La ballena
20.595
Drama
Un solitario profesor de inglés con obesidad severa (Brendan Fraser) intenta reconectar con su hija adolescente en una última oportunidad de redención.
4 de febrero de 2023
101 de 153 usuarios han encontrado esta crítica útil
Madre mía...
Todavía estoy impactado y fascinado por lo que acabo de visualizar...
Madre mía...
No voy a decir ni media de la película, ni en el cuerpo principal de la crítica ni en el apartado de spoilers porque simple y llanamente hay que verla y punto.
Hong Chau nos regala un interpretación espectacular y conmovedora y Sadie Sink simplemente maravillosa pero...
El film es él y solo él...
¡Ay! Cuanto daño le han hecho a Brendan Fraser, de verdad... Teniendo el potencial que tiene y lo encasillaron en papeles cómicos o de acción y después, cuando se cansaron de él, lo abandonaron a su suerte y lo olvidaron... A Dios gracias Darren Aronofsky lo ha rescatado y le ha dado la oportunidad de abrirse en canal emocionalmente hablando y gracias a ello que pueda pedir dignidad, consideración, de redimirse... En fin... Todo lo que diga se queda corto, de verdad, una interpretación maravillosa del canadiense, que miradas, joder, que miradas... Esperemos que de aquí en adelante se lo tenga más en cuenta, yo siempre le estaré agradecido por regalarme al aventurero Rick O'Connell en "The Mummy" (1999) y "The Mummy Returns" (2001).
Lo más que voy a decir (y mira que he dicho que no voy a decir ni mu...) es: No entramos en el piso de Charlie (personaje protagonista que interpreta Fraser), no... Entramos en su mente, directamente y sin anestesia...
(Bueno... Y que ya le gustaría a más de una película de terror asustarme lo que me ha llegado a asustar y acojonar esta cinta...)
Solo os pido dos cosas:
1) Tal y como le pide Charlie a sus alumnos: Que escribáis de verdad, con el corazón y la verdad en la mano, que sintáis lo que escribís, yo solo escribo cuando la película me han conmovido y "The Whale (La Ballena)" lo ha hecho, me ha conmovido y mucho. Escribid con cariño y corazón, de verdad, yo lo hago (o lo intento...).
2) No perdáis el tiempo, no veáis trailers, ni leáis la sinopsis y corred a verla, solo por el ENORME (en todos los sentidos de la palabra) trabajo que firma Brendan Fraser merece mucho, muchísimo la pena.
(13/03/23: Brendan se ha hecho con el Oscar... ¿Qué más se puede pedir (y decir)?)
Todavía estoy impactado y fascinado por lo que acabo de visualizar...
Madre mía...
No voy a decir ni media de la película, ni en el cuerpo principal de la crítica ni en el apartado de spoilers porque simple y llanamente hay que verla y punto.
Hong Chau nos regala un interpretación espectacular y conmovedora y Sadie Sink simplemente maravillosa pero...
El film es él y solo él...
¡Ay! Cuanto daño le han hecho a Brendan Fraser, de verdad... Teniendo el potencial que tiene y lo encasillaron en papeles cómicos o de acción y después, cuando se cansaron de él, lo abandonaron a su suerte y lo olvidaron... A Dios gracias Darren Aronofsky lo ha rescatado y le ha dado la oportunidad de abrirse en canal emocionalmente hablando y gracias a ello que pueda pedir dignidad, consideración, de redimirse... En fin... Todo lo que diga se queda corto, de verdad, una interpretación maravillosa del canadiense, que miradas, joder, que miradas... Esperemos que de aquí en adelante se lo tenga más en cuenta, yo siempre le estaré agradecido por regalarme al aventurero Rick O'Connell en "The Mummy" (1999) y "The Mummy Returns" (2001).
Lo más que voy a decir (y mira que he dicho que no voy a decir ni mu...) es: No entramos en el piso de Charlie (personaje protagonista que interpreta Fraser), no... Entramos en su mente, directamente y sin anestesia...
