‘Feud: Capote vs The Swans’, lujo y desolación
La estupenda serie creada por Ryan Murphy cuenta las complejas relaciones del autor de ‘A sangre fría’ con un selecto grupo de damas de la alta sociedad neoyorquina
Lo cuenta Nancy Slim Keith a sus amigas en La Côte Basque: “Conocí a la princesa Margarita en una fiesta en Londres y después de estar charlando un rato te preguntas... ¿cómo cojones han llegado hasta dónde están?”. Una perla de las muchas que aparecen a lo largo de los ocho capítulos de Feud: Capote vs The Swans, una estupenda serie creada por Ryan Murphy sobre las complejas relaciones del autor de A sangre fría con un selecto grupo de damas de la alta sociedad neoyorquina.
Claro que Capote era mucho Capote. Así se definió a sí mismo: “Soy alcohólico, drogadicto y homosexual. Soy un genio”, por más que su genialidad no le impidió cometer el error de publicar en Esquire un texto, La Côte Basque, 1965, en el que revelaba muchas de las intimidades que sus amigas le habían contado en las sobremesas del distinguido restaurante. Ese fue el principio de su fin, su radical aislamiento social, pues el selecto y poderoso grupo de damas estaban mucho más cualificadas que la princesa Margarita para justificar su lugar en la cumbre. El artículo que sembró la discordia fue un anticipo de lo que tiempo después se publicaría como Plegarias atendidas. La serie que exhibe Max es impecable con el ambiente en el que se desenvolvían “los cisnes”. Casas de lujo, vestuario de lujo para un reparto de lujo: Tom Hollander, Naomi Watts, Diane Lane, Chloë Sevigny, Demi Moore y Calista Flockhart, por citar algunos, actor y actrices que representaban al propio Capote, a Babe Paley, Slim Keith, C. Z. Guest, Ann Woodward y a Lee Radziwill, todas ellas carne de cañón de las revistas llamadas del corazón, mal que les pese a los cardiólogos.
La serie es un alarde de diálogos brillantes. Unas muestras: “Espero que le hayas pasado un trapo al auricular... uno nunca sabe dónde han estado las cosas en La Fábrica de Andy”, le comenta Capote desde Palm Springs a su interlocutora. “¿Has estado alguna vez en Europa”?, le pregunta Capote después de acostarse con el joven que le acaba de arreglar el triturador de basura. “Una vez fui a Corea”. “Bueno”, contesta Truman, “esa es la mejor parte de Europa. Si has estado en Corea ya lo has visto todo”. “Las críticas solo duelen si te las crees”, le dice James Baldwin a Capote en un bar de ambiente. A veces la televisión es algo más que una caja tonta.
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