Cuenta Pablo Larra�n que buena parte de las razones que asisten a su �ltima pel�cula que se estrena el viernes, 'Spencer', tienen que ver con su madre. "Por alguna raz�n, se sent�a fascinada por ella", dice al otro lado del zoom el director chileno a la vez que intenta dar con los motivos no estrictamente sentimentales o familiares que le han llevado a investigar en la vida de la princesa que tambi�n fue icono. Y lo fue de manera absoluta en Inglaterra, en el Chile de su madre y suyo y en este amplio mundo lleno de madres. "Mi pel�cula no es, en cualquier caso, un biopic. Me interesaba investigar esa particular pelea que mantuvo la protagonista contra todos y contra s� misma para, de alg�n modo, descubrir qui�n era realmente. Se enfrent� a la familia real brit�nica, a la vez se reivindic� a s� misma a trav�s de sus hijos. Es, si se quiere, un relato sobre la identidad y, claro est�, sobre la maternidad", explica a modo de pr�logo.
En realidad, el camino que propone la cinta podr�a ser descrito como el contrario a aqu�l que dibuj� el mism�simo Nietzsche de madres empe�adas en la infelicidad de sus criaturas, "pues s�lo as� la bondad maternal puede manifestarse". La protagonista encarnada con una rara perfecci�n por Kristen Stewart, bien al contrario, f�a su salvaci�n a justamente el bienestar de sus hijos que tambi�n son pr�ncipes. "M�s all� de determinar si fue una buena o mala madre, lo cierto es que fue una madre relevante. La forma en la que sus hijos hoy se relacionan con su memoria da buena cuenta de ello... Recuerdo que cuando rod�bamos, durante la interacci�n con los ni�os actores (Jack Nielen y Freddie Spry que encarnan a William y Harry) ca� en la cuenta de hasta qu� punto la historia de Diana era importante para m�, por el simple motivo de que yo tambi�n soy hijo", contin�a el director en su voluntad obcecada de alcanzar el arquetipo, el universal, que nos incumbe a todos y que trasciende la an�cdota rosa.
Para situarnos, 'Spencer' se detiene en tan s�lo tres d�as de la nunca suficientemente llorada (o s�) Diana Frances Spencer. Es decir, Lady Di. Se cuenta lo sucedido en ese fin de a�o decisivo transcurrido la finca de los Windsor situada de Sandringham, en Norfolk, donde todo se rompi�. La pel�cula m�s que especular con nada se entretiene en reconstruir la geograf�a interna de un cataclismo. No se trata de narrar o explicar nada sino de acercarse al relato emocional desde dentro. Sobre un gui�n del muy bragado Steven Knight, 'Spencer' reconstruye un universo de angustia en la que el imperativo del deber como miembro de la Casa Real se tropieza con el impulso m�s elemental de la vida. Eso o, desde otro punto de vista, el patriarcado real (de realidad y de realeza) se da de bruces con la evidencia del maltrato.
"Lo fascinante es observar a un personaje atrapado en la rueda de la historia y de una tradici�n con m�s de un milenio de antig�edad. Por eso nos pareci� adecuado establecer una comparaci�n con la vida de Ana Bolena, decapitada hace cinco siglos por revolverse contra lo que el destino le deparaba. Hasta cierto punto, y con todas las precauciones que se quiera, las dos mujeres comparten muchas cosas. Diana se atrevi� a romper la l�gica del cuento de hadas de la monarqu�a que se hab�a escrito para ella. Su enfrentamiento con la familia real es, en verdad, la met�fora perfecta y extrema de cualquiera que quiera saber qui�n es y qui�n quiere ser", afirma Larra�n de corrido.
- �Es su pel�cula un cuestionamiento de la propia monarqu�a?
- Sinceramente no creo que mi opini�n al respecto sea relevante. Tampoco considero que 'Spencer' trate de si tiene o no sentido la realeza. Por supuesto que es absurdo que por el simple nacimiento unos tengan m�s privilegios que otros. Pero eso es aplicable a toda la sociedad, sea una rep�blica como Chile o una monarqu�a como Espa�a. No creo en las respuestas demasiado simples. El personaje que interpreta Timothy Spall cree que la monarqu�a cumple el prop�sito de unir a todos los brit�nicos en un mismo esp�ritu y por ello debe de ser protegida.
Sea como sea, 'Spencer', con matices, replica el modelo ya empleado por Pablo Larra�n en su pel�cula anterior 'Jackie' (por la viuda de J.F.K.). Entonces, el director med�a y analizaba con pulso de cirujano la tragedia de otra gran dama. Si entonces el escenario era la Casa Blanca durante los cuatro d�as que siguieron al magnicidio del 22 de septiembre de 1963 en Dallas, ahora se trata de un palacio en mitad de la campi�a en un largo y muy turbio fin de semana. Si antes, la protagonista encarnada por Natalie Portman sufr�a en soledad torturada por el olor de la sangre a�n caliente sobre el traje chaqueta, ahora es Kristen Stewart la que se quiebra acosada por la etiqueta, la Historia, el marido, la Reina, los criados, los perros, los faisanes y todo lo dem�s.
"Hay puntos en contacto, pero me importan m�s las diferencias. Cierto es que las dos pel�culas tratan de mujeres famosas y familias poderosas. En los dos casos, las protagonistas se debaten contra la sombra de sus maridos y lo que representan. Y, por descender al detalle, las dos mujeres llegaron a ser iconos de la moda que se resistieron a dejarse vestir. Diana era especialmente original en mezclar colores. Pero aquella pel�cula, la de 2016, se centraba en la memoria, el legado y el duelo. En este caso, lo importante es el futuro. Lo que ser� Lady Di a partir de ese fin de semana", comenta el director.
Cuenta Larra�n que saber que todo acabar� a�os m�s tarde en un accidente de coche otorga a la idea de destino que preside la pel�cula "un componente de tragedia griega". Tambi�n dice ser muy consciente de lo delicado del asunto siempre amenazado por la tentaci�n del sensacionalismo. "Sab�a que us�bamos un material muy peligroso, pero trabajamos con respeto, fascinaci�n y amor hacia la figura de Diana", precisa. Y sobre lo conveniente o no de traer a la actualidad viejas heridas, el director prefiere una cita si no cl�sica, s� oportuna: "Como dec�a el subcomandante Marcos: 'Hemos venido a traerles un problema e invitarles a cargar con �l'". Pues eso. Todo sea por las madres.
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