Anna Jadowska • Directora
Wild Roses: donde (y cuando) crecen las flores salvajes
por Ola Salwa
- La guionista y cineasta Anna Jadowska habló con Cineuropa de la inspiración tras su multipremiada película Wild Roses y de por qué se considera una cronista de su propio tiempo
La guionista y cineasta Anna Jadowska habló con Cineuropa de la inspiración tras su multipremiada película Wild Roses [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Anna Jadowska
ficha de la película] y de por qué se considera una cronista de su propio tiempo.
Cineuropa: La acción de Wild Roses está ambientada en una zona rural de Polonia. Usted se crió en un entorno similar, así que me gustaría preguntarle si en la película retrata el mundo de su infancia.
Anna Jadowska: Cuento una historia contemporánea pero es cierto que la escribí con ciertos lugares en mi cabeza. Describí lugares como ríos, casas y plantaciones de flores salvajes tal y como los recordaba. De hecho, la plantación era el lugar más importante para mí: fascinante y ambiguo, hermoso, sensual y ominoso a la vez. Durante mucho tiempo estuvo en mi cabeza como lugar en el que desarrollar una historia. Cuando mis productores y yo fuimos a visitar el pueblo Ligota Mała (situado en la Baja Silesia), resultó que la maravillosa plantación que recordaba ya no tenía ese atractivo de antaño: era más pequeña, más estrecha, con otras simientes y demás. El pueblo también había cambiado con el paso de los años. La vida colectiva en el campo que recuerdo ya no existe. Ninguna de las escenas de la película se rodaron en mi pueblo. Exploramos el río cerca de Varsovia y la plantación cercana a la localidad de Lądek.
Le pregunto por el tiempo exacto en que transcurre su película porque parece que el tiempo no pasa por el pueblo que se nos muestra, sobre todo para las mujeres.
La mayoría de las mujeres con que crecí no gozaban de una buena situación doméstica, no iban a la escuela y se dedicaban al campo. Ahora son abuelas. No le sacan provecho a nada en el mundo; viven el día a día. Es muy trágico. Pero me gustaría decir que la gente como esas mujeres son las que mueven el mundo; no los idealistas o los filósofos. Es la energía de esa gente pequeña y silenciosa, encadenada a sus rutinas diarias, la que influye en la forma y el orden del mundo. Veo personajes similares en películas dirigidas por Ken Loach o Mike Leigh, por ejemplo.
Ewa, la protagonista de la película, es “silenciosa” en el sentido que acaba de apuntar usted. ¿Cómo trabajó ese personaje retraído y a la vez accesible para que el público pueda conectar con él?
La distribución de la información no fue cosa sencilla. El punto de referencia importante para mí era el documental 3 women, que hice con la misma directora de fotografía, Małgorzata Szyłak. Esa película me ayudó a entender que la vida real posee una “temperatura” distinta y un tempo diferente de los que impone un largometraje. La vida real tiene que ver con el humor más que con un par de giros, el cambio del protagonista o un clímax. Si quería hacer una película que presentara una perspectiva más sociológica, tenía que mostrar a Ewa en mitad de su historia con el joven y empujarla a asumir una especie de decisión dramática. Decidí tomar un acercamiento distinto y verla a distancia, como en un documental. Una de las razones por las que hice eso era mi necesidad de ejercitar ese estilo narrativo; la otra era mostrar que los seres humanos no son seres unidimensionales sino que están llenos de contradicciones. Una mujer puede ser una mala madre y al mismo tiempo adorar a sus hijos. Puede echar de menos a su marido y pensar en un chavalín. Quería mostrar que la vida no es ni sencilla ni blanca ni negra.
Wild Roses no es la primera película en que aborda un asunto difícil. Su anterior película, Out of Love [+lee también:
tráiler
ficha de la película], giraba en torno a un matrimonio joven que decide meterse en el porno por razones económicas.
Cuando escojo un tema para una película, no me pongo a pensar en si estoy tocando un tabú o no. No lo calculo. El tema tiene que serme cercano y provocarme cierta incomodidad. Necesito sentir eso mientras lo hago: que estoy enfrentándome con algo y que proceso algo al hacerlo. Al mismo tiempo, quiero ser una cronista, quiero tocar asuntos ocultos al ojo de la opinión pública, quiero arrojar luz sobre ellos y animar a la gente a hablar sobre ello.
¿En qué trabaja ahora?
En una comedia negra centrada en una mujer de mediana edad hasta el cuello de deudas, cosa que oculta a su familia y, cuando todo se complica, planifica un atraco: un impulso que acabará constituyendo un cambio positivo para ella.
¿Va a ser este proyecto una coproducción internacional?
Me encantaría, sobre todo a raíz del premio de un millón de coronas suecas que conseguí en el festival de Estocolmo, que funciona como subvención para mi siguiente película; pero aún no tengo planes ni socios concretos.
(Traducción del inglés)
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