02/02/2021 - En su documental (que es más bien un thriller), Camilla Nielsson muestra cómo destruir todas las pretensiones de democracia en diez fáciles pasos

La directora Camilla Nielsson, que ya analizó los cambios ocurridos en Zimbabue en su película de 2014, Democrats [+lee también:
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ficha de la película], debe haber sido el tipo de niña que no se conformaba con el “vivieron felices y comieron perdices”.

A diferencia del resto del mundo, que aparentemente se lavó las manos cuando Robert Mugabe fue finalmente derrocado después de ocupar el cargo de presidente de 1987 a 2017, en President [+lee también:
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entrevista: Camilla Nielsson
ficha de la película] (estrenada en la Competición World Cinema Documentary de Sundance), Nielsson demuestra que, en el mundo de la política, un final feliz es simplemente el comienzo. Y que la democracia debe construirse de manera constante, ya que para algunos, las viejas formas siempre resultan mucho más atractivas.

En President, que se centra en los eventos previos a las elecciones presidenciales supuestamente "libres y transparentes" de 2018, Mugabe se ha marchado (al menos hasta que decide convocar una rueda de prensa improvisada, con la necesidad de volver a ser el centro de atención) pero sus colaboradores siguen ahí, y aunque hablan de forma distinta, se comportan de la misma manera. Este parece ser el argumento del líder del Movimiento por el Cambio Democrático, Nelson Chamisa, que desafía a Emmerson Mnangagwa, conocido aliado de Mugabe y líder de la Unión Nacional Africana de Zimbabue - Frente Patriótico. No obstante, el resultado de las elecciones es el menor de sus problemas. “Lo que me preocupa es la mañana siguiente”, reconoce en la película. Lo cierto es que, tras la locura de las “elecciones robadas” en otros países y el reciente golpe de estado en Myanmar, la película no podría haber llegado en un mejor momento.

Nielsson conoce bien su tema y quiere explorarlo en profundidad, en lugar de simplificarlo. Si bien hay algunas descripciones al estilo “¿Quién es quién?” al principio de la película, estas parecen ser una mera cortesía de la directora, que no puede esperar para profundizar en la historia. En resumen, estas no son Las elecciones de Zimbabwe para Dummies; estamos ante un auténtico thriller. Es una obra compleja pero sorprendentemente fácil de seguir, que no se ve lastrada por ningún comentario adicional. Por la forma en que está grabado, parece que todo está sucediendo en este momento. Y probablemente sea así, al menos en muchos lugares.

La cineasta danesa demuestra un gran ojo, pasando de escenas de multitudes a miradas fugaces que cuentan una historia completamente diferente a la que se comparte con el público, cubriendo protestas, reuniones, llamadas telefónicas inquietantes e incluso momentos de esperanza. Con una duración de más de 130 minutos, President resulta a veces dolorosamente larga, pero incluye una gran cantidad de material, como las descripciones de incidentes extremadamente violentos relacionados con las elecciones. Estos están narrados de forma seca y directa, no porque a nadie le importe, sino porque a nadie le sorprende. La creencia de que tal vez, solo por una vez, "los tramposos no van a hacer trampas", se pone a prueba con bastante rapidez. Por otro lado, el hecho de tener pruebas no importa demasiado, ya que nadie hablará. Principalmente porque, como se indica en una escena particularmente asombrosa de la película, la gente no quiere ser citada. La democracia debe construirse de manera constante, pero también necesita protección, ya que solo hace falta que alguien sople y resople para derribar el castillo de naipes.

President es una producción de la danesa Final Cut for Real, coproducida por la estadounidense Louverture Films, la noruega Sant & Usant, la británica BBC Storyville y la alemana ZDF/Arte. Cinephil se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)