(Bueno... Y que ya le gustaría a más de una película de terror asustarme lo que me ha llegado a asustar y acojonar esta cinta...)
Solo os pido dos cosas:
1) Tal y como le pide Charlie a sus alumnos: Que escribáis de verdad, con el corazón y la verdad en la mano, que sintáis lo que escribís, yo solo escribo cuando la película me han conmovido y "The Whale (La Ballena)" lo ha hecho, me ha conmovido y mucho. Escribid con cariño y corazón, de verdad, yo lo hago (o lo intento...).
2) No perdáis el tiempo, no veáis trailers, ni leáis la sinopsis y corred a verla, solo por el ENORME (en todos los sentidos de la palabra) trabajo que firma Brendan Fraser merece mucho, muchísimo la pena.
(13/03/23: Brendan se ha hecho con el Oscar... ¿Qué más se puede pedir (y decir)?)
30 de enero de 2023
60 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es así como Brendan Fraser, actor más que competente, magnífico en DIOSES Y MONSTRUOS o en CRASH, entre otros títulos, ha decidido acceder al Oscar al mejor intérprete principal este año.
Y es que es seguro que le veremos con la estatuilla en aproximadamente un mes, ya que cumple todos los ingredientes que la Academia valora en estos casos: desaparecido de la escena por un problema de depresión desde hace algún tiempo; realiza una transformación física para adaptarse al papel verdaderamente notable, estremecedora, diría yo; su personaje ataca directamente al corazón del espectador; encarna a un homosexual con problemas de salud evidentes. Pues eso: Oscar al canto.
La película es oscura, en la línea del impredecible Aronofsky, aquel enfant terrible del cine independiente que desde hace ya varias películas es menos enfant y menos terrible y mantiene su interés, sobre todo al principio, por la magnífica interpretación de Fraser y de una magnífica Hong Chau que se come al protagonista en cada plano en que aparece. Ocurre que una vez planteada la trama, la película va decayendo: sin exteriores, con diálogos previsibles y todo fiado a la compasión o (es así, por desgracia) repulsión física que al espectador pueda generarle el personaje de Fraser, de tal forma que sin ser en exceso larga sí que se hace cuesta arriba a partir de la hora y pico de metraje.
En fin, no es la mejor película del año, tampoco la mejor de Aronofsky, un director que a mí me impactó en RÉQUIEM POR UN SUEÑO, EL LUCHADOR o CISNE NEGRO y que me desilusionó en LA FUENTE DE LA VIDA o me espantó en MADRE.
Para mí, un director irregular y provocador, para muchos un director pretencioso y provocador. Lo cierto es que su cine nunca deja indiferente, eso al menos es algo.
Y es que es seguro que le veremos con la estatuilla en aproximadamente un mes, ya que cumple todos los ingredientes que la Academia valora en estos casos: desaparecido de la escena por un problema de depresión desde hace algún tiempo; realiza una transformación física para adaptarse al papel verdaderamente notable, estremecedora, diría yo; su personaje ataca directamente al corazón del espectador; encarna a un homosexual con problemas de salud evidentes. Pues eso: Oscar al canto.
La película es oscura, en la línea del impredecible Aronofsky, aquel enfant terrible del cine independiente que desde hace ya varias películas es menos enfant y menos terrible y mantiene su interés, sobre todo al principio, por la magnífica interpretación de Fraser y de una magnífica Hong Chau que se come al protagonista en cada plano en que aparece. Ocurre que una vez planteada la trama, la película va decayendo: sin exteriores, con diálogos previsibles y todo fiado a la compasión o (es así, por desgracia) repulsión física que al espectador pueda generarle el personaje de Fraser, de tal forma que sin ser en exceso larga sí que se hace cuesta arriba a partir de la hora y pico de metraje.
En fin, no es la mejor película del año, tampoco la mejor de Aronofsky, un director que a mí me impactó en RÉQUIEM POR UN SUEÑO, EL LUCHADOR o CISNE NEGRO y que me desilusionó en LA FUENTE DE LA VIDA o me espantó en MADRE.
