11/02/2017 - BERLÍN 2017: El kirguís Aktan Arym Kubat ha logrado una película positiva y honesta sobre los sentidos de identidad y pertenencia con una historia ambientada en el seno de una comunidad sencilla

He aquí una película que hará las delicias de los festivales: sencilla, emotiva, sin pretensiones y que rebosa buen rollo sin tratar de dar respuesta a preguntas de enorme importancia, sin dejar por ello de ofrecer alimento suficiente para dar vueltas a la cabeza más tarde. La cinta, dirigida con mano ligera, humor y cinefilia, será una brizna de aire fresco en cualquier programación, dolientes a menudo de un exceso de problemas sociales de lo más áspero y trágicos destinos. Por si fuera poco, la película es de Kirguistán, lo que siempre da buena imagen en cuanto a los países con representación.

Aktan Arym Kubat, uno de los pocos directores que consiguen abrirse un hueco más allá de las fronteras de su país, regresa de esta guisa con Centaur [+lee también:
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ficha de la película] a la sección Panorama de la Berlinale tras un parón de seis años y su poco vista Mother's Paradise, y siete años después de la aclamada The Light Thief [+lee también:
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Centaur está ambientada en el seno de una pequeña comunidad situada en las montañas que rodean la capital, Biskek, y sigue al protagonista, encarnado por el propio Kubat, en su creencia de la conexión especial con los caballos de que antiguamente, en su época de nómada, gozaba su pueblo. Centaur tiene una mujer sordomuda hermosa y leal y un hijo. Antes era proyeccionista en el cine del pueblo pero éste ya no funciona. Su medio hermano, Karabay (Bolot Tentimyshov), es rico y posee caballos de carreras. El día que uno de sus animales es robado, empieza una caza al ladrón. Primero atrapan a Sadyr (Ilim Kalmuratov), un hombre que vive realmente de robar caballos: se trata de una tradición familiar de la que se siente orgulloso, pero afirma que nunca rompería el código de honor robando un caballo de carreras. Además, el animal es devuelto pronto, aun cuando el ladrón sigue suelto.

Esta no es más que una de las historias de la película. La más emotiva y cautivadora es la que gira en torno al deseo de Centaur de conectar con mayor profundidad con su hijo pequeño y evitar que acabe siendo sordomudo como su madre. Luego encontramos asimismo la de un grupo de musulmanes muy religiosos que quieren que Karabay financie su viaje a La Meca. Y otra más sobre un cotilleo en el pueblo según el cual Centaur estaría siendo infiel a su mujer…

La película aborda todos estos aspectos con igual atención. Kubat no pierde la simpatía y el evidente amor por sus personajes, en especial por su protagonista, al tratar temas como la relación entre la influencia musulmana en la tradicional Kirguistán o la manera en que la vida en una comunidad como ésa está regida por los mayores sin que por ello dejen de contar las opiniones de todos.

El escenario, pintoresco y un tanto exótico, y los magníficos paisajes dan a la película mucho aire que respirar y al público la oportunidad de disfrutar, reír, emocionarse, sentir y acabar saliendo del cine con el ánimo enaltecido, aun cuando el final no es del todo feliz.

Centaur es una coproducción entre la kirguisa Oy Art, la francesa ASAP Films, la alemana Pallas Film y la holandesa Volya Films. The Match Factory gestiona sus ventas internacionales. 

(Traducción del inglés)