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En las elecciones de febrero de 1924, el partido nacionalsocialista de Hitler accedi� por primera vez a un parlamento alem�n, en el estado de Turingia. Cien a�os despu�s, en septiembre de 2024, el grupo pol�tico AfD -a la extrema derecha del espectro pol�tico- obtuvo la mayor�a de los votos en esa misma regi�n. Los titulares de prensa se hicieron eco el mes pasado de tal coincidencia, alertando de un supuesto retorno de la historia. Y ahora una exposici�n en CaixaForum Madrid traza esa misma l�nea de tiempo para recordarnos tambi�n la fuerza creativa e intelectual que aflor� en el convulso periodo de entreguerras alem�n. Energ�as que habr�an levantado los paradigmas est�ticos y culturales que a�n rigen nuestro presente.
Como si las situaciones l�mite generasen el mejor arte, en el periodo alem�n de entreguerras la expresi�n creativa se retroaliment� de la p�rdida de referencias morales de un pa�s humillado tras la Primera Guerra Mundial, asfixiado por la hiperinflaci�n -que lleg� a ser del 70%- y acorralado por el populismo extremista de izquierdas y derechas. Pintura, literatura, m�sica, cine, fotograf�a, dise�o, arquitectura, moda, filosof�a... Todas las disciplinas vivieron entre 1918 y 1933 un momento de esplendor. Y todas ellas est�n presentes en la exposici�n Tiempos inciertos. Alemania entre guerras, que de manera transversal y escenogr�fica visibiliza las tensiones que forzaron un cambio de �poca: el paso de un tiempo cargado de certezas a otro cargado de dudas. La muerte de �el mundo de ayer�, en palabras de Stefan Zweig, que dio paso a la realidad posmoderna de hoy.
�Ciertamente, no todo se invent� despu�s de la Primera Guerra Mundial�, explica Pau Pedragosa, comisario de la muestra junto a Chus Mart�nez, en referencia al nacimiento de nuevos lenguajes art�sticos y conceptuales, sobre todo en los a�os 20. �Antes, las vanguardias de principios de siglo ya hab�an anticipado lo que vendr�a y puesto en cuesti�n el statu quo. Los artistas se adelantaron as� a su tiempo, pero la Gran Guerra hizo evidente para todos que el mundo hab�a cambiado. Durante el periodo de entreguerras, las vanguardias se disparan en toda Europa porque su cometido era construir un nuevo mundo�.
La primera sala de Tiempos Inciertos. Alemania entre guerras escenifica un sal�n burgu�s inspirado en Los Buddenbrook (1901), primera novela de Thomas Mann. Un espacio de recargada decoraci�n que la modernidad acabar�a aplastando bajo el dise�o industrial de la Bauhaus. El Danubio Azul de Johan Strauss, que flotaba rebotando en su ampuloso mobiliario, se deconstruir�a en el dodecafonismo de Arnold Sch�nberg o el jazz llegado de los Estados Unidos. La pintura amable de paisajes buc�licos colgada de las paredes ser�a sustituida por la mirada inclemente de Otto Dix, radiografiando las miserias de una sociedad en aparente decadencia. El pensamiento ilustrado que sosten�a aquel universo de principios morales inmutables acabar�a diluido en la duda absoluta de Heidegger.
�En el campo de la filosof�a es donde realmente se producen cambios importantes�, asegura Pedragosa, que adem�s de arquitecto es licenciado en esa materia. �En la exposici�n, nos centramos en el debate de Davos que tuvo lugar en 1929, entre el neokantiano Cassirer y Heidegger, representante de la nueva filosof�a de la existencia. El tema giraba en torno a qu� es el ser humano y resulta muy simb�lico: recoge muchas de las tensiones, conflictos y convulsiones que definen la �poca. La figura de Heidegger triunf� sobre la de Cassirer, fue el momento en el que se enterr� a Kant y se abri� el tiempo de la sospecha, del descr�dito de la raz�n. Ah� comienza la posmodernidad�.
El pensamiento, la expresi�n art�stica y la aproximaci�n cultural a una �poca llena de claroscuros se plantean en esta exposici�n a partir de capas superpuestas que van despleg�ndose en diferentes ambientes tem�ticos. M�s de 90 piezas entre obras de arte -George Grosz, El Lisitski, Kurt Schwitters, Jeanne Mammen, Vasili Kandinski-, junto a piezas audiovisuales y fotogr�ficas -Walter Ruttman, August Sander, Leni Riefenstahl, Marianne Breslauer- aportan claves para interpretar una sociedad cuyos usos y costumbres en esta �poca se liberan, particularmente los de la mujer, gestando una sociedad menos r�gida en el que el cuerpo y la sexualidad tambi�n consiguen emanciparse. Son avances que a una gran parte de la poblaci�n le costar�a admitir y contra los que se revolver�an, en una reacci�n alimentada por el populismo.
Las artes se posicionan tambi�n en una guerra cultural que opon�a una visi�n cl�sica y helenista a otra rupturista y ut�pica. Con un elemento cultural novedoso que tendr�a mucha influencia, el cine, que puede recordar c�mo hoy las nuevas tecnolog�as vuelven a ser capaces de condicionar de forma masiva a la sociedad. �Fue el primer g�nero art�stico pensado para un p�blico de masas�, admite Pedragosa. �En filmes como El triunfo de la voluntad (1935) [presente en la muestra] se ve claramente c�mo las ideolog�as lo usan para hacer propaganda. Eso sucede ayer y hoy�.
El final de la exposici�n y de aquel periodo ya lo conocemos. La polarizaci�n radical de la sociedad alemana permiti� la victoria de Hitler en las elecciones de 1933. Una proyecci�n audiovisual en el CaixaForum recuerda la quema p�blica de libros ese mismo a�o, que acab� con aquel periodo luminoso de la cultura europea tras el que ardieron tantos ideales, tantas ilusiones y tantas vidas.