The Hatfields and McCoys: Bad Blood

Finaliza la guerra civil americana y los soldados regresan como pueden a sus casas buscando un poco de paz y de sosiego. En la frontera norte entre los estados de Kentucky y Virginia no van a encontrarla. Los que no han intervenido en el conflicto tienen declarada otra guerra no menos sangrienta, especialmente los Hatfields y los McCoy.
Separados por "Un río tan pequeño y tan lleno de sangre", las muertes y las venganzas sin demasiado fundamento se suceden en una y otra casa.
Una ventana a la esperanza la abren los jóvenes Rosanna (Clementi) y Johnson (Flynn). O sea, otra vez los Capuletos y los Montescos.
Típico telefilm cuidadosamente ambientado en vestuario, decorados y paisajes, buena música e iluminación. Pero nada más. El guion necesita continuamente explicar con rótulos dónde estamos y cuánto tiempo ha pasado. Los personajes van todos a piñón fijo menos un blandorro Gobernador (Slater), un general partidario de aplicar la mano dura y un marshal sin autoridad que no sabemos bien que pintan allí.
Muchos muertos y mucha violencia ... total para tener mermelada de postre.
Floja.