En su poema 'Soy', siempre a vueltas con el espejo de la identidad, Borges insiste en uno de esos misterios teologales que tan bien nos definen en la soledad frente a dios, que dir�a Bergman. "Soy, t�citos amigos, el que sabe/ que no hay otra venganza que el olvido/ ni otro perd�n. Un dios ha concedido/ al odio humano esta curiosa llave". A su manera, 'Libertad', de Clara Roquet quiere ser un verso m�s al cuarteto. Tambi�n el �nico largometraje espa�ol en Cannes se pregunta qui�nes somos. Todos nosotros. Y lo hace de forma radical desde dos niveles diferentes. La pel�cula cuenta la historia de una adolescente que anda detr�s de s� misma a trav�s de los ojos de la que puede ser considerada una nueva amiga. Y de la mismo modo, la propia pel�cula se plantea ella misma como un enigma que busca definirse y que, aqu� lo brillante del artificio, exige al espectador ese mismo esfuerzo por definirse.
Para situarnos, la pel�cula cuenta la historia de Nora (Mar�a Morera), una adolescente de 15 a�os que en el verano, en el tiempo de los descubrimientos, aprende el sentido de su privilegio. La amistad que entablar� con la hija (de nombre Libertad --como el personaje de Mafalda, recuerda la directora-- e interpretada por Nicolle Garc�a) de la mujer que cuida a su abuela le har� plantearse todo de nuevo. Y como siempre, el detonante no puede ser m�s que el odio en su versi�n primeriza de la primera juventud; la venganza que s�lo puede ser redimida por el perd�n antes que por el olvido.
Cuenta la directora, que antes fue guionista de 'Petra' (Jaime Rosales, 2018), que todo surgi� en la confecci�n de un corto. Lo cuenta por tel�fono, pues se ha tenido que quedar en Espa�a por culpa del COVID. Mientras entrevistaba a posibles actrices que eran tambi�n inmigrantes, dice, se cruz� mil veces con la misma historia. "Muchas mujeres me contaban que lo m�s duro de sus vidas era haber tenido que abandonar a sus hijos para venirse a Espa�a a cuidar los hijos de otros", recuerda. Y sigue: "Me pareci� la gran met�fora del privilegio".
La pel�cula sigue puntual la mirada de su protagonista que en realidad no hace m�s que levantar testimonio de lo que le ocurre a su amiga. Se dir�a que como 'El buen soldado' o 'El gran Gatsby', la profunda melancol�a del relato corre a cuenta de lo que los libros de estilo llaman "narrador no fiable". Se cuenta una historia en diferido que acaba por ser la propia.
La c�mara juega a desarmar los artificios de la narraci�n para intentar acceder a ese momento de brillo de la primera verdad, la primera revelaci�n, la primera revoluci�n tambi�n, el primer estallido de odio. La sangre que se derrama es la que forma el car�cter y hasta la identidad. Nora desprecia su privilegio con la misma fuerza que Libertad aborrece el sometimiento. Y desde ah�, las preguntas surgen con intenci�n de hacer da�o: �hasta qu� punto somos lo que somos al margen de la herencia? �Estamos acaso condenados a explotar o ser explotados desde la cuna? Si se quiere, la pel�cula se sumerge en las profundidades de la dial�ctica amo-esclavo con la misma claridad que quiz� ingenuidad. Y es ah�, en su capacidad para ofrecerse desnuda y sin artificios, donde se antoja descomunal.
Un paso m�s all�, y pese a su estructura de gusto cl�sico, 'Libertad', la pel�cula, quiere cuestionarse a s� misma de igual modo que lo hacen sus protagonistas. Y as�, entre el melodrama y un cierta sensaci�n de misterio, acierta a mantenerse siempre en el mismo estado de alerta de los ojos perfectamente abiertos de Nora. "Soy eco, olvido, nada", cierra el poema de Borges y Clara Roquet, en su m�s que deslumbrante debut, no le quita la raz�n.
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