Crítica: Klammer: Rozando el límite
por Susanne Gottlieb
- El biopic de Andreas Schmied sobre el legendario esquiador austriaco Franz Klammer se centra en los Juegos Olímpicos de invierno de 1976 para lanzar un mensaje sobre el espíritu colectivo del deporte
"¿Siempre quisiste ser famoso?" pregunta Eva (Valerie Huber), la novia de Franz Klammer, al nuevo oro olímpico. "En realidad, siempre quise esquiar", responde Klammer (Julian Waldner) con una sonrisa burlona. El 5 de febrero de 1976, el esquiador austriaco conmocionó a toda la nación alpina tras su victoria en la carrera de Descenso contra el esquiador suizo Bernhard Russi, uno de los favoritos en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1976 en Innsbruck. Por aquel entonces ya era una leyenda en el backflip. La película Klammer: Rozando el límite del director Andreas Schmied, se centra en los cinco días previos a la competición. Esta producción se lanza en el país de origen del director el 28 de octubre, por cortesía de Constantin Film Verleih.
Repleta de emocionantes secuencias de carreras en el polvo blanco, coches elegantes de colores llamativos y outfits de invierno, la película nos transporta a unos felices momentos en una cápsula del tiempo y se convierte en un testimonio de uno de los mejores esquiadores de Austria. Sin embargo, el enfoque narrativo real está en otra parte: la película examina la gran presión a la que el joven de 22 años se encuentra sometido. A sus espaldas, carga las expectativas de toda una nación, además de una campaña de marketing lanzada por su proveedor de esquís, Fischer.
Klammer cuenta con un par de esquís nuevos y caros, cuyo diseño "innovador" "tiene un agujero como el de un queso". Hay algo en esta historia, que rara vez resulta agradable de ver en un drama deportivo. La mayoría de los biopics se centran en toda una vida de superación, así como en el enfrentamiento final con un oponente de un país rival. Sin embargo, este no es el caso.
Klammer: Rozando el límite no solo renuncia al popular "hacer una pausa antes del clímax para tener un flashback de la propia vida"; sino que también reduce la línea temporal a solo unos días, como las recientes películas deportivas sobre Borg/McEnroe [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película] o La batalla de los sexos (2017). Esto lo convierte en un drama más centrado y convincente, situando en el centro la cuestión, a menudo olvidada, del equipo deportivo.
La enfermiza dulce historia de amor entre Franz y su novia Eva resulta más familiar. Eva, quien le sirve de apoyo durante estos cinco días excepcionales, tiene que aprender a ser no sólo la novia de Franz, sino también la mujer del famoso Klammer, sin perder su propia identidad. Este es un paso noble y fortalecedor en la narración. Sin embargo, a veces resulta demasiado forzado y nos distrae de la historia principal. La cuestión de si Eva hará su examen de la universidad el día de la carrera o irá a Innsbruck a animar a Franz es realmente un conflicto que ni siquiera debe ser considerado.
Waldner no sólo clava su interpretación del carintio Klammer con el dialecto, sino que también canaliza hábilmente su lucha interior, su miedo y su confianza en la victoria. En cierto modo, Klammer: Rozando el límite es un drama sobre la madurez, que aborda no sólo la comercialización del deporte, sino también el viaje de Klammer para construir su propia identidad como atleta. Los esquís nuevos, así como el reluciente traje de esquí dorado, se quedarán en la taquilla, ya que el joven demuestra que es el elemento humano lo que le convierte en ganador. A medida que cruza con éxito la línea de meta, también lo hace la película. Es una adición encantadora y relevante para el género.
Klammer: Rozando el límite ha sido producida por las compañías austriacas EPO Film, Samsara Film, Sabotage Films Vienna y Servus TV.
(Traducción del inglés por Noelia Bas Hurtado)
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