Para mí, un director irregular y provocador, para muchos un director pretencioso y provocador. Lo cierto es que su cine nunca deja indiferente, eso al menos es algo.
30 de enero de 2023
45 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es frustrante cuando un director de la personalidad y el talento de Darren Aronofsky plantea una idea tan atractiva para posteriormente hundirla en el drama de lágrima fácil al puro estilo telefilme de domingo. Y, es que, este casi implícito homenaje hecho a medida para un olvidado Brendan Fraser, carece de esa sensibilidad y buen hacer que ya le otorgó a Mickey Rourke infinidad de méritos en la estupenda 'El Luchador'.
En 'The Whale', nos encontramos frente a una cinta que decide inclinarse por la vía de la manipulación vacúa y la insistente búsqueda de iconicidad a través de una banda sonora desprovista de cualquier tipo de sutileza, unos diálogos cuya ambición por crear citas célebres es tan palpable como desprolija en sus formas, así como un pueril y recurrente paralelismo con la obra de Herman Melville, Moby Dick (¿por qué será?).
Entre sus aciertos, qué también los tiene, cabe remarcar la innegable atmósfera que durante sus dos horas de metraje nos confina hacia una claustrofobia sensorial donde, desde el aroma a peperoni de las pizzas Gambino's al incesante sudor de su protagonista, parecen invadir la sala de cine.
Y seguro que parecería de perogrullo elogiar la interpretación de Brendan Fraser, que por intenciones no será, pero la realidad es que bajo todo ese portentoso trabajo de caracterización resulta aveces complicado apreciar los verdaderos matices actorales que algunos juran de manera incondicional. Algo similar sucede con el resto del reparto, quiénes alienados por el afán trascendental de su director, divagan hacia los excesos del melodrama de manera cargante y poco convincente.
Como resultado obtenemos la que hasta ahora es mi gran decepción de los primeros, así como más esperados, estrenos de este temprano 2023.
Instagram: @plano_subjetivo
En 'The Whale', nos encontramos frente a una cinta que decide inclinarse por la vía de la manipulación vacúa y la insistente búsqueda de iconicidad a través de una banda sonora desprovista de cualquier tipo de sutileza, unos diálogos cuya ambición por crear citas célebres es tan palpable como desprolija en sus formas, así como un pueril y recurrente paralelismo con la obra de Herman Melville, Moby Dick (¿por qué será?).
Entre sus aciertos, qué también los tiene, cabe remarcar la innegable atmósfera que durante sus dos horas de metraje nos confina hacia una claustrofobia sensorial donde, desde el aroma a peperoni de las pizzas Gambino's al incesante sudor de su protagonista, parecen invadir la sala de cine.
Y seguro que parecería de perogrullo elogiar la interpretación de Brendan Fraser, que por intenciones no será, pero la realidad es que bajo todo ese portentoso trabajo de caracterización resulta aveces complicado apreciar los verdaderos matices actorales que algunos juran de manera incondicional. Algo similar sucede con el resto del reparto, quiénes alienados por el afán trascendental de su director, divagan hacia los excesos del melodrama de manera cargante y poco convincente.
Como resultado obtenemos la que hasta ahora es mi gran decepción de los primeros, así como más esperados, estrenos de este temprano 2023.
Instagram: @plano_subjetivo
4 de marzo de 2023
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me ha gustado Darren Aronofsky. "El luchador" fue una película de gran interés, o "Cisne negro", "Pi" y "Réquiem por un sueño". Todas tenían un punto que se movía entre la locura y el derrotismo de sus personajes.
Pero aparece "La ballena" y la cosa se estropea. Por una razón muy sencilla, porque no se explica cómo nadie hace nada por nadie y solo se dedican a hablar y destrozarse unos a otros con sus reproches absurdos. Está claro que lo que se busca es que el espectador pene a causa de la obesidad mórbida del protagonista. Por eso todos se comportan de manera contraria a como lo haría alguien con un poco de inteligencia y humanidad. Vamos, una historia de gente sin ningún tipo de miramientos ni fuste.
