Cocodrilo Dundee II

Con motivo del enorme éxito del personaje creado por Paul Hogan, era evidente que este tuviera una secuela. Y como es evidente en casi cualquier titulo de la década, esta es algo inferior, pero no por ello deja de ser entretenida. Cocodrilo Dundee 2 aprueba con nota lo más difícil de una segunda parte: que la historia sea convincente y fácil de creer.

La acción comienza en Estados Unidos para luego trasladarse a Australia, justo al revés que en la primera parte. Ese cambio de hábitat es incluso mejor que en la anterior, vemos a Mick Dundee desenvolviéndose francamente bien por las calles de Nueva York, sabe adaptarse a cada situación y ya no es tan torpe. Al volver a su país natal, vuelve a dejar claro que él lo tiene todo controlado, en cambio Sue vuelve a estar perdida en esos bellos parajes, se siente otra vez una extraña, al igual que los individuos que los persiguen. Estos incluso sucumben al miedo ante lo desconocido, una tierra grande y extraña con un único hombre que puede deshacerse de ellos en cualquier momento.

Menos cómica esta vez pero con acción y una historia más clásica: chico salva a chica (en una escena insólita) y chico protege a chica. Sin más, una gran continuación que deja a muy buen nivel este acertado personaje.

Inevitable secuela de un inesperado éxito taquillero de mediados de los ochenta. Los productores, conscientes de que el efecto sorpresa de la primera parte había desaparecido, decidieron incluir en el guión una trama con traficantes colombianos y algo más de acción. Si en la primera, el principal atractivo del filme se basaba en ver a un ingenuo y simpático Mike Dundee desenvolverse por la ciudad de los rascacielos, esta vez el argumento se complica. El ex-novio de Sue Charlton es un periodista que saca unas comprometedoras fotografías a un importante traficante de drogas asesinando a un hombre. Los secuaces del narco le persiguen y le encuentran en un pequeño hotel escondido. Le disparan y muere no sin antes enviar a Nueva York las espinosas fotos. Mike tendrá que en enfrentarse con ellos en su terreno, Australia, cuando deciden huir allí para ocultarse.

La película es un entretenimiento con más acción y más humor pero con un argumento inverosímil y simple. Un aprobado sin más por el carisma de Dundee que si no....

Quizás sea algo peor que la original de 1986, cosa que me cuesta reconocer, pues soy un firme defensor de las secuelas. Lo mismo sucede con su éxito comercial, que aún quedándose en el puesto número 6 en cuanto a taquilla en los Estados Unidos, lo cual no está nada mal, no puede equiparse con esa medalla de plata que alcanzó la primera y genuina. Sea como fuere, no deja de ser una película un poco tonta pero extrañamente simpática, ya sea por el carisma de los personajes o por la mezcla de comedia romántica y aventura, cosa que de todos modos no justifica su extraordinario boom.

Más acción, más peligro para "Cocodrilo Dundee II" pero también, infantil, como si en el fondo no fuera más que un cómic. La verdad es que la trama es chorra, que Mick (Paul Hogan) parece que tiene poderes por la manera de anticiparse a sus perseguidores o que no entienda bien qué perra les ha entrado a los malos con cazar a nuestra pareja protagonista, pero aún así, se deja ver. Encima arreglan la situación económica del héroe mientras que Sue (Linda Kozlowski) sigue siendo no sólo guapa y elegante, sino de lo más obediente: todo lo que dice, hace o manda Cocodrilo Dundee, le parece bien.

Esta semana me he dedicado a ver las tres películas de Cocodrilo Dundee y he, p de reconocer que me estoy haciendo viejo. Esta secuela, cuya puntuación es de 4,2, para mi gusto lo veo ridícula. La película hace su función y como he dicho en la tercera de la saga, cumple perfectamente su misión: Pasar un rato agradable y recordar viejos tiempos, porque ya hace 30 años que salió. Dicho esto, tiene ritmo y debo reconocer que Paul Hogan me cae bien como actor y lo mismo lo veo desde otro prisma, pero lo que es seguro que esta parte me ha gustado. Le he dado un 6, porque me parece que es justa esta valoración. Esto es como todo, sobre gustos, los colores.

…pregunta por trabajo ¡y lo encuentra en menos de un minuto! ¡Pedazo de golpe bajo a la suspensión de incredulidad! Pero luego se superan porque justo cuando Sue hace esa llamada telefónica tan importante, entra el otro a la casa. Para ser una época en la que no había móviles, esto ya es tener suerte, digo yo.
Anécdotas aparte, nos encontramos ante la inevitable secuela de uno de los mayores éxitos del cine australiano. Y en los años 80 se cumplía a rajatabla la norma de que toda secuela es inferior a la original. Así que, poco nos vamos a encontrar.
El guionista le da un nuevo enfoque, al menos algo es algo. Si en la primera predominaba la comedia, aquí por lo menos tenemos algo de aventura. Nos introducen una trama de traficantes colombianos que ponen en un buen lío a Dundee y a Sue.
Ese comienzo en Colombia y con un envío postal que es la causa de todo el follón, me recuerda sospechosamente a “Tras el corazón verde”.
Bueno, tampoco falta la comedia, pero es bastante menos brillante que en la precedente. De hecho, las secuencias del suicida y eso de los japoneses en el metro, tienen bastante poca gracia, la verdad.
La parte más entretenida es cuando viajan a Australia otra vez, y Dundee hace las veces de MacGyver en la jungla que tan bien conoce. Hay aventura y supervivencia en esta lucha contra el grupo de malos, pero sinceramente, emociona bastante poco. Así que lo que podría haber mejorado respecto a la primera, al final se queda en un nivel más o menos similar de mediocridad, porque aunque el enfoque es algo diferente, la calidad del film es la misma más o menos. Y esto se nota sobre todo con el paso de los años. Es una de esas películas de los 80 que cuando la vimos en su momento, era una pasada, pero también pierde muchísimo con los años y uno se da cuenta de que verdaderamente había poco que rascar.
Con la perspectiva del tiempo, respecto a las dos primeras películas de este simpático personaje que casi siempre lleva la misma ropa, creo que tuvieron un éxito desproporcionado. Pero claro, eran otros tiempos.
Simplemente pasable.