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Críticas ordenadas por fecha (desc.)
MediometrajeDocumentalTV
1982
1 de agosto de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante proyecto el que llevó a cabo Wim Wenders durante el Festival de Cannes de 1982. Lástima que algunos de los entrevistados no se tomen la cuestión en torno al devenir del cine con respecto a la televisión demasiado en serio, dando en muchos casos tan sólo muestras de su incesante y (no tan) agudo ingenio, o al menos en lo que a improvisación se refiere. Con unos más visionarios que otros, los momentos de Godard, Fassbinder o Spielberg son destacables. Cada cual con su manera de actuar y su forma de ser.
Contando con este precedente, deberían hacerse por lo menos cada década este tipo de entrevistas. El futuro del cine es aún si cabe todavía más incierto. Qué habrían pensado en aquel momento los entrevistados de haber sabido que casi treinta años después, la pieza en la que participaban estuviera en un formato .avi, y tras visionarla, un "usuario" sería capaz de hacer inmediatamente una breve reseña, y pudiera compartirla instantáneamente con el resto del mundo. Quizá más de uno se habría lanzado por la ventana en ese momento. Según se intuye en muchas de las declaraciones, existe mucho recelo hacia un futuro inalcanzable e incierto para aquel presente, que ya vemos como pasado. Y, tal como queda en evidencia, el más optimista de todos es quien ha terminado ganando. Tan sólo de momento, claro.
A continuación, los nombres de los cineastas entrevistados por orden de aparición:
Jean-Luc Godard
Paul Morrissey
Mike de Leon
Monte Hellman
Romain Goupil
Susan Seidelman
Noel Simsolo
RW Fassbinder
Werner Herzog
Robert Kramer
Ana Carolina
Mahroun Bagdadi
Steven Spielberg
Michelangelo Antonioni
Wim Wenders
Yilmaz Güney (voz)
Contando con este precedente, deberían hacerse por lo menos cada década este tipo de entrevistas. El futuro del cine es aún si cabe todavía más incierto. Qué habrían pensado en aquel momento los entrevistados de haber sabido que casi treinta años después, la pieza en la que participaban estuviera en un formato .avi, y tras visionarla, un "usuario" sería capaz de hacer inmediatamente una breve reseña, y pudiera compartirla instantáneamente con el resto del mundo. Quizá más de uno se habría lanzado por la ventana en ese momento. Según se intuye en muchas de las declaraciones, existe mucho recelo hacia un futuro inalcanzable e incierto para aquel presente, que ya vemos como pasado. Y, tal como queda en evidencia, el más optimista de todos es quien ha terminado ganando. Tan sólo de momento, claro.
A continuación, los nombres de los cineastas entrevistados por orden de aparición:
Jean-Luc Godard
Paul Morrissey
Mike de Leon
Monte Hellman
Romain Goupil
Susan Seidelman
Noel Simsolo
RW Fassbinder
Werner Herzog
Robert Kramer
Ana Carolina
Mahroun Bagdadi
Steven Spielberg
Michelangelo Antonioni
Wim Wenders
Yilmaz Güney (voz)
Miniserie
2011
27 de junio de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el caso de España, y el del resto de países salvo Estados Unidos, el panorama de la ficción televisiva es bien desolador. Las televisiones crean productos que están básicamente para echar cabezadas, a la hora de la siesta o en prime time. Normalmente ofrecen proyectos convencionales, que van de gigantescos presupuestos a pequeñas producciones y, o se desgastan en cuestión de un mes o tienen la suerte de pervivir en los hogares durante lustros. Pero hay contadas excepciones. Y una de ellas es 'Crematorio'. Canal + ha hecho su primera producción propia y no ha querido defraudar. Se basa –más bien se inspira– en la novela homónima de Rafael Chirbes que tuve la suerte de leer con anterioridad, y se trata de una inteligente adaptación. Se toman los elementos principales de la novela, como es el pueblo mediterráneo (y ficticio) de Misent, la muerte de Matías Bertomeu y la preeminencia del personaje de su hermano Rubén, al que da vida José Sancho, del que se puede decir sin la boca pequeña que es el mejor papel de su carrera. Pero a partir de ahí, los guionistas han optado por centrarse en la trama de corrupción urbanística que se va destapando a medida que avanzan los episodios, y deja de lado el ambiente intelectual de la novela.
