El feliz reencuentro de Xavi y Sergi Roberto
El capitán azulgrana, siempre foco de las críticas, rescata al Barcelona en la Champions cuando el equipo no encontraba el balón frente al Nápoles
Xavi Hernández caminaba con calma por la orilla del campo de Montjuïc, saludaba a la gente con la que se encontraba y hasta se tomó unos minutos para charlar con Bruno, un niño en silla de ruedas que forma parte del proyecto ilusiones de la Fundación del Barcelona, que fomenta en el encuentro de niños con enfermedades graves con los jugadores y entrenadores del club. “Antes de los partidos siempre estoy tranquilo”, explicaba el técnico. La ansiedad, en cualquier caso, estaba latente. Xavi necesitaba reivindicarse ante el Nápoles, al menos, así lo demostró tras el encuentro: “Se nos ha criticado injustamente”. Y había pocos escenarios mejores que la Liga de Campeones frente al vigente campeón de Italia, hoy de capa caída en la Serie A (séptimo en la tabla, a 31 puntos del líder el Inter de Milán).
Xavi tenía un plan. O varios planes, pero todos con la misma idea de juego: atorar al Nápoles. “Ellos buscan lo mismo que nosotros que es ser protagonistas con balón. Es un equipo muy físico, además. El que tenga más la pelota tendrá mucho ganado”, anticipaba el preparador del Barcelona. De entrada, el plan funcionaba. Los azulgrana jugaban cerca del área del cuadro napolitano, efectivos frente a la portería, pero poco pacientes a la hora de cuidar el cuero. El primer tiempo se cerró con un 44% de posesión para el Barça. “Hemos empezado bien, ellos se han metido con el 2-1. Es normal que un equipo como el Nápoles pueda marcarte”, explicó Sergi Roberto. El capitán del Barcelona, siempre cuidadoso frente a los micrófonos, por momentos subestimado por el barcelonismo, es el eterno salvavidas en el campo. Y por eso saltó al césped cuando el equipo más lo necesitaba.
Con Fermín López fundido y el equipo ya sin peso en las transiciones, Xavi buscó a Sergi Roberto en el banquillo: la experiencia del futbolista de Reus al servicio de la pelota. “No podíamos conservar el balón y Sergi entendió perfectamente lo que había que hacer en el partido. Su entrada liberó a Gündogan y nos permitió controlar al Nápoles”, explican en el área deportiva del Barcelona. Y con Roberto como dueño en la medular, el Barça pasó a dominar el cuero en un 54% en la segunda parte. Además, el capitán le entregó el tercer gol azulgrana a Lewandowski. “Podía haber rematado, pero la jugada ha salido perfecta. Vi que Robert estaba solo en el punto de penalti”, compartió Sergi Roberto. Y remató: “Estoy contento”.
La reivindicación, entonces, no solo fue de Xavi. Uno de sus protegidos (quizá, el que más) sacó pecho ante el Nápoles. Pero lo hizo a su estilo, discreto, sin revanchas públicas ni viejas paranoias. “Noche increíble, cuatro años sin estar donde tiene que estar este club. Muy contentos. A disfrutar de este momento. La afición ha estado con nosotros y eso es muy importante. El Camp Nou es muy diferente, pero necesitamos de este ambiente en cada partido”, celebró el capitán del Barcelona, que en 34 minutos en el campo registró tres ocasiones creadas, 22 pases buenos (84%), cuatro pérdidas en 32 acciones y tres recuperaciones de balón.
Si Sergi Roberto continúa en el Barcelona es justamente porque Xavi está al mando del primer equipo. La pasada temporada, cuando en el área deportiva azulgrana discutían la continuidad de Roberto, el técnico intervino para convencer al capitán. Roberto conoce a Xavi de su etapa como jugador. Por entonces, el actual capitán solo acumulaba 57 partidos en el primer equipo. “Sergi es hoy con los jóvenes como Xavi y Puyol fueron con él. Está atento a lo que hacen y los cuida”, cuenta un empleado del Barcelona. Pero desde que Xavi anunció su adiós, en el entorno de Roberto ya dan por finalizada su etapa en el Barça. “Es extraño lo que pasa con Sergi. Es un jugador que puede jugar en muchas posiciones y, en todas, funciona. Pero no se le valora. No se entiende”, explica un miembro del área deportiva de la federación. Como si en Madrid lo valoraran más que en Barcelona, Roberto se tapa los oídos frente a las críticas. No le pasa lo mismo a Xavi. Juntos, en cualquier caso, levantaron al Barça frente al Nápoles y celebran el pasaje a los cuartos de final. Tan distintos, igual de felices.
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