LA LECTURA
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El luminoso periodo de entreguerras que trajo un mundo terrible: "Se abri� el tiempo de la sospecha y del descr�dito de la raz�n"

La Rep�blica de Weimar (1919-1933) que precedi� al nazismo vio c�mo el boom de las artes coincidi� con el auge de la inflaci�n y el populismo. CaxiaForum lo cuenta en Madrid

'Grupo de casas en primavera' (1916) de Johannes Itten.
'Grupo de casas en primavera' (1916) de Johannes Itten.
Actualizado

En las elecciones de febrero de 1924, el partido nacionalsocialista de Hitler accedi� por primera vez a un parlamento alem�n, en el estado de Turingia. Cien a�os despu�s, en septiembre de 2024, el grupo pol�tico AfD -a la extrema derecha del espectro pol�tico- obtuvo la mayor�a de los votos en esa misma regi�n. Los titulares de prensa se hicieron eco el mes pasado de tal coincidencia, alertando de un supuesto retorno de la historia. Y ahora una exposici�n en CaixaForum Madrid traza esa misma l�nea de tiempo para recordarnos tambi�n la fuerza creativa e intelectual que aflor� en el convulso periodo de entreguerras alem�n. Energ�as que habr�an levantado los paradigmas est�ticos y culturales que a�n rigen nuestro presente.

Como si las situaciones l�mite generasen el mejor arte, en el periodo alem�n de entreguerras la expresi�n creativa se retroaliment� de la p�rdida de referencias morales de un pa�s humillado tras la Primera Guerra Mundial, asfixiado por la hiperinflaci�n -que lleg� a ser del 70%- y acorralado por el populismo extremista de izquierdas y derechas. Pintura, literatura, m�sica, cine, fotograf�a, dise�o, arquitectura, moda, filosof�a... Todas las disciplinas vivieron entre 1918 y 1933 un momento de esplendor. Y todas ellas est�n presentes en la exposici�n Tiempos inciertos. Alemania entre guerras, que de manera transversal y escenogr�fica visibiliza las tensiones que forzaron un cambio de �poca: el paso de un tiempo cargado de certezas a otro cargado de dudas. La muerte de �el mundo de ayer�, en palabras de Stefan Zweig, que dio paso a la realidad posmoderna de hoy.

�Ciertamente, no todo se invent� despu�s de la Primera Guerra Mundial�, explica Pau Pedragosa, comisario de la muestra junto a Chus Mart�nez, en referencia al nacimiento de nuevos lenguajes art�sticos y conceptuales, sobre todo en los a�os 20. �Antes, las vanguardias de principios de siglo ya hab�an anticipado lo que vendr�a y puesto en cuesti�n el statu quo. Los artistas se adelantaron as� a su tiempo, pero la Gran Guerra hizo evidente para todos que el mundo hab�a cambiado. Durante el periodo de entreguerras, las vanguardias se disparan en toda Europa porque su cometido era construir un nuevo mundo�.

La primera sala de Tiempos Inciertos. Alemania entre guerras escenifica un sal�n burgu�s inspirado en Los Buddenbrook (1901), primera novela de Thomas Mann. Un espacio de recargada decoraci�n que la modernidad acabar�a aplastando bajo el dise�o industrial de la Bauhaus. El Danubio Azul de Johan Strauss, que flotaba rebotando en su ampuloso mobiliario, se deconstruir�a en el dodecafonismo de Arnold Sch�nberg o el jazz llegado de los Estados Unidos. La pintura amable de paisajes buc�licos colgada de las paredes ser�a sustituida por la mirada inclemente de Otto Dix, radiografiando las miserias de una sociedad en aparente decadencia. El pensamiento ilustrado que sosten�a aquel universo de principios morales inmutables acabar�a diluido en la duda absoluta de Heidegger.

'Proun 5 A' (1920) de El Lissitzky.
'Proun 5 A' (1920) de El Lissitzky.

�En el campo de la filosof�a es donde realmente se producen cambios importantes�, asegura Pedragosa, que adem�s de arquitecto es licenciado en esa materia. �En la exposici�n, nos centramos en el debate de Davos que tuvo lugar en 1929, entre el neokantiano Cassirer y Heidegger, representante de la nueva filosof�a de la existencia. El tema giraba en torno a qu� es el ser humano y resulta muy simb�lico: recoge muchas de las tensiones, conflictos y convulsiones que definen la �poca. La figura de Heidegger triunf� sobre la de Cassirer, fue el momento en el que se enterr� a Kant y se abri� el tiempo de la sospecha, del descr�dito de la raz�n. Ah� comienza la posmodernidad�.

El pensamiento, la expresi�n art�stica y la aproximaci�n cultural a una �poca llena de claroscuros se plantean en esta exposici�n a partir de capas superpuestas que van despleg�ndose en diferentes ambientes tem�ticos. M�s de 90 piezas entre obras de arte -George Grosz, El Lisitski, Kurt Schwitters, Jeanne Mammen, Vasili Kandinski-, junto a piezas audiovisuales y fotogr�ficas -Walter Ruttman, August Sander, Leni Riefenstahl, Marianne Breslauer- aportan claves para interpretar una sociedad cuyos usos y costumbres en esta �poca se liberan, particularmente los de la mujer, gestando una sociedad menos r�gida en el que el cuerpo y la sexualidad tambi�n consiguen emanciparse. Son avances que a una gran parte de la poblaci�n le costar�a admitir y contra los que se revolver�an, en una reacci�n alimentada por el populismo.

Las artes se posicionan tambi�n en una guerra cultural que opon�a una visi�n cl�sica y helenista a otra rupturista y ut�pica. Con un elemento cultural novedoso que tendr�a mucha influencia, el cine, que puede recordar c�mo hoy las nuevas tecnolog�as vuelven a ser capaces de condicionar de forma masiva a la sociedad. �Fue el primer g�nero art�stico pensado para un p�blico de masas�, admite Pedragosa. �En filmes como El triunfo de la voluntad (1935) [presente en la muestra] se ve claramente c�mo las ideolog�as lo usan para hacer propaganda. Eso sucede ayer y hoy�.

El final de la exposici�n y de aquel periodo ya lo conocemos. La polarizaci�n radical de la sociedad alemana permiti� la victoria de Hitler en las elecciones de 1933. Una proyecci�n audiovisual en el CaixaForum recuerda la quema p�blica de libros ese mismo a�o, que acab� con aquel periodo luminoso de la cultura europea tras el que ardieron tantos ideales, tantas ilusiones y tantas vidas.