Hoy vamos a tener acceso a un material histórico: el final de la séptima temporada de The Blacklist.
¿Qué tiene esto de histórico? Mucho. Como usted sabe, esta serie del canal AXN es una de las más populares del mundo entero.
¿Qué significa esto? Que hay muchos contratos firmados, muchos compromisos con los anunciantes, con los distribuidores. Es un tema muy complejo.
Pues resulta que los señores de esta producción estadunidense estaban muy contentos filmando su final de temporada cuando le cayó la pandemia.
¡Orden directa de parar el rodaje! Deje usted los actores, ¿se imagina la cara de los productores?
Ni modo de desobedecer las indicaciones de las autoridades, arriesgar la vida de la gente, exponerse a una escandalosa lista de demandas y acabar.
¿Qué se hace en esos casos? ¿Qué se hace cuando hay tantos compromisos de por medio? Imposible pensar en dejar las cosas así.
Ya había muchas partes del capítulo filmadas. Unos cuantos días más y hubieran acabado.
¡Pero no! Se atravesó el virus y en Estados Unidos las cosas se pusieron horribles.
¿Sabe usted lo que se les ocurrió a estos inmensos genios? Terminar ese episodio final de manera remota inventando un nuevo lenguaje audiovisual.
El final de la temporada siete de The Blacklist tiene actores de carne y hueso.
Sí. Pero ahora, además, tiene secuencias hechas en animación computarizada, escenas que evocan las mejores novelas gráficas de todos los tiempos.
No sabe usted qué cosa tan más maravillosa. Jamás se había hecho algo así.
¿Ahora entiende cuando le digo que vamos a tener acceso a un material histórico?
¿Pero quiere que le diga qué es lo más emocionante de esta historia?
Que el resultado es de una potencia tan tremenda que yo creo que a partir de aquí muchas casas productoras van a evaluar la posibilidad de jugar con estas técnicas cinematográficas.
Yo ya tuve el privilegio de ver este material y le juro que es impresionante porque, además, lo hicieron bien, con un diseño precioso, con un manejo del sonido increíble.
Ese episodio que de origen era espléndido, con esto crece hasta alcanzar niveles épicos. Sí es algo que nadie se puede perder. Es como pasar del cine mudo al sonoro.
Y no me quiero ni imaginar todo lo que implicó a nivel técnico porque cada actor que prestó su voz, cada diseñador que aportó un trazo, estaba trabajando desde su casa para protegerse de la enfermedad.
¡Qué orgullo tan más grande lo que sucedió aquí! ¡Qué salida tan más ingeniosa! ¡Qué lección tan más bella de entusiasmo, respeto y creatividad!
Porque hay algo más que no le he dicho, este final de temporada, que está dedicado a la memoria del gran Brian Dennehy, cierra con un arrebato emocional de lo más limpio, personal y desgarrador.
No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia, pero le suplico que, además de ver esto, luche con todas sus fuerzas por observar los minutos finales.
El día que yo vea que alguien en México hace la mitad de eso para cerrar una serie, para cerrar una telenovela, recuperaré la esperanza en nuestras casas productoras.
Mientras tanto, ¡viva The Blacklist! ¡Viva la buena televisión!
La cita es hoy a las 22:00 horas en AXN. Le va a gustar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com