En cuanto a Brendan Fraser hay que reconocer que está muy bien caracterizado, pero de ahí a que haga una interpretación maravillosa va un mundo, que yo no estoy dispuesto a arropar. Es una actuación correcta y punto, aunque ya partiendo del absurdo total a mí ni me llena ni me genera ningún tipo de sentimiento.
Bill de Caledonia
Pero aparece "La ballena" y la cosa se estropea. Por una razón muy sencilla, porque no se explica cómo nadie hace nada por nadie y solo se dedican a hablar y destrozarse unos a otros con sus reproches absurdos. Está claro que lo que se busca es que el espectador pene a causa de la obesidad mórbida del protagonista. Por eso todos se comportan de manera contraria a como lo haría alguien con un poco de inteligencia y humanidad. Vamos, una historia de gente sin ningún tipo de miramientos ni fuste.
En cuanto a Brendan Fraser hay que reconocer que está muy bien caracterizado, pero de ahí a que haga una interpretación maravillosa va un mundo, que yo no estoy dispuesto a arropar. Es una actuación correcta y punto, aunque ya partiendo del absurdo total a mí ni me llena ni me genera ningún tipo de sentimiento.
Bill de Caledonia
27 de mayo de 2023
31 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos los esfuerzos de Brendan Fraser por mantener a flote esta película, como el barco ballenero del capitán Ahab, son vanos y él pone todo su empeño en ello y no se le puede reprochar nada ya que es lo único salvable de esta película sin rumbo ni dirección. Está perdida en altamar sin timón y entra agua por todas partes. Tanta metáfora marinera es debida a que la única línea que conecta a los personajes importantes de este drama televisivo, padre e hija, es una redacción de Moby Dick y ya se ocupa el guion de resaltarlo cada veinte minutos.
Es una especie de obra de teatro en la que se han dejado la puerta abierta y entra el que le viene en gana. Un vendedor de biblias que no pinta nada y con una historia absurda y metida con calzador, una enfermera oriental unida a la "ballena" por ser hermana de su novio fallecido que tiene un comportamiento incoherente por estúpido ( es saber popular que se puede ser bueno pero no tonto*) y que además contribuye a la obesidad de su querido amigo trayendo comida basura; una exmujer que aparece de repente para contradecir el guion*, para afirmar lo que antes la hija había negado y una hija adolescente repulsiva por miserable. La hija es un personaje muy sobado en otras películas, es un estereotipo de la adolescente para la que todo apesta y que odia el mundo desde una distancia de creerse muy lista, desde una inteligencia superior vomitando su mierda contra todos, especialmente contra su padre ausente al que hace responsable de todos sus males y que ahora que está impedido, pagará por ello. Como se dice ahora, compasión cero.
Este gazpacho y delirio de guion hace que el tema que creíamos que iba a ser el que se iba a tratar, la obesidad mórbida, sea un aspecto secundario que solo sirve para avisar desde el primer momento que Fraser está en una situación crítica en cuanto a su salud, que le queda muy poco tiempo, pero la película sería igual si fuera un enfermo terminal de otra enfermedad. Así que todo ese maquillaje, prótesis, etc, etc no es más que un circo porque no es lo relevante y además no se trata con seriedad. En una de éstas, Fraser casi muere ahogado por la comida grasienta que le trae su descerebrada cuidadora, pues al día siguiente ¿qué le trae?... albóndigas, jajajaja, es que lo mejor es que de vez en cuando te echas unas risas.
Además el recurso de sacar del armario a alguna celebridad muerta hace mucho tiempo es tan vulgar que ya casi hasta cabrea por ser un recurso tan mediocre y cobarde y en el caso de Melville también repetitivo y muy visto, además de completamente irrelevante para analizar la obra de un autor. La referencia que hace la "genial" redacción a cuando la novela habla de dos hombres durmiendo en la misma cama y esos capítulos meramente descriptivos de la ballena para que nos olvidemos del "problema", para despistar al lector y que de ello Fraser haga una explicación en dos palabras de cómo llegó a esa situación extrema y de su hija una escritora genial a la que solo él ha descubierto, pues muy mal también. Es primero hacer proselitismo y además coger un atajo facilón en la narración. Es de novela barata, de un revoltijo todo a cien. Hombre, Aronofski, vete a Billy Budd que es claramente homoerótica (hasta el homosexual Britten que vivía abiertamente con Peter Pears hizo una ópera) y lo tienes más facilito para apoyar la teoría de ese repugnante monstruo que es la niña "pero es por falta de cariño" (abundan los tópicos de telenovela y la sensiblería barata), pero claro te hubieras tenido que currar más el guion.
La peor película de Aronofsky con mucho. Fraser y esa habitación opresiva y claustrofóbica bien filmada es lo mejor, pero el guion es un disparate de tal naturaleza que no se salva del desastre. El barco naufragó. Sálvese quién pueda.
Es una especie de obra de teatro en la que se han dejado la puerta abierta y entra el que le viene en gana. Un vendedor de biblias que no pinta nada y con una historia absurda y metida con calzador, una enfermera oriental unida a la "ballena" por ser hermana de su novio fallecido que tiene un comportamiento incoherente por estúpido ( es saber popular que se puede ser bueno pero no tonto*) y que además contribuye a la obesidad de su querido amigo trayendo comida basura; una exmujer que aparece de repente para contradecir el guion*, para afirmar lo que antes la hija había negado y una hija adolescente repulsiva por miserable. La hija es un personaje muy sobado en otras películas, es un estereotipo de la adolescente para la que todo apesta y que odia el mundo desde una distancia de creerse muy lista, desde una inteligencia superior vomitando su mierda contra todos, especialmente contra su padre ausente al que hace responsable de todos sus males y que ahora que está impedido, pagará por ello. Como se dice ahora, compasión cero.
Este gazpacho y delirio de guion hace que el tema que creíamos que iba a ser el que se iba a tratar, la obesidad mórbida, sea un aspecto secundario que solo sirve para avisar desde el primer momento que Fraser está en una situación crítica en cuanto a su salud, que le queda muy poco tiempo, pero la película sería igual si fuera un enfermo terminal de otra enfermedad. Así que todo ese maquillaje, prótesis, etc, etc no es más que un circo porque no es lo relevante y además no se trata con seriedad. En una de éstas, Fraser casi muere ahogado por la comida grasienta que le trae su descerebrada cuidadora, pues al día siguiente ¿qué le trae?... albóndigas, jajajaja, es que lo mejor es que de vez en cuando te echas unas risas.
Además el recurso de sacar del armario a alguna celebridad muerta hace mucho tiempo es tan vulgar que ya casi hasta cabrea por ser un recurso tan mediocre y cobarde y en el caso de Melville también repetitivo y muy visto, además de completamente irrelevante para analizar la obra de un autor. La referencia que hace la "genial" redacción a cuando la novela habla de dos hombres durmiendo en la misma cama y esos capítulos meramente descriptivos de la ballena para que nos olvidemos del "problema", para despistar al lector y que de ello Fraser haga una explicación en dos palabras de cómo llegó a esa situación extrema y de su hija una escritora genial a la que solo él ha descubierto, pues muy mal también. Es primero hacer proselitismo y además coger un atajo facilón en la narración. Es de novela barata, de un revoltijo todo a cien. Hombre, Aronofski, vete a Billy Budd que es claramente homoerótica (hasta el homosexual Britten que vivía abiertamente con Peter Pears hizo una ópera) y lo tienes más facilito para apoyar la teoría de ese repugnante monstruo que es la niña "pero es por falta de cariño" (abundan los tópicos de telenovela y la sensiblería barata), pero claro te hubieras tenido que currar más el guion.
La peor película de Aronofsky con mucho. Fraser y esa habitación opresiva y claustrofóbica bien filmada es lo mejor, pero el guion es un disparate de tal naturaleza que no se salva del desastre. El barco naufragó. Sálvese quién pueda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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