16/07/2021 - CANNES 2021: A pesar de tener algunos fallos, el debut de Gessica Généus consigue regalar a los espectadores un acercamiento auténtico a lo difícil que es ser joven en el Haití de hoy

Hace solo unos días, el turbulento clima sociopolítico de Haití se vio sacudido aún más por el asesinato de su presidente, Jovenel Moïse, brutalmente asesinado por un comando armado en su residencia privada. La ópera prima de Gessica Généus, Freda [+lee también:
tráiler
ficha de la película], seleccionada este año en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, es una cinta política, una llamada a las armas contra la opresión patriarcal y un drama familiar. En esta obra, los espectadores llegarán a familiarizarse con una sociedad en la que es muy difícil ser joven, donde no se atisba un rayo de esperanza.

La historia, escrita por la propia cineasta, gira en torno a una joven llamada Freda (interpretada con gran delicadeza por Néhémie Bastien), que vive con su religiosa madre, Jeanette (Fabiola Rémy), y su despreocupada hermana Esther (Djanaïna François) en algún lugar de Puerto Príncipe. Las tres llegan a fin de mes gracias a su pequeña tienda callejera, en la que venden aperitivos y refrescos, mientras se enfrentan a diario a los crecientes niveles de violencia del país, una acusada recesión económica y un constante estado de agitación. Cada una de ellas se enfrenta a la duda de si deben quedarse o marcharse de Haití.

Freda es la más decidida, y su esperanza es quedarse para luchar por cambiar las cosas, mientras que su novio, Yeshua (Jean Jean), vive mucho más seguro en Santo Domingo. Esther parece dejarse llevar por las promesas de un joven senador con dinero, mientras que su madre, Jeanette, encuentra refugio en la oración y las lecturas sagradas. Rápidamente, queda claro que ella también es otra víctima de la sociedad patriarcal en la que ha crecido, perpetuando su papel de mujer sumisa e intentando convencer a sus hijas para que también lo acepten. Del mismo modo, Généus aborda otros temas como las diferencias raciales, los fracasos del sistema educativo y la maternidad soltera, principalmente a través de la historia secundaria de Geraldine (interpretada con vivacidad por Gaëlle Bien-Aimé). Aunque la inclusión de todos estos temas en una sola película puede resultar demasiado ambiciosa, esto no impide que los personajes femeninos emerjan y representen sus propias luchas individuales.

A lo largo de la película, la directora incluye ocasionalmente imágenes de archivo reales que muestran las protestas y el desorden público en las calles de la capital. Sin embargo, esta yuxtaposición no resulta particularmente efectiva, ya que somos capaces de percibir que el país se está derrumbando solo con las secuencias de ficción. El hecho de haber empleado formas más elegantes y sutiles de mostrar lo que sucedía en el fondo podría haber refinado el potencial estético de la obra, que en última instancia se basa en un enfoque documental, con numerosos planos de cámara en mano, diálogos íntimos y una falta de aversión a mostrar ubicaciones reales, con polvo y suciedad, sin emplear prácticamente ningún diseño de producción.

En resumen, Freda es una obra interesante (y muy actual), pero en parte defectuosa debido a sus intenciones demasiado ambiciosas y su “estética” irregular, cuya eficacia varía a lo largo de la película De alguna manera, el final logra cerrar el arco narrativo, pero nos deja con un claro sentimiento de desesperanza, el de una batalla perdida y un país atrapado en una espiral descendente. Es una elección honesta que desafía la banalidad.

Freda es una producción de la francesa Sanosi Productions, la haitiana Ayizan Production y la beninesa Merveilles Productions. La firma parisina Nour Films se encarga de la distribución en Francia.

(Traducción del inglés)