Sibien no hace falta una fecha especial para celebrar el movimiento bailado, una cita ineludible en el calendario de la danza argentina es la gala anual de ballet que organiza el Consejo Argentino de la Danza, sabiamente dirigido por la profesora Beatriz Durante. Cada año desde 1995, el CAD realiza la celebración en Buenos Aires del Día Internacional de la Danza, instituido hace cuarenta años en homenaje al bailarín y maestro Jean Georges Noverre (1727-1810), en el aniversario de su nacimiento. Y también cada año cuenta con la colaboración desinteresada de los más importantes elencos del país, deseosos de participar en este encuentro impar, todo lo cual nos hace reflexionar acerca de cuán importante es mantener vigentes estas instituciones que a base de trabajo serio y planificado son aglutinadoras de talento.
En la velada que hoy comentamos, todos los lenguajes y las técnicas se vieron representados por algunos de los mejores bailarines con los que cuenta la Argentina en la actualidad. La única manifestación de la danza que no pudo estar presente fue la clásica, puesto que los bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón que habían comprometido su actuación se vieron afectados por el aislamiento impuesto ante numerosos casos de Covid-19 en la compañía.
Pero allí estuvo el arte del flamenco, en las figuras de Yanina Martínez y Yamil Rabaj bailando “Vivencias”, un fandango abandolao acompañado por los cantaores Álvaro González y Maximiliano Serral, con la estupenda guitarra de Esteban Gonda. Nuestro folclore tuvo su momento en “Estampas argentinas”: la “Refalosa”, danza sin contacto de los bailarines, a cargo de Graciela Avalos y Matías Somoza; un potente malambo norteño impecablemente bailado por Fernando Castro; y cerrando el segmento el Conjunto de Danza de las Trincheras, que ofreció un precioso “Pericón” con relaciones. Dos escenas de “Astor, nosotros” trajeron a escena el tango, con la particular estética de Leonardo Cuello, en la excelente interpretación de Ayelén Álvarez Miño, José Lugones, Laura Zaracho y Juan Pablo del Greco.
El extenso bloque contemporáneo estuvo integrado por tres reposiciones que no por ser tales fueron menos celebradas. “Reminiscencias”, cautivante obra donde Oscar Araiz une a su creación un tributo a Renate Schottelius y Dore Hoyer, tuvo como protagonista a la vibrante Antonella Zanutto, de atrapante personalidad.
Luego subió a escena el Grupo Cadabra, dirigido por Anabella Tuliano, con un fragmento de “Coraje!”, energética obra llena de potentes imágenes. Para finalizar, el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín revivió el último tramo de “Cantata” de Mauro Bigonzetti, una obra para ver todos los días sobre la crudeza y la jubilosa energía de la Italia del sur. Lucía Bargados, Andrés Ortiz y David Millán encabezaron el grupo de maravillosos bailarines, plenos de vitalidad e impecable técnica. Un gran y festivo final para esta función donde ya sea con pies desnudos, gauchescas botas, zapatos de taco o zapatillas de media punta, los artistas de la danza celebraron este arte milenario y poderoso. Un buen dato: en el canal de YouTube del Consejo Argentino de la Danza podemos revivir la Gala completa.
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