A White, White Day

Un coche circulando por una carretera; el transcurso de los días y las estaciones sobre la casa del protagonista, la emisión de un programa infantil; una piedra desplazándose por la montaña... Y yo preguntándome dónde está la metáfora, qué quiere contar el director ante imágenes tan gratuitas y soporíferas. No sé si ni cómo acabé viendo el final. Por pura desidia supongo. La curiosidad la había perdido a la media hora del comienzo.

La Película es Fantástica.

Con una Fuerza, y una Claridad que no es habitual, el Film nos habla y nos muestra el camino de los sentimientos, las convicciones, los ideales, la conducta, los sueños, los logros, y… el Amor… el Amor de Nuestras Vidas….

La persistencia, los valores, la lucha, el empeño, los objetivos, el creer, el amar… el elegir… el saber… el saberlo todo… el estar seguro… el no dudarlo…

Lo importante, lo único, lo irremplazable… lo inexplicable…

Detalla de manera transparente… las diferencias… repito… las diferencias enormes…

Se mete en el Ser Humano… en la Raza… en lo Universal y Atemporal… y lo Expone al 100%.

Grandes felicitaciones a todo el Equipo por su Trabajo y Colaboración al ser Participes de esta Obra Nórdica de tan Alto Nivel.

Un Blanco, blanco día explora la pena, la rabia y envueltos en gélidos paisajes.

Emociones que explotan conforme avanza el metraje y el film evoluciona a partir de una narrativa intimista, pausada hacia lugares más intensos. La relación de amor incondicional entre un abuelo y su nieta, versus la relación entre ese abuelo y su difunta (infiel) mujer, donde una fina línea separa el amor del odio.

Carreteras desiertas, paisajes gélidos y emociones intensas. Buen pulso narrativo y grandes interpretaciones.

Un film de contrastes sobre lo difícil que es lidiar con las propias emociones.

El cine nórdico, englobando ahí cualquier película noruega, sueca, danesa, finlandesa e islandesa, es uno de mis preferidos, con la suerte de que cada vez llegan más títulos y de forma más cercana a su estreno.

Esta historia, intimista y con pocos diálogos, en la línea de ese tipo de cine, nos muestra, de forma muy escueta, casi quirúrgica, a un hombre viudo, policía, padre y abuelo ejemplar, al que el dolor por la muerte inesperada y accidental de su esposa le ha devastado.

Ese dolor, contenido pero palpable en la película, se vuelve ira cuando descubre indicios de una más que probable infidelidad de su amada esposa. Palmason nos conduce a un mundo de incertidumbres, donde no sabemos quién es quién, incluso aquellos que están a nuestro lado y utiliza a la nieta del viudo como nexo entre el mundo real y la tormenta interior que vive el protagonista, un magnífico Eggert Siurdsson, ya visto en series como ATRAPADOS.

Muy recomendable, pausada pero con ritmo.

Uno acaba reconfortado cuando constata que el cine y el relevo generacional de sus directores-creadores sigue manteniendo la capacidad de sorprender. Hlynur Palmason confiesa que Víctor Erice y Saura le cambiaron la forma de entender el cine y los referencia como influencia. Este thriller, que en realidad no lo es pero Palmason aceptó la etiqueta para obtener financiación es según sus propias palabras "difícil de describir" y lo emparenta con la música, una melodía que se va ramificando en pasajes a veces cacofónicos a veces armónicos y que cada uno de los cuales necesita su propio ritmo, su propio tempo con el que Palmason no duda en jugar-experimentar con resultados tan brillantes como desconcertantes. Y en mitad de todo ello un hombre y su nieta. Una relación que nos deja secuencias memorables como la del cuento. Un ogro y una princesa cuyos lazos anudan y sujetan de forma mágica sus propios momentos existenciales. Afirma Palmason que no le interesa tanto la psicología de sus personajes como su interacción y los momentos que suscita.

Hay dolor, soledad, frustración en este "viejo" policia que se ve condenado a rellenar el recuerdo de su mujer con el de otra que no conocía siendo la misma. Y el amor, y la ira forman un cóctel difícil de digerir. Palmeson no reniega de su formación como videoartista y algunas de sus secuencias como la de la piedra rodante son un ejemplo que el director incorpora a la trama, superandola y dando lugar a nuevas ramificaciones en el subconsciente de cada cual. 

La película fue la candidata de Islandia a los Oscar. El personaje que compone Sigurdsson es el tronco poderoso que conforma este hipnótico árbol (la metáfora arbórea es del director) que da variedad de frutos amargos y dulces no para todos los paladares.

A la hija del director Ida Mekkin hay que seguirle la pista tanto o más que a su padre.

cineziete.wordpress.com