Ante 'Crematorio' uno se cuestiona, sin intentar desmerecer en absoluto a los creadores de la serie: ¿Es realmente tan difícil producir una serie así? ¿Cuánto tiempo, y cuántas series de "andar por casa" –nunca mejor dicho– tienen que realizarse para que volvamos a encontrarnos con otra semejante? En realidad, 'Crematorio', sin una puesta en escena prodigiosa, sabe mantener el rigor de lo que se quiere contar, que es una historia tan en sintonía con la actualidad y el entorno en el que se ubica que asusta. Una prueba de que no debería tratarse de un hecho aislado es que su realizador, Jorge Sánchez-Cabezudo, lo es también a su vez de 'Hispania'. Sus actores y actrices –caras conocidas como Alicia Borrachero, Juana Acosta, Aura Garrido, Pau Durà o Vicente Romero– saben responder y tienen matices; los rusos hablan en su propio idioma con subtítulos (¡milagro!); además de que el relato soporta fenomenalmente un trasfondo hasta llegar a un desenlace más que consecuente. No creo que haga falta responder a las preguntas que plantea esta miniserie de altura. Tan sólo esperemos que sea precursora de nuevas tendencias televisivas en España y que Misent no quede como simple ciudad de vacaciones que una vez pudimos visitar, sino que persista esa misma línea a seguir durante todo el año. Los que viven de la ficción deberían ser los primeros en darse cuenta.
Ante 'Crematorio' uno se cuestiona, sin intentar desmerecer en absoluto a los creadores de la serie: ¿Es realmente tan difícil producir una serie así? ¿Cuánto tiempo, y cuántas series de "andar por casa" –nunca mejor dicho– tienen que realizarse para que volvamos a encontrarnos con otra semejante? En realidad, 'Crematorio', sin una puesta en escena prodigiosa, sabe mantener el rigor de lo que se quiere contar, que es una historia tan en sintonía con la actualidad y el entorno en el que se ubica que asusta. Una prueba de que no debería tratarse de un hecho aislado es que su realizador, Jorge Sánchez-Cabezudo, lo es también a su vez de 'Hispania'. Sus actores y actrices –caras conocidas como Alicia Borrachero, Juana Acosta, Aura Garrido, Pau Durà o Vicente Romero– saben responder y tienen matices; los rusos hablan en su propio idioma con subtítulos (¡milagro!); además de que el relato soporta fenomenalmente un trasfondo hasta llegar a un desenlace más que consecuente. No creo que haga falta responder a las preguntas que plantea esta miniserie de altura. Tan sólo esperemos que sea precursora de nuevas tendencias televisivas en España y que Misent no quede como simple ciudad de vacaciones que una vez pudimos visitar, sino que persista esa misma línea a seguir durante todo el año. Los que viven de la ficción deberían ser los primeros en darse cuenta.
26 de mayo de 2011
13 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algunas películas que reflejan a la perfección que hay dos tipos de cine: unas son las que se dirigen al gran público para satisfacer sus necesidades de entretenimiento (si de verdad existe esa necesidad); y por otro lado, hay otras que cumplen una función artística, un reto al que se enfrenta un creador. El último film de Guillaume Canet pertenece sin ningún tipo de reparo a este primer grupo, pero de una forma abrumadoramente descarada, no ya por sus reconocidos actores o por sus delirantes momentos musicales, sino porque no tiene ningún tipo de sensibilidad a la hora de combinar la tragedia con la comedia, consiguiendo que no sepas si reír o llorar ante semejante bochorno.
17 de mayo de 2011
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía el otro día una periodista norteamericana sobre el último film de Woody Allen, que hasta los propios franceses dirían qué encantadora es la ciudad que aparece en 'Midnight in Paris', que ojalá pudieran conocerla alguna vez. Porque al fin y al cabo, Allen lo que ha hecho es escoger un entorno inmejorable para dotarlo literalmente de una magia con la que cualquier espectador medianamente avezado soñaría encontrarse alguna vez, como es poder trasladarse a aquella época pasada que no vivimos y que solemos tener idealizada.
Si Woody Allen ha convencido en la inauguración del Festival de Cannes y está conquistando a los espectadores como no se veía desde 'Match Point' (2005), es porque ha sabido darle un auténtico caramelo a su público fiel y habitual, aquel que tiene una cita con el genio de Brooklyn cada año haga lo que haga, sabiendo que siempre quedarán gotas de ingenio difíciles de encontrar en manos de otros. Allen toma algo tan sencillo como aquel dicho de "cualquier tiempo pasado fue mejor" para construir una fábula sobre la nostalgia a base de unos ingredientes, para nada perfectos, pero sí lo deliciosamente encantadores como para que queden rendidos sus seguidores: la neurosis del enésimo alter ego del director congenia de forma fenomenal con la bohemia parisina ¿El resto? Ya lo saben. No hay más que subirse a ese antiguo Peugeot y comprobarlo por uno mismo.
Si Woody Allen ha convencido en la inauguración del Festival de Cannes y está conquistando a los espectadores como no se veía desde 'Match Point' (2005), es porque ha sabido darle un auténtico caramelo a su público fiel y habitual, aquel que tiene una cita con el genio de Brooklyn cada año haga lo que haga, sabiendo que siempre quedarán gotas de ingenio difíciles de encontrar en manos de otros. Allen toma algo tan sencillo como aquel dicho de "cualquier tiempo pasado fue mejor" para construir una fábula sobre la nostalgia a base de unos ingredientes, para nada perfectos, pero sí lo deliciosamente encantadores como para que queden rendidos sus seguidores: la neurosis del enésimo alter ego del director congenia de forma fenomenal con la bohemia parisina ¿El resto? Ya lo saben. No hay más que subirse a ese antiguo Peugeot y comprobarlo por uno mismo.
8 de mayo de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta tremendamente llamativo que en 'No tengas miedo', el último film de Montxo Armendáriz, en una secuencia con la joven protagonista tocando la famosa suite con el violonchelo interrumpidamente y de forma violenta, su amiga, que en ese momento la acompaña al piano, le profiera: «Vale que te guste Bach… pero estamos con Falla». De alguna forma, esa advertencia la entiendo como un mensaje del director hacia el público avisándole de que no caerá en manierismos de ningún tipo y fijará su historia con los mínimos referentes posibles. Así, a través del seguimiento exhaustivo de la vida de una joven que ha sufrido abusos sexuales por parte de su padre a lo largo de su vida, el director consigue plasmar una obra original, difícil de comparar con otras que se han realizado hasta el momento.
Y es que no son pocos los directores –los españoles, sino a la cabeza, son bien llamativos en este aspecto– que a la hora de encarar una película se atreven a decir algo así como: voy a hacer un melodrama como Douglas Sirk; rodaré un western a lo John Ford; haré terror tipo Argento; tiroteos de los de Sam Peckimpah; mis personajes hablarán como los de Rohmer; habrá acción en plan Tarantino; o voy a ser independiente, pero al estilo Lars Von Trier… Y así, muchas veces sale lo que sale, el ya clásico quiero y no puedo. En cierta medida, Armendáriz tendrá que haber pensado en algún momento, aunque sea de forma inconsciente, en que el estilo de los hermanos Dardenne casaría bien con la historia que quería mostrar. De ahí ciertos elementos desconocidos hasta ahora en su cine, especialmente el de una perpetua cámara al hombro, nerviosa pero a la vez templada a la hora de capturar unas imágenes nada aceleradas, construidas a base de unos largos e infatigables planos secuencia.
Uno se acuerda también de 'Elisa K', aquella adaptación de la novela de Lolita Bosch que pasó por San Sebastián el año pasado y desapercibida por las salas de cine, igualmente centrada en los abusos infantiles y sus secuelas en una joven. También estaría bien enterarse de por qué el nuevo largometraje de Montxo Armendáriz no pasa antes de su estreno por ningún festival, habiendo transcurrido mismamente el de Málaga un mes atrás con una selección de películas españolas más bien pobre. Es una lástima, porque la película ha tenido una buena acogida entre la crítica, seguramente por tener la virtud de ser comprometida pero no excesivamente ambiciosa. Vemos evolucionar a la protagonista por medio de elipsis, dividiendo su vida en tres etapas: niñez, adolescencia y adulta; siendo la tercera con Michelle Jenner la de mayor duración. De forma que el relato canaliza a la perfección con los testimonios de otras víctimas, introduciendo al espectador en esa cruda realidad tan difícil de olvidar.
Y es que no son pocos los directores –los españoles, sino a la cabeza, son bien llamativos en este aspecto– que a la hora de encarar una película se atreven a decir algo así como: voy a hacer un melodrama como Douglas Sirk; rodaré un western a lo John Ford; haré terror tipo Argento; tiroteos de los de Sam Peckimpah; mis personajes hablarán como los de Rohmer; habrá acción en plan Tarantino; o voy a ser independiente, pero al estilo Lars Von Trier… Y así, muchas veces sale lo que sale, el ya clásico quiero y no puedo. En cierta medida, Armendáriz tendrá que haber pensado en algún momento, aunque sea de forma inconsciente, en que el estilo de los hermanos Dardenne casaría bien con la historia que quería mostrar. De ahí ciertos elementos desconocidos hasta ahora en su cine, especialmente el de una perpetua cámara al hombro, nerviosa pero a la vez templada a la hora de capturar unas imágenes nada aceleradas, construidas a base de unos largos e infatigables planos secuencia.
Uno se acuerda también de 'Elisa K', aquella adaptación de la novela de Lolita Bosch que pasó por San Sebastián el año pasado y desapercibida por las salas de cine, igualmente centrada en los abusos infantiles y sus secuelas en una joven. También estaría bien enterarse de por qué el nuevo largometraje de Montxo Armendáriz no pasa antes de su estreno por ningún festival, habiendo transcurrido mismamente el de Málaga un mes atrás con una selección de películas españolas más bien pobre. Es una lástima, porque la película ha tenido una buena acogida entre la crítica, seguramente por tener la virtud de ser comprometida pero no excesivamente ambiciosa. Vemos evolucionar a la protagonista por medio de elipsis, dividiendo su vida en tres etapas: niñez, adolescencia y adulta; siendo la tercera con Michelle Jenner la de mayor duración. De forma que el relato canaliza a la perfección con los testimonios de otras víctimas, introduciendo al espectador en esa cruda realidad tan difícil de olvidar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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