En la gama de los grises es igual de apta para el publico general (no homófobo, evidentemente) que para aquellos que buscan historias LGTB, y ese es quizás su mayor acierto, ser una película accesible, entretenida, comprensible por todo tipo de públicos (excepto para menores de edad por el contenido sexual de algunas escenas) que consiguió ser premiada tanto en el Festival de Miami de carácter genérico, como en el de San Francisco (de temática LGTB) en ambos casos con el galardón a la mejor ópera prima.

Y es que en su visionado encontramos una película sin complejos, pero sin remarcar las actitudes o acciones de los personajes, haciendo de En la gama de los grises una oda a la normalidad, a superar escalones morales en el espectador.

Sólo una mirada más profunda deja entrever que se repiten algunos clichés del cine homosexual o que se pone hincapié en ciertos aspectos ya superados por el espectador medio. Solo una visión más crítica, desinfla un guión al contemplar cómo algunos de los puntos de inflexión de la historia resultan un tanto exagerados.

La simbología también ocupa un lugar especial en la historia, los puentes que el protagonista cruza, o quiere construir (es arquitecto de profesión) son también el reflejo de dos tendencias sexuales a las que dirigirse. Tal vez, utiliza este recurso en demasía, pero es al fin y al cabo un buen nudo simbólico para contar más allá del propio guión.

Por lo demás, una buena actuación de los dos protagonistas masculinos, Francisco Celhay y Emilio Edwards que completan sus respectivos personajes con solvencia y credibilidad.

Y dejamos para concluir la crítica de En la gama de los grises su enigmático final. Durante la presentación de la película en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el director del filme Claudio Marcone, aseveró que el desenlace era mucho más claro en el guión primigenio pero que decidieron dejar un final más abierto para involucrar al espectador. Marcone asegura que él tiene claro cuál es la decisión del personaje en el que lo vemos cruzar un puente (no sabemos bien hacia qué lado) pero que la respuesta de la gente es dispar. En efecto, cada espectador se forjará su idea y verá al protagonista en diferentes situaciones en su imaginario, lo que en mi opinión también constituye un acierto ya que, en una película sobre las dudas, conviene tener un abanico de posibilidades para posicionarse. Yo tengo mi idea, y será mía para siempre.

http://www.viveiberoamerica.com/la-gama-los-grises-abanico-dudas/

Twitter: @Iberoamericavi
Palomitasconchoco
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow