En un mundo libre
3.798
Drama
Historia ambientada en Gran Bretaña que trata sobre la flexibilidad laboral, la globalización, los turnos de trabajo, los salarios bajos y el consumismo. Angie y Rose, dos compañeras de piso, deciden abrir una agencia de trabajo temporal para inmigrantes. Pronto se dan cuenta de que su empresa se mueve en un mundo en el que la mano de obra es muy barata y las leyes nunca se aplican. Es, sin duda, un negocio muy rentable.(FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2008
44 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras estudiaba, tenía la idea de irme de viaje. No tenía ni un duro y pensé en apuntarme en una empresa de trabajo temporal para ganar unos eurillos. No prentendía ganarme la vida con ello y supe saca el beneficio que buscaba. Trabajé en cosas inverosímiles y cargue peso como una burra. Me pagaban como el culo, pero supe sacar provecho, divertirme y ahorrar. Me imagino que no sería lo mismo si el pan que me, quiero llevar a la boca tengo que sacarlo de esos trabajos de mierda.
En la misma Inglaterra de Loach, también trabajé como un capullo por cuatro duros. Con esos cuatro duros, si tenía que comer y dormir. Aquí la finalidad era otra. Sí, la de aprender de una vez por todas el inglés. Me vi rodeado de polacos y franceses; de rumanos y eslavos con diferentes finalidades. Digamos que tuve más suerte que otros que conocí, pero recuerdo esos primeros días sin casi ni una libra en el bolsillo.
No es por tanto un tema demasiado lejano el que Ken Loach y Paul Laverty me estaban contando anoche en el cine pero no sé muy bien porqué no llegué a conectar del todo con “En un mundo libre”.
Creo que le cuesta arrancar, que no me siento identificado con ningún personaje y que en el fondo, el tema es duro y a nadie nos gusta que nos digan lo que sabemos que pasa y hacemos como que no lo sabemos.
Kierston Wareing hace un papel difícil. No busca Laverty agradar al público con su protagonista. Angie es una mujer con sus virtudes y sus defectos, es quizá como cualquiera de nosotros. Pero cuando los defectos de la protagonista pueden enterrar las virtudes la película tiene el peligro de caer en un alejamiento emocional del espectador. Es tal vez, el mayor problema.
No deja de ser un trabajo correcto, que más que conmover, pretende abrir ciertos interrogantes sobre el uso de mano de obra barata, y creo que en esto, cumple su función.
En la misma Inglaterra de Loach, también trabajé como un capullo por cuatro duros. Con esos cuatro duros, si tenía que comer y dormir. Aquí la finalidad era otra. Sí, la de aprender de una vez por todas el inglés. Me vi rodeado de polacos y franceses; de rumanos y eslavos con diferentes finalidades. Digamos que tuve más suerte que otros que conocí, pero recuerdo esos primeros días sin casi ni una libra en el bolsillo.
No es por tanto un tema demasiado lejano el que Ken Loach y Paul Laverty me estaban contando anoche en el cine pero no sé muy bien porqué no llegué a conectar del todo con “En un mundo libre”.
Creo que le cuesta arrancar, que no me siento identificado con ningún personaje y que en el fondo, el tema es duro y a nadie nos gusta que nos digan lo que sabemos que pasa y hacemos como que no lo sabemos.
Kierston Wareing hace un papel difícil. No busca Laverty agradar al público con su protagonista. Angie es una mujer con sus virtudes y sus defectos, es quizá como cualquiera de nosotros. Pero cuando los defectos de la protagonista pueden enterrar las virtudes la película tiene el peligro de caer en un alejamiento emocional del espectador. Es tal vez, el mayor problema.
No deja de ser un trabajo correcto, que más que conmover, pretende abrir ciertos interrogantes sobre el uso de mano de obra barata, y creo que en esto, cumple su función.
1 de noviembre de 2007
36 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Loach vuelve al terreno que mejor conoce (si es que la sobrevalorada "El viento que agita la cebada" era un alejamiento de lo habitual más allá de su salto en el tiempo) con esta "It's a free world...". El universo Loach muchas veces parece limitado (también Allen tiene el suyo, Bergman tenía el suyo propio pero ambos, y sobre todo éste último, abren o abrieron sus miras ampliando su horizonte expresivo), otras veces peca de demasiado evidente, de excesivo didactismo solidario y protestón. Tras bastantes films su fórmula empezaba a resentirse en "La cuadrilla" o "Sweet Sixteen", amén de la catástrofe en su viaje al país de la cebada. Lo que aquí se nos presenta no difiere en mucho de sus formas y fondos habituales pero lo que sí se aprecía en este renacer fílmico del inglés es una mayor profundidad en los personajes principales, sobre todo en el de Angie (buena interpretación de Kierston Wareing) estableciendo una dualidad moral que es sin duda lo más notable de la función. La lucha entre la conciencia y el capitalismo está perfectamente representada en las acciones de Angie. Asisitiremos aquí a la lucha de los inmigrantes por encontrar un trabajo con papeles o sin ellos y al aprovechamiento de las empresas de trabajo temporal de la situación necesitaria de todos ellos. De nuevo un gran guión de Paul Laverty (premio en Venecia) y una realización tal vez más acertadamente pausada de un Loach más habituado al acelerón vibrante de la denuncia. Creo finalmente que "It's a free world" gustará a los que disfrutaron alguna vez del cine de Loach pero sus cambios a bien, que los hay, serán, me temo, todavía pocos para acercar a Loach a sus detractores.
31 de julio de 2008
34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que este filme desagradable muestra es la pura realidad de nuestra sociedad europea, una sociedad con grandes indicadores de neón que dicen "D E M O C R A C I A", pero que a los pies de la gran luminosidad de esas luces de neón reina la oscuridad y la verdadera realidad que no es otra que la "democracia de los chorizos y el choriceo más incontrolable". O sea que se está dando el caso, como dice el filósofo Ricardo Stagiliano, que "Demasiada democracia mata la democracia".
Ken Loach nos lanza dos ideas al mismo tiempo: primero, la socorrida de aquellos que se están forrando con la llegada de oleadas diarias de inmigrantes a nuestra sociedad europea, es decir el ideario de que gracias a estos trabajadores extranjeros venidos desde los más distintos lugares del mundo vivimos cada vez mejor y los precios se pueden mantener estables (algo que evidentemente desmiente la situación palpable del día a día, cada vez habemos más nativos de aquí viviendo peor, los que llegan son explotados inmisericordemente y también viven peor de los que ellos soñaban y encima los precios de las viviendas o de los alimentos básicos como por ejemplo las frutas aumentan más y más, con lo cual de nada sirve esa mano de obra inmigrante tan barata y mal pagada). Y la segunda idea que Ken Loach nos muestra es ni más ni menos que la verdadera realidad, desgarradora y cruda que cada vez sale más a la luz: que los únicos y grandes beneficiados de todo este tráfico de gente que nos llega sin freno de ninguna clase son los intermediarios que se aprovechan de poner en contacto a los indefensos con los devoradores de indefensos e inclusive también (aunque esto casi no aparece en la película) los otros intermediarios que reciben y maman grandes sumas de dinero del Estado por alzar y apotronarse en todo un gran tinglado caritativo, amén de las mafias, los políticos, los banqueros, etc, chorizos de todo tipo que dominan las leyes y las trampas, los papeleos, los vericuetos burocráticos de la jungla autóctona que llamamos "democracia europea".
En definitiva, queda claro que la política de puertas abiertas a todo tipo de emigración (salvo contadísimas y singulares excepciones) beneficia poco a los emigrantes y menos a los naturales de la tierra de acogida (salvo por ejemplo los intermediarios de cuernos retorcidos —como es el caso de la protagonista principal de la historia acá narrada—que hacen su negocio con muy poca conciencia y menos escrúpulos a base de la carne humana inmigrante, de la cual obtienen enormes ganancias en dinero).
Esto es lo que hay, esto es —como reza irónicamente el título de la película— un mundo libre.
Fej Delvahe
Ken Loach nos lanza dos ideas al mismo tiempo: primero, la socorrida de aquellos que se están forrando con la llegada de oleadas diarias de inmigrantes a nuestra sociedad europea, es decir el ideario de que gracias a estos trabajadores extranjeros venidos desde los más distintos lugares del mundo vivimos cada vez mejor y los precios se pueden mantener estables (algo que evidentemente desmiente la situación palpable del día a día, cada vez habemos más nativos de aquí viviendo peor, los que llegan son explotados inmisericordemente y también viven peor de los que ellos soñaban y encima los precios de las viviendas o de los alimentos básicos como por ejemplo las frutas aumentan más y más, con lo cual de nada sirve esa mano de obra inmigrante tan barata y mal pagada). Y la segunda idea que Ken Loach nos muestra es ni más ni menos que la verdadera realidad, desgarradora y cruda que cada vez sale más a la luz: que los únicos y grandes beneficiados de todo este tráfico de gente que nos llega sin freno de ninguna clase son los intermediarios que se aprovechan de poner en contacto a los indefensos con los devoradores de indefensos e inclusive también (aunque esto casi no aparece en la película) los otros intermediarios que reciben y maman grandes sumas de dinero del Estado por alzar y apotronarse en todo un gran tinglado caritativo, amén de las mafias, los políticos, los banqueros, etc, chorizos de todo tipo que dominan las leyes y las trampas, los papeleos, los vericuetos burocráticos de la jungla autóctona que llamamos "democracia europea".
En definitiva, queda claro que la política de puertas abiertas a todo tipo de emigración (salvo contadísimas y singulares excepciones) beneficia poco a los emigrantes y menos a los naturales de la tierra de acogida (salvo por ejemplo los intermediarios de cuernos retorcidos —como es el caso de la protagonista principal de la historia acá narrada—que hacen su negocio con muy poca conciencia y menos escrúpulos a base de la carne humana inmigrante, de la cual obtienen enormes ganancias en dinero).
Esto es lo que hay, esto es —como reza irónicamente el título de la película— un mundo libre.
Fej Delvahe
23 de febrero de 2008
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado bastante la película sobre todo por el guión de Paul Laverty, está muy bien narrada y hará removerse a más de una conciencia.
Trata un tema de tan triste actualidad como es el capitalismo y el amor al dinero que lleva a ver en otros seres humanos no a personas sino a productos de los cuales sacar provecho. Además lo curioso es que está narrada desde el punto de vista del explotador.
Destaco los diálogos del padre de la chica protagonista, un alma no corrompida, que intenta hacer recapacitar inútilmente a su hija explotadora, pero ella está cada vez más metida en ese mundo inhumano y cruel.
Si no se para esta espiral de abuso hacia el inmigrante débil y desprotegido, ayudándole de alguna forma, este mundo va a ir empeorando para todos, nuestros propios hijos tendrán que competir con personas que ganan la mitad y hacen el doble de trabajo.
Trata un tema de tan triste actualidad como es el capitalismo y el amor al dinero que lleva a ver en otros seres humanos no a personas sino a productos de los cuales sacar provecho. Además lo curioso es que está narrada desde el punto de vista del explotador.
Destaco los diálogos del padre de la chica protagonista, un alma no corrompida, que intenta hacer recapacitar inútilmente a su hija explotadora, pero ella está cada vez más metida en ese mundo inhumano y cruel.
Si no se para esta espiral de abuso hacia el inmigrante débil y desprotegido, ayudándole de alguna forma, este mundo va a ir empeorando para todos, nuestros propios hijos tendrán que competir con personas que ganan la mitad y hacen el doble de trabajo.
21 de marzo de 2008
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Loach tiene un valor innegable que proviene del hecho de tratarse prácticamente del único director con proyección internacional centrado en el relato de tramas que sirven de denuncia de injusticias sociales. Es necesario no menospreciar eso, puesto que la cantidad de cuestiones que quedan al margen del cine de hoy es muy numerosa. Ahora bien, no es esa consideración la que hace de este trabajo un gran trabajo de Loach.
'En un mundo libre' ha sido rodada con buena mano, es llevada con un ritmo cinematográfico excelente y el peso de la historia recae en tan sólo una actriz, Kierston Wareing, que hace un trabajo enorme. Estamos ante una película que a los españoles nos evoca perfectamente 'Los lunes al sol', pero sin el enfoque coral de aquella, ni se centra tampoco en las vidas de los protagonistas. En Loach lo importante es siempre el contexto y este está perfectamente bien tratado, sin prescindir de los elementos que diferencian el arte de la realidad, es decir, aquellas cuestiones que se introducen, no con ánimo de ser realistas, sino de reforzar la perspectiva del director sobre lo que narra.
En cuanto a la perspectiva concreta, Loach no hace un trabajo sobre la inmigración, sino sobre la explotación laboral de extranjeros. Destaca el hecho de que esta vez ello suceda sin maniqueismos: a diferencia de otros trabajos, Loach adopta una perspectiva ética, pero no procede a realizar encarnaciones de la maldad en forma de multinacionales o privatizaciones. Aquí todo es una cuestión de personas contra personas en condiciones desiguales y de las fronteras éticas de cada cual. Tal conflicto, por cierto, está explicado de forma muy canónica (no esquemática, que no es lo mismo), cada personaje secundario introduce contrastes sobre la protagonista y marca aristas de la cuestión, por lo que el trabajo funciona realmente bien.
Finalmente, destacar el hecho de que, desde mi perspectiva, el que una parte de la crítica (y de los críticos de por aquí) carguen contra Loach por esta película, no es una muestra tanto de las formas diferentes de ver el cine, como de formas diferentes de ver las cuestiones que en la película se ponen de relevancia. En otras palabras, que las percepciones sobre los inmigrantes y la inmigración y el conocimiento concreto de sus realidades han de subjetivizar profundamente el tratamiento de esta película.
Recomendación: 'En un mundo libre' es una buena elección cinematográfica y comporta una acción social positiva, así que vale la pena ir a verla.
'En un mundo libre' ha sido rodada con buena mano, es llevada con un ritmo cinematográfico excelente y el peso de la historia recae en tan sólo una actriz, Kierston Wareing, que hace un trabajo enorme. Estamos ante una película que a los españoles nos evoca perfectamente 'Los lunes al sol', pero sin el enfoque coral de aquella, ni se centra tampoco en las vidas de los protagonistas. En Loach lo importante es siempre el contexto y este está perfectamente bien tratado, sin prescindir de los elementos que diferencian el arte de la realidad, es decir, aquellas cuestiones que se introducen, no con ánimo de ser realistas, sino de reforzar la perspectiva del director sobre lo que narra.
En cuanto a la perspectiva concreta, Loach no hace un trabajo sobre la inmigración, sino sobre la explotación laboral de extranjeros. Destaca el hecho de que esta vez ello suceda sin maniqueismos: a diferencia de otros trabajos, Loach adopta una perspectiva ética, pero no procede a realizar encarnaciones de la maldad en forma de multinacionales o privatizaciones. Aquí todo es una cuestión de personas contra personas en condiciones desiguales y de las fronteras éticas de cada cual. Tal conflicto, por cierto, está explicado de forma muy canónica (no esquemática, que no es lo mismo), cada personaje secundario introduce contrastes sobre la protagonista y marca aristas de la cuestión, por lo que el trabajo funciona realmente bien.
Finalmente, destacar el hecho de que, desde mi perspectiva, el que una parte de la crítica (y de los críticos de por aquí) carguen contra Loach por esta película, no es una muestra tanto de las formas diferentes de ver el cine, como de formas diferentes de ver las cuestiones que en la película se ponen de relevancia. En otras palabras, que las percepciones sobre los inmigrantes y la inmigración y el conocimiento concreto de sus realidades han de subjetivizar profundamente el tratamiento de esta película.
Recomendación: 'En un mundo libre' es una buena elección cinematográfica y comporta una acción social positiva, así que vale la pena ir